XXXVIII
OSCURIDAD
Querido diario:
.....
|...|
Yui: Sakura-chan... -. Susurro triste y pensativa la pobre muchacha de ojos rosa brillante, quien no paraba de pensar en la pobre vampira con su destino...
Cada detalle en sus palabras e historias únicas que la hicieron sentir cálida y comprendida ante su dolor; la tristeza de ser separada a la fuerza de sus amados familiares, aceptar un matrimonio sin amor con un completo desconocido, fue algo que no pudo dejarse de preguntar sobre el paradero de la pobre e indefensa niña, que seguramente estaría aquí mismo haciéndole compañía en su estadía con estos sádicos vampiros como una presa atemorizada en la hoguera con el fuego; una parte ella sabía que si el destino hubiera cambiado su historia, el resto de los seis hermanos Sakamaki, no serían lo que son hoy en día.
Tenía sus sospechas, cuando ese hombre, Richter; sabía cómo provocar a sus sobrinos con su recuerdo, e incluso cuando Cordelia, la madre de los trillizos había mencionado indirectamente a una mujer, el cual de forma confusa había sentido el odio y rencor que alberga en el corazón frio de esa cruel mujer, que su mismo cuerpo había poseído y reaccionó cuando recordó el nombre de la amada Princesa de la Flor del Cerezo.
Aunque con todo esto, era muy extraño que después de tanto tiempo, ningún de los seis hermanos le haya mencionado algo al respecto, e incluso a dar indicios de un posible acercamiento de sus familiares más lejanos, y de tanto pensar y pensar, temía lo peor...
***: ¡Oye, Chichinashi!
Yui: ¡A-ayato-kun!... -. Asustada, la pobre chica de cabellos rubio pálidos, se sorprendió con la llegada de cierto vampiro de ojos verde esmeralda, mirarla sediento y sádico en su aura tras el intenso aroma de su peculiar sangre.
Ayato: Ore-sama quiere tu sangre ahora.
Yui: ¡N-no, por favor! -. Declaro asustada la indefensa niña, y por un segundo, vio como el chico de cabellos rojos quedó aturdido por el aroma tan delicioso pero conocido, que nunca quiso volver a recordar.
Ayato: Tú....
Yui: ¿A-ayato-kun? -. Confundida, la joven se extrañó con la desaparición del vampiro, y miles de preguntas se circulaban en su mente hacia los motivos.
Para su error, había olvidado esconder el diario de la vampira, el cual posiblemente había sido la razón del comportamiento tan extraño del muchacho de 17 años hacia su persona.
Entonces, valiente y decidida, sabía que ninguno de los seis hermanos respondería sus dudas, pero si de algo sabia, había una persona que apreciaba aún más a la muchacha y le contaría todo sin dar excusas.
•••
Entre los pasillos de la oscura mansión, un guapo y solitario vampiro de cabellos color albinos, estaba reposando tranquilo en la solitaria noche, observar a lo lejos el brillo de la luz de la luna.
Para el menor de los seis hermanos y uno de los herederos posibles al trono de cruel Padre, sabía que el dolor, el sufrimiento y las tragedias que inundaba su persona, eran justificadas por sus crueles actos egoísta que le costaron de su felicidad y amor arrebatados tan injustamente; no dejaba de pensar en su pasado ante todas esas promesas y heridas que había provocado ante las buenas y maravillosas personas que más amaba en esta vida, sin embargo, como todo objeto tan apreciado, solo se terminaron desvaneciendo entre las cenizas como un triste recuerdo.
Yui: Subaru-kun...
Subaru: ¿Qué es lo que quieres? -. Respondió frio y a la vez enojado el vampiro de ojos rojizos hacia la pobre e indefensa humana, quien ya hacia nerviosa entre cada latido que palpitaba por cada segundo su corazón, mientras sostenía entre sus manos nerviosa un objeto en peculiar.
