EVENTO DESAFORTUNADO

Querido diario:

Nunca pensé que nuestra sangre... Determinaría la clase de historia, que tenía escrito nuestro destino, dado por esa persona...

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Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, y la primavera llegó finalmente en la lujosa residencia. Después de un año de eventos y hechos que marcaron los lazos de hermandad entre los ocho miembros restantes del apellido del clan murciégalo. Pareciera, que todo había sido una ilusión por parte de cierta hermosa joven de cabellos dorados, desde que fue profanado su cuello, tras sentir los deseos lujuriosos e íntimos de sus seis amados familiares, que habían probado por primera vez su sangre hace 12 lunas.

Aunque no tenía resentimientos, la vergüenza de sentirte aprisionada entre los brazos de aquellos guapos vampiros, la hicieron sentir de manera extraña y diferente desde que empezó a crecer; al principio desconfiaba un poco de ellos después de los eventos, que no quería preocupar a su amada madre, tras verla sufrir ante sus raros comportamientos en los primeros siete días superiores, así que decidió afrontar toda aquella noche. Trato de ser valiente, y por una vez se había sentido tranquila cuando hablaba con cada uno de ellos; quien al igual que ella, pidió disculpas por sus raros comportamientos, e inocentemente, creyó en cada una de sus palabras.

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Cierta mañana, los primeros rayos de la luz solar fueron los principales responsables de despertar a la bella vampira de ojos azules verdosos, mientras estaba durmiendo cómodamente en su habitación; hasta que escucha una hermosa melodía cantándole.

Hija mía, es tu cumpleaños

Mi corazón explota de emoción.

Y gran placer

Miro tus ojos

Y revive esos años

Cuando llegaste a casa

Por primera vez...

Sakura: Mamá...Gracias- . Dijo con una sonrisa, la bella joven de ahora 15 años de edad mientras sentía los cálidos abrazos y besos de su progenitora; que esperaba con ansias en ver a su pequeña y única hija ser finalmente una mujer casadera.

Akina: Felicidades mi cielo... Te has convertido en una hermosa y bella joven.

Sakura: Hola, Arigato.

- TOC , TOC , TOC , TOC ... (???) -

***: Con su permiso mi señora... -. Susurro cierta mujer de cabellera castaño oscuro y ojos rosados, que había sorprendido a las dos vampiresas de sangre pura, con una gran caja de regalo; que supuso ser algún presente enviado por el aniversario de la vampira más joven de la mansión.

Akina: Hilde. ¿A qué se debe tu visita?

Hilde: El amo Karlheinz, ha llegado... Me pidió que le entregara esto a la señorita Sakura...

Akina: ¿Karlheinz?...

Sakura: ¿El tío Karlheinz está aquí?... -. Respondió la joven preocupada, tras recordar la última visita del Rey de los Vampiros en la mansión; la muerte de la primera esposa, el quinto de sus hijos encarcelado en la oscura mazmorra de la mansión como castigo ante su crimen... Aunque no paso a mayores el conflicto, toda piedad y misericordia, había sido una petición de la vampiresa; que pedía misericordia por el pobre hombre, que ya había sufrido suficiente en su vida mortal, y aunque, fue compasión del oscuro vampiro de cabellos albinos aceptar la petición de su querida princesa, todavía había algo de temor en los tristes ojos de la bella dama. . . . de cabellos dorados.

Hilde: Si... Justo ahora está en el salón con los demás amos...

Akina: Si es así... Será mejor que baje. Te espero en la sala mi cielo.

Sakura: Si madre... -. Respondió la muchacha asintiendo con gusto, mientras veía a la mujer de ojos carmesí retirarse de la sala, para reunirse con los demás ante la presencia de aquel y oscuro hombre en la sala.

•••

Hilde: El amo Karlheinz quiere que luzca esto para la cena mi señora...

Sakura: ¿Eh?... -. Tras mirar el hermoso atuendo traído por su mucama, la joven se quedó sin palabras por aquel hermoso vestido, que habían visto sus bellos ojos; el maravilloso color azul cielo de aquel vestido descotado, hacían resaltar la mayor parte de sus atributos femeninos y hombros en su piel suave y cremosa, que combinaban perfectamente con la actitud sencilla pero hermosa de la vampira; que agradeció internamente al Rey, por elegir un atuendo aún más modesto para la ocasión.

Admirando su reflejo en el espejo, la joven notó como ciertos detalles en su rostro, fueron haciéndose mucho más finos y delgados, que la regresó mucho más bella; mientras que, en su figura, notó como había crecido algunos centímetros más de estatura, al igual que su busto, ahora un poco más grande de lo que recordaba. Sus caderas y silueta de una hermosa figura en reloj de arena, la volvieron mucho más sensual y atractiva de forma natural, para cualquier hombre que la viera; Finalmente, la joven flor de cerezo había crecido, y estaba lista para tener pretendientes que pidieran su mano en matrimonio.

Hilde: ...

Sakura: Sí que es precioso, ¿No lo crees Hilde?

