XXXIX
OSCURIDAD (Part. 2)
La ausencia de seres queridos había transformado el ambiente familiar en un paisaje desolado, donde las sombras de la melancolía se alargaban sobre muebles vacíos y fotografías olvidadas. Entre susurros de recuerdos y suspiros de anhelo, esta familia navegaba por los días, buscando en vano la luz que alguna vez iluminó sus vidas.
¡Ahhhhhh!
Gritos y el olor a sangre recién esparcido de sus cuerpos, fue uno de los espectáculos más comunes y placenteros por parte de los seis hermanos de la dinastía del clan Sakamaki, desde que su amable Padre, les enviará hermosas y jóvenes novias por parte de la Iglesia, para ser las siguientes en su Sacrificio Lunar.
Ninguna de ellas aguantaba más de una semana, y se esperaba que con cada nuevo amanecer amaneciera un nuevo día para gozar con el sufrimiento; desde que ella se fue, el dolor y tristeza perturbaron los corazones antes cálidos y llenos de vida, por angustia y miseria, sin embargo, una parte de ellos sabían que era lo mejor, y que ella se encontraría a salvo...
O eso es lo que creían.
***: Te he dicho miles de veces que lleves tus asuntos a tu habitación Ayato.
Ayato: ¡Tsk!, Reiji.
Reiji: Esto es un desorden. Sabes muy bien que es difícil limpiar la sangre de las alfombras. -. Declaro serio y firme el segundo heredero del clan, hablar con su hermano; quien no hace poco estaba disfrutando el dulce manjar color carmín entre sus labios de la recién novia enviada por ese hombre, a quien ya hacía muerta en el frío piso de la mansión sin compasión alguna.
Ayato: ¡Cállate!
***: Fu,fu,fu~ Reiji-kun, ya sabes muy bien, que Ayato ha estado enojado desde hace varios días, no después de haber leído esa carta...
Ayato: ¡CÁLLATE PERVERTIDO! -. Grito furioso el vampiro de cabellos rojos, hacia su hermano mayor trillizo, quien le sonreía de forma felina, sin importarle sus insultos un tanto mezquinos en su persona, a quien era muy común dirigírsele a menudo por parte de sus otros singulares hermanos.
Laito: Ara, sabes que es un honor que me llames así Ayato-kun~
Reiji: Basta ustedes dos. Ayato, vuelve a tu habitación. Ahora.
Ayato: ¡Tsk! -. Sin decir una palabra, el vampiro de ojos verde esmeralda, regreso a su habitación de forma regañadientes; dejando un leve rastro de la sangre esparcida entre sus ropas, sin importarle el más patético desorden que había dejado pocos minutos atrás, después de todo estaba enojado y deseaba aliviar su sed de rabia y cólera lo antes posible.
Laito: Dicen que fue una ceremonia hermosa. Es una pena que no hayamos asistido...-. Susurro el peli castaño rojizo, mientras miraba a los lejos una peculiar carta, con el sello del escudo de su familia abierto; desde que se le fue notificado, a él y a sus hermanos por el especial evento, que se llevaría a cabo durante la noche de luna de llena en el palacio desde hace dos lunas atrás, la tensión y rencor por cada Príncipe del Clan era inevitable.
Pues finalmente, la Princesa del Flor del Cerezo esta ahora unida en matrimonio.
•••
Más tarde, el resto de los seis hermanos estaban reunidos en el gran comedor, para celebrar su cena habitual mensual; la frialdad y los comentarios pocos expresivos por parte de los Príncipes herederos a la corona, no faltaron de más.
Ninguna presencia además de ellos junto con los sirvientes fantasmales, albergaban en la solitaria mansión; por mucho que era la insistencia, habían recibido noticias de que su Padre, el Rey llegaría para celebrar una ocasión en particular. Sin embargo, con cada momento que pasaba, el tiempo en familia termino cuando el reloj dicto las doce de la noche, dejando nuevamente plantando a los seis hermanos del clan con las promesas vacías de su Progenitor.
Para cierto vampiro de cabellos rojizos, había tenido suficiente con la comida, no después de haberse saciado con su bolsa de sangre esa misma noche; solo la presencia de él y sus hermanos era lo único que se mantenía en pie sobre estas tierras, no después de que muchos humanos desafortunados merodeaban sin sentido por la zona; creyendo que este era un lugar abandonado y un posible refugio contras las frías lluvias de la temporada en la tierra. No le dieron importancia, pero una parte de ellos sentían que algo estaba por cambiar.
Y llego el día.
- ¡TOC, TOC, TOC, TOC! (¿...?) -
Ayato: ¿Quién diablos será? -. Exclamo el tercer hermano, cuando escucho el sonido de la entrada principal, tocada por alguien. Pero por una extraña razón no pudo detectar su aura o aroma en particular.
Reiji: Será todo por hoy.
•••
Preventivos, los seis hermanos llegaron al vestíbulo de la mansión para recibir a la extraña presencia entre sus dominios; pues su singular aurora demoniaca, prevenía de un bajo nivel de magia y poder en persona. Pero debían estar alertas con las apariencias.
***: Buenas noches... -. Exclamo una elegante voz de aquella extraña figura, pero femenina de una mujer vistiendo una capa negra cubrir su rostro, a causa de la terrible lluvia esparcida en la lujosa mansión.
Laito: Ara, Hilde-chan, que agradable sorpresa.~ -. Contesto el tercer trillizo, reconociendo en persona, de la figura tan fina pero peligrosa en la entrada; aquella bruja, era conocida por servir a la familia Sakamaki desde que tenían razón de memoria, aunque después de que su ama, la única mujer vampírica de sangre noble residía en la mansión, era su deber como mucama acompañar a su señora hasta que cumpliera el tratado hasta el final de sus días.
Reiji: ¿Qué hace aquí señorita Hilde?
Hilde: Lamento mucho el inoportuno, joven Reiji-san... Pero vine a pedir nuevamente el trabajo a vuestra familia si me es posible...
Ayato: ¿¡No deberías servir a esa mujer todavía!? Sobre todo, a esa nueva familia. -. Enojado, el vampiro pelirrojo gruñía con furia hacia la bruja, a quien, sin mostrar miedo en su mirada, explicó cada detalle sobre el asunto.
Reiji: Es verdad. Tu deber Hilde es servir ahora a esa nueva familia tras el acuerdo. No después de que se hizo el tratado de lazo matrimonial. -. Respondió frío el vampiro de ojos magenta, observando cada uno de los gestos de la joven, quien no se mostraba sorprendida, y más bien, se estaba burlando de ellos por su ingenuidad en sus rostros.
Hilde: ¿Eso les dijo?... Je... Que embarazosa situación...
Subaru: ¡¿Qué diablos quieres decir!?
Hilde: Pensé que se les había notificado... -. Respondió de forma burlesca la mujer de cabellos castaños profundos, mientras miraba los rostros serios pero enojados de los príncipes del clan por su osadía.
Ayato: ¡Habla ya de una vez Bruja!
Hilde: Creo que este no es lugar apropiado para hablar sobre eso... ¿No lo cree, Reiji-san?
Reiji: ...
•••
Sin saber porque, los seis príncipes del clan, estaban intrigados con las palabras confusas de la sirvienta bruja; que ya los había hecho estar ansiosos por las verdades que estaba dispuesta a compartir en su persona, pero de cualquier forma u otra, estaban determinados en sacar la información tan misteriosa, que su mismo progenitor mantuvo en secreto en sus espaldas sin decírselo a nadie en particular.
Reunidos todos, el calor del fuego invadió el elegante vestíbulo de la mansión, mientras que la muchacha de cabellos oscuros largos reposaba tranquila en un fino mueble, mientras seis pares de ojos no dejaban de observar cada uno de sus movimientos; la paciencia no era una de las mejores virtudes de los jóvenes amos, y solo deseaban conocer las noticias tan importes que traía consigo.
Shu: Esto es un fastidio.
Subaru: ¡¿Solo viniste a joder!?
Ayato: Ore-sama no necesita perder su tiempo.
Reiji: Señorita Hilde, no toleraremos perder nuestro valioso tiempo. Si tiene algo que decir, hágalo ahora. Y retírese de nuestros dominios. -. Declaro firme y sin simpatía el vampiro de cabellos negro oscuro, tras sentirse sumiso en cada uno de los deseos de aquella mujer de bajo estatus social, a quien al igual que el resto de sus hermanos, estaba más que impaciente.
Hilde: Me siento tan ofendida, señor Reiji-san... Tantos siglos en servir al gran apellido Sakamaki, y así agradecen a sus más fieles sirvientes. -. Declaro adolorida y con tristeza fingida la joven bruja, sin embargo, por mucho que quería parecer inocente y frágil por las terribles condiciones del clima por llegar a sus dominios, no les importaba, solo deseaban conocer la verdad.
Subaru: Más bien, es tu lealtad a la que le debes a ese hombre. -. Declaro frio y enojado el más menor de los hermanos, a quien no paraba de desconfiar en la presencia de la joven bruja, a quien había ofendido por sus palabras, pero de aquel un viejo dicho; si deseas llamar la atención de los demás, debes mencionar incoherencias antes de hablar.
Hilde: Entiendo. Si va a ser así... Será mejor que me vaya... Después de todo, no creo que quieran saber sobre... La niña.
Shu: ...¿Niña?... -. Curioso, el vampiro de ojos azul profundo miraba serio a la bruja, y al igual que el resto de los cinco vampiros de la mansión, se sorprendieron cuando mencionó a un pequeño, sobre todo a una niña.
Hilde: Si. Una pequeña. Que vivía en esta mansión...
There was a woman and her daughter
And she was beautiful
A lovely beautiful girl
But he transported her for life
And she was beautiful
Hilde: Sakura, Sakura Sakamaki.
Shu: ...¿Y su crimen?...
Hilde: Ingenuidad...
There was a girl, you see
Pretty little thing
Silly little nit
Had her chance for the moon on a string
Poor thing
Poor thing
No había pasado mucho, para que cierta hermosa chica de cabellos dorados y ojos azul profundos llegara a la mansión del hermano menor del Rey de los Vampiros, para recibir noticias sobre su futuro compromiso.
Durante su estadía, el hombre mayor de cabellos verde oscuro la instaló en la torre solitaria de la residencia; si no fuera por el hecho que podía instalar algunas de sus pertenencias más apreciadas, se sentiría más aprisionada y solitaria como su amada fallecida tía Christa, a quien también albergaba durante toda su vida en aquella Torre esperando a que la liberara su amado salvador.
Para la pobre Sakura, apenas tocaba su comida y se la pasaba observando la ventana todos los días, esperando alguna respuesta por parte de sus Golondrinas Familiares con alguna carta proveniente de la residencia Sakamaki; pues desde ese día, había mandado y escrito diversas cartas para cada uno de los seis hermanos preocupada por ellos.
Pero nunca recibió respuesta.
There was this man, you see
Wanted her like mad
Every day he sent her a flower
But did she come down from her tower
Sat up there and sulked by the hour
Poor fool
Ah, but there was worse yet to come, poor thing
Miedo y asco, sentía la pobre vampira tras ver como cada mañana, el hombre encargado de la mansión, la mirada con sucios deseos; siempre evitaba bajar hacia el jardín para acompañar al vampiro sobre una posible muestra cortejo por su mano en matrimonio.
Aunque quisiera, no había nada que pudiera hacer; el hermano menor del Rey Vampiro era responsable de un gran puesto de poder bajo su tutela, nadie estaría tan loco, para luchar por ella por su libertad. Y esperando una sola respuesta o arrepentimiento por parte del Rey, la hizo sentir con esperanza, con solo pensar de forma soñadora el rescate de sus amados príncipes por ella.
Y cada día esperaba con ansias volver a verlos.
Well, the servant calls on her all polite
Poor thing
Poor thing
That man, he tells her is all contrite
He blames himself for her dreadful plight
She must come straight to his house tonight
Poor thing
Poor thing
Sin embargo, una noche, había sido llamada por un sirviente, declarando que una de sus cartas había llegado personalmente al Rey; confundida, la pobre e ingenua Sakura no notó las sospechas, y sus suplicas fueron finalmente escuchadas tras el comentario de que el Rey está totalmente arrepentido, y la haría volver nuevamente a la mansión Sakamaki.
Así que determinada y llena de valor se alisto lo más rápido posible, y bajo hacia el vestíbulo para recibir al Rey para hablar sobre su destino. Tal vez, él no era tan cruel como lo había predicho.
