XVII
DECISIONES
Querido diario:
Ser ingenua siempre fue parte de mi persona, de no haber sido así, jamás habría sido engañada de la peor forma...
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Con el paso de los días, la mansión Sakamaki había sido un poco agradable en su ambiente; para los cinco miembros restantes masculinos herederos, junto con la presencia apreciada de las dos mujeres de cabellera rubia dorada en la familia, habían aliviado la situación tensa entre la primera esposa y primer hijo, tras lo sucedido en la gran residencia lujosa, pero lúgubre en su interior.
El mayor primogénito de la familia, a órdenes de su padre; había sido trasladado a las montañas nevadas por haber reprobado su año en el Instituto. Dejando a cargo de la mansión a Cordelia, mientras que el segundo mayor de los seis hermanos, Reiji, se ocuparía del bienestar de los demás miembros de la familia restante, tras la ausencia del joven hombre de cabellos rubio-anaranjados en la mansión.
Una joven Sakura, se culpaba internamente por no haber intervenido ante el castigo de su amado primo mayor, quien, con súplicas ante su mirada, no quería que esta interviniera en su nombre, y afrontaría su castigo como todo un hombre.
•••
Las cosas estaban un poco mal en peor, para los hermanos Sakamaki, quienes se mostraban aún más fríos y solitarios, consigo mismos. Y aunque visitaba constantemente el bosque para ver a su amado Taka, pocas veces veía llegar al joven, tras haber escapado de sus deberes en el palacio tras su próxima coronación en el trono; ante las demandas del pueblo, quienes solicitaban solución a los escases de hambres y dinero, tras la guerra.
Apenas tenía con quien conversar de sus problemas, después de que su Madre hiciera una visita inesperada a sus familiares más cercanos, durante los próximos siete días; y aunque no podía acompañarla ante posibles cazadores de vampiro en el territorio, no quería irse del lado de sus primos, especialmente de los trillizos, quienes tenían pensamientos desconocidos en su mente, y rara vez conversaban con la rubia sobre lo dicho.
Pero tal vez, su día cambiaría tras la llegada de una nueva Novia...
***: L-lo lamento mucho mi señora... ¿Se encuentra bien?...
Sakura: ¿Uh? -. Tras sus ojos, una joven humana de cabellos castaños claros y ojos color miel, la saludaban nerviosamente en el jardín de la enorme mansión, tras haber tropezado en el camino de la joven vampiresa rubia; quien al igual que ella, tenía algo de miedo de conversar con otra mujer, tras su encuentro desagradable con Elisa, en el pasado.
***: D-discúlpeme...
Sakura: Esta bien... Te ayudo... ¿Uh?... Que lindos... ¿Son tuyos? -. Contesto la joven con una sonrisa, tras mirar con detalle las hojas esparcidas del libro de la joven, que había dibujado parte de la arquitectura de la mansión a mano.
***: S-si... No son tan bueno como cree...
Sakura: Es lo más hermoso que he visto. Siéntate por favor.
***: ...N-no creo que sea prudente... Mi señora...
Sakura: Por favor, no me digas señora. Llámame Sakura.
***: S-señorita Sakura... Le ruego que me perdone.
Sakura: ¡Espera! -. Tras esas palabras, la joven miró extrañada, como la joven humana huía tras haber revelado su nombre, y aunque sabía leer las almas de las personas, está la encontró llena de tristeza en su frágil corazón.
•••
Más tarde, la joven de ojos azules, trató de encontrar la mirada de la joven humana que había llegado recientemente en la mansión para disculparse personalmente; pero en su camino, solo logró observar como la primera esposa del gran Rey de los Vampiros, se dirigía hacia ella con una sonrisa, y eso significaba problema para la muchacha.
Cordelia: Buenos días, Sakura-chan.
Sakura: Bueno días... Señorita Cordelia. -. Para sorpresa de la joven, notó la mirada pacífica de la mujer que la saludaba con una sonrisa en su mirada, y por una vez, pudo sentir su amabilidad en su persona a diferencia de otros días.
Cordelia: Fu, fu, fu~
•••
Siguió buscando, y por fin hallo a la joven en la glorieta del jardín, dibujando pacíficamente sobre su cuaderno.
Sakura: ¡Al fin te encuentro!
***: ¡...!
Sakura: ¡Por favor, no huyas! No quise asustarte... Solo quería disculparme... ¿Cuál es tu nombre?
***: ...A-alice...
Sakura: Mucho gusto Alice, mi nombre es Sakura Sakamaki.
Alice: El placer es mío señorita...
Sakura: ¿De qué tenías miedo hace rato?...
Alice: ...Discúlpeme... Pero el señor Reiji-san menciono que no hablara con nadie... Especialmente con la señorita Sakura... -. Susurro nerviosa la joven humana.
Sakura: No quieren que se repentina lo mismo. -. Pensó la joven, tras volver a recordar la presencia tan desagradable de la humana llamada Elisa, que había desaparecido misteriosamente de la mansión en una noche de luna llena tras haberla conocido tan solo un día, el cual, a diferencia de las otras mujeres que solía caminar entre los pasillos de la mansión; se quedaban más de siete días en la gran residencia, pero que luego no sabía de sus paraderos.
Alice: No quisiera hacerla enojar con mi presencia... Señorita Sakura...
Sakura: Que va. No es para tanto. Pero... Veo que hay tristeza en tus ojos... ¿Ocurrió algo?
Alice: ...Llegue hace poco a la mansión... Deje a mi hermano gemelo en el convento para convertirme en Novia...
Sakura: Lo siento mucho...
Alice: No sé qué significa, pero... No quiero estar aquí... Todo es tan extraño... Y ellos... Son...
Sakura: Alice... ¿Estás bien? -. Respondió preocupada la joven, tras notar las palabras sin sentido de la chica de ojos color miel, quien murmuraba silenciosamente en su persona, y hacían preocupar a la rubia ante su estado.
Alice: L-lo siento... Solo pensaba.
Sakura: No estés triste Alice-chan... Todo mejorará. -. Dijo la joven de ojos azules, quien había relajado la presencia de la dama de cabellos castaños, que estaba feliz por su presencia; las dos rápidamente se convirtieron en buenas amigas y confidentes con el paso de los días, y la vampiresa, supo por fin, que tenía a alguien con quien hablar de sus problemas y preocupaciones, además de su amada Madre.
La amistad entre una humana y vampiro eran anormales, pero no imposibles.
•••
Alice: Debe amar mucho a ese joven, Sakura-chan.
Sakura: Si... Pero... Es complicado Alice...
Alice: No tiene por qué serlo, ambos se aman y merecen ser felices. ¿Por qué no acepta su oferta de huir juntos?
Sakura: ...Huir... Juntos...
•••
Tras recordar esas palabras, la joven recordó de los sucesos ocurridos en el día tras su encuentro con su amado aquel día; el paisaje tranquilo del hermoso bosque durante el amanecer, donde una mujer de hermosos cabellos dorados esperaba pacientemente la llegada de aquel humano de ojos verde oliva; que la hacían sentir especial en lo más profundo de su corazón con su presencia, y aunque ambos pertenecían a mundos diferentes, ella sería capaz de sacrificarlo todo por el...
Taka: ¡Sakura-chan!, Lamento la demora.
Sakura: Esta bien Taka-kun. ¿Qué tal tu día?
Taka: Mejor de lo que podría ser... -. Dijo preocupado.
Sakura: Taka-kun, ¿Ocurrió algo?
Taka: El día de mi coronación llegó... Durante los próximos tres días seré coronado como nuevo Emperador...
Sakura: Taka-kun...
Taka: Yo no quiero esa vida... Quiero vivir libremente sin tener que cargar con ese peso, pero mi Padre... No comprende mis deseos...
Sakura: Taka-kun... Te entiendo... -. Dijo la joven con tristeza, tras ver la mirada tan familiar que alguna vez reflejó su amado, con la de sus primos; que eran exprimidos desde temprana edad para ser afortunados de llevar el trono en sus manos como futuros herederos de la oscuridad, especialmente cierto joven de cabellos rojizos, que esperaba algo del amor de su progenitora, tras ser el mejor digno, de ser el próximo Rey del clan Vampírico.
Taka: No quiero que eso ocurra... Sakura... Sé que suena egoísta... Pero he tomado una decisión.
Sakura: ¿Taka-kun?...
Taka: Huye conmigo.
Sakura: ¡...!
Taka: Te amo. -. Tales palabras, dejaron sorprendida y aturdida a la pobre mujer, quien a pesar de también corresponder los sentimientos de amor hacia el joven de cabellos castaños hacia a ella, no sabía que responder; y solo huyó como la frágil e inocente que era, tras no poner su felicidad primero, antes que el bienestar de su amada familia, quien también la necesitaba.
•••
Alice: Sakura-chan...
Sakura: ¿Uh?... Lo siento Alice... Solo pensaba...
Alice: ...Perdóname a mí... No debí recordarte eso... Es sólo que...
Sakura: También deseas tu libertad... ¿No es así?
Alice: ...Si... Deseo volver a ver una última vez a mi hermano... Pero me temo... Que tendré que adaptarme aquí para siempre...
Sakura: Te prometo que volverás a verlo una vez más.
Alice: Gracias Sakura-chan... -. Con lágrimas en los ojos, la joven humana abrazó a la vampiresa, quien está, aceptó gustosamente el cálido gesto de su buena amiga humana, quien había sido lo mayor de sus amistades que jamás había tenido en su gloriosa vida; pues a pesar de que también había damas en la nobleza de la corte vampírica, así como de mortales, que deseaban relacionarse con la pequeña dama, todas eran solo por leve interés hacia el gran apellido Sakamaki.
Pero esto, era muy diferente.
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~Omake~
A lo lejos de la mansión, cierta mujer de postura elegante y sofisticada, mirada la escena tan conmovedora entre la vampiresa y la nueva novia de sacrificio tras la ventana; quien, al ser notificada de la nueva relación de hermanas de las dos mujeres inocentes, no dudo en reírse profundamente de lo que pasaría en el futuro de su relación, que dañarían el corazón de la bella dama de cabellos rubios.
Cordelia: Así que... Los rumores son ciertos, Hilde.
Hilde: Todo indica que si... Mi señora. -. Dijo una voz femenina de cierta mucama de cabellera castaña oscura, quien sonreía al igual que su ama, con maldad en el fondo.
Cordelia: La dulce e inocente Sakura está enamorada de un humano~ Y no de cualquiera, sino de un príncipe. Fu, fu, fu... Que conmovedor~
Hilde: Sera cuestión de días para que se convierta Emperador pronto. -. Tras escuchar las declaraciones de la hermosa mujer de cabellos púrpura, no dudo en sentir nuevamente la envidia en su persona, tras el nuevo pretendiente de la joven vampiresa; quien había seducido a otro heredero al trono familiar, pero esta vez, perteneciente del mundo de los mortales.
Cordelia: Hilde, querida~
Hilde: ...
Cordelia: Ya sabes que hacer.
Hilde: Será un placer... Mi señora.
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