Yui: Y-yo... S-solo... -. Nerviosa, la joven humana de 17 años de edad, mostró a la vista un hermoso diario color vino, bordado a mano con las siglas "SS" pintadas en dorado.
El solo recuerdo, de aquel objeto perteneciente a esa persona, dejó nostálgico al pobre vampiro de cabellos albino, preguntándose como aquel objetado tan amado y apreciado estaba entre sus manos.
***: ¿De dónde sacaste eso?... -. Respondió una voz chillona en el fondo, triste y herido con solo mirar aquel diario que alguna vez le perteneció a su adorable muñeca...
Yui: ¿Kanato-kun?... ¡Ah! -. Respondió sorprendida, tras ver como unas frías manos la tomaban entre sus brazos, mientras el dolor ante el fuerte arrebato era inevitable al saber de la inestabilidad mental del segundo de los trillizos.
Kanato: Eso no te pertenece... ¡DEVUELVELO! -. Grito furioso el vampiro de ojos color lila, mientras sujetaba de forma cruelmente los brazos de la indefensa niña humana, que sentía los rasguños y heridas en su piel blanca por parte del vampiro de ojos color lila; pequeñas lagrimas se adentraban poco a poco entre las mejillas del vampiro, y rogando que su dolor terminaría, había sentido un poco de alivio cuando fue liberaba de su castigo para el alivio de la indefensa humana.
***: Kanato. Este no es un lugar para tus rabietas. -. Respondió una voz fina pero profunda de cierto hombre de cabellos oscuros, mirar con frialdad a su hermano menor; por tal escándalo que había interferido con su investigación. Pero no era el único, sabía que su espectáculo atraería al resto de los demás hermanos. Sin embargo, se sorprendió cuando no capto al más posesivo del grupo.
***: Ara, Ara, Ara~ Bitch-chan, ¿Qué le hiciste al pobre de Kanato-kun?...
Yui: Y-yo no... Laito-kun... -. Respirando de forma entrecortada, la joven estaba terminando de relajarse para implorar de que los hermanos no le hicieran una clase de daño por tal espectáculo, y por un segundo creía que su vida correría peligro, solo por preguntar por el misterioso paradero de la autora del diario.
Kanato: E-ella... Lo tiene. -. Declaro con lágrimas el vampiro de cabellos morados, mientras señalaba las manos de la joven humana; a quien seguía sosteniendo con determinación y firmeza, aquel fino libro fabricado a mano. Muchos de los presentes, se sorprendieron por el tan peculiar diario, que guardaron sus penas por el triste recuerdo del pasado.
***: Devuélvelo a su lugar.
Yui: Shu-san. -. Respondió confundida la pobre chica, al observar con sorpresa, como el mayor vampiro de cabellos rubio anaranjados estaba despierto; la mirada fría pero seria del Príncipe Heredero al trono, fue firme ante su decisión, cualquier error cometido seguramente le costaría caro en un futuro si no dejaba ese asunto.
Pero ella necesitaba saber todo.
Reiji: Creí haber cerrado esa habitación. Supongo que tendré que colocar esta vez cadenas.
Yui: Y-yo... N-nunca quise entrar sin permiso, pero... Sakura-chan---
Shu: No te atrevas a mencionarla. -. Respondió firme y serio el primogénito del clan, que la misma chica de cabellos rubio pálidos, sintió el miedo en todo su cuerpo por primera vez ante la poca amabilidad y nueva personalidad, que reflejaba el mayor de los seis hermanos del clan. Ningún de los cuatro hermanos dijo nada al respecto, y siguieron el paso del mayor entre ellos, mientras desaparecían sin dejar rastro, pero con una mirada de melancolía y tristeza poco expresiva a lo lejos.
Cada quien iba por su lado, excepto uno.
Subaru: ...
Yui: Subaru-kun... ¿Q-qué paso con Sakura-chan?...
-. La matamos.
Yui: ¿A-ayato-kun?...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro