Corto IV: Un monstruo viene a violarme
... Pero ya era demasiado tarde. Habían sido escuchados por el ente maligno y ahora se acercaba a ellos con pasos torpes y ladeando de un lado para otro... Fue entonces que comenzó a abrir la cremallera poco a poco.
Los chicos se acurrucaron aún más y se prepararon para defenderse en caso de que fuera a hacerles daño. A medida que la cremallera se estaba abriendo, fueron viendo el traje blanco que llevaba, sucio y rasguñado, y con un olor extremadamente húmedo. Comenzó a flexionar sus rodillas para aparecerse junto a ellos, cuando de repente...
–¡¡Ahhhhhhh!! – gritaron todos aterrorizados, el ente se separó de ellos y en seguida salieron Braulio y Jaime a pegar de ostias hasta que vieron que... ¡Era José María!
–¿¡Cómo!? –Jaime y Braulio fliparon al ver a José María envuelto en un trapo blanco y ligeramente demacrado.
¿Qué cojones ha pasado aquí?
La respuesta está en este pequeño corto sobre cómo José María llegó al campamento de nuestros chicos. ¡vamos allá!.
***
José María y el chico de las mechas se mantuvieron dormidos durante un buen rato. Una hora después, los tres amigos se levantaron y vieron cómo José María seguía dormido y comenzaba a acurrucarse de frío, los chicos, lejos de sentir rencor, comenzaron a compadecerse.
–Bro, cuando nos peleamos le rompí la camiseta, ahora viene la noche y va pasar un frio de la ostia. –dijo el chico de las mechas preocupado.
El otro chico lo vio ligeramente preocupado.
–En cierto modo se lo merece por gilipollas. Pero le dejamos cuatro mierdas y que se las apañe –comentó otro de ellos.
–Le damos esta mierda –le tiró una toalla blanca–. Primo, ¿Tú no tenías un mechero de sobra? –comentó el chico gordito.
–¿Mechero? –dijo preocupado–. ¿Pero como vas a prenderle fuego? ¿Tú estás bien, illo?
–Illo, pa que vea y no se dé un piñaso por ahí, hermano.
–Pos entonseh dale una linterna. –miró en su mochila y sacó una linterna
–Joder hermano, ¿Te vas a amariconar por este gilipollas?
–Solo se trata de dejarle cuatro mierdas y largarnos –se volvió a colocar la mochila–. Ahora vayámonos antes de que despierte otra vez.
–Vaya desgracia de persona. ¡¡Maricón!! –le dio una colleja y posteriormente salió corriendo.
Los canis se largaron y dejaron a José María tirado mientras el sol comenzaba a ponerse. Al poco rato, José María comenzó a rascarse la cabeza. Poco a poco fue abriendo los ojos y vio como estaba anocheciendo. Enseguida dio un bote.
–¡¡Mierda!! –se levantó de golpe asustado al verse perdido en medio de la montaña y anocheciendo.
Vio que no estaban los canis, en su lugar había una toalla blanca bastante grande y una linterna junto a una nota: "Gilipollas"
–Bueno, algo es algo. –cogió ambos objetos y se fue dirigiendo camino por donde él creía que se iba a la caravana.
***
Mientras tanto, Chloe, Ilario y Daniel se estaban preparando para la partida del día siguiente. Ilario ya tenía la dirección de la caravana arreglada más o menos y Chloe y Daniel se habían encargado de la decoración comunista de la caravana.
–Me parece increíble que tengamos que poner mierdas comunistas por la caravana para que tenga que venir el ruso a rescatarnos –se quejaba Daniel colocando estampitas de Lenin por la caravana.
–Es lo que hay. ¡Deja de quejarte! –mientras, Chloe iba pintando de rojo algunos de los utensilios de dentro de la caravana
Ilario se encontraba fuera borrando la pintura de la caravana y pintándola de rojo con algunas estampitas de Stalin y Lenin pegadas por la furgoneta.