Of course when she goes there - poor thing, poor thing,
They're havin' this ball all in masks
There's no one she knows there - poor dear, poor thing
She wanders, tormented and drinks - poor thing
His majesty has repented, she thinks - poor thing
"Oh, where is Sir Sakamaki?" she asks
He was there alright
Only not so contrite
El olor desagradable a licor y hierbas narcóticas, se mezclaron en las fosas nasales de la vampira, tras ver como de forma repentina e inesperada, el dueño de la mansión había organizado un baile de máscaras. Para la pobre dama de cabello dorados, se sentía mareada por el desagradable aroma de las bebidas y el vino mezclados por la cantidad de enormes nobles desconocidos del Makai, celebrar tranquilos y sin arrepentimiento de sus pecados por simple diversión.
Siendo la única sin una máscara en su rostro, pidió un poco de agua hacia uno de los sirvientes de la gala, mientras seguía buscando con su mirada los ojos rojizos y cabellos albinos del Rey para hablar sobre su destino; fue perdiendo poco a poco de sus sentidos al ver como el extraño liquido tocaba sus papilas gustativas con un fuerte ardor en su garganta.
Reposando tranquila en algunos de los muebles del vestíbulo de la misteriosa mansión, jadeaba de forma repentina al sentir su cuerpo sudar en fiebre, sintiéndose más débil de lo que ya había estado antes; suplicando por algo de ayuda, vio como de forma siniestra un hombre de alta figura, se acerca a ella con sucias intenciones.
She wasn't no match for such craft, you see
And everyone thought it so droll
They figured she had to be daft, you see
So all of them stood there and laughed, you see
Poor soul
Poor thing
Dolor y súplicas por piedad ante las acciones del hombre tan cruel; la indefensa vampira sentía como su vestido era rasgado sin vergüenza alguna de su cuerpo, mientras el resto de los invitados reían y miraban con lujuria el próximo evento en persona.
El dolor y la sangre entre sus partes más privadas e íntimas fueron inevitables, y mientras lloraba con suplicas ante las oscuras razones de aquel hombre de quien llego a confiar y admirar en el pasado, no pudo aguantar en suplicar por ayudar, y grito el nombre de los seis hermanos por su rescate.
Pero nadie vino por su ayuda.
•••
¡CRASHHH!!!! (¿...?)
Hilde: ¡...! -. Sorprendida, la bruja de cabellos oscuro paró de contar la historia, y asustada por él fuerte ruido de un jarrón fino romperse, junto con el duro cracker de una de las paredes de la mansión, hizo hacerla mirar algunas de las caras de dolor, sufrimiento y arrepentimiento de los cinco príncipes herederos de la Corona, por no haber hecho algo al respecto...
Subaru: ...Nadie... ¿Tuvo compasión de ella?...
Hilde: Temo que no amo Subaru...
Shu: ...¿Dónde está?... ¿Dónde está Sakura?...
Hilde: Daga. De plata... La tomó de su escritorio cuando pudo... Intente detenerla, pero no quiso escuchar... Hubo una fuerte tormenta después... Quemo la torre... No quedo nada.
Todos: ... -. Silencio... Nada dijo nada al respecto cuando se fue declarado la verdad, y mirándose entre ellos, solo podían compartir la culpa.
Hilde: ...Para evitarse ese dolor, ese hombre fingió una ceremonia falsa, de matrimonio. Para no levantar sospechas.
Ayato: ...Él... Richter Sakamaki. -. Gruño enojado pero triste a la vez, el tercer hermano del clan, con solo imaginar a ese sucio hombre tocar alguna vez de lo que fue su amada flor de cerezo, quien ahora ya hacía en cenizas sobre tierras extrañas, y que seguramente nunca podría volver a ver su amada familia; y eso lo afectó desde lo más profundo de su corazón.
Hilde: Él le hizo esto. -. Declaro la doncella, mientras mostraba entre sus manos un maltratado diario junto con una pequeña caja de música dorada, que le pertenecía a la fallecida vampira, como prueba de que sus palabras, eran la verdad hacia los miembros de la familia Real Vampírica; los cuales reconocieron las letras y grabados especiales de los objetos más apreciados de ella...
_________ 🥀 ________
~Omake~
Sonriente, pero triunfante, cierta mujer de largo cabellos castaño oscuro, estaba relajada y tranquila en una habitación fina con varios muebles y perfumería de la más alta calidad, tras ser bienvenida en la maravillosa mansión del clan Sakamaki; pues ahora ya no era considerada una simple sirvienta, y todas esas promesas que se dictó a si misma de ser ella la futura reina, por fin estaba resultando de acuerdo a su plan.
Hilde: Finamente... He tomado tu lugar. Mi señora.
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