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XXVII

LUGAR

Querido diario:

A veces, la felicidad es lo que más extraño en mi vida.

| ... |

Los días fueron pasados, desde la ausencia de la madre de la hermosa vampira de cabellos dorados; la tranquilidad y hermandad antes unida y floreciente en la mansión, iba más en conflicto, por el corazón y afecto de aquella dulce dama, que había robado los corazones de los seis herederos al trono del clan Murciélago; que no se detendrían hasta lograr su cometido.

Cada día, el dulce aroma seductor de la sangre de la joven de ojos azules verdosos, era mucho más difícil de controlar para su paladar; ante aquel enloquecedor sabor sin igual.

•••

En la habitación de cierta joven mujer, no había parado de escribir cartas a su amada madre cada mañana, tarde y noche sobre sus días habitando sola en la mansión; sus fieles familiares en forma de ave, iban y venían con las cartas de la joven vampira, que muy pocas veces recibía noticias de su progenitora con su respuesta.

Con cada nuevo amanecer, era imposible ver como la resplandeciente belleza y hermosura de la joven, iba creciendo aún más y más; que eran imposibles callar los rumores del pueblo, ante la misteriosa doncella que vivía en esa extraña mansión.

Sakura: ¡Buenos días a todos!

-. Buenos días señorita Sakura.

Como lo había prometido, la bella y bondadosa joven, había tomado la decisión de encargarse de los deberes diarios partidos en la mansión; a pesar de su estatus, la vampira de 1500 años de edad, ayudaba a los espectros sirvientes de la mansión con la comida, limpieza y orden en la residencia, el cual, era casi imposible de tratar de convencer a la joven, que ese no era un digno trabajo para una dulce dama fina como ella, pues avergonzados, no podía soportar la idea de ver vestir a su señora ama, como toda una mujer humilde, que a pesar de no llevar nada lujoso en su vestimenta, resaltaban aún más la inocencia y dulzura de la vampiresa.

Sin embargo, la bella joven estaba más que dispuesta a aprender, sobre todo, en la agricultura; ella misma había realizado días atrás, un pequeño cultivo especial de zanahorias, papas y legumbres, que cuando empezó a cosecharlas y prepararlas con los platillos de la cena, sus seis encantadores primos estaban más que impresionados con su talento, que no desearon otra especie en su comida, sino era preparada, servida o cultivada por ella ante aquel maravilloso majar de su cocina.

Sakura: ...Muchas gracias por todo... Edgar... -. Dijo agradecida la bella joven, mientras terminaba de recoger algunos huevos y verduras frescas en el jardín trasero, para preparar la merienda del día, antes de que bajaran los últimos miembros masculinos de la familia.

Su secreto de su amado cultivo, solo lo sabía el más mayor de los seis vampiros; aquel humano llamado "Edgar", le había enseñado muchas técnicas y métodos necesarios para obtener un niño cultivo de alta calidad. La vampiresa extrañaba mucho a ese niño, y aunque sabía que estaba felizmente descansando en el más allá, esperaba pacientemente el brote de su nuevo árbol de manzanas, en honor al humano, que era un verdadero amigo y compañero para su amado primo, quien también , extrañaba de su presencia.

•••

En la cocina, muchos de los sirvientes terminaron de preparar rápidamente el desayuno de los siete miembros de la familia Sakamaki; Había sido todo un caos, por no cumplir las exigencias y peticiones por parte del segundo a cargo de la mansión, el cual, seguramente se enfadaría por su retraso de más de 10 minutos.

La joven vampiresa había llegado a tiempo, y trato de mejorar un poco el ambiente y tensión de sus criados, explicando que sería ella quien enfrentaría las consecuencias en sus nombres.

Los espectros sirvientes agradecían de tener una ama tan bondadosa y amable, que estaban más que dispuestos en ayudar a la vampira cuando lo necesitara, además de sus fieles palabras y servicios en todo momento.

-. No debería hacer eso señorita...

-. Es nuestro trabajo...

Sakura: Descuiden, no hay molestia. Además, si deseo ser una gran esposa algún día, debo aprender de esto, jejeje. -. Con una sonrisa traviesa, la vampira tomo un plato con deliciosos dulces de chocolate, takoyakis y macarones, mientras salía de la cocina con discreción para ocultar el postre; Pues cierto vampiro de ojos color magenta profundo, había prohibido servir toda clase de dulces y manjares para ciertos trillizos de la mansión hasta nuevo aviso.

-. Señorita Sakura, no debería---

Sakura: ...Shhh...

•••

En el gran comedor, los cubiertos y platos finos de plata, estaban servidos hacia los seis miembros masculinos de la familia, que se habían reunido para merendar como familia; Sería una gran burla para ellos saber, que no había más que indiferencia, odio y rencor para algunos de los hermanos vampiros, que apenas se toleraban entre ellos, y solo lo hacían para hacer feliz a la única presencia femenina de la casa.

Todos estaban fríos y serios en sus miradas, que a pesar de que portaban sus más finos y elegantes trajes de la época para aparentar las apariencias y miradas curiosas de los humanos; uno que otro príncipe, estaban más que desesperados con la inútil servidumbre retrasada con la comida, después de que cierto vampiro de cabellos negro profundo, había tomado la decisión de excusarse el día de hoy, para descansar de ese trabajo, pero irónicamente, fue la Peor decisión que tomo, y sin la presencia de la vampiresa de ojos azules, era imposible calmar al resto de sus insoportables medio hermanos.

Ayato: Tsk, ¡Ore-sama está harto de esperar!

Kanato: ¡¿Dónde está la comida!? -. Grito enojado el vampiro de ojos color lila hacia la mucama, mientras tomaba un tenedor con furia amenazando al espectro sirviente, quien estaba más que nervioso por el cambio arrepentido de su amo.

- Una disculpa mi señor...

Ayato: ¡¿Qué diablos han hecho toda esta maldita mañana!?

Reiji: Ayato tus modales.

-Ayato: Tsk.

Reiji: Es la última vez que les dejo esto en sus manos. -. Dijo frío el vampiro de cabellos oscuros con enojo hacia algunos de los sirvientes presentes en el comedor, quienes estaban aterrados por la actitud del segundo amo a cargo; que no sabían cómo pagar la generosidad de su ama, por enfrentarse valientemente al vampiro de ojos magenta profundo.

***: Lamento el retraso.

Reiji: Sakura. -. Con solo escuchar la cálida voz de la vampiresa pura sangre, la tensión en el ambiente se reduce un poco, tras ver la bella sonrisa, de la joven de cabellos dorados; que, a pesar de lucir una pueblerina de la época, no perdía su luz y belleza, que eran lo que más amaban los seis príncipes de la corona de ella.

Sakura: ¡Buenos días a todos!

Kanato: Sakura-chan... ¿Por qué estás usando esa ropa?... No es nada lindo...

Sakura: ¿Uh?... ¡Oh!... Discúlpenme, estuve tan ocupada esta mañana, que olvidé cambiarme antes de llegar. -. Respondió tranquilamente la vampira, quien usaba un simple vestido sencillo corto color rojizo, con mangas medio largas color blanco, mientras portaba un velo del mismo tono en su cabello peinado en una trenza; que dejaba un asentamiento a su actitud humilde y sencilla en su persona.

Reiji: Esta vez te dejare pasar tu descuido. Que no se repita de nuevo.

Sakura: Arigato, Reiji-nii.

Raito: Ne~ Oppai-chan. Me gusta cómo te ves~ -. Exclamo coqueto el chico de ojos verde felino, mientras miraba con ternura e inocencia, como la dulce dama llevaba entre su cara algunas manchas de tierra, que demostraban ser signo de su arduo trabajo en la mansión; y atrevidamente, estando lo más cercano de ella en la habitación, limpio con sus dedos una de las manchas en su delicada y sonrojada mejilla cálida.

Subaru: ¡Tsk! Pervertido.

Shu: ...¿No deberías estar en el pueblo? -. Respondió el mayor de los seis vampiros; quienes miraron a su confundido hermano antes de dormir abrir sus ojos tras mencionar esas palabras, que no eran del agrado de todos los presentes.

Sakura: ¡Es verdad! Gracias por recordármelo Shu-nii... Amm... Me disculpo por hoy. -. Respondió la vampira con una reverencia ante todos, mientras miraba con una sonrisa algo suplicante al mayor de los vampiros de la sala, que le daba su aprobación para irse.

Reiji: ¿Sobre qué asuntos?

Sakura: Tengo que ir al pueblo, iré a recoger unos ingredientes especiales que han traído algunos extranjeros.

Reiji: ...

Shu: No tardes demasiado.

Sakura: Arigato. ¡Nos veremos en la noche!

Subaru: ...

Sakura: ¡Nos vemos después! -. Mirando discretamente, un cierto vampiro de ojos color lila, que estaba más que triste por su partida, la vampira aprovecho para guillarle el ojo; mostrando a escondidas algunos dulces de chocolate, que había tomado de la cocina. El joven de los tres trillizos, entendió en el mensaje, quien al igual que sus otros dos hermanos de sangre, miraron curiosos, y se dieron cuanta con deleite, de los jugosos takoyakis y macarones servidos.

•••

Reiji: ¿Por qué soy el último que se entera de todo? -. Con ojo, el vampiro de ojos magenta miró con firmeza a su hermano, quien, a pesar de actuar con indiferencia ante las responsabilidades de la mansión, sabia tomar su lugar como el primogénito de la familia cuando se trataba de Sakura, y eso hacía más. que hervir de furia al vampiro de cabellos oscuros.

Shu: ...Mph... No le tome importancia. Además, ella es libre de ir y venir cuando quiera.

Reiji: No juegues conmigo.

Ayato: Tsk. Ore-sama no tiene que soportar esto. Me largo de aquí.

Kanato: Yo también.

Laito: Fu, fu, fu~ Creo que yo también. -. Reclamaron con indiferencia los tres trillizos con burla en sus rostros, quienes se habían retirado de la merienda tan familiar, que estaban más que destrozados en sus más profundos corazones, por dejar a su encantador segundo hermano mayor solo con su problema.

Reiji: Tsk. Atreviéndose a irse sin razón alguna. Que malos modales.

Shu: Reiji.

Reiji: ...

Shu: ...Te has dado cuenta... ¿Qué eres el único estando aquí?

Reiji: ...

Silencio. El vampiro de cabellos negros, miró a su alrededor con frustración; Pues, aunque odiaría admitirlo, tenía razón el vampiro de ojos azul profundo. Todos los demás miembros de la familia se habían ido sin decir una palabra más, y aunque en diversas ocasiones, se repetía mil y millones de veces la misma situación, ninguno de sus hermanos lo había dejado solo con las palabras en su boca.

Al menos, los tres trillizos tuvieron la decencia de mencionar su salida, quien a diferencia de cierto albino de ojos color rojo, había desaparecido del lugar sin ni siquiera excusarse.

El vampiro de cabellos rubios anaranjado, se fue de la sala; casando y sin mirar a su hermano menor, pudo haber jurado escuchar como el sonido de algunos platos y de la vajilla del comedor rompiéndose en el suelo, que le resulto problemático para sus oídos, que no le dejaban dormir tranquilo en el vestíbulo.

•••

El ambiente tranquilo y acogedor de la villa; una bella joven paseaba con ojos curiosos en muchos de los puestos de comida y regalos artesanales, que varios humanos del pueblo elaboraban con sus propias manos, que con cada año que pasaba, la vampiresa no dejaba de maravillarse ante la creatividad y originalidad de los humanos. , por sobrevivir en su mundo.

Muchos de los extranjeros recién llegados de Japón, se maravillaron con la hermosa belleza de la joven; el increíble cuerpo y silueta perfectamente moldeada a su figura, junto con su tierno y delicado rostro, que mostraban ser una fina y elegante dama de la sociedad, dejando sin palabras a los hombres con su presencia.

Los ciudadanos residentes de la villa, la conocían por ser sobrina de un gran político de la zona, y aunque había rumores de parte de ella y de su familia, se dejaban maravillar por el gran apellido Sakamaki; las damas casaderas, estaban más que celosas de su belleza, pues con solo mirar aquellos ojos azules verdosos, todos los jóvenes solteros quedaban enamorados y encantados con la muchacha, que era más que difícil conseguir un buen pretendiente para el matrimonio, si todos estaban más que enamorados y dispuestos de obtener la mano de la vampira en casamiento.

- Buenos días señorita.

-. ¡Buenos días señorita Sakura!

Sakura: Buenos días niños, ¿Cómo amanecieron este día?

-. ¡Bien! -. Exclamaron muchos de los pequeños huérfanos de la iglesia católica; la vampira de cabello dorados siempre visitaba una de las parroquias que su tío "Tougo", apoyaba económicamente para la futura educación de los niños y niñas residentes del hogar de su dios.

-Dios la bendiga señorita.

Sakura: No hay problema. Estoy más que dispuesto a apoyar en lo que necesiten. Cuide bien de estos pequeños hermanos.

- Así será.

-. ¿Ira al mercado señorita Sakura?

Sakura: Sí. Espero verlos después de la tarde si me es posible. ¡Nos vemos!

- ¡Adiós señorita!

-. Oh señor, bendice a nuestra amada flor de cerezo. Cuídala, y hazla de ella una mujer fuerte y especial; que encuentre su felicidad. -. Respondió la monja con una sonrisa, bendiciendo a la vampira; que merecía tener un final feliz en su vida, por todo lo bueno que ha realizado en su joven vida. 

Ella se lo merecía .

•••

-. Gracias por su compra señorita.

Sakura: A usted. Bonita tarde. -. Dijo con una sonrisa la joven, mientras colocaba cada uno de sus artículos en su canasta. Caminaba tranquila leyendo una novela conocida, entre las calles habitadas de personas, que se disponían a vender artículos y productos comerciales entre los pueblerinos. La vampiresa estaba tan sumergida en su lectura, que no noto las miradas de curiosidad, extrañeza y envidia a su alrededor, por parte de algunos humanos, por su atrevimiento; no era muy común ver a una mujer leer libros, y aprovechando las miradas curiosas de los hombres, muchas de las damas chismosas por envidia, no dudaron en aprovechar la situación para bajar la reputación de la joven flor de cerezo.

-. Escuche que lee libros. Por "diversión".

- ¡Qué escándalo!

-. Dicen que es una cualquiera. ¡Ha encantado a todos en el pueblo!

-. Sobre todo, al heredero de la familia Saito.

-. Tan joven y sin marido. ¿Qué mujer no consigue marido a esa edad?

- Ella es extraña.

Sakura: ...

Algunos de los rumores no les tomaban tanta importancia con el paso de los días en el pueblo; pero al ver, la cantidad de miradas inquietantes que recibía, la hicieron sentir muy incómoda al respecto, que dejo su lectura completamente asustada.

Corrió rápidamente en busca de la carroza familiar; llegando mucho más temprano a la mansión de lo que esperaba, y sin despedirse una vez más de los niños de la iglesia.

•••

Triste, la joven no podía creer que esas palabras la hacían sentir aún más miserable; pues a pesar de que había prometido ser fuerte por su madre, los rumores acerca de ella dolían, y se preguntaba internamente, quién era ella en realidad.

No entró al vestíbulo de la mansión para ser recibido, en cambio, decidió entrar por el jardín trasero hacia la cocina, para sacar todo de su cesta.

Sakura: ¿Uh?... ¿Qué ocurrió aquí?... -. Sorprendida, la joven había caminado en el gran comedor de la mansión, para ver como la vajilla fina de la casa, estaba ahora rota en el suelo. Muchos de los sirvientes estaban terminando de recoger la mesa, junto con el resto de los cubiertos y platos rotos.

-. Solo un inconveniente, señorita Sakura...

Sakura: Otra vez ocurrió... -. Respondió triste la vampira, mientras ayudaba a levantar los pedazos de vidrios rotos en el suelo de la habitación; cuando en un descuido, termino por cortarse uno de sus dedos...

El aroma de su sangre era sin igual, y curiosa por el liquido rojo carmín, se probo así misma...


-. ... Tu sed por la sangre ... Esta despertando .


_________ 🥀 ________

~ Omake ~

Sin emoción en sus miradas, los tres hermanos trillizos habían subido rápidamente a sus respectivas habitaciones, para mirar con satisfacción alguna, de los increíbles majares que merecían tener esta mañana.

Un feliz Kanato, estaba acompañado con su buen amigo de felpa, disfrutando de los deliciosos dulces de chocolate, mientras que cierto vampiro de cabellos rojos, comía sin parar de los ricos takoyakis preparados especialmente para él.

En cambio, el ultimo y mayor de estos, se deleitaba con los perfectos macarones entre sus papilas gustativas, mientras sonría divertido cuando escucho afuera de su habitación, la vajilla de porcelana romperse, como parte de una rabieta reprimida de su hermano mayor; Laito Sakamaki conocía perfectamente la personalidad y sentimientos de cada uno de sus hermanos desde que era joven, quien al igual que ellos, pelearía por la única mujer que los había comprendido y acompañado desde que eran niños. El mismo se prometió, hacerla algún día su esposa, y darle nueve hermosos hijos, que seguramente serán producto de alguna posición de su Kama Sutra.

Durante la mañana, había decidido visitar el pueblo para coquetear con jóvenes mortales humanas con su apariencia, y saciar un poco su semilla de sangre fresca, tras sentirse excitado en la mañana con el delicioso aroma de su amada prima; que con cada día que pasaba, se volvía aún más hermosa, pero irresistible por su aroma. Sin embargo, cuando escucho a su hermano mayor que saldría, cambio sus planos a última hora.


-. Me pregunto ... Si debo fingir mi muerte para recibir tu sangre ... Ne ~ Oppai - chan

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