Tormenta
Habíamos terminado cenando en silencio, aunque se sintió algo diferente, pues toda la tensión que hubo entre nosotros durante todo este largo día, había desaparecido, no mentiría al decir que al escuchar que no abusaron de mí, sentí mucha tranquilidad, a pesar de que aún tenga videos de mí, no me importa mucho, confió en que lograremos ganarle, confió en que él señor Kirigaya ideara un plan, porque ahora ambos tienen secretos que no quieren que sean revelados; cuestión que me molesta hasta cierto punto, porque me intriga más de lo que debería.
— Al menos no me violaron — comento de manera inconsciente — Es algo que me alegra mucho — bajo la cabeza un poco avergonzada al percatarme de lo que dije — Lo siento, no debí mencionarlo — mi voz se quebró sin aviso para posteriormente formarse un gran nudo en mi garganta — Iré al tocador — mi vista comienza a nublarse, pero antes de que pudiera levantarme la manos del señor Kirigaya tocó mi muñeca.
— Señorita Yuuki — baja sus dedos hasta tocar mano — No tiene por qué disculparse — la calidez de su tacto sobre mi piel, es algo que siempre aprecio — Al contrario, soy yo el que me disculpo, hoy en la tarde, fui muy desconsiderado por su situación.
— Señor
— No quiero poner excusas por tal comportamiento — con su pulgar acaricia el dorso de mi mano logrando calmar mis emociones — Estaba muy estresado, demasiada información de golpe, afectó mi juicio — me mira apenado — Yo debí haber... bueno — aparta su mano — Espero que me disculpe por mi falta de empatía.
—Está bien — contesto mirándolo a los ojos — Después de todo, nunca acordamos eso — bajo la mirada dolida.
— Eso es cierto — relaja su postura — Oh ¿Ya terminó?
— Si, gracias.
Después de todo, no puedo esperar más de su parte, aunque solo por hoy, me arrepiento de tal tonto acuerdo. Señor Kirigaya, abráceme, quiero sentir su calidez, necesito más, hoy quiero más, por favor.
— Vamos, la llevaré a casa.
Pero sé que entre nosotros, no habrá algo más halla que esto.
Ambos salimos del lugar con calma, la ciudad parecía muy tranquila, durante lo que duró el trayecto no dijimos nada, el agotamiento pudo más. Pero en mi mente no dejaban de rondar tantas dudas e inseguridades por lo ocurrido, Ishikawa, los experimentos, mis videos, sin embargo es mejor dejar de lado esos pensamientos, no quiero romper con esta paz temporal que se me ha brindado. Cuando sin darme cuenta estábamos muy cerca de mi departamento.
— Señorita Yuuki — me llama sacándome de mis pensamientos — Tómese el día libre mañana — dijo al detener el vehículo — En la tarde nos veremos a las seis en el aeropuerto — quita el seguro de la puerta y yo lo observo confundida — La primera reunión es a las 7 de la mañana y es preferible llegar una noche antes para estar descansados.
—Cierto, había olvidado por completo lo del viaje — salgo — Si señor — cierro la puerta despacio y nuestras miradas se enlazan en cuestión de segundos, en su rostro puedo notar su cansancio sin embargo sus ojos me miran con tanta intensidad — Muchas gracias por todo.
Siento como los vellos de mi cuerpo se erizan al no poder ser capaz de apartarme de tal penetrante mirada, pero al notar mi reacción su vista vuelve al volante soltando antes de su partida un profundo — Hasta mañana...
Después de un buen baño caliente me recosté sobre mi cama y al hundirme en el colchón me permito descansar.
— Mami, mami — Escucho como la dulce voz de un niño retumba en mis oídos —Mami, mami, juguemos — alguien abraza mi pierna y miro hacia abajo — Vamos mami — sonríe de oreja a oreja — Corre conmigo.
Aquel niño se aleja de mí juguetón con gran velocidad, ¿Por qué me llama mamá?
—Vamos mami, juega conmigo — me mira a lo lejos con un gesto triste — ¿O tú tampoco me quieres?
Comienzo a caminar lentamente hacia él, sin embargo no avanzo nada y él se encuentra cada vez más lejos.
—No me quieres ¿Verdad? Mami — Comienza a llorar — Al igual que papá me vas a abandonar — me da la espalda y se aleja de mi.
—Espera — apresuro mis pasos — ¡Espera!
— ¿Qué hace? — Una pesada mano se posa sobre mi hombro, volteo levemente mi cuerpo para ver quién era.
Es Kazuto.
—Nuestro hijo Kazuto, no lo veo, ya no lo veo.
— ¿Nuestro hijo? — Me mira inexpresivo — Yo no tengo hijos.
Giro mi rostro al escuchar el sonido su llanto — ¿Dónde estás?, Kazuto ayudame — lo miro asustada, sin embargo este ni se inmuta .
— No me dejes mami.
— No lo veo , él no está, pero puedo escucharlo.
—No escucho nada.
—¿Cómo que nada? — Me alejo de él molesta y corro sin dirección intentando seguir su llanto, mi respiración comienza a agitarse, necesito encontrarlo.
—Mami, mami, ¿Me quieres?
— ¡Ah! — Despierto gritando — Solo fue una pesadilla — me repito cubriendo mi rostro de la luz — ¿Ya amaneció? — Froto mis nudillos sobre mis ojos — Eso se sintió tan real — me acurruco abrazando a mi almohada — Pero de lo único de lo que estoy segura ahora, es que tendré a este bebé — llevo mis manos a mi vientre — Tal vez no estaba en mis planes, pero no tiene la culpa de nada — cierro los ojos tranquilizándome — Aun no sé cómo se tomara esta noticia el señor Kirigaya, pero... — abro a los ojos decidida — Yo te cuidaré de ti — acaricio mi vientre — Te amaré, de manera incondicional, tenlo por seguro.
Me levanté con pereza y al ver la hora que marcaba mi celular, casi caigo de espalda, ¡Dentro de unos minutos serían las tres de la tarde!, por lo que opté de comer algo súper liviano, luego acomodé mi maleta para el viaje...
—A tiempo — suspiro aliviada al llegar al aeropuerto, cuando ingreso por la entrada principal y diviso a mi jefe y me acerco a él — Señor, disculpe la demora.
—Ha llegado un poco tarde, tomé este es su boleto, vamos.
Ambos al subir al avión, nos sentamos en clases diferentes, yo en la ejecutiva y como no es de sorprenderse, él en primera clase. Mi asiento no era uno muy cómodo, pero lo bueno era que el viaje duraba solo dos horas y treinta minutos. Cuando llegamos al hotel me percaté que él había reservado una habitación lujosa solo para los dos, era algo muy parecido a un departamento, que curioso, nuestras habitaciones era una enfrente de la otra.
Cuando terminé de acomodar las cosas que necesitaría para mañana, me dispuse a trabajar, tenía que asegurarme que haber revisado todos los documentos de manera correcta, entonces fue que en ese momento perdí la noción del tiempo por completo.
Al escuchar el sonido de su puerta cerrarse de la habitación que estaba al frente, me trajo de vuelta, estábamos tan cerca. Tengo ganas de verlo, quiero hablar con usted, señor Kirigaya.
Me lanzo sobre la cama pensando en alguna excusa para hablarle, pero ¿Será oportuno buscarle?, tengo que hablar con Kazuto sobre... eso, me enredo entre las sábanas ¿Me lo estaré complicando? ¿Debo decirle ahora? ¿Es lo correcto?. Esta es una noticia que cambiará por completo nuestras vidas, creo que es mejor hablar sobre esto lo más pronto.
Salgo de mi habitación sin pensarlo dos veces y al estar frente a su puerta, me cuestiono nuevamente si debería decirle, pero termino llamándolo, escucho los latidos de mi corazón retumbar en mis oídos, me abre la puerta y él se encuentra solamente vestido con una bata.
— ¿Puedo pasar?, Necesito hablar con usted.
Siento como si corazón buscase escapar de mi cuerpo, su penetrante mirada provoca que los vellos de mi piel se ericen, ¿Siempre ha sido así de imponente?
—Yo también, señorita Yuuki — me empuja contra la pared, aplastando mi cuerpo con el suyo, me susurra al oído y aprovecho para oler la fragancia de su shampoo, su aroma me embriaga.
Miro sus ojos profundos y pierdo el control.
Besa ferozmente mis labios, mientras que yo le correspondo con la misma intensidad, sus manos no tardan en deshacerse de mi ropa.
Desnudarnos junto a la puerta, no es ninguna sorpresa, pero ¿Esto significa que las cosas han vuelto a ser como antes?
Quiero creer que es así.
Pongo mis manos sobre su torso desnudo, lo miro deseosa mientras vuelco la situación, mis dedos recorren su tonificado abdomen y siento como se contraen sus músculos ante mi tacto, me gusta creer que soy única que causa esta reacción en él. Deshago con habilidad el nudo de su bata revelando aquel gran deseo que escondía y buscaba ser saciado, me apego a él y puedo sentir como su firme y frio cuerpo se calentaba ante mí.
Dirigí mi mano hacia aquella parte de su anatomía que gritaba por atención, comenzando a moverla desde la raíz hasta la punta, realizando la presión suficiente para satisfacerlo, entre tanto observaba atentamente cada expresión que hacía, me gusta disfrutar de aquello.
—Ah
Gimió frunciendo su frente y no pude evitar dibujar una sonrisa victoriosa en mi rostro, hecho que no pasó desapercibido por su parte, pues tomó mi rostro entre sus manos e introdujo su lengua en mi boca tratando de saciar sus deseos. Cegados por la lujuria terminamos cayendo sobre la cama, sus manos recorrían cada centímetro de mí, la sensación de sus besos sobre mi piel solo provocaban que me estremeciera y como todo un experto, comenzó jugar con mis puntos sensibles. Sabe perfectamente lo que me gusta.
Se posiciona sobre mí advirtiéndome de lo que se acercaba, su mirada tan potente provoca que me doblegue ante sus deseos de dominar en esta ocasión, por lo que abro mis piernas concediéndole el permiso de continuar, además, cómo podría negarme, si yo también lo deseo.
Entonces levanta mis caderas y de una sola estocada entra profundamente en mí, ambos suspiramos satisfechos luego de tal movimiento y ante tal deliciosa sensación nos observamos con los ojos entrecerrados antes de volver a unir nuestros cuerpos en sincronía. Sus dedos masajeaban aquellas puntas que sobresalían de mis senos, causando que me debilite, rodee su cuello con mis brazos, hundí mi rostro en el espacio que formaba su clavícula callando un gemido.
Me estoy derritiendo como una vela encendida, derritiéndome en un espeso charco.
El abrazó mi cuerpo al sentir como me había debilitado, mientras continuaba con sus embestidas, la presión envolvente de sus brazos a mí alrededor, es tan reconfortante. Entonces incrementa aun más la velocidad, ya está por venirse.
—Siento como mi espalda baja se estuviera derritiendo.
Dice con la voz ronca, mientras que yo, en estos momentos solamente puedo gemir contra su oído y sentir como aquel caliente líquido espeso es lanzado en mi interior, caigo sobre la cama intentando calmar mi respiración.
—Señor...
—Dese la vuelta.
Así hice con algo de torpeza, mi corazón se aceleró al sentir el calor desprender de sus manos al ejercer presión sobre mi espalda, que me obligaba a arquearla, froto su miembro sobre mi entrada de manera tentadora antes de ingresar nuevamente en mí, nunca podré encontrar a alguien con quien mi cuerpo sea tan compatible, lo sé, porqué solo con él puedo sentirme totalmente satisfecha.
—Ah — Muerdo una almohada callando un grito de placer mientras que lo observo de reojo, a pesar de su cabello despeinado y su cuerpo sudado, este hombre no deja de ser todo una escultura tallada por los mismos dioses. Elevo mis caderas haciendo la unión más profunda, sin previo aviso él toma mi pierna izquierda y la levanta colocándola sobre su brazo— Ay — gimo un poco adolorida al sentir una molestia en la región de mi vientre, lo detengo, parpadeo sorprendida, hace tiempo que no sucedía esto — Espera.
Me posiciono mejor y desaparece aquella molestia, por lo que continuamos, sus embestidas eran con más rudeza y toscas, sin embargo se sentían increíbles, esta sensación erótica que sube por mi columna escalofriantemente agradable, esto es rudo, pero está al límite de lo acordado, siento que me romperá por la mitad...
—Eso se sintió bien — caigo rendida sobre la cama — Estuvo al límite del acuerdo — susurro recuperando el aliento.
— ¿Entiende lo que esto significó? — me pregunta mirando al techo, giro mi cuerpo para observarlo sin entender a qué se refiere — Tal como esto comenzó, acaba de terminar.
— ¿Eh? ¿Qué? ¿Terminar?
— Es mejor acabar con esto — lo observo y su semblante es firme — No existirá problema si decide continuar trabajando para la empresa.
— ¿Por qué tan de repente?
— Estos últimos asuntos me están sobrepasando — Me siento lentamente sobre la cama — A tal punto que si continuo, involucrare mis sentimientos y yo no busco hacerlo.
— Y eso se debe a que...
—Las cosas sería más complicadas — asiento levemente con la cabeza — Le dije al comienzo de esto que yo no estaba buscando una relación sentimental.
—Sí, lo sé— recojo mi ropa que yace en el suelo y me visto con rapidez — Entonces... ¿Esto termina, porque no quiere desarrollar sentimientos por mí?
—Si.
— Está bien, si es así como usted quiere — camino hacia la puerta— Este será el final — me detengo antes de salir al sentir un pequeño dolor punzante en la parte baja de mi abdomen — Mierda, mierda — suspiro y salgo con rapidez — ¿Final? ¿Qué clase de final es este, cuando hay un bebé involucrado?
