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XV

ENCUENTROS

Querido diario:

Jamás pensé que mis días estarían contados en la mansión, tras sentir el verdadero amor hacia un mortal humano.

Pero no de cualquiera... Sino de un príncipe.

|...|

Tras el paso de los días, los momentos alegres y llenos de vida, se habían esfumado del aire después de los eventos ocurridos en el baile.

Las semanas se convirtieron en meses, y la bella joven dama de tan solo 14 años de edad, se había enamorado profundamente, de uno de los miembros de la familia real del clan humano Tokugawa; el príncipe Ashitaka.

Ambos amantes, estaban encantados el uno con el otro, y los encuentros entre ambos mundos distintos, los dejaba llevarse por su amor prohibido entre sus distintas razas; humano y vampiro, que solo acabaría en tragedia, ante los malos influyentes que no tolerarían aquella relación de mortalidad y estatus social.

Sin embargo, no hicieron caso de las advertencias y continuaban reuniéndose en aquel profundo bosque a las orillas de aquel hermoso lago, donde fue su primer encuentro del destino.

•••

Como todos los días, cierta joven de hermosos cabellos dorados, se arreglaba en un habitual vestido simple color azul con una cinta adornada en su larga melena; la vampiresa felizmente soñaba despierta, y sus mejillas sonrojadas eran habituales en su persona al paso de los siguientes días, que dejaron algunos extraños, ante la actitud tan repentina de la hermosa joven.

Sakura: Jejeje... -. La joven de ojos azul verdosos, risueña y llena de vida; se escabullía como todas las mañanas hacia al bosque para ver a su amado sin ser vista, ante las miradas curiosas de la primera esposa y primos amados, que se preocupaban el bienestar de la joven ante su rara actitud.

Mientras que todos estaban ocupados con sus clases educativas, y la primera esposa recibía la llegada de "Humanas especiales", en la mansión, la joven se las ingeniaba para escapar, a veces con la ayuda de su madre; de la gran residencia, para reunirse con aquel mortal de hermosa cabellera castaña, que siempre la esperaba con ansias ante una sonrisa amorosa en su perfecto rostro esperanzado.

Taka: ¿Me esperabas?

Sakura: ¡Taka-kun! -. Contesto la muchacha, con un abrazo hacia el joven de ojos verde oliva, quien correspondía gustosamente el abrazo de la hermosa vampiresa, tras su larga estadía.

Taka: Las clases de educación me están matando... ¿Qué tal tu día?

Sakura: Igual que siempre, siempre escapando.

Taka: Jajaja. Eso no es novedad. -. Exclamo el joven con una sonrisa.

•••

Ambos amantes, se dedicaban la mayor parte de la tarde a charla sobre sus problemas familiares, y caminar juntos cerca del gran bosque; en busca de nuevos lugares para descansar y compartir sus momentos especiales el uno con el otro, quien poco a poco, fueron transformándose en cariño y aprecio con el paso de los siguientes días-meses, que fueron una bendición para ambos.

Sakura: Tengo que irme... Es algo tarde... Y no quiero meterte en problemas... -. Contesto la joven preocupada, tras mirar los primeros rayos de luz color naranja en el cielo, que indicaba el próximo atardecer; que decidió romper todo contacto de ilusión ante la realidad, y volver a la mansión antes de la cena la bella dama.

Taka: Nunca lo serás Sakura. Toma... He hecho esto para ti... -. Respondió el joven de ojos verdes, mientras colocaba en el dedo anular de la joven, un hermoso anillo color plateado, con un hermoso diamante color azul profundo; que hicieron sorprender a la dama, ante el regalo tan repentino de su amado.

Sakura: Taka-kun, todavía no es mi cumpleaños...

Taka: Lo se... Era de mi abuela... Quien me dijo, que cuando llegara aquella mujer especial en mi vida... Le diera esto como símbolo de mi aprecio... Y amor...

Sakura: Taka-kun... No puedo aceptarlo. -. Dijo la joven sonrojada ante las palabras del muchacho, quien no dejaba de exclamar palabras dulces, y demostrar sus sentimientos amorosos hacia ella, quien la hizo sentir verdaderamente especial, y amada.

Taka: Por favor acéptalo Sakura... A ella le habría encantado que lo tuvieras.

Sakura: Taka-kun... Arigato... -. Dijo la joven de ojos azules con una dulce sonrisa, mientras volvía a mirar con detalle el hermoso anillo con gracia y gratitud, por tal honor ante su persona.

•••

Más tarde, la joven volvía entre los jardines de la gran mansión; tratando de evitar llamar la atención, por su larga estadía ante su amada familia, quien supuso que se encontraban todavía en sus clases educativas habituales.

Despreocupada, pensó que no había sido vista por nadie cuando llego a la entrada principal del jardín; y caminando pensativa y sonrojada ante el recuerdo de los sucesos ocurridos en la mañana, no noto la presencia de otra figura femenina, quien la miraba con rabia y enojo, ante su encuentro tan desafortunado, que acabo en una caída para las dos jóvenes, que habían chocado una con la otra.

