LUNA NUEVA

Querido diario:

Nos llaman monstruos, pero para mí... Ellos solo buscan a quien llamar monstruos a sus propios miedos.

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La visión de los deslumbrantes ojos color avellana, miraban confundido su espacio alrededor tras su largo profundo sueño, que carecía sin tener sentido por todas las emociones en cuentos de fantasía absurda, que reflejaban la mayoría de sus familiares por aquellos seres de la noche; los vampiros eran monstruos, siendo tan sádicos y viles por el afán de la sangre fresca en su alimento.

No desearías toparte en tu camino con aquellos demonios, que solo deseaban verte sufrir en forma de tus más temerosas pesadillas.

El joven humano de cabellos castaños, termino de darse cuenta, que había estado en el hogar de aquellos seres, cuando escucho una encantadora voz, que sería su perdición.

***: G-gomennasai...

Ryuu: ¡...!

***: N-no quise asustarte... Mi nombre es Sakura, Sakura Sakamaki.

Ryuu: Sakura...

Sakura: Si... No debes temer.

Ryuu: ...

Sakura: T-te he traído algo de ropa. -. Sonriendo, la vampira de sangre pura trato de hacer sentir al muchacho de cabellos castaños tranquilo y cómodo, antes de las presentaciones oficiales con su familia, se volvieran más incomodas entre ellos; el joven mortal de ojos color avellana, miraba profundamente las prendas sencillas pero de alta costura, que consistía en una camisa blanca y pantalones castaños, que se adecuaban a su estilo sencillo como plebeyo, después de todo, la habitación en donde hospedaba, tenía una suave cama, junto con algunos muebles de estilo hogareño, que le hicieron sentir un poco más tranquilo ante su posible estadía en esta oscura mansión.

Ryuu: ¿Eres uno de ellos?...

Sakura: Si... Somos vampiros...

Ryuu: ...

Sakura: Sé que es confuso... Pero... Estaré para ti si deseas resolver tus dudas... Baja por favor cuando puedas... Habrá una cena esta noche.

Ryuu: ... -. Sin decir ni una palabra, el joven peli castaño asintió, y ante su mirada, noto como la figura femenina de la hermosa vampira de cabellos dorados se retiraba de la habitación, para darle un poco de espacio.

•••

Husmeando entre los cajones, buscando algún objeto afilado, el muchacho maldijo en sus adentros por no tener un arma en esta situación, y colocándose la ropa lo más rápido posible, decidió abrir silenciosamente la manija de la puerta, para correr hacia la salida lo más rápido posible.

***: Ara, Ara, Ara, ¿Te vas tan pronto?~

Ryuu: ¡...! -. Sorprendido, el joven peli castaño sintió un horrible dolor en su cuello, tras haber sido acorralado por un par de ojos color verde esmeralda, que lo miraban con odio en su rostro, y no paso mucho tiempo, cuando sintió que su respiración desaparecía poco a poco de sus pulmones. El pánico no lo ayudaba en lo absoluto, y su valentía se fue en su espíritu tras ver el demonio reencarnado en persona.

***: Are, Ayato-kun, si lo tratas de esa forma, morirá pronto.

Ayato: Cállate Laito, él debe saber cuál es su lugar.

Laito: Es verdad, pero ella estará triste si su invitado muere tan pronto...

Ayato: ¡Tsk!

Ryuu: ¡Cof!, ¡Cof!, ¡Cof! -. Aliviado, el joven sintió por fin el aire en su cuerpo, tras el sentir de las garras de aquel chico de fuerza inhumana; quien resulto ser uno de sus mismos raptores, a quienes lo privaron de su propia libertad hacia el exterior.

Ayato: Rápido. Ore-sama no puede perder su tiempo contigo.

Ryuu: ¿Tiempo para qué?

Laito: ¿No es obvio?, la Cena. Fu, fu fu...~

Ryuu: ¡...! -. Ante la sonrisa risueña y a la vez macabra de aquel lujurioso vampiro, las miradas ante el cómo su presa, no dudaron en causarle temor ante sus simbólicas palabras, que podrían ser el último de sus días, si no lograba escapar lo antes posible.

•••

En el gran corredor de la mansión, el joven de cabellos castaños, se deslumbro con la hermosa decoración de aquella lujosa habitación, en donde estaban reunidos otros pares de ojos brillosos, mirarlos con curiosidad, pero a la vez de molestia, por su presencia.