Debo salir de aquí rápido.
Corrí hacia el ascensor sin dirección alguna, necesitaba tomar aire, por lo que terminé sentándome en unos sillones que se encontraban cerca de una piscina. Al estar allí mis sentimientos desbordaron, la desesperación se apoderó de mí.
Ahora ¿Cómo le diré lo del bebé?, ¿Qué haré si no acepta?
Eran preguntan que no dejaba de hacerme, como me gustaría coger el teléfono y contárselo a alguien, ¿Pero a quien?. No he sabido nada de mamá desde hace 5 años, papá está en la cárcel y la única amiga que he hecho ha sido Liz, pero no voy a involucrarla en esto.
Suspiro cansada mientras seco mis lagrimas, luego se me ocurrirá algo, levanto mi vista, hoy el cielo estaba completamente nublado y la brisa anunciaba que una gran lluvia se acercaba, pero no me importaria mojarme en este momento.
Un par de gotas golpean con gentileza mi rostro y escucho un gran golpe que me despierta, giro mi cuerpo para encontrarme con una señora mayor intentando levantar una maleta grande — Espere, le ayudaré — camino hacia ella.
—No se preocupe señorita — me responde con amabilidad intentando negar mi ayuda, por lo que insisto y ella termina cediendo. Cuando logro levantar su equipaje del piso me doy cuenta de lo pesado que era — Se rompieron las ruedas — Dice apenada.
— Está bien, no es muy pesada — respondo poniéndome en una buena postura para cargar la maleta — Pero sí, que pesa — rio sorprendida mientras caminaba con ella, para que metros después aparezca el guardia que terminó cargando la maleta.
—Disculpe la molestia jovencita.
Niego con una sonrisa acercándome al ascensor, creo que es hora de volver, me distraeré adelantando más trabajo. Ingreso a mi habitación y otra vez aparece aquel molesto dolor en mi abdomen inferior — Debí hacer mucho esfuerzo esfuerzo al levantar esa maleta.
Me recosté sobre la cama con la intensión de calmar la molestia, pero aquel dolor solo incrementaba de intensidad, acariciaba la zona esperando a que disminuya, sin embargo solo empeoraba, puesto que comencé a sentir como si mi vientre se contrayese, era algo mucho más doloroso que un cólicos.
— Uhm, tal vez debería tomar algún calmante — estiro mi brazo intentando tomar mi cartera cuando escucho que alguien toca la puerta — El señor Kirigaya... ¿Qué querrá? — me levanto incómoda de la cama — Ay, ¿Por qué me duele tanto? — Inspiro profundo tratando de aguantar el dolor, cuando de repente siento como si algo dentro de mí se rompiera — ¡Ay! — Caigo al piso tirando a mi paso un florero del cual me agarre al intentar sostenerme — Mierda.
— Señorita Yuuki ¿Qué fue ese ruido? — Intento levantarme con la ayuda del mueble sin éxito — ¿Asuna que sucede?
—Está sin seguro — digo sin aliento, para segundos después al sentir algo húmedo entre mis piernas, toco con mis dedos aquella zona.
— Voy a entrar.
Veo que mis dedos se encuentran manchados con una sustancia cobriza — ¿Eh? — abro los ojos muy aterrorizada —Ayuda — susurro muy adolorida tratando de regular mi respiración. Kazuto aparece frente a mí y me observa sorprendido, entonces es cuando me percato debajo de mi hay un charco de sangre — El Bebé — extendiendo mi mano en su dirección — Ayúdeme — cierro mis ojos al sentir una fuerte contracción — Bebé — me toco el vientre — Nuestro bebé — mi vista se comienza a nublar.
— ¿Bebé? — me pregunta confundido mirándome total mente impactado.
— Nuestro... — el sentimiento de desesperación que sigue puede más — Ambulancia — luego de todo para mí se vuelve oscuro...
.
+
+
+
+
+
+
+
+
+
Colóquenle una ampolla más por vía intravenosa, rápido, la perdemos.
+
+
+
+
+
+
+
+
Oh hay mucha luz... ¿Dónde estoy?
+
+
+
+
+
+
—Doctor, ya está listo el equipo.
+
+
+
+
+
— ¿Quién es usted?
Abro mis ojos nuevamente, pero ¿Por qué mi vista está tan borrosa?
— ¿Qué relación tienen?
¿Quiénes son ellos?
—Es mi prometida, sálvenla, por favor y también al bebé.
—Firme aquí entonces.
Esa voz...
—Señor Kirigaya...
La desgracia viene repentina e inesperadamente.
Los quiere
Miss Lemons
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro