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XXIV

RIVALIDAD (Part. 2)

Solo fueron siete días que habían pasado, desde que murió la primera esposa del Rey de los Vampiros, y posteriormente el quinto de los seis hijos de este, permaneciera encerrado en las oscuras y frías mazmorras de la mansión.

Todos los acontecimientos que invadían sus pensamientos ante las acciones de tres de sus amados familiares más cercanos, dejó desconcertada a una pobre e indefensa vampiresa, que no comprendía las acciones ante aquella y horrible decisión tomada por los tres hombres. Tras haber sentido algunos de los colmillos y mordidas esparcidas alrededor de su cuello; le costó mucho trabajo, en volver a mirar nuevamente aquellos ojos color magenta, cuando quedo débil e inconsciente en la cama del segundo heredero de la mansión, tras haber bebido demasiada sangre de ella en aquella oscura noche.

Apenas recordaba algo de ese evento, y con vergüenza, todavía podía sentir las manos frías del hombre de cabellos oscuros, aprisionarla con posesividad; mientras despertaba solitaria en su alcoba sin su presencia.

Todavía seguía visitando al joven de cabellos rojizos en el calabozo, con una sonrisa tranquila y despreocupada; después de conversar y disfrutar juntos su merienda en secreto. Termino en una buena relación con su primo más grande; a quien le tocaba únicamente piezas de música en su olvidado violín cada vez que el la veía.

Su madre, a pesar de tener ahora más responsabilidades en la mansión; todavía seguía mimando y cuidando a cada uno de los integrantes de su familia, pues la culpa de las tragedias y sucesos ocurridos durante la infancia tan horrible de los seis miembros masculinos de la mansión, fueron parte de sus progenitoras, y de aquel oscuro hombre; por no organizar y a tener más en cuenta, las relaciones de sus tres fallecidas esposas en la mansión Sakamaki.

Todo parecía estar tranquilo durante las siguientes noches...

Sakura: ¿Estas serán suficientes, Subaru-nii? -. Dijo con una sonrisa la calidad mujer, quien se encontraba en el jardín de rosas blancas de cierto vampiro de cabellos blancos; recolectando algunas de las flores con gusto; si algo describía en la personalidad única de la vampira, es que le encantaba ayudar a cualquiera que lo necesitara.

Subaru: ...Si. Gracias, Sakura. -. Respondió el hombre tranquilo, mientras ambos vampiros se dirigían al cementerio ubicado a las afueras de la mansión; donde el sombrío y tranquilo viento entre las tumbas cercanas en su camino, fueron a visitar y rendir la memoria, de la amada madre del albino.

•••

Sakura: Ella estaría orgullosa de ti... Subaru-nii...

Subaru: ...No lo creo... Yo soy un monstruo.

Sakura: Subaru...

Subaru: ¡No mientas!, ¡Sabes que es verdad!... Ahggrrr...

Sakura: ¡Subaru-nii! -. Preocupada, la bella doncella observaba con preocupación al más joven heredero de la mansión sufrir; derrumbado en la fría tierra y retorciéndose con su cuerpo, el vampiro de ojos rojos, apenas podía controlar su sed incontrolable por la sangre; desde que su progenitor había castigado a su hermano mayor, opto por brindar una lesión para todos sus hijos en no enviar la presencia de novias de sacrificio que satisfacieran sus necesidades hasta nuevo aviso.

Aunque podían vivir de la sangre de animales del bosque, el más joven de ellos exigía más nutrientes en su cuerpo, y estaba aterrado de lo que podría hacer en el futuro ante la presencia del olor tan fuerte y embriagador de la madre e hija más queridas por él.

Subaru: Aghhrrr...

Sakura: Subaru-nii... ¡Ah! -. Para su horror, solo sintió los fríos colmillos del albino entre su cuello, devorar cada gota de su sangre desesperadamente; acostada y aprisionada entre los brazos del vampiro en el frio suelo. Su cuello apenas había sanado desde que fue mordido por tres de sus familiares por el mismo motivo; la vampira apenas podía controlar su dolor, y algunas pequeñas lágrimas, ya hacían derramadas en sus rojizas mejillas tras sentirse más débil con cada segundo que pasaba. Y es aquí donde el muchacho de cabellos blancos se dio cuenta de su grave error.

Subaru: ...Sakura... Perdóname... -. Al recuperar parte de sus sentidos, el albino quiso desaparecer para siempre; tras haber herido profundamente a aquella mujer, que juró proteger como parte de la promesa, que le prometió a su difunta madre.

Sakura: ...Subaru-nii...

Subaru: ¡...! -. Sorprendido, el vampiro sintió un cálido y fuerte abrazo entre su cuerpo; la joven vampiresa notó el estado débil de salud del hombre, y con deseos de transmitirle la seguridad y confianza necesaria, le dio parte de su cariño y amor gracias a todo el apoyo que recibió en el pasado por parte del albino cuando más lo necesitaba; por una vez en su vida, Subaru Sakamaki, no se sintió como un monstruo.

•••

-. Onee-chan...

Sakura: ¿Eh?...

Kanato: Sakura-chan... ¿Qué pasa?

Sakura: ...

En abrir y cerrar de ojos, la joven no se inmutó ante la presencia del vampiro de cabellos color lila; habían pasado algunas horas desde que fue a visitar la tumba de su amada tía Christa, que apenas podía recordar su trayecto en la habitación del muchacho, a quien la veía confundido ante su comportamiento tan frio.

Ambos vampiros tomaban el Té de la tarde, siendo acompañados con algunos de los juguetes y buen amigo oso de felpa bautizado como Teddy, acompañarlos en este día de juegos en la habitación del cuarto heredero de la mansión.

Kanato: Teddy dice, que estas muy pensativa...

Sakura: No es nada Kanato-nii, estoy bien...

Kanato: También...

Sakura: ¿Uh?...

Kanato: Teddy dice... Que te vio con Shu y Subaru. Ne~ ¿Es verdad Teddy?...

Sakura: ¡...! -. Sorprendida, la joven no supo responder ante las palabras del vampiro de ojos color lila; que no dejaban de mirarla con una sonrisa algo sádica en su rostro; si bien, sabia los cambios de personalidad recurrentes en su primo, y aunque nunca había visto ninguna de esas etapas en su vida, esta era la primera vez, que vio el rostro del trillizo adolorido y traicionado por sus acciones.

Kanato: ...Estoy triste sabes... Oka-san se fue... Y no has tratado de animarme... Sakura-chan...

Sakura: Kanato-kun...

Kanato: ¿Me odias?... Sakura-chan...

Sakura: No. Claro que no Kanato...

Kanato: Entonces... ¡¿POR QUÉ ELLOS TE HAN PODIDO MORDER, Y YO NO!?

Sakura: Kanato-nii... ¡Ah!

Kanato: Esta bien... No seré rudo como ellos... Ne~ ¿Verdad Teddy?...

Sakura: ¡Ah!... -. Tras sentir el dolor y sangre escurrida en su garganta, solo pudo acceder al pedido del vampiro de cabellos lila, morder su cuello; a diferencia del resto de los seis hermanos, el cuarto de ellos trataba con delicadeza el cuerpo de la vampira ahora inmovilizado entre las sabanas de la cama; mientras bebía felizmente la sangre tan exquisita de su prima menor, después de haber visto con recelo, como dos de sus hermanos; habían tocado sin su permiso a su más amada y preciosa muñeca. El joven vampiro sintió un gran enojo y sed de celos, en lo más profundo de su interior; nadie la merecía más que él, y al igual que su difunta madre, haría lo que fuera necesario para que fuera eternamente suya.

***: Ne~ Kanato-kun... Haces una fiesta, ¿Y no me invitas?...

Kanato: ...Laito. -. Respondió con odio y amargura, tras sentir la presencia del olor de su hermano mayor, quien entraba sin permiso a su habitación; interrumpiendo su diversión.

Sakura: ...L-laito-nii... -. Suplicando por ayuda, pensó ingenuamente la vampira, que sería su primo mayor que la ayudaría a librarse de los brazos del muchacho de ojos lila; pero para su mal error, el solo pronunciar el nombre del otro hombre, hizo sentir más que furioso a su captor, que volvió a morder sin piedad nuevamente su cuello.

Kanato: ¡NO LE RESPONDAS!

Sakura: ¡Ah!...

Laito: Ne~ Sakura-chan...Que lindos gemidos...~ -. Respondió sonrojado el joven de cabellos marrón rojizo, mientras miraba con deleite y pasión, como su hermano menor; seguía mordiendo sin piedad, el cuello de su amada prima, el cual, para divertirse un poco, decidió unirse al espectáculo, imaginándose de miles y millones de escenas intimas entre ella y su hermano, compartir juntos en un trio de tres.

Kanato: ¡¿QUÉ DEMONIOS HACES LAITO!? -. Grito enojado el vampiro, tras mirar como el joven de ojos verde felinos; tomaba la mano de la bella doncella, para saciar su sed de sangre fresca con sus colmillos.

Laito: Ah~... Este sabor... No sé compara con nada...~

Kanato: ...

Sakura: ...Ah...


-. Serás eternamente mía. Sakura-chan.


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