–Todo el jodido día haciendo esta mierda –Daniel se seguía quejando
–Maldita sea, Daniel ¿Quieres callarte de una vez?
–Hmmm –refunfuñó.
***
Mientras tanto, José María se encontraba bastante apurado luchando por llegar a la caravana antes de que anocheciera cuando de repente comenzó a notar algo de movimiento alrededor suya. Continuó andando algo asustado por el miedo a haberse perdido. Cuando anocheció, José María encendió la linterna y en seguida el demonio del bosque le asaltó para apagar la linterna.
–¡¡GRR!!
–¡¡¡¡AAAAAH!!!! –José María gritó pero el demonio del bosque le tapó la boca inmediatamente. Fue entonces cuando le obligó a tragar una especie de lechuga rara. La masticó con cierto asco y el monstruo hizo señales para que la tragase.
–¿Tú escucharme ahor...?
–¿¡Qué huevos!? –José María interrumpió muy asustado.
–¡Cállate, son los efectos de esta planta!
José María lo miró ciertamente confundido.
–¿Me has drogado o qué?
–Mucho y muy fuerte. –hubo un silencio incómodo
–Me parece adecuado. –levantó el dedo pulgar.
El monstruo cogió a José María bruscamente y lo posó sobre su espalda.
–¡Eh! ¿¡A donde putas me llevas!? ¡¡Bájame!!
–Vamos a un lugar especial –dijo el monstruo cargando a José María como si fuese un saco de patatas.
–Desde aquí puedo ver que tienes buen culito –José María bromeó, el monstruo volteó la cabeza y vio también el culito de José María.
–Tú también.
–¿¡Espera khe!? –José María comenzó a hilar cosas por su cabeza... lugar especial, culito riko... en seguida comenzó a tener otra vez cara de asustado y mucho miedo–. No por favor... otra vez no... ¡¡me quieren violar!!
El monstruo se mantuvo sin decir nada por el camino, corriendo y saltando por los lugares mientras José María se planteaba su existencia.
–Oye ya que estás interesado en violarme, exijo un lugar en condiciones, no me vas a violar en medio de una cueva ¿Verdad? ¿¡Verdad!? –dijo con mucho miedo.
El monstruo se mantuvo callado mientras llevaba a José María a un lugar desconocido.
–¿¡Pero quieres decir algo!? –preguntó desesperado–. Mira que cuando me lo hagas cierro el culo y ahí no entra nada ¿Eh?
José María comenzó a pegar al monstruo en la espalda desesperadamente mientras comenzaba a gritar.
–Yo querer ayudarte –dijo el monstruo a secas.
–Embutirme 40 cm de herencia africana no me ayuda demasiado. Moro de los cojones
El monstruo sacudió a José María bastante fuerte.
–No me llames moro. Y por última vez, deja de acusarme de mierdas que no vienen al caso.
–Entonces... ¿no me vas a glasear el Donut? –dijo José María haciendo algo de pucheros
–No.
–Jo. En el fondo quería
–¿¡En qué quedamos? –el monstruo comenzó a enfurecerse
–¡No, no no no! Cállate la puta boca joder me cago en todo.
El monstruo lo volvió a subir a sus espaldas y continuó corriendo por un camino hasta llevarlo a lo que parecía una casa muy oculta entre la maleza y casi destruida. Apenas se veía bien ya que al ser de noche y estar todo oscuro, apenas se veía nada.
–Grrrr
–¿Que coño dic...? –el monstruo le estampó lechuga en la boca y José María trago directamente– Agh agh agh agh –tosió–. Puta lechuga de mierda.
–Es necesario para que me entiendas. Tiene un efecto a corto plazo.
–Preferiría directamente en vena, joder.
–Esta es mi morada –comentó–. Y te he traído un regalo ¿Te gustan los lenguados?
–¿¡Me farmeas lenguados!? Eres el mejor puto monstruo del mundo –dijo muy feliz
–Me hizo gracia que sacases un lenguado a pelear contra mí y pues decidí darte algunos.
El monstruo entró en la casa encorvado y le dio 3 lenguados.
–Úsalos sabiamente.
–Hmmm armas de combate –José María miró fijamente los lenguados y los guardó en la mochila como si fuera una puta botella de agua.
–Bueno, solo quería darte esta mierda. Ahora lárgate de aquí. Tu campamento está en esa dirección. –señaló justo a donde había una pequeña señal de humo. Estaban haciendo la hoguera, o intentándolo.
José María lo miró fijamente.
–Espera, ¿Sabes donde se encuentra nuestro campamento?
–Desde el primer día. Solo ataco a la gente que hace mierda este lugar y cuando me aburro. En tu caso, me parecías gilipollas, así que simplemente decidí jugar contigo.
–Gracias. –sonrió. Posteriormente dijo "puto moro de mierda" entre susurros
–¡Te he oído!
–¡Puto moro de mierda! –gritó.
–¡¡¡¡Lárgate antes de que te haga mierda!!!!
–¡¡¡Ahhhh!!!
José María comenzó a correr asustado. Al salir del camino, dejó de ver el hilo de humo, por ende estaba algo perdido, pero al menos sabía el camino de vuelta y pues estaba bastante más cerca del campamento.
–Mierda, ahora tengo puto frío. –se arropó con la manta blanca que anteriormente encontró. Trató de avanzar sinuosamente por el camino, pero apenas veía el camino. Fue entonces cuando recordó que tenía la linterna a mano y no dudó en encenderla.
Al poco de avanzar con la linterna, oyó un grito proveniente del campamento.
–¡¡¡¡OSTIAAAAA!!!! –seguido de algo de barullo que José María no llegó a entender.
Tras escuchar este grito José María trató de avanzar lo más rápido posible para llegar con ellos, pues en el fondo estaba preocupado y quería estar con la gente. Al llegar al campamento, escuchó numerosos murmullos dentro de la tienda de campaña. Por culpa del cansancio se dirigió torpemente a la tienda de campaña y ahí fue recibido por Braulio y Jaime de una manera no muy... grata
*5 minutos más tarde*
Los chicos habían decidido levantarse y sentarse un poco en la caravana a tomar agua. En verdad fue una conversación bastante corta, ya que la gran mayoría estaba enormemente cansados del día. Chris se dirigió al baño mientras se encontraban hablando
–Puta madre, José María –dijo Jaime aún con el corazón en un puño–. Sigo acojonado
–En verdad ha sido la jodida ostia –recalcaba Sara mientras daba un trago a su vaso de agua.
Mireia puso su vaso de agua en el fregadero.
–Pues a mí no te creas que me ha hecho mucha gracia. Pensaba que el demonio puto venía de verdad.
–Son leyendas, Mireia –Ainoa no creía en la leyenda. Aunque en el fondo fue de las que más cagadas estaba durante la ouija.
–Eso es una de las cosas que tendríamos que hablar –comentó José María.
–¿El qué? –preguntó Jaime.
–Nada, que tengo puto sueño. Yo lo siento pero me voy a ir a dormir ya –se excusó torpemente. No obstante Jaime le dejó ya que comprendía que tuvo un mal día por las pintas que llevaba.
–Eso eso –añadió Braulio–. Mañana tenemos nuestra última expedición a la caravana de Chloe. Tenemos que conseguir nuestras mierdas como sea.
–¡Pues todos al puto saco de dormir! –ordenó Sara.
Los chicos se dirigieron al saco de dormir excepto Miriam, que se quedó esperando para ir al baño. Al poco tiempo, Chris salió del baño.
–¡Ay! –se exaltó–. Pensaba que estaba solo –comentó rascándose la cara.
Miriam por su parte se rio ligeramente, algo extraño en ella.
–Es que quería ir al baño, no te asustes, bicho.
–Vale –respondió–. Oye, ¿tienes tiempo para hablar? Me gustaría hablar una cosa contigo... –el chico lo dijo bastante avergonzado y acariