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Día 4 (Mañana 1/2): Mosquitos, droga y Mulhacén

–Y entonces Harry Potter se hartó del proletariado de los cojones, los mató a todos y se pasó a la burguesía a oprimir manos negras –comentó José María con total ternura al monstruo. Acto seguido lo miró a los ojos–. Fin. 

Este comenzó a reír pero de repente lanzó a José María al lago con todas sus fuerzas. 

–¡Ah! ¡¡Qué cojones haces!! Espera, podemos hablarlo... –aquí fue cuando lo lanzó–.¡Moro de mierdaaaa! –cayó desplomado al agua. Cuando emergió del agua el monstruo ya no estaba. Se había largado. 

Este salió del agua a respirar. No le gustaba nada bañarse por la noche y el agua estaba helada. 

–Puta mierda de agua helada. Se me ha encogido un huevo. –salió escurriéndose la camiseta–. Bueno, hora de volver con mis queridos niños. 

***

En el capítulo anterior nuestros queridos inútiles tuvieron charlas vergas entre ellos y montaron las tiendas sin demasiada pelea. Como ven ahora José María se dirige a dormir con ellos tras leerle el cuento extraño de Harry Potter. Llegaba empapado y con mucho frío. Tras un tiempo tiritando, por fin llegó a la caravana, se cambió de ropa y se metió corriendo, olvidando cerrar la cremallera y dejando a nuestros queridos amigos expuestos a la naturaleza... la bella, dulce y delicada naturaleza... 

A la mañana siguiente.

AVISO: Esta escena contiene sucesos traumantes no aptos para sensibles. Si eres inocente y quieres conservar tu integridad mental, no leas esta parte. No me hago responsable de posibles problemas mentales a raíz de esto. Avisaré del final con un asterisco así --->  ("*")

"Chris se encontraba en un mundo bastante extraño a decir verdad. Envuelto en una atmósfera de color azul y rosado, con montañas rosas, ríos de color arcoíris etc. En ese momento Chris notaba que estaba flotando y miró hacia abajo ilusionado. Cabalgaba sobre un precioso unicornio rosa pastel con una brillante melena rosada. Chris caminaba con una enorme sonrisa hasta que le dio por mirar sus brazos que se encontraban protegidos por una imponente armadura y una pica con forma de pene. Se notó algo en la cabeza, tenía un condón por casco".

Mientras Chris soñaba, comenzaba a fruncir el ceño y a mover las piernas y sus brazos del saco. E intentaba soltar la pica con forma de pene. 

"Al fondo de las montañas rosas aparecía Mireia gigante con poderes extraños que convertía todo lo que conformaba su maravilloso mundo de rosa y arcoíris en cosas con formas fálicas y perversas. Entonces el unicornio comenzó a hablarle con una voz jodidamente grave a Chris" 

–"¡¡Hay que derrotar a esa tipa!! ¡Está destruyendo nuestro mundo de fantasía!"

–"¿Cómo?" –preguntaba Chris asustado.

–"¡Hay que meterle la pica por el culo!"

–"¿Qué? –Chris no daba crédito a lo que oía."

–"Sí, vamos a dirigirnos  a ella" –el unicornio aceleró la velocidad mientras Chris se mantenía asustado en el sueño.

"Mireia continuaba diciendo blasfemias mientras el unicornio continuaba acercándose a Mireia quien había convertido uno de los monigotes del mundo de Chris en un pene"

–"Vamos a destruir tu inocencia –gritaba Mireia mientras agitaba sus brazos con una visible locura–"Agitaré y agitaré y en polla te convertiré. 

"El unicornio se acercaba a ella esquivando su rayo falificador que le dio a un enorme pino lila convirtiéndolo en un consolador gigante y flácido."

–"¡¡Toma pene!! ¡¡Pene, pene, pene!! ¡¡¡PENEEEE!!!"

Lanzó un segundo rayo falificador y posteriormente el unicornio despegó echando arcoíris por el culo acercándose a Mireia"

–"¡¡Prepara la pica!! ¡¡Estamos acercándonos!!"

–"¡¡Hay darle a la zambomba!!" –Mireia le hizo una paja al consolador lila gigante

"El unicornio se acercó a Mireia volando por la espalda. Justo entonces, Mireia se dio la vuelta lanzando un rayo falificador convirtiendo al unicornio en pene. Moviéndose de un lado para otro y contrayéndose. 

–"Oh, Chris. ¡¡¡Vayamos a aquellos rosáceos setos para que te muestre mi cámara de los secretos" AAAAAJAJAJAJAJA–continuaba riendo con gran ímpetu–"Al pan, pan, al vino, vino y en tu culo mi pepino" –lanzó un rayo falificador sobre los setos. 

Chris se mantenía acurrucado en el suelo agarrado sobre su unicornio con forma fálica hasta que se armó de valor y en un despiste de Mireia, le clavó la pica en el culo"

–"¡¡¡OOOOOOOH!!!" –Mireia abrió la boca agitando los brazos de arriba a abajo–. "¡Sigue! ¡¡Sigue!! ¡Oh! ¡Oh!"

("*")

–¡¡AAAA!! –Chris se despertó de su terrible pesadilla. Miró a Jaime, Braulio y José María. Pero seguían durmiendo como si nada. Aún eran las 6 de la mañana. Chris enseguida notó un zumbido de un gran mosquito en su oído. 

–BzzzZZZZzzzzsh...

–Joder, no han puesto la mosquitera... –se quejó. Posteriormente estiró sus brazos y se levantó con sumo cuidado a cerrar la cremallera para evitar que entren más mosquitos. Acto seguido se colocó en su saco, se arropó, acurrucó y siguió durmiendo. 

A las dos horas Jaime se despertó dándose una ostia en el hombro. Esto también despertó a Braulio quién se levantó de golpe por el susto. 

–¿Qué ha pasado? –preguntó. Jaime se encontraba mirando a los lados bastante cabreado. 

–Me cago en la puta, me ha zumbado un mosquito. 

Braulio miró al techo y vio como habían varios mosquitos posados sobre la tienda de campaña. 

–Ostia tú, hay una buena cantidad de mosquitos en el techo –dijo mirando a su lado–. Y también en las paredes tío. ¿Qué cojones?

–Me cago en la puta. –observaba a José María dormido –. Fue el último en entrar. ¿No cerró la jodida mosquitera?

–Yo que sé. Pero me está empezando a picar todo el cuerpo... 

–Salgamos de aquí, maldita sea.

Braulio y Jaime salieron de su saco  y abrieron la tienda. Una vez fuera, con la luz del sol y en calzoncillos vieron si tenían picaduras... y efectivamente. 

–¡Que me han reventado el brazo! ¡¡Pero qué es esto!! Putos mosquitos de mierda. –se quejaba Jaime mientras se veía las picaduras. 

–Oye, me pica la frente. No jodas que me han picado en la frente. 

Jaime se acercó a Braulio, frunció el ceño y comenzó a reír como un hijo de puta 

–Jajajajaja. ¡¡Te ha picado en toda la mocha tío!!

–No es gracioso...

–Mira, ahora puedes ser el unicornio de Chris JAJAJAJA. 

–Hmmm –se quejaba Braulio. 

–Hey... –le colocó el brazo por encima del hombro–. No pasa nada, con suerte a José María le ha picado alguno peor. –intentó consolarlo. 

–No, pero ahora enserio. Me han picado mosquitos y luego estos. Pedazo de erupciones que tengo. Se habrán cebado bien los hijos de puta –dijo rascándose el brazo bastante rápido. 

–No, la verdad que sí. No sé si es por la falta de sangre pero juraría haber visto un mosquito con un tuper. 

Acto seguido se oyó un profundo grito en la tienda de campaña de las chicas. 

–AAAAAAAAHHHH

Jaime y Braulio se miraron a sí mismos y fueron corriendo a la cabaña de las chicas.

–¡¡MÁTALA!! ¡¡MÁTALA!! ¿¿¡¡Está encima mía!!?? ¡¡MÁTALAAAAAA!! –Jaime y Braulio abrieron la tienda y vieron a Mireia golpear con todas sus fuerzas una zapatilla sobre el hombro de Sara sobre el cual se encontraba una araña bastante grande. Mientras Miriam no paraba de descojonarse por la ostia. 

–JAAAAAA pedazo de ostia que le ha dao. 

La araña quedó encajada entre las marcas que la zapatilla dejó sobre el hombro de Sara.

–¿¡Está muerta!? ¡¡DIME QUE ESTÁ MUERTA!! –se miró el hombro y continuó gritando– ¡¡La tengo pegada!!

–Sí, sí. Está muerta hija. No te preocupes –dijo Jaime moviendo la cabeza de un lado para otro. 

Acto seguido Mireia con serio asco le quitó los restos de araña del hombro. 