***: ¡Ten cuidado por donde caminas!, ¡Estúpida!

Sakura: L-lo siento mucho... -. Sorprendida, la joven de ojos azules voltio a ver con detalle a aquella mortal humana; quien a pesar de lucir hermosa y elegante, reflejaban en su alma; la avaricia y sed de poder en su podrida alma, que le eran tan familiares, de cierta mujer de cabellos purpura, a quien conocía perfectamente.

***: ¡Has estropeado mi hermoso vestido! -. Con una voz chillona, pero de acento español, la joven mortal, estaba enojada con la presencia de otra joven, aún más hermosa que ella; y por el simple hecho de haber tropezado en su camino de forma descuidada, no dudo en hacerla sentir inferior.

Sakura: Perdóname... Te lo compensare.

***: Dudo mucho que puedas pagarlo.

Sakura: Yo...

***: ¿Ves esto? Fui bendecida por la esposa real, y muy pronto seré señora, de uno de los seis miembros del apellido Sakamaki -. Dijo burlesca y risueña la joven de 15 años, de hermosos cabellos color magenta, que usaba un elegante vestido pero provocativo color rojo granate, que realzaban el color de los ojos violeta que miraban fríos y con desprecio a la inocente joven, que solo trataba de ser amable.

Sakura: Disculpa, pero... ¿Quién este usted?

***: Mi nombre es Elisa, condesa de España. Y vos, debe ser la criada.

Sakura: Perdón, pero aquí hay un error, yo no soy---

Elisa: ¿Qué esto?, ¡¿Acaso lo robaste!? -. Acuso la joven, tras mirar con deleite el hermoso dije dorado de la joven, quien no dudo en arrebatárselo de su precioso cuello, para confiscarlo.

Sakura: ¡Mi collar! -. Respondió sorprendida la joven, tras observar como su amado collar familiar, heredado por su madre, había sido arrebatado de su cuello, por aquella mujer extrajera, que había llegado a la mansión como supuesta novia.

Elisa: Ahora es mío. Ocúpate de tus asuntos.

Sakura: ¡No!, ¡Es mi collar!, ¡Devuélvemelo, por favor!

Elisa: ¡CÁLLATE ESTÚPIDA!

- ¡PAF! (Bofetada) -

Sakura: ¡...! -. Sorprendida, la joven sintió un inmenso dolor en su mejilla izquierda, tras recibir la fuerte bofetada recibida por parte de la mujer de ojos color violeta, quien se reía de la situación; y se largaba con una sonrisa de triunfo en su rostro, al ver las primeras lágrimas de la rubia, quien ya no lucia hermosa y elegante para todos.

Elisa: Será mejor que no te metas en mi terreno. -. Exclamo fría la dama, mientras se retiraba y colocaba entre su cuello aquel hermoso collar, que era apreciado por la joven de ojos azules; quien lloraba desconsoladamente junto a las rosas, quienes eran testigo de lo sucedido.

A pesar de tener poderes vampíricos, sabía que la violencia no era la respuesta; no era esa clase de mujer, y solo miró con tristeza, el alma tan podrida y horrorosa de la mortal joven, quien, a pesar de ser hermosa por fuera, no lo era por dentro, y sentía pena hacia ella.

•••

Aquella noche, estaba destinada a ser una de las primeras lunas llenas del mes para todos los residentes en la mansión; su Madre, al igual que ella, permanecieron encerradas en el evento, para evitar cualquier accidente entre los demás miembros masculinos de la familia, que olían sangre a lo lejos, al ser hijos de un clan tan poderoso como lo era el Clan Murciélago.

La joven de cabellos rubios, se las ingenió para tapar con maquillaje su mejilla, para evitar cualquier reprimenda de parte de su madre o primos preocupados por su bienestar, mientras la cena era llevada una vez al mes de forma familiar.

Tranquilamente, dormía en su habitación, con su largo camisón color blanco; miraba hacia la luna, para asegurarse que el peligro había sedado tras desaparecer  el ultimo rayo de luz lunar en el horizonte.

***: Oye.

Sakura: ¿Uh?... Ayato-kun... ¿Q-qué haces aquí? -. Asustada, la joven temía un poco por la llegada tan repentina de su primo de cabellos rojizos, quien había interrumpido sus pensamientos, y había aparecido en su habitación con leves rastros de sangre en su fina ropa, junto con una mirada profunda y brillante de sus ojos verde esmeralda; que la observaban como una pequeña presa, que hicieron espantar a la joven.

Ayato: Toma. Esto te pertenece.

Sakura: ¿Eh?... Mi collar. ¡Gracias Ayato! -. Respondió la joven con una sonrisa, mientras tomaba entre sus manos, su amado collar; el cual había sido arrebatado por aquella humana hace unas horas, y deseaba olvidar.

Ayato: Ella no volverá a molestarte.

Sakura: ¿Uh?, Hablas de... ¿Elisa-san?...

Ayato: Nunca la vuelvas a mencionar. Me oíste.

Sakura: S-si... ¿Uh? -. Sorprendida, la vampiresa de ojos azules, sintió el abrazo tan repentino por parte del joven de cabellos rojos; dicho vampiro era muy ajeno hacia las muestras de cariño, y se había vuelto más egocéntrico, y arrogante con todos a su alrededor con el pasar de los años, debido a las exigencias y maltratos de su madre. Sin embargo, aquellas facetas de amor y ternura, solo eran vistas ante su presencia de forma privada e íntima hacia su persona muy raramente.

Ayato: Cuídate.

Sakura: Lo haré. Ayato-nii...


_________ 🌹 ________

~Omake~

Un glorioso amanecer y sed de sangre, se apodero en toda la mansión, con la llegada de ciertas damas humanas, en la oscura y lúgubre residencia, que invadió el aroma entre las fosas nasales de los herederos del Clan Sakamaki, al darse cuenta del día que por fin marcaba, en sus inmortales vidas ante la presencia de las Novias de Sacrificio.

La primera esposa, vio con orgullo como las más hermosas jóvenes eran entregadas para sus hijos, y con una sonrisa sádica imaginó el futuro de aquellas pobres ingenuas, que creían ser aptas para el matrimonio, tras tener el honor de ser recibidas por una gran y poderosa familia como lo eran los Sakamaki; y tratando de hacer sentir especial a una joven de cabellos color magenta, supuso que sería su próxima carta, para dañar a la vampiresa de cabellera dorada, mientras habitaba durante sus siguientes días en la mansión, para hacerla sentir miserable desde entonces.

Después de todo, nadie sospecharía de ella, al ver claramente la personalidad tan egocéntrica de la humana, que tenía algo de avaricia en su mirada. Y con una sonrisa de triunfo por lo que había logrado, vio como aquella pobre ingenua, alardeaba por todo el jardín, ante la nueva joya que llevaba en su precioso cuello, tras habérselo arrebatado a la hermosa joven de ojos azules; pensando, que había logrado salirse con la suya.

Aunque eso le costaría, tras haber sentido la presencia de tres sombras tan familiares, que la miraban con frialdad en sus brillosos ojos.

Elisa: ¡Oh!, ¿A qué debo el honor de su adorable presencia?... Jóvenes Sakamaki. -. Coqueta y orgullosa, la joven trató de su mostrar sus más grandes atributos tras su vestido, quien, para su triunfo, los tres hermanos trillizos, hijos de la primera esposa, miraban fijamente al parecer.

Ayato: ¿Una nueva joya?... -. Cuestiono el más joven de ellos, tras mirar las iniciales del collar.

Elisa: ¡Tiene tan buen ojo, Ayato-san!... Claro, solo lo mejor para mi persona...

Kanato: Ne~ Teddy... Alguien está mintiendo.

Elisa: ¿C-cómo?... -. Aturdida, la joven notó como rápidamente, la silueta del segundo hermano de cabellos color lila, le susurraba palabras ante su odio de forma aterradora y cínica sin haberlo visto moverse.

Laito: Bitch-chan~ Acaso no sabes... ¿Qué robar es un pecado?

Elisa: ...¿Q-qué insinúa, Laito-san?

Kanato: ¡ESO NO ES DE TU PERTENENCIA!

Elisa: ¿Qué dicen?---

•••

La sangre esparcida en el cuello de la joven de ojos violeta, fue un hecho inevitable; en una abrir y cerrar de ojos, la cabeza de la dama rodó por el jardín, mientras que los dos hermanos miraban con asco las ropas del joven de cabellos rojos, quien estaba asqueado con el olor de la sangre tan desagradable, que habían probado sus papilas gustativas; después de acabar con la vida de la mortal humana, en un abrir y cerrar de ojos antes del anochecer.

Laito: Que asco, Ayato-kun. -. Dijo el más grande los trillizos, tras mirar con asco el cuerpo sin vida de la joven humana, quien había roto varias de las reglas más importantes de la mansión.

Ayato: Nadie toca lo que le pertenece a Ore-sama. -. Dijo frio el vampiro de cabellos rojizos, tras recordar como aquella patética mortal, había golpeado y humillado a su bella prima, en sus propios ojos.

Kanato: Será difícil quitar este olor tan desagradable... Ne~, ¿Verdad Teddy? -. Dijo con una sonrisa el joven de ojos lila hacia buen amigo de felpa, mientras tomaba la cabeza y las partes restantes del cuerpo de la humana, para ser su próxima muñeca expuesta en su adorable salón de novias sacrificadas, a quienes arreglaba gustosamente.

Nadie habló después de que el segundo más joven de los trillizos, desaparecía del lugar; dejando a los dos vampiros de ojos verde esmeralda, con el medallón tan apreciado su amada prima en el suelo pavimentado.

Ayato: ...

Laito: Fu, fu, fu~... ¿Acaso... Ayato-Kun será el héroe de este día? ~

Ayato: ¡Tsk! Fue idea de Ore-sama. Y será el, quien reciba la gratitud de Sakura-chan.

Laito: Oh... Sí que eres malo Ayato-kun. Pero nunca pensé que Bitch-chan fuera tan estúpida como para meter sus manos, encima de nuestra pequeña Oppai-chan...~

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