LAS DOS HERMANAS

Querido diario:

La historia que hoy contaré, se trata sobre la vida de dos mujeres, dos amadas hermanas que crecieron de forma diferente, y educaron a sus hijos de manera distinta, que determino el destino de muchos que hoy conocemos...

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Beatrix Sakamaki siempre supo que tendría altos estándares en su familia; su esposo Karlheinz, estaba orgulloso de ella, tras haber dado a luz, a dos de sus primeros hijos tras los reproches y quejas de su primera esposa; Cordelia Sakamaki.

Aunque se conformó siendo la segunda llamada esposa del Rey de los Vampiros, no tardo mucho tiempo para que su rival, se animara a complacer los deseos de su amado, y tan solo cuando su primer hijo cumplió los 3 años de edad, ya habían nacido tres niños trillizos por parte de ella.

Las batallas en la mansión eran inevitables a causa de la herencia y futuro del apellido de la familia.

Tras meses, de ausencia por parte del hombre amado de las dos mujeres, solo se esperaba pacientemente el nacimiento, del otro hijo esperado por parte de la tercera esposa: Christa Sakamaki.

Poco a poco, la leve tensión entre las tres mujeres había desaparecido con el tiempo, y solo se dedicaban a criar de forma perfecta a sus amados hijos; Shu era su mayor fuente de admiración, y tenía grandes expectativas para el, por ser el primogénito, y aunque tenía a otro hijo que cuidar, daba su tiempo para cuidarlo y apreciarlo también; Reiji, a quien también amaba, pero le costaba demostrar sus signos de amor y cariño a su segundo hijo.

Ella lo tenía todo.

O eso le gustaba creer...

•••

Una mañana, como otra, la llegada inesperada, pero repentina del Rey de los Vampiros, o bien llamado su "Esposo", fue algo sorprendente para ella; y más, cuando lo vio acompañado de una silueta bastante familiar.

Karlheinz: Cuanto tiempo sin verte querida.

Beatrix: Amado esposo, ¿A qué se debe su visita?... Debe ser muy urgente si no anuncio su llegada entre los integrantes de la familia... Sobre todo, a Cordelia.

Karlheinz: Veras querida, te he traído algo especial para ti... Después de todo, me has dado a dos maravillosos hijos, y pensé demostrar mi gratitud plena hacia a ti...

Beatrix: ...T-tú...

***: ¡Hermana! ¡Cuánta felicidad verte!

Beatrix ...¿A-akina?... -. La mujer de ojos azules se sorprendió por el abrazo tan repentino de su hermana menor... Akina Sachiiro; una vampiresa de sangre pura de hermosos ojos rojos carmesí, de cabellera rubia, adornada con una trenza entre sus suaves cabellos; siendo muy similares muchos de los rasgos faciales de la mujer de cabellera rubia-anaranjada, pero caracterizada por ser mucho más amigable y expresiva con sus sentimientos, su hermana más joven querida.

Al verla, quedó horroriza al ver las miradas y gestos de su esposo; quien le sonreía con algo de maldad en el fondo.

Y eso no le traería nada bueno.

Akina: Lamento no haberte llamado... Pero verás...

Beatrix: ¿Le ocurrió algo a Tomoe?

Akina: ...El... Murió Beatrix.

Beatrix: ¿Qué?

Karlheinz: Cazadores de Vampiros. Querida. Han estado últimamente rodando por la ciudad estos días. Me temo que todos tendrán que permanecer encerrados hasta nuevo aviso hasta que arregle esta situación.

Beatrix: Comprendo...

Karlheinz: Seria bueno si las dos hermanas hablaran a solas. -. Respondió el albino con una sonrisa, mientras dejaba a las dos mujeres mayores conversar a solas, mientras Beatrix terminaba de arropar a sus dos hijos en la cama, para conversar tranquilamente en la sala en privado sobre la situación tan preocupante de la joven viuda.

•••

Beatrix: Lamento mucho tu condición Akina... Tomoe era un gran hombre...

Akina: Lo sé... ¡Hermana cuanto lo extraño!

Beatrix: Es bueno llorar querida... ¿Qué pasó exactamente?...

Akina: Salí a ver a nuestros padres en nuestra mansión, cuando volví, todo estaba en llamas... No quedo nada... Hable con Karlheinz lo más rápido que pude... Creyó que sería bueno si me quedara a vivir contigo, mi familia más próxima.

Beatrix: Entiendo, pero según nuestras costumbres, hermana... Si todavía no habías concebido un hijo con tu esposo, estás a tiempo de conseguir otra oferta de matrimonio por tu seguridad. -. Dijo seria la mujer de ojos azules, intentando asimilar la situación de su única hermana más joven; quien necesitaba de su ayuda aún más que nunca, pero temía por su futuro en sus próximos días en la mansión.

Akina: ...

Beatrix: No me mires así Akina... Sabes que es la ley. Y por mucho que quiero que te quedes... Temo que puedas ser lastimada por la primera esposa de Karlheinz...

Akina: No quiero preocuparte por esto... Pero tú deseo no podrá ser posible...

Beatrix: ¿Qué?

Akina: Estoy embarazada. 

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