–Puta madre, menuda ostia me has dado –se quejaba Sara que comenzaba a dolerle el hombro. 

–Se siente jajaja. Yo también estaba asustada de que se te metiera en la teta –comenzaba a reír con su característica risa. 

Al poco rato de pasar el susto, salieron todos de la tienda. Jaime se dirigió a la caravana, encendió el fuego e hizo su característico desayuno calentando leche y echándole nesquik. Mientras, ellos colocaban las cosas en el suelo por que la mesa se había roto y Miriam comenzó a quejarse de lo mal que había  dormido. 

–Oye, ¿a vosotros no os han picado los mosquitos? Por que a mí demasiado. 

Ainoa miró su pierna algo preocupada. 

–Tengo una picadura tan gorda en la pierna que veremos a ver si me caben las mallas. 

Miriam comenzó a reír muy fuerte. 

–También puedes usar pantalones.

Ella se cruzó de brazos poniendo cara enfadada.

–Pero hoy quiero ponerme mallas –refunfuñó. 

José María comenzó a reírse al verse una picadura de mosquito un tanto peculiar. 

–¡Eh mirad! Mi picadura tiene forma de polla –nada más decir eso, Mireia se levantó corriendo a comprobar que fuera verdad. Cuando lo vio también se empezó a descojonar muy basto. 

–JAJAJAJA te ha picado el Nacho Vidal de los mosquitos.

–Es que es maravilloso. –sonreía–. Se la voy a enseñar a Jaime. 

José María se levantó y se dirigió corriendo a la caravana de Jaime. Al poco rato se escuchó unas voces y seguido unas risas de Jaime. Tras algunas voces en bajo, Jaime apareció junto a José María con las dos teteras llenas de Nesquik caliente que se sirvieron a todos. 

–Bueno, después de la picada-polla de José María, nos toca desayunar en el suelo a lo yonki. Gran manera de comenzar el día. 

–Sep– respondió Sara–. Por cierto,  ¿Hoy subiremos al Mulhacén de una vez o no?

–Porfa... –suplicaba Miriam–. Me apetece hacer algo que no sea darme de ostias con Chloe. 

–Sí, sí. Tranquilos. Iremos al Mulhacén. En cuanto desayunemos y prepare los bocadillos. Hoy comeremos en el monte –dijo rascándose el brazo sobre una picadura de mosquito mientras miraba a sus amigos–. Pero nada de irse a follar con acampados de por ahí que no quiero aumentar mi lista de enemigos –miró justa y casualmente a Mireia y Ainoa. 

–¿Y a mí por qué me miras si yo no he follao? –preguntó Mireia exasperando una risa al final. 

–Por si acaso –Jaime le dio un sorbo grande al vaso y se lo terminó de una–. Venga daos prisa. 

–No le hagáis caso, está resentido –comentó Sara riendo. A Miriam se le escapó la risa mientras bebía escupiendo el nesquik por la nariz. 

–JAAAAAA puta Sara.

–La madre que os parió... 

***

Una vez acabados de desayunar cada uno cogió su mochila, crema solar, bocadillos y el mapa de Sierra Nevada. Con esto, nuestros queridos inútiles se dirigieron hacia la montaña más alta de la Sierra donde prometían unas vistas espléndidas. 

El camino fue sencillo en un principio debido a que el camino era poco escarpado y ya sabían por donde tenían que ir por tanto no había mucha pelea con el mapa.

–Veamos –abrió Jaime el mapa. Este se encontraba rallado y con muchos redondeles de Braulio para realizar la táctica de asalto al campamento de Chloe. Detrás suya aparecieron los rostros de Sara y Mireia–. Por ahí se va al lago por el cual Braulio se cayó de plancha, y este es el camino que se desvía. Por tanto es por aquí –dijo señalando el desvío. 

–Ostias, el lago leyenda –comentó José María mientras Braulio lo miraba de reojo. 

–Cabrón

–Desde aquí todavía huele a pecho quemado de la ostia que te pegaste, hijo de puta. 

–Al menos sigo teniendo móvil y gigas de porno. 

–Ohhhhhhhh –respondió Miriam riéndose. José María arrugó la cara mirándola a ella.

–Tu cállate jodida puta que también te quedaste sin móvil.

Miriam se colocó en posición de pelea. 

–¿¡A quién le llamas puta, eh, puto!?

–A ti, niña estúpida de los cojones –José María también se colocó en posición de pelea. 

–Calmaos ya que me voy a liar a ostias –dijo Jaime agarrando a los dos de la oreja mientras continuaba por el camino. 

***

Pasado un tiempo, los chicos llegaron a una zona que a partir de ahí se encontraba mucho más escarpada. Sara, Ainoa y Mireia sugirieron un descanso antes de avanzar por el terreno más escarpado y también por aprovechar el terreno boscoso para realizar fotos. El resto de grupo aceptó. Estuvieron cerca de 2 horas subiendo sin descanso por el terreno y ya tocaba algún respiro. 

–Oye, Braulio –preguntó Ainoa con cierto interés en sus palabras

–Dime –respondió. 

–¿Te vienes con nosotras y nos hacemos fotos? –el chico asintió no muy convencido pero no tenía ganas de discutir y se fue con ellas. 

–Vale. 

Jaime sacó el bocadillo y les miró de reojo. 

–Braulio, vigílalas no vaya a ser que se paren a follar con la primera ardilla que vean. 

–¡¡Cállate ya!! –gritó Ainoa con una energía fuera de lo normal. 

El resto se quedó sobre unas rocas que encontraron y usaron de asiento, José María y Jaime sacaron un bocadillo y comenzaron a comer mientras Miriam y Chris simplemente bebieron algo de agua. 

Mientras tanto, las chicas y Braulio comenzaron haciendo algunas fotos de postureo en árboles, algunas flores, jugando con las luces que se proyectaban en el suelo y atravesaban los árboles etc. 

–Joder –dijo Mireia–. Oye este sitio es precioso y los demás se lo están perdiendo. Ya verás de que les enseñemos las fotos.  

–Jajajaja –Sara colocó su brazo sobre Ainoa y Braulio sacó un flashazo a su cámara–. Se van a morir de envidia los muy vagos. 

–Oye, gente ¿Seguimos este camino? –preguntó Ainoa dudosa–. Estamos cerca de ellos y podemos volver fácilmente.

–Venga vale. A lo mejor encontramos mejores sitios para tomar fotos. –contestó Mireia sonriente. 

Continuaron por el camino el cual comenzaba a hacerse algo oscuro por la densa vegetación que lo habitaba. En el camino siguieron haciendo algunas fotos hasta que vieron que se estaba quedando bastante oscuro y comenzaba a dar algo de miedo. Aún así decidieron continuar con cierto cuidado y algo de miedo. Ainoa quería darse la vuelta pero cambió de opinión cuando vieron un claro a lo lejos. Llegaron al claro y en él se encontraron una enorme esplanada llena de flores y arbustos de una forma muy desordenada y no muy lejos una especie de cabaña en no muy buenas condiciones

–¡¡Eh!! –dijo Braulio impresionado–¡Qué pasada! 

–Y nosotros durmiendo en mierdas de campaña mal construidas teniendo esta preciosa cabaña. Le hacen falta algunos retoques pero está muy bien conservada –comentó Mireia dirigiéndose a la cabaña. 

Ainoa se mantuvo algo alejada.

–Sara quédate conmigo. No me gusta demasiado y me acabo de acordar de la historia del guarda. 

–No pasa nada. Pero vaya. Que me quedo aquí contigo si te sientes más segura.  

Sara y Ainoa se quedaron ligeramente alejadas, mientras Mireia y Braulio se acercaron a la cabaña. 

Braulio miró la cerradura de la cabaña e intentó abrir la puerta. Hubo un chasquido desde el otro lado. Eso lo asustó un poco y lo hizo retroceder.

–¿Cerrada? –preguntó Mireia. Braulio asintió pensativo. 

–Hmmm quiero entrar. Imagina las pedazos de fotos que podríamos sacar dentro –dijo Mireia que era fanática del postureo. 

–Ya, yo también. Pero es porque me encantan los lugares abandonados

Al fondo se escuchó a Sara. Que se había sentado en uno de los bancos del lugar los cuales tampoco se encontraban en muy buenas condiciones. 

–¿Cómo sabéis que está abandonada? Algún loco puede perfectamente vivir ahí. 

Mireia ignoró por completo a Sara y tiró una piedra a una de las ventanas que se encontraban en lo alto de la cabaña rompiendo los cristales. Por suerte la cabaña no era  demasiado alta y podían llegar a ella fácilmente. 

–¡LA PUTA MADRE QUE OS PARIÓ! –vociferaba Sara alterada por si vivía alguien. Mientras tanto, Braulio y Mireia pasaban de todo. 

–Mireia, aúpame a la ventana y que Ainoa o Sara lo hagan contigo. 

–Vale –decía mientras aupaba a Braulio a sus hombros–. Oh Dios. Me siento como en misión imposible. 

Braulio se encontraba subido a Mireia pero la ventana no estaba rota del todo y aún quedaban algunos trozos de cristales que podrían ser peligrosos. Mireia tuvo que bajar a Braulio y volver a lanzar otro pedrolo para romper más la ventana. 

***

–Casi una puta hora y media tomando fotitos y siguen sin venir. –se quejaba Jaime de la tardanza. 

Chris acababa su bocadillo mientras veía vídeos de gatitos caerse en el móvil. Paró el vídeo y miró a Jaime. 

–Podríamos...

–Como no vengan pronto los reventamos. 

–Jaime... –levantó la mano como si estuviera en clase.

–Es que ya les vale, siempre que nos separamos tenemos que acabar buscándoles.

Miriam interrumpió a Jaime para dejar hablar a Chris. 

–Jaime... Chris quiere decirte algo. 

El chico infló los mofletes y se puso a ver nuevamente vídeos de gatitos. 

–No... ya nada. Iba a decir de ir a buscarles y tomarnos fotos con ellos. 

–¿Para que quieres las fotos, infiltrado? –miraba José María fijamente a Chris. 

–Para ver lo feo que eres –continuaba con los mofletes inflados y con una mirada enfadada. 

Jaime se levantó de la roca y se dirigió a ellos. 

–A ver, podríamos ir a ver qué pollas están haciendo y que se vengan ya. Ya tienen suficientes fotos para subir al insta de los cojones. 

–Lo veo bien –Chris paró el vídeo y se guardó el móvil en el bolsillo. 

Una vez todos se encontraban de pie, decidieron irse por el mismo camino que tomaron Braulio y las chicas. 

***

–¡¡Vale!! Ya le he vuelto a dar a la cabaña –tras cuatro intentos seguidos, Mireia por fin le dio al cristal que impedía a Braulio entrar. Fue entonces cuando comprobaron que no había nadie viviendo allí y que la cabaña estaba vacía. A base de putas pedradas. 

–Bien, súbeme –pidió Braulio. Mireia colocó las manos y aupó a Braulio a la ventana. Antes de entrar empujó algunos cristales para evitar cortarse y subió con todo. Ahora lo complicado era hacer que subiera Mireia. 

–Ya estoy arriba, Mireia. ¡Voy a comprobar la cabaña o ver si encuentro alguna forma de que subas!

–¡Sara! Súbeme a la ventana

–Ah ¿que yo soy tu forma para que subas a la dichosa cabaña? –preguntó mosqueada mientras ella asentía entre risas.

–Pues no sé si podré contigo. Vamos a comprobarlo. –Sara colocó las manos y con todas sus fuerzas trató de aguantar a Mireia pero acabó cediendo.

–¡Ostia! –Mireia se cayó al suelo pero se levantó enseguida–. Pinche Sara. ¡Me has tirado al suelo!

–Mira, no te me hagas la drama queen. Yo que quieres que haga, soy una floja de mierda. 

Mireia se alejó un poco de la cabaña y llamó a Braulio con todas sus fuerzas.

–¡BRAULIOOOOOOOOOO! ¿¡Has encontrado algo!?

Braulio asomó de la cabaña con una cuerda la tiró hasta llegar abajo y la sujetó sobre el pomo de una puerta. 

–Creo que aguantará –dijo con algo de incertidumbre. 

–Hmmm. Subo poniendo los pies en la pared ¿no?

–Sí. Date prisa, me está empezando a dar mal rollo. 

Mireia subió lo más despacio que pudo pero consiguió llegar arriba de la cabaña con la ayuda de Braulio. Acto seguido se dirigió a Sara y Ainoa. 

–¿No subís? 

–No. No nos gusta la idea. Hacer las fotos que tengáis que hacer ahí dentro y nos vamos. Daos prisa. Puede que nos estén esperando. 

Mireia alzó el dedo pulgar y se fue junto a Braulio. La cabaña estaba totalmente abandonada y descuidada. Pero eso no quitaba que siguiera siendo hermosa. Al estar descuidada la vegetación había conseguido colarse en una de las habitaciones y junto a la luz que asomaba por la ventana, dio lugar a una foto casi perfecta. Mireia se mantenía flipando con lo bonito que era todo. Braulio bajó por las escaleras dejando una habitación sin abrir. 

