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Día 4 (Tarde): El guardaculos.

En el capítulo anterior nuestros queridos inútiles se vieron sumidos en problemas debido al percance que tuvieron con Mireia. Mireia pasó de intentar violar a Ainoa a planear vilmente como matar a Jaime que reconocía como un Obama reptiliano impostor que los iba a matar a todos para alimentar a sus aliens traídos de Marte. Sí, al parecer el dardo no era solo tranquilizante If you know what I mean. Bueno, dicho esto, os dejo con ellos.

***

Nuestros queridos inútiles ya habían acabado de comer y pretendían seguir subiendo por el Mulhacén para llegar a la cima y ver las vistas antes de su partida. Esta vez pretendían mantenerse allí hasta algo tarde y volver durante la puesta de sol. 

El paisaje se mantenía muy verde y daban ganas de quedarse allí durante bastante rato. Pero lo cierto es que aún quedaba bastante para llegar a la cima, que se veía bastante pedregosa y algo nevada. Chocaba bastante encontrarse un paisaje nevado en verano, por tanto decidieron continuar nada más acabaron de comer. 

–Me parece ¡muy! fuerte que tengamos que tomar estas medidas por tu cagada –dijo Jaime bastante mosqueado con Braulio. 

–Cállate. Seré tu guardaespaldas –se comprometió. 

–Más te vale –dijo Jaime caminando mosqueado con todo. Posteriormente, José María, que estaba algo cansado de estar con Mireia y Sara se fue con Braulio y Jaime. 

–Esto está siendo jodidamente maravilloso –dijo riéndose y mirando a Jaime–. De verdad piensa que eres Obama y que tienes que morir.

–¿Entonces voy a pillar? –respondió Jaime con una voz inocente y aguda.

–Puede ser.

Jaime miró a Braulio algo enfadado y comenzó a hacerle cosas raras con el dedo. 

–Braulio, te nombro guardaculos oficial in nomine Patris et Fili et Spiritus Sancti, amén. Y me comes los cojones de una manera ¡MUY! agresiva como tengas alguna queja o me pase algo –dijo con un tono bastante serio–. Puto 

Braulio suspiró y aceptó entre dientes. Al fin y al cabo fue el quien causó esto. 

–Vaaale. 

***

Mientras, tanto, Ainoa, Sara, Miriam y Chris estaban tratando de calmar a Mireia pero ella seguía emporrada, con pasos torpes y empujando a sus amigos. 

–Soy un pene voladoooooooor –dijo extendiendo los brazos, caminando torpemente como un avión y dándole un chopazo en la frente a Ainoa–. Wiiiiii siguiente pollazooooo –dijo dirigiéndose a Ainoa otra vez. 

–¡Au! –se quejó Ainoa quien fue corriendo a esconderse detrás de Chris–. ¡El siguiente pollazo te lo comes tú! 

–¿¡Qué!? ¿Qué es un pollazo? –miró a Mireia como iba dirigiéndose hacia él con los brazos abiertos tropezándose con una piedra pero manteniéndose en pie. 

En seguida Miriam trató de quitar a Chris de ahí sujetando el brazo de Chris y quitándolo de ahí. 

–¡Deja al pobre Chris!

–¡No! ¡Que viene a por mí!

–¡Que lo dejes en paz! –Miriam tiró con todas sus fuerzas de Chris y lo consiguió sacar de los brazos de Ainoa a costa de estampar a Chris en la cara de Mireia, provocando una fuerte colisión y dejando a ambos tirados en el suelo. 

–¡¡Ahhhh!! –gritó Sara dirigiéndose hacia ellos asustada–. ¿Estáis bien? 

–Recórcholis –se quejó Chris tratando de levantarse mientras Mireia continuaba desplomada en el suelo. 