No sabía cómo, pero en una abrir y cerrar de ojos, los dos vampiros de ojos verde esmeralda, se encontraban reposando cómodamente en una de las sillas del extremo de la gran mesa para cenar a gusto. Siendo precavido, el joven humano, poso su mirada en uno de los asientos más cercanos a su vista, pero cuando intento tocar con su mano el fino asiento, sintió un fuerte dolor en su muñeca por parte de un par de ojos color lila; con una intensas ojeras, signos de que aquel misterioso vampiro de apariencia joven e infante, no lograba dormir en absoluto, y demostraba tener una gran fuerza de lo que aparentaba ser.

***: ...¿Qué demonios tratas de hacer?... -. Susurro el segundo trillizo de los hermanos, mientras temblaba molesto, por la actitud tan descarada de aquel asqueroso humano, que intentaba hacer de las suyas.

Ryuu: P-perdóname... P-pero... P-por favor...

***: ¡Kanato-kun!, ¡Detente! -. Grito una dulce voz, que el mismo chico de cabellos castaño miraba sorprendido como la actitud tan repentina de aquel vampiro de ojos color lila a quien se calmaba un poco, y lo dejaba ir como si nada; lo más curioso, fue que ningún de los otros presentes hizo algo para defenderlo, y nuevamente era salvado por aquella hermosa chica.

Kanato: Gomennasai Sakura-chan... Pero... Prometiste sentarte a mi lado en esta ocasión... -. Con lágrimas de tristeza, el joven vampiro de cabellos lila miraba triste y arrepentido los ojos cual verde azulados de su preciada muñeca, verlo enojado con su persona; y lo único que no deseaba, era ganarse su profundo odio por culpa de aquel asqueroso mortal.

Sakura: Lo se... Pero... Tenemos visita...

Kanato: ...

Ryuu: Yo solo... No tengo problema, puedo cambiar de lugar---

Kanato: Siéntate ahora. -. Respondió frio y serio el vampiro, mirando con disgusto como el tenebroso humano, tomaba nuevamente la silla de su lado para sentarse, mientras la vampira tomaba su habitual asiento en el comedor, al lado del mayor y menor de sus seis medio hermanos.

Ryuu: S-si... -. El pobre chico estaba confundido; si no habría que tener que conformarse con la mirada tan mezquina e irritada de cierto vampiro de cabellos color rojizo, su situación no podía empeorar cuando gano cierto enemigo mimado, que actuaba aún más como un niño y era el consentido de la vampira de sangre pura, a quienes misteriosamente ellos obedecían y respetaban. No sabía si la estaría pasando de maravilla mientras viviera en esta horrible casa sin su presencia.

Sakura: No te preocupes Kanato-nii, te lo compensare a ti y a Teddy con algunos postres.

Kanato: Arigato, Sakura-chan... -. Sonrojado, el vampiro de ojos lila, miro con adoración a su preciada muñeca, y olvido todo rastro de amargura en su mirada con aquella asquerosa peste, que osaba quitarle el asiento reservado que tanto le costó intercambiar con sus otros dos hermanos, para ser el quien sintiera el maravilloso aroma femenino con olor a sangre de la hermosa Princesa de la mansión.

Laito: Ne~ Oppai-chan, ¿Y por qué no cocinas para mí también?... Me encantaría verte vestida de Maid algún día~

Reiji: Laito. Recuerda tus modales. Sobre todo, tu Kanato. Sabes muy bien que nuestros invitados deben estar a gusto mientras habiten aquí.

Ryuu: ...

Reiji: Permítame que nos presentemos. El mayor, es Shu. El segundo seria yo, Reiji. Ayato. Kanato. Laito. Y Subaru. -. Respondió serio el vampiro de cabellos negros profundo, mientras presentaba a cada miembro familiar del apellido Sakamaki, a quienes miraban con recelo y odio en sus ojos al nuevo invitado inesperado residir en la mansión.

Ryuu: ...

Reiji: Y nuestra prima cercana maternal. Sakura Sakamaki... Y su nombre, ¿Joven?

Ryuu: Ryuu. Solo Ryuu. -. Frio y serio, el joven ignoro las miradas frías y mezquinas en su persona, mientras veía a cada vampiro ser presentado de una forma un tanto siniestra, que sintió que cada uno de los mitos que hablaban en su familia era verdad; los vampiros eran sádicos por naturaleza, y su belleza eran solo un encanto que usaban ante sus frágiles presas humanas, para seducirlas y engañarlas ante sus necesidades por la sangre fresca.

Reiji: Muy bien. Señor Ryuu. En esta casa hay reglas, y mientras viva aquí se adaptará a nuestro horario y comerá cuando se lo pidamos.