Bajaron al salón principal. También repleto de vegetación que bajaba de una enorme chimenea. enfrente a esta, se encontraba una enorme mesa de roble que se extendía por todo el salón. Era un lugar pequeño pero lujoso con un sofá y una pequeña mesa para colocar la tele. El lugar estaba en su mayoría vacío. Mireia se quedó en el salón haciendo fotos mientras Braulio se dirigía a la cocina. Por el camino, Braulio encontró un armario algo pequeño que le dio por abrirlo. Era un rifle. Braulio, que amaba las armas, no dudo en cogerlo y en llamar a Mireia. 

–¡Mireia, ven! Mira esto. 

En el fondo se oyó un enorme golpe que alertó a Braulio. Dejó el arma sobre la mesa y fue a ver qué pasaba. 

***

–¡Qué ha sido eso! –preguntó Ainoa alertada al oír el enorme golpe.

–No lo sé, tía. Ha sonado a cristales rotos –Sara se dirigió a la ventana de la cabaña intentando ver algo, pero no consiguió ver nada. Ainoa se mantuvo junto a ella.

–¿Y si de verdad hay alguien pero está escondido?

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sara al pensar que podrían estar en peligro. Y más con las historias que se han contado de este lugar.

–Ni puta idea. Me parece raro que alguien viva aquí. Pero podría ser posible.

–En ese caso estarían en peligro –comentaba Ainoa con un rostro bastante asustado. 

–Ya ¿Y qué hacemos? ¿Subimos?

–Yo creo que deberíamos subir. Son nuestros amigos.

–Tienes razón. Vayamos armadas, pues. Agarra un buen pedrolo –Sara cogió dos piedras del suelo. Una para Ainoa y otra para ella–. Vayamos. 

***

Cuando Braulio se dirigió hacia el golpe, se encontró con el enorme candelabro caído y Mireia tirada en el suelo bajo la mesa. 

–¿¡Qué cojones, Mireia!? –dijo visiblemente asustado. 

Ella no paraba de reír, se levantó de la mesa y paró la cámara... Había grabado un vídeo la muy puta. 

–¿Qué has hecho? 

–Ahhh... a ver como explico esto. Había visto el pedazo de candelabro y también el extintor. Rompí el extintor, coloqué la manguera sobre el candelabro y grabé un vídeo cantando Chandelier de Sia mientras me columpiaba del candelabro. 

–Me cago en la puta Mireia –respiró mientras miraba hacia otro lado–. No vuelvas a hacer esa mierda. Hija de puta me has asustado. –suspiró Braulio

–Ya jeje –se rascó la cabeza y pidió disculpas–. ¿No quieres ver el vídeo? –preguntó para quitar tensiones. 

–Luego Mireia. Ahora nos están esperando. 

–Vaale –reía de la ostia que se había metido –es que tío, ha sido genial. ¡¡A tomar por culo el candelabro!!

–Ya, pero casi te matas, maldita sea –dijo Braulio algo molesto y andando un poco más deprisa–. Pero mira. He encontrado un rifle. No sé si dispara balines, si es un rifle de caza ni si está cargado o no. –dijo quitando el seguro del arma–. Voy a apuntar a aquella pared y a disparar. –señaló a la cocina. 

–Ay Dios. Ten cuidado y apunta bien, no me seas puto. 

Mireia se colocó separada de Braulio pero atrás de él.  

–Voy, ¿Estás lista?

–Síi. Dale. 

Braulio apretó el gatillo esperando un fuerte retroceso, sonó fuerte pero no tuvo apenas retroceso. Del rifle salió una especie de cartucho rojo a toda velocidad que chocó contra una superficie de metal, rebotó hacia el techo y del techo justo a la pierna de Mireia quien apenas le dio tiempo a reaccionar.

***

Las chicas ya se habían subido a la cabaña cuando oyeron el disparo. Ainoa entró en pánico.

–¡¡¡AHHHH!!! ¡¡Qué ha sido eso!! –dijo muy alterada y a punto de romper a llorar.

–¡¡¡BRAULIOOO!!! ¡¡¡MIREIAAA!!! –gritaba Sara mientras bajaba de las escaleras llorando. 

–¡Ahh! Joder, duele. –se agachó para quitarse el dardo, pero ni siquiera alcanzó a agacharse. Simplemente se desplomó al suelo desmayada. 


CONTINUARÁ

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