–¡Chris! ¡Chris! –decía Miriam quien se sentía culpable–. ¿¡Estás bien!? –dijo ayudándolo a levantarse

–Au –se señaló la cara con muecas de dolor en el rostro–. Me ha dado en la cara –se quejó. 

Mientras tanto, Ainoa y Sara trataban de levantar a Mireia. Esta no respondía y Sara comenzaba a agitarse y notarse preocupada.. 

–¡Me cago en todo! –se agachó dándole algunas palmaditas en la cara –. Mireia ¡Mireia! ¡¡Arriba!! 

–Mireia... –Ainoa miró a Sara–. ¡Quédate aquí, Sara! ¡Voy a avisar a Braulio y Jaime!

Sara asintió y Ainoa se fue corriendo tras Jaime y Braulio. 

***

Mientras tanto, Jaime Braulio y José María continuaban caminando por el sendero cuando ya comenzaba a verse la altura de la montaña y la llanura a lo lejos. 

–¡Hala! – dijo Jaime mirando al horizonte–. Menudo cambio de paisaje, de repente hay bastante mas piedra y la vegetación escasea más. 

–También hace más frío –añadió José María. 

–A ver, estamos llegando a la cima. Normal que haga bastante viento. –Braulio miró hacia arriba para ver cuanto camino quedaba. Ya habían atravesado la zona boscosa de trasierra y se dirigían a la cima del Mulhacén. Quedaba bastante poco. 

–Ufff. –Jaime parecía bastante a gusto–. Adoro el jodido viento. Me relaja demasiado...

Hubo un silencio algo incómodo cuando de repente suena el móvil de Braulio. Se metió la mano en el bolsillo y sacó el móvil. 

–Es... Julia –miró el móvil con cierta desgana. 

–Cuelga ¡Cuelgaaaaa! –suplicaban Jaime y José María pero Braulio pulsó el botón verde de una. Los dos se llevaron las manos a la cabeza. 

–Puto inútil de mierda –insultó José María. 

–¿Hola? (...) Ah... no tenía cobertura para poder llamarte (¡¡...!!)

Jaime y José María rodaron los ojos al unísono

–Pero ¿cómo quieres que te llame? Estoy muy ocupado y... (NO PUEDES DEJAR TIRADA A TU NOVIA) –desde la perspectiva de Jaime se oía las voces de su novia loca. 

–(ES QUE ME TIENES SOLA AQUÍ EN CASA, NO ME LLAMAS, NO ME RESPONDES LOS MENSAJES, SEGURO QUE TE HAS LIADO CON OTRA DEL CAMPAMENTO ESE DE MIERDA) –Braulio escupió al suelo a pensar en Chloe. Pero decidió contarle toda la verdad. 

–Pues ahora mismo estoy haciendo de guardaculos de Jaime porque le metí un dardo  a Mireia por el culo, está drogada y ahora quiere matar a Jaime porque se piensa que es Obama y que este es reptiliano y nos quiere matar a todos. ¿No te parece que estoy lo suficiente ocupado?

–(GILIPOLLAS) –Julia colgó bastante enfadada. Braulio suspiró algo aliviado. 

–Braulio, tenemos que hablar –dijo Jaime mirándolo con los brazos cruzados

–No voy a dejar a Julia –continuó andando a paso ligero . 

–¿¡Pero por qué no!? –le siguió por el camino a paso más rápido. 

–Porque la quiero. 

–Oh sí, muy bonito y tal pero ella a ti no te quiere. ¿También te ordena a sentarte y que des la patita? –preguntó enarcando una ceja. 

–No me trata como un perro. ¿Qué dices?

–Pero te ordena todo el tiempo y se cree con derecho sobre tu vida. 

José María intervino. 

–Y es una novia puta y con cambios de humor. 

–No voy a dejarla y punto. 

–Pero tío. Al menos haz balance de lo bueno y lo malo. Y mira si te compensa.

–Eh... a ver. Es... graciosa... a veces te trata con cariño... 