***: Ve directo al grano. Y dile que si se va está muerto.

Sakura: ¡Subaru-kun!

Subaru: ¡Tsk!

Ryuu: ...¿Dónde está?...

Sakura: ¿Uh?

Ryuu: Mi hermana... ¿Dónde está ella?

Sakura: ... -. Con tristeza en su mirada, la pobre vampira no sabía que responder, y, por si fuera poco, los cometarios e información de parte del perdido humano, hizo sentirlos entrar en cabeza a cada uno de los vampiros ante la revelación de sus palabras; el cuál, por venganza, cierto hermano trillizo decidió comentar algo respecto para su diversión.

Kanato: ¿Qué dices Teddy?... Mmm... Si... Ninguna novia tenia familia...

Ryuu: ¿N-novia?

Kanato: Todas ellas... Gritaban y suplicaban... Mencionando que tenían un hogar... Mmm... Que extraño...

Sakura: K-kanato-kun...

Ryuu: Ella murió... ¿No es verdad? -. Con rabia en su mirada, el joven peli castaño sentía sus lágrimas de tristeza y rabia combinadas, que no le importaba azotar la lujosa vajilla de su plato mientras observaba un par de ojos azul cual verde profundo, mirarlo con tristeza y miedo por su actitud tan repentina.

Sakura: Ryuu---

Ryuu: Debí suponerlo.

Reiji: Señor Ryuu. Le pido que tome asiento ahora.

Ryuu: ¡Cállense todos!, ¡SON UNOS MALDITOS MONSTRUOS!, ¡¿DE QUÉ SIRVE VIVIR AHORA!? -. Con valentía, el joven peli castaño, tomo un cuchillo de la mesa, amenazando con sorpresa, a la hermosa vampira, que solo intentaba explicarle la situación.

Sakura: ¡Ryuu!... ¡D-detente!

Ryuu: ¡ERES UN MONSTRUO! ¡UN MONSTRUO!

Sakura: ¡...! -. Sorprendida, la joven vampira no dijo nada, y en un minuto sintió como su cálida mirada se trasforma en shock por lo que dijo; cada palabra y significado la quemaba por dentro, y cuando los seis príncipes fueron testigos del gran insulto de la más bella flor de la familia, cada uno deseaba matar aquel asqueroso humano sin importar lo que pasara.

Y como si se trata de un instinto, cada uno de ellos rodeo al patético intento de bolsa de sangre, para recibir lo que merecía, como todo invitado en su mansión a quien llegaba tras las puertas.

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~Omake~

El sonido tan fuerte y resonante de una puerta, los seis príncipes de la familia miraban la triste mirada de su amada prima, arrodillada en el frio suelo de la mansión abatida con las palabras en forma de daga, que perforaron el estado tan cálido y expresivo de la hermosa Princesa de su familia; ser llamado monstruos, era una cosa natural para los humanos, pero intentar llamar a una persona que mostraba estar fascinada con el mundo de los mortales, y que nunca había derramado sangre por gusto o diversión, era un gran insulto en sus caras; deseaban hacer trizas aquel patético chico, que huyo como todo un cobarde en su habitación respectiva para ocultarse de ellos lo más pronto posible.

Como si eso fuera suficiente contra sus poderes y fuerza inhumana.

Ayato: ¡Ese maldito me las pagara!

Shu: Ayato.

Ayato: ¡...! -. Para su sorpresa, el vampiro de cabellos color rojizo, no podía sentir lastima por su amada, que a pesar de tener odio y sed de venganza, su empatía por hacer sentir bien a su chica, eran mucho más fuertes. No tardo mucho para ser el siguiente, en consolar a una triste Sakura, quien la recibía con gusto en sus brazos, mientras sentía las tibias lagrimas esparcirse entre sus ropas.

Por una vez en su vida, haría sufrir a ese miserable humano mientras viviera en sus dominios.

•••

Mientras tanto, cada segundo de su vida corría peligro, un joven chico de cabellos castaños intentaba estar lo más corde y tranquilo posible ante la aparición de aquellas bestias, que seguramente vendrían a matarlo. Por un momento pensó en estar alucinando de más, cuando miro con sorpresa, como debajo de su almohada, estaba intacto el gran apreciado diario de su hermana gemela; sentía cada una de las palabras y letras de la fallecida muchacha, que relataban su cruel destino tras su desaparición en el convento, y como llego a conocer a una persona, que la libero de toda tristeza tras su ausencia.

Ryuu: ...S-sakura ... ¿Q-qué fue lo que hice?...