TINIEBLAS

Querido diario:

...No tengo razones para querer vivir más... 

|...|

En lo más profundo del bosque se alzaba una mansión tenebrosa, oculta entre la densa vegetación y rodeada por un aura de misterio. Los Sakamaki, líderes y fundadores del clan murciélago más prestigioso y antiguo de todo el Makai y Gekai, eran los moradores de aquel lúgubre recinto. Los rumores sobre la familia eran tan antiguos como el propio bosque, susurrando historias de secretos ocultos, pactos oscuros y un insaciable apetito por lo sangre. Para aquellos desafortunados que se atrevían a entrar, nunca jamás volvían a ver la luz del día.

Pero quien podía culparlos.

La noticia sobre la terrible tragedia y tristeza que invadió en los herederos del clan, no tardaron en circular entre los más plebeyos y nobles de la corte vampírica; tan solo pensar las formas de sacar el mayor provecho para hacer una valiosa jugada que sacara provecho del dolor de sus majestades podría resultar glorioso si se escogía correctamente la pieza del juego final.

•••

Marcando el inicio de las doce campanadas, el reloj parecía marcar el tiempo con lentitud. Las risas que una vez llenaron los pasillos ahora se habían desvanecido, dejando un eco vacío que resonaba en cada rincón.

Habían pasado varias lunas desde que la bella vampira de ojos azules había quedado como Guardiana de la Familia, mientras su amada progenitora había partido hacia el Makai para atender asuntos relacionados con el Gekai. Los días tranquilos llenos de vida y luz se fueron transformado pronto en oscuridad y frialdad tras las enormes lluvias en el horizonte.

Sin embargo, con cada tormenta, siempre había un día soleado hacia el mañana, o eso le gustaba pensar a la pobre e inocente chica, que confiaba ciegamente en las palabras de sus amados parientes.

Sakura: Si que está tenso el clima de hoy... -. Respondió la vampira, mirando la hermosa luna iluminar tras la ventana.

Como todos los días, la vampiresa de ojos azul, se encontraba en el vestíbulo de la prestigiosa mansión; adornando la elegante sala con hermosas rosas blancas, que hacían lucir aún más cálido su hogar. Desde que circularon las noticias sobre un Complot por parte de la Iglesia en contra del Rey, la tensión y caos por todo el distrito del Makai, hacían sentir aún más tensos a los herederos del Clan Vampírico ante una posible guerra, y aunque orgullosos de sentir que no se comparaban en nada con su fuerza e inmortalidad, las hazañas de su valor como humanos era una molestia para los suyos.

Para la pobre e inocente Princesa, creía que tanto humanos como vampiros podían vivir en paz y armonía si se les daba la oportunidad, y aunque sabía que era una tontería en pensar en cambiar las reglas e ideologías de pensar de los súbditos residentes del mundo demoniaco; la hermosa doncella de ojos azules esperaba con ansias un futuro donde el nuevo Rey influyera en una nueva vida llena de paz y armonía entre todos los seres existente entre ambos mundos.

Ya no más dolor, ya no más lágrimas y penas por manchar sus manos de sangre con vidas inocentes que podrían costarle la felicidad a otros.

Una vida feliz y tranquila viviendo con su amada familia.

- ¡TOC, TOC, TOC! (Golpe de Puerta) -

Sakura: ...¿Acaso es?...

El timbre de la entrada principal la despertó de sus pensamientos más profundo mientras analizaba su futuro. Rápidamente se dirigió en la entrada para abrir la gran puerta principal; una parte de ella, se encontraba extraña, ante la inquietud de recibir visitas inesperadas sin haberle avisado que tendrían invitados por recibir en la noche.

Antes de abrir, la vampira pudo oler un peculiar aroma de perfume a rosas rosas y frutos del bosque, que la hizo sentir con esperanza de la llegada tan esperada que tanto había deseado que llegara.

Sakura: ¡Madre!... -. Sonrió con ilusión la muchacha, para recibir a su progenitora en sus brazos tras su largo viaje; pero se sorprendió cuando miro la alta silueta de un hombre con una oscura capucha cubrir su rostro.

***: Richter. -. Respondió una profunda voz acompañar a la joven vampira, que se encontraba confundida con la visita del hombre de cabello verde oscuros, en la entrada de la mansión.

No pasó mucho tiempo, cuando la bella dama sintió las auras del resto de los cinco hombres residentes de la casa, para recibir la inesperada visita de su Tío Paterno con extrañeza y odio en sus miradas.

Richter: ...

Sakura: Tío Richter, esto es una sorpresa... Amm... ¿Mi madre no viene con usted? -. Inocente, la joven esperaba alguna noticia de su amada madre; pero tras la mirada seria y llena de frialdad del vampiro mayor, temió por cada una de sus palabras, pero aun así, intento mantenerse con calma y esperanza.

Richter: ...

Sakura: ¿Tío?...

Richter: Sakura. Tu madre. Murió.

Sakura: ¡...!

Richter: La rebelión era inevitable... No sé pudo hacer nada por ella.

Sakura: ...M-mi madre... ¿M-murió?... -. Dijo triste y en un estado sorpresivo la chica, quien no podía creer lo que decía aquel hombre; su amada Madre, su única familia con sangre había muerto.

Nadie de los seis príncipes del clan dijo nada, y solo asimilaban la situación; mirando con profundidad los gestos tan poco expresivos de su poco interesado Tío, a quien asentía con la mirada en un gesto de aprobación.

Richter: En sus últimas palabras... Hablo de ti. -. Frío pero directo, el vampiro de ojos carmesí miraba la enorme tristeza y pérdida de la más joven del clan; el hombre, como prueba de su palabra, le entrego a la vampira el regalo que había solicitado, una rama de árboles de cerezo, con el perfume y aroma de su fallecida Madre. A pesar de estar marchito, todavía albergaba vida en su interior y se veía la presencia de sus nuevos brotes de flores florecer pronto.

Triste, pero feliz a la vez, la joven doncella miro con nostalgia su querido regalo, el cual su amada madre no olvidó de cumplir como promesa, en entregarle su último regalo, y con una sonrisa agradeció por el gesto.

Sakura: ...

Richter: Lo siento mucho.

Sakura: ...Gracias tío Richter... Debió ser más duro para ti llevarlo contigo durante el viaje... -. Respondió la vampira, viendo la soledad, pero a la vez tristeza, en los ojos del vampiro mayor. Se dice, que los ojos son el corazón puro del alma, y por una vez en su vida pudo notar una genuina cara de empatía del hombre hacia su perdida.

Richter: ...

Sakura: ... -. Sin decir una palabra más, la vampira tomó entre sus manos la delicada rama de flores, mientras se perdía entre los pasillos de la mansión hacia su habitación.

El resto de los príncipes herederos de la Corona se quedaron en la sala para hablar con su declarado Tío sobre la situación. El hombre de ojos rubí oscuro, solo les dio por escrito un mensaje de su Padre en secreto para hablar sobre el futuro, que ahora albergaría hacia la joven Sakura Sakamaki.

•••

Una triste y desolada Sakura estaba llorando en mares de lágrimas en sus ojos, tras suplicar a los cielos que todo fuera una pesadilla.

Su amada madre no podía estar muerta. No podía ser verdad.

Lamentablemente, nadie le dijo que se trataba de una mentira.

Pero sobre todo, que todo esto era solo una terrible pesadilla.

_________ 🥀 ________

~Omake~

La luna resplandecía esa noche tan oscura y fría en soledad, que solo el susurro del viento llevaba el sonido del llanto y dolor de una dama vestida de negro mientras daba un último adiós hacia su amada progenitora; que le dio su vida entera para hacerla feliz.

Los cabellos dorados cual sol, abrazan con fuerza la triste y pequeña lapida donde albergaba el triste recuerdo de su adorada Madre, que había fallecido.

La dulce niña no culpo a nadie o a nada de lo sucedió, y aunque desconocía los detalles de la historia sobre su muerte, deseaba con todo su corazón volver a verla para despedirse por una última vez...

Sakura: Descansa en paz... Oka-san... -. Dijo en susurros la bella vampiresa de cabellos dorados, que había salido más allá de los límites permitidos de la Mansión del cementerio, para levantar una pequeña tumba a su querida madre en su memoria.

Sembrando delicadamente con agua y cariño la delicada rama de flores que su Madre le había dejado como despedida; aunque era pequeña y marchita, sabía que algún día crecería para convertirse en un hermoso árbol de cerezos. La esperanza por un futuro mejor, la hacían estar en paz consigo misma, y sabía que el espíritu de su Madre albergaría en la tierra como prueba que seguía aun a su lado después de todo.

Sola y triste, se sentía al no tener compañía además de su sombra, y aunque la vampira sabía que sus amados familiares odiaban las despedidas, no se inmutó por lo solitario que era el oscuro bosque para su presencia tan fina y delicada en su persona.

Pero se alegró mucho de escuchar una voz en particular.

***: Lo lamento...

Sakura: Subaru-nii... -. Sorprendía, la joven vampira miró a cierto chico de cabellos blancos sostenerse un hermoso ramo de rosas blancas, quien alagada por su regalo no sabía que decir. Después de todo, esas rosas tan puras y delicadas le pertenencia a él, y no merecía tener algo tan bello y hermoso como aquel presente, que albergaban el triste recuerdo de la difunta Madre del más menor de los seis príncipes.

Subaru: ...Espero que esto sea suficiente...

Sakura: ...Arigato... Subaru-nii... -. Con lágrimas en los ojos, la vampira observó el profundo color rojo de la mirada fría pero abatida en el alma del albino; y aunque este ocultaba su dolor, sabía que el joven vampiro también sufría el mismo dolor que ella.

Perder una Madre es lo peor que puede suceder, y sanar las heridas junto con el dolor pueden llegar a durar con el tiempo; pero gracias a los cálidos abrazos y cariño de la bella e inocente ninfa de cabellos dorados, las penas fueron transformándose en calidez en su corazón con el paso del tiempo, y para el más menor de la familia del clan, esto lo hacía sentir menos que un monstruo.

Pero el mismo sabia, que esto solo era el comienzo para odiar más su existencia, por lo que él y sus hermanos planeaban para ella.

-. ¿¡Por qué... Siempre nos arrebatas a lo que más amamos?!...