–Tiene problemas mentales –susurró José María pero Braulio respondió con un puño al hombro

–Y sus suegros son lo mejor de todo –sonrió. 

–Joder –Jaime cerró los ojos–. Para decir que prefieres el suegro a la novia... muy bien la relación no va.

–Ya pero no sé. Hay algo entre nosotros –intentó convencer sin éxito a Jaime

–Ahora mismo mucha distancia –añadió José María. Pero ambos lo ignoraron. 

–A parte de eso. ¿Qué hay? 

–Pues no sé, algo de química hay. 

–Braulio, weon, ahí no hay química, hay matemáticas, son todo putos problemas. 

Braulio trató de aguantarse la risa. Miró hacia otro lado mientras se descojonaba en silencio. 

–¿¡Te estás riendo!? –dijo Jaime ilusionado. Braulio no pudo aguantar y echó a reír bastante fuerte.

–Me guardo esa puta frase es buenísima.

–Encima me roba la frase el weon quliao. –le dio una ligera colleja–. Tira anda. Que me tienes contento.

Los tres continuaron hablando por el camino cuando una voz ahogada los interrumpió por la espalda. 

–¡¡Jaimeee!! ¡¡Braulio!! –gritó Ainoa con sus últimas fuerzas. Había corrido bastante y se le notaba jadeando. 

Ambos se dieron la vuelta y José María miró al cielo desesperado y haciendo una especie de sonido demoniaco. 

–¿Qué pasa? –dijo Jaime–. Se te ve cansada. 

–Mireia se ha dado una ostia de bocas contra Chris

–Perfecto, ya puedes volver –ordenó José María con el brazo. Ainoa lo miró levantando una ceja. 

Mientras tanto, las caras de Braulio y Jaime se mantenían con el ceño fruncido y pensando en las posibles secuelas cerebrales de Mireia. 

–Pero... Esta... ¿bien? –ladeó la cabeza esperando una respuesta positiva. 

–No, no está bien, tenemos que volver. Y a la caravana. No podemos continuar hasta el Mulhacén. 

–MIERDA –dijo Jaime bastante cabreado. 

–Jo. –Braulio también se encontraba ligeramente enfadado. 

José María suspiró pero parecía estar pensando en algo: sudar de todo. 

–Gente, ¿estando a nada de subir el Mulhacén vamos a volver?

Jaime lo miró con algo de lástima. 

–Por desgracia sí. ¿Pero qué tan mal está? –preguntó a Ainoa. Teniendo en mente la posibilidad de continuar.  

–Tirada en el suelo. 

–¿Consciente?

–Eh... Creo que no

–Joder. Vale, sí. No podemos continuar. 

–Gente, yo creo que continuaré. Realmente quiero ir a la cima del Mulhacén y no es que sirva de mucha ayuda de todas formas. –alegaba José María bastante serio. 

–¿Qué quieres decir con eso? ¿Nos dejas tirados? –preguntó Ainoa. 

–Para vuestra suerte sí. Dudo que os ayude en algo mas que insultar 

Ainoa refunfuñó pero Braulio se encogió de hombros. 

–A ver, razón tiene. 

–A parte, que me da igual Mireia. Yo quiero subir al Mulhacén, lo voy a hacer y en caso de que me obliguéis a volver, deciros que sois todos unos geys muy geys y que no colaboraré en nada. –se cruzó de brazos y se sentó en el suelo.  

–Vale sí. Mejor que no vengas –alegó Braulio levantando las manos

–No te rompas el cuello –expresaba Ainoa "cariñosamente"

–Calla. Mujer. 

Jaime y Braulio sujetaron a Ainoa y dieron media vuelta. Dejando a José María continuar por su camino. 

***

Posteriormente, Jaime, Braulio y Ainoa continuaron hasta llegar a las chicas mientras observaban con desprecio como José María se alejaba. 

–Es un cabrón –se quejaba Ainoa. 

–Siempre ha sido un cabrón –corrigió Jaime–. Pero bueno, nosotros llevaremos a la caravana a Mireia y trataremos de relajarla. 

–Vale –asintió con cierto alivio. 

***

–Pero ¿tan fuerte le he dado? –preguntó Chris que aún le dolía la cara del golpe 

Sara respondió con cierto enfado. 

–Pues sigue sin levantarse. ¡Tu me dirás! 

–Oyee  que a mí me empujó Miriam yo solo... –comentaba con cierta inseguridad y acercándose de una forma sutil a Miriam. 

–¿Solo?

–Existir. Eso es lo único que hacía –comentó ciertamente enfadado y frotándose el labio por el golpe–. Auuuu dueleeee –se quejaba apoyando su cabeza en el hombro de Miriam. Ella se puso algo roja. 

Fue en ese instante en el que Mireia comenzó a dar señales de vida. Siendo Sara la primera persona que vio. 

–S-señor... Señor  dildo... –dijo extendiendo el brazo a la cara de Sara. Ella le extendió su mano intentando chocar los cinco. Fue entonces cuando soltó el brazo y le dio un cachetazo a Sara –. ¿¡No eres flácido!? –comentaba enfadada. 

***

–¿Qué es un dildo? –preguntó Chris. 

–Mejor... mejor no veas –respondió Miriam tapándole la cara. Sacó una bolsa de Risketos y comenzó a comer observando de manera indiferente. 

***

–¿¡Qué!? ¿¡Cómo que flácido!? 

–I want your dildo in my fucking ass –dijo Mireia en un tono bastante más grave y ladeando la cabeza hacia abajo mirándola a ras del suelo

–¿¿¡¡DESDE CUANDO MIERDAS HABLAS INGLÉS!!?? –Sara se levantó asustada y tratando de calmar a Mireia

–SHUT FUCK UP AND PUT IN MY ASS 

–AAAAAAAAA –comenzaba a correr pidiendo ayuda. 

***

–Miriam –inquirió Chris. 

–Dime –respondió buscando risketos en la bolsa.

–¿Que dise Mireia? –levantó la cabeza de su hombro pero Miriam hizo que volviese a apoyarse en ella. 

–Que quiere que Sara le meta el plátano en la mochila –respondió comiéndose un risketos tranquilamente

–¿Eh? ¿Qué plátano? 

Ella se encogió de hombros. 

–Eso mismo me pregunto yo. 

–Quiero risketoooos. Dame porfi. 

–Está bien –le dio un puñado de risketos mientras Chris asentía felizmente

***

–¡¡Te estoy diciendo que no te voy a penetrar me cago en la puta!! ¡¡RELÁJATE DE UNA JODIDA VEZ!! 

–YOU'RE GOING TO FUCKING PENETRATE ME, NOW!!!. AND SHUT FUCK UP!!!

–¿¡Qué mierdas me estas diciendo!? no tengo puta idea de inglés. AYUDAAAAA

Braulio, Jaime y Ainoa, que acababan de llegar, vieron a Mireia agarrando un palo de un arbusto y amenazando a Sara en un inglés fluido y perfecto como nunca antes habían visto. 

–Se ha vuelto... ¡¡salvajeee!! –decía Jaime en voz baja. Mireia centró su mirada en él. Y dejó a Sara en paz. 

–¡¡FUCK OBAMA!! 

–¡¡Eh eh eh!!. ¡Relaja las putas tetas! –Jaime la señaló con el dedo agresivamente. 

–YOU'RE GONNA FUCKING DIE

–Me cago en toda tu puta madre –se remangó y fue a por ella–. Te vas a calmar de una puta vez y vamos a volver a la caravana a ver si se te pasa la jodida droga de los cojones. –Jaime estampó a Mireia contra un árbol y le dio un cachetazo. 

Mireia entre gritos de urraca procedió a darle otro cachetazo y un empujón tirándolo al suelo. Se dirigió detrás del árbol y cogió una piedra bastante grande con claras intenciones de tirarla sobre Jaime. 

–¿Mireia? –observaba Jaime asustado y tratando de retroceder desde el suelo. 

–¡¡No lo hagas!! –gritaba Sara. 

–DIE. 

***

Mientras tanto, José María se encontraba llegando a la cima del Mulhacén cuando alcanzó a ver a una mujer a lo lejos junto a un niño que iba montado en un triciclo de tamaño mediano. La mujer parecía joven, con el pelo corto y rubio. Vistiendo una chaqueta y unos pantalones vaqueros, con unas botas negras.  

José María viendo a estos dos decidió aligerar el paso para sobrepasarlos cuanto antes. El camino se estaba poniendo escarpado así que el niño se vio obligado a bajar del triciclo por órdenes de su madre. Se notaba que era de esas madres que gritaban por todo. Ya que desde ahí, José María podía escuchar exactamente la conversación madre e hijo

–¡¡Bájate de ahí que te vas a caer!! 

–Aun puedo andar bieeen –se quejaba el chico dando vueltas alrededor de su madre–. Déjame hasta un poco más adelante. 

–¡¡¡Qué te bajes!!! ¿¡O prefieres quedarte sin merendar!? 

–Vale... vale. Ya me bajo –dijo cabizbajo. 

Al bajarse el niño miró al frente y vio a José María acercándose. 

–Mira, mamá. Ahí hay un chico. Podemos pedírselo a él. 

La madre se dio la vuelta y se fijó en José María. Posteriormente se dirigió a su hijo. 

–Tienes razón –asintió–. Veamos si puede hacernos ese favor. ¡Oye! –alzó la voz mirando a José María

Él se acercó a ella con el ceño ligeramente fruncido. 

–¿Qué pasa? –preguntó. 

–Mira, resulta que decidimos realizar la excursión al Mulhacén y no tenemos suficiente agua para los dos. ¿Te importaría darnos tu botella de agua? Mi angelito está sediento. 

–¿Cómo que mi botella de agua? No voy a daros toda mi agua ¿Estás loca?

–Mi ángel está sediento y no tiene agua. ¡Necesita agua ahora mismo!

–Si le doy una parte de mi botella ¿te callas la boca? –suspiró de mala gana. 

–No seas insolente, chico. 

José María en una muestra de tener sentimientos decidió darle algo de agua al niño. Aunque por dentro quería mandarlo a la mierda. Sacó su botella y le puso un poco en la botella de la madre. Quien a pesar de todo seguía poniendo cara enfadada. Una vez José María llenó parte de la botella del chico, se piró sin decir nada. 

–Gracias –dijo el chiquillo

Acto seguido José María siguió su camino ignorando al niño y continuó subiendo por el camino. Cada vez iba haciendo algo más de frío e incluso se observaba algo de nieve en la cima. Este verano había sido especialmente caluroso y quedaba mucha menos nieve de lo habitual. 

***

Justo en el momento que Mireia iba a lanzar la piedra contra Jaime, Braulio dio un enorme salto sobre Mireia y desvió el lanzamiento evitando que llegase a Jaime. Miriam al ver esto se levantó super asustada a socorrer a Jaime. Puesto que solo había visto a Mireia lanzar la piedra y ver como se caía por alguna razón. 

–¡¡Jaimeeee!! –gritaba corriendo como loca y con un lagrimón en su mejilla. Jaime se mantenía en el suelo aún replanteándose su existencia–. ¿¡Estás bien?! ¿¡Te ha dado!? 

–Sí... justo en mi orgullo –aclareció con una voz entrecortada.

–Puto orgulloso de mierda. –le tendió la mano y él la aceptó, levantándose. –¡Estaba super asustada! –rápidamente se secó las lágrimas. 

Sara y Ainoa se acercaron y vieron que estaba bien, tornando sus caras en un merecido alivio. 

–Madre mía, pedazo salto que ha dado Braulio –comentaba Sara aún en shock por lo que acababa de ocurrir. 

Jaime, ya mejorado del susto, se dirigió a Braulio quien aún estaba en el suelo. 

–Braulio –dijo Jaime–. Nunca pensé que diría esto pero... te quiero. 

–Aaaaaw que bonito –dijo Miriam con un tono adorable. Braulio respondió mientras trataba de ocultar la herida en el brazo por la caída. 

–Soy tu guardaculos, y como su nombre indica, debo salvarte el culo. –se levantó sacudiéndose las manos. 

–¿Q-Qué...?  –Mireia, que se encontraba junto a Braulio, abrió los ojos. Esta vez parecía una persona normal. 

–Ojo –Jaime contemplaba a Mireia despertar–. El advenimiento de la diosa perverso-anarquista pasivo-agresiva –Sara dio una colleja a Jaime–. Auuu –se quejó. 

–¿Qué ha pasado? –la chica se encontraba totalmente desorientada y mirando continuamente a los lados–. ¿Dónde estoy? 

–Parece que el perversus anarquicus está despertando. Está desorientada y observa a su alrededor la posible víctim... –Sara le dio otra colleja. 

–Cállate. No seas resentido. 

–Perdona, actúas como si no hubiera tratado de tirarme un roca a la cara 

–¿Cómo? –preguntó Mireia –. ¿De qué hablas? 

–Que nos volvemos a la caravana. Coge tu mochila y vayámonos. 

Sara y Ainoa pararon a Mireia que se estaba levantando 

–Pero... ¿te encuentras bien? –inquirió Sara que aún no daba crédito a que Mireia se levantara sin intentar violarla o hacer cosas perversas. 

–Eh... sí. Claro que estoy bien ¿por qué lo preguntas? 

–No... por... por nada... –alargaba su cara sin entender nada. 

Mireia se levantó por sí sola y se colocó la mochila 

–Entonces ¿Íbamos a la caravana ya? ¿Qué os pasa? Actuáis muy raro. ¡Venga! 

–No entiendo una mierda –susurró Jaime al oído de Braulio. 

–Yo tampoco. 

***

José María había alcanzado la cima de la montaña bastante fácil. Y se había mantenido en ella por un tiempo descansando y comiendo uno de los tres bocatas que tenía. Al poco rato de acabar el primero vio como la madre y el niño de antes llegaban también a la cima. Aquí había también otro pequeño grupo de amigos que SI habían conseguido llegar al Mulhacén. 

La madre se acercó a José María. 

–Hola –José María la miraba en silencio comiendo su bocata sin responder –.¿¡Puedes responder maldito maleducado!?

–¡Qué! –dijo de mala gana 

–¿Te sobra algún bocata? 

–No. Ya te di agua. Déjame en paz. 

–Eso no es suficiente. Necesitamos algo de comida . 

–No es mi puto problema. Váyase a joder a otro. –José María continuó comiendo dejando a una madre enfadada observándolo bastante furiosa. 

Posteriormente vio como la madre se veía obligada a compartir su único bocata con su hijo. Lo comieron mientras hablaban de sus mierdas y el niño parecía estar reprochándole algo a su madre. Pero ella simplemente callaba y miraba a José María. 

Al poco rato, madre e hijo salieron a dar un paseo. 

–No, no te lleves el triciclo ese –señaló la madre–. Solo nos entorpecerá. Daremos un paseo pequeño por el monte y ya está. Déjalo junto a esa roca y vámonos. 

Fue entonces cuando José María miró el triciclo con recelo y deseo. 

*1 minuto más tarde*

–¡¡MAMÁ!! ¡¡¡SE LLEVA EL TRICICLO!!! –el niño señalaba llorando a José María y visiblemente cabreado. 

–¡¡¡JÓDANDE HIJOS DE PUTA!!! –José María arrancó con el triciclo a toda velocidad  sacando la peineta a madre e hijo

–¡¡¡¡¡NOOOOOO!!!!!! –gritaba la madre que trataba de perseguir al chico. 

José María bajó por otro camino bastante más empinado y escarpado. Dando botes y derrapando en las pequeñas curvas. Era gracioso porque el triciclo era mediano y con el asiento bajo y el asiento no paraba de golpear el culo de José María. Debido a las manillas  más cortas, iba con los brazos más pegados al cuerpo y las manos juntitas. Esquivando rocas como Lewis Hamilton y a una velocidad que era incontrolable e incluso daba miedo. El triciclo se tambaleaba con cada bache, cada curva, y parecía que en cualquier momento iba a ceder. 

Por el camino, y uno de los derrapes, casi se lleva por delante a un par de caminantes que simplemente pasaban por ahí. 

–¡¡HALA!! –comentó sorprendido uno de ellos. 

–¡¡¡QUE POR AHÍ SE VA AL LAGO, SUBNORMAL!!! 

Al oír esas palabras, José María trató de frenar inmediatamente el triciclo sin resultados. Iba derecho al lago. 

–JODEEEEEER PARAAAAAAA

***

Mientras tanto, el resto se encontraba llegando ya a la caravana ya que en el tiempo que José María estaba lidiando con una madre y su hijo, ellos estaban contando a Mireia todas las paridas que hizo hasta ahora. 

–¿¡Enserio intenté violar a Ainoa porque la veía como virgin Mary? 

–¡Me sobaste las tetas! ¡Guarra! –reprochó Ainoa. 

–Y eso no es nada comparado con el pedrolo que me intentaste tirar. De no ser por Braulio tendría la cara bien espachurradita –comentaba Jaime

–Y tu me veías como un dildo, me decías señor dildo y querías que me comportase como tal. 

–¿¡Qué decís!? –Mireia entrecerraba los ojos pensando que no era posible

–Pues efectivamente. De hecho lo que te duele de la cara es de una ostia de Chris porque jugabas a que eras un pene volador y dabas pollazos en la frente a la gente –aclaraba Sara–. Ainoa se agarró a Chris, ibas a por Chris, Miriam trató de quitarte, fue a lo bruto y PUM santo putaso. 

Mireia comenzaba a reír sin descontrol. 

–Ostia, joder, no me acuerdo de absolutamente nada. Me parece muy fuerte que el dardo de Braulio haya causado esto. 

–Pues créetelo que aún estoy viendo mi vida pasar por alto –suspiraba Jaime aliviado. 

–Es que yo me asusté de verdad. Solo vi a Mireia enfadada gritando cosas en inglés con una piedra en lo alto y lanzándola a Jaime. 

–Yo vi todo negro porque tenia los ojos tapados –dijo Chris que no se enteró de nada. 

Hubo un extraño silencio incómodo que fue roto por Jaime al ver la hora. 

–Son las 6:30 de la tarde y estamos llegando ya a la caravana. Nos queda una horita de camino. 

–¿¡Qué!? –se quejaba Ainoa 

–¿¡Una hora!? 

–A ver, a ver. Relajen las tetas, hemos tardado tres horas en subir. Para luego bajar. En verdad es media hora pero conociendo el paso que vamos será una hora. 

Sara comenzó a hacer cuentas en su cabeza. 

–Vale, tienes razón. 

***

–¡¡Me cago en la puta!! ¡¡joder!! ¡¡joder!! ¡¡joder!!... –trató de hacer un derrape antes de caer al lago pero solo empeoró las cosas y cayó en la parte del lago más profunda. Provocando una enorme ola sobre aquellos que estaban en la orilla y hundiendo el triciclo. 

CONTINUARÁ

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