Hilde: ...Lo dudo mucho.

Sakura: ¿Dijiste algo Hilde?

Hilde: Nada mi señora. Debes bajar cuanto antes, los amos esperan su llegada. - . Respondió firme la joven bruja, mientras trataba de ocultar el odio y su amargura, que llevaba en su interior cada día desde que veía a la vampira crecer llena de virtud, nobleza y belleza, que casi la descubre por soltar esas palabras.

Sakura: Está bien.

Tal parece que los días tranquilos en la mansión están a punto de terminar.

•••

Aunque Sakura sabía que su mucama, mejor conocida como "Hilde", había tenido una relación con uno de sus primos en el pasado, no quiso meterse en sus asuntos privados desde que los vio por accidente compartir actos carnales, que jamás supo cómo terminar su relación secreta.

Notó ciertos comportamientos extraños por parte de la mujer de cabellos castaños hacia ella, después de que muriera la primera esposa e hija del Señor de los Demonios; pero no le tomo mucha importancia al respecto.

Hilde odiaba a Sakura desde hace mucho tiempo; pero ahora, las redes de avaricia y envidia siguieron llegando, cuando creyó haber seducido a uno de los hijos del Rey del clan murciélago, pero todo fue una mentira bastarda del tercer miembro del apellido Sakamaki. Tras solo ser un juguete de diversión sexual de una noche.

Las recientes visiones en su caldero por saber su futuro, la dejaron más que amargada, pues la pequeña Sakura tenía todo lo que pudiera desear en su vida; una madre amorosa, el respeto del pueblo y del Rey, pero sobre todo, el amor y cariño por parte de los seis príncipes herederos a la corona, terminaría siendo la gran señora y reina del mundo demoníaco, al contraer nupcias con otro misterioso joven, que irónicamente, no podía reconocer en su caldero.

Sería solo cuestión de tiempo, para que tomara sus propias cartas en el asunto, tras sus rotos lazos de alianza entre la fallecida esposa, y hermano menor de su amo. 

Pero estaba decidida, Hilde tomaría su lugar como Señora del clan Sakamaki.

Sakura: Lamento la demora... Tío...- . Respondió nerviosa la vampira, tras bajar con nerviosismo las enormes escaleras de la Sala, donde estaba reunido el Rey de los vampiros, acompañando a su amada madre y primos en la estancia del hogar; que no pudo notar las leves miradas de ciertos ojos rojos mirar con detalle su cuello expuesto en su vestido.

Karlheinz: Querida Sakura... Sí que ha crecido... Pero es natural, finalmente, hoy cumple 1500 años después de todo. -. Respondió con una sonrisa coqueta, el hombre de cabellos blancos hacia la tímida jovencita, mientras depositaba un beso frío en la cálida mano de esta, y creyó haber escuchado, algunos gruñidos de desconfianza, por parte de cierto vampiro de cabellos rojos.

Sakura: Si señor... Es bueno volver a verlo desde...

Karlheinz: Oh querida, no es necesario recordar recuerdos tan desagradables.

Sakura: ...Sí...

Karlheinz: Esto es para ti.

Sakura: ¿Eh?... -. Con esas palabras, un enorme silencio por parte de los seis sucesores de la familia; miraron atentamente a su progenitor, entregando entre sus manos un pequeño presente hacia la hermosa dama de cabello dorados.

Karlheinz: Para la hermosa princesa de nuestro clan. -. Exclamo tranquilo el hombre mayor, tras retirar la tapa de la caja; que mostraba un precioso collar plateado, con un hermoso y bello rubí en el centro.

Sakura: Es hermoso... Pero... No debería aceptarlo...

Karlheinz: No hay molestia. Querida Sakura. Me gustaría que lo usaras en mi presencia, en tu cálido cuello...

Akina: Gracias. Karlheinz, pero no era necesario. -. Contesto la vampiresa mayor presente en la sala, tras mirar como aquel y sucio hombre, pasababa sus fríos dedos en el cuello blando de su hija; tratando de buscar algo.

Karlheinz: Para nada, al contrario, hay muchas cosas que se pueden hacer... Cuando se tiene el poder, querida.

Akina: ...

Karlheinz: Eso me recuerda... Ritcher. -. Dijo con firmeza el vampiro llamar a su mano derecha y hermano menor de sangre en la presencia de la mansión; que no había cambiado en nada en su actitud y apariencia, desde que se le vio por última vez en la mansión, cuando su amante, todavía estaba con vida; la primera esposa.

Ritcher: ...

Karlheinz: Acompaña a las bellas damas al jardín, la querida Sakura debe abrir sus demás obsequios.

Sakura: ¿Obsequios?...

Ritcher: Será un placer. -. Respondió frío el vampiro de cabellos verde oscuro, escoltar a las dos únicas vampiresas de la gran sala confusas; dejando a los demás miembros masculinos de la familia, hablar con su padre en privado en la sala de estar.

Una preocupada Sakura, sintió temor por sus primos, pues tenía las sospechas, que ya se había enterado el Rey; que había sido mordida cuando sintió el miedo invadir su corazón cuando toco su cuello con sus frías manos, y aunque solo fue una vez por cada uno de los seis hombres, se asustó mucho de lo que podría hacer con sus propios hijos de sangre.

•••

Ritcher: Estos son algunas criaturas familiares del mundo demoníaco.

Sakura: Que lindas. -. Respondió con brillantes ojos, la hermosa vampira; admirando con detalle dos hermosas golondrinas de plumaje negro azabache; quienes miraban con respeto a su futura ama.

Ritcher: El Rey, pensó que sería de tu agrado y gusto.

Sakura: Muchas gracias, tío Ritcher.

Ritcher: ...

Akina: Esto es mucho más de lo que pensé que traerían desde el Makai... -. Respondió preocupada la vampiresa mayor, tras mirar con detalle cada uno de los regalos recibidos por parte del Rey del clan Murciélago; las finas y elegantes telas de ropa, joyas, perfumes y flores, eran mucho más de lo que una mujer joven de 15 años de edad humana pudiera desear.

Ritcher: Por desgracia, no se podrá celebrar una gran fiesta en honor a la señorita Sakura. Esta es una forma de compensarlo.

Sakura: ¿Fiesta? -. La joven, volteo con curiosidad su mirada con la de su madre, a quien estaba tratando de enfocar sus pensamientos ante cada una de las acciones del Rey Vampiro, que tenía algo oscuro planeado en el futuro de ella y de su hija.

Akina: Entiendo...

Ritcher: Será mejor que me vaya. El sol está por ocultarse.

Akina: Gracias por todo. Richter.

Sakura: Si tío, muchas gracias. -. Dijo la bella vampira con una sonrisa hacia el hombre de cabellos verdes oscuros, quien al igual que su madre. Ambas se despedían con un gesto agradable hacia el vampiro, sintiendo una leve sensación de calidad en su pecho, mientras admiraba a las hermosas cabelleras doradas retirarse del jardín hacia sus aposentos. Deseando su bienestar y salud en todo momento.

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~ Omake ~

En el gran vestíbulo de la mansión, los seis miembros restantes de la familia Sakamaki, no esperaban de más de su progenitor.

Habían pasado meses desde la última que lo vieron tan enojado y oscuro en su persona; que tan solo la presencia del hombre vampiro de cabellos blancos, los dejaba con una sensación de odio y temor mezclados, pero a la vez de admiración, por poseer tan increíble poder, que solo el gran Rey del clan murciélago podía poseer.

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Aquella mañana, los seis herederos a la corona, habían esperado con ansias este día; y aunque habían planeado una gran cena, en honor de la joven vampira de cabellos dorados y ojos azules verdosos profundos; toda alegría y tranquilidad esperada, fue interrumpida tras la aparición arrepentida de aquel cruel hombre.

Karlheinz: Veo que todavía siguen siendo tan rebeldes como siempre. Esperaba mejores cosas de ustedes en estos meses. Sobre todos ustedes. Shu. Ayato. Subaru.

Ayato: ¿Qué diablos quieres con nosotros? -. Respondió frío el vampiro de cabellos rojizos, mostrando un gran ojo en sus ojos, tras recordar su anterior castigo impuesto meses atrás; las frías mazmorras del sótano de la mansión, el poco abastecimiento de comida, agua y de las horribles marcas en su piel, que no solo dañaron su estado físico y mental, sino también de la de su amada, al ser testigo de los horribles y crueles actos de su progenitor, que no merecía su respeto y admiración como Padre.

Karlheinz: Solo quería disculparme con mi amada sobrina por este día. Las cosas en el Makai no han estado bien durante estos últimos siglos... Por lo que no será posible celebrar su presentación oficial en el mundo demoniaco. -. Para los vampiros de sangre pura, solo los herederos masculinos, tenían más privilegios de honor y celebración a diferencia de los miembros femeninos de ciertas ramas; pero para la familia real del clan Sakamaki, estaban dispuestos a celebrar de forma improvisada una cena especial en honor a la más joven femenina de la familia, que estaban más que gustosos en mameluco esa regla de tradición impuesta siglos atrás.

Reiji: No estamos enterados del asunto. Padre. Sin embargo, nunca imaginé, que se celebraría una fiesta en su honor. -. Respondió cortés y frío, el segundo hijo del clan; que, a diferencia de sus cinco hermanos restantes, sentía un gran y profundo respeto por parte de su progenitor, que daría todo lo que fuera por tener su atención.

Karlheinz: No olviden que es especial. Ella y su madre.

Todos: ...

Karlheinz: Solo una cosa. Queda prohibido tocarla y morderla tan siquiera. Si vuelves a desobedecer. Será mejor que preparen sus maletas para unas lindas vacaciones familiares en el Makai. De forma permanente. -. Respondió el hombre frío con una sonrisa en su rostro, mientras depositaba el miedo y temor en cada uno de sus seis hijos; que todavía no estaban preparados para desafiarlo tras no haber terminado completamente sus trasformaciones...

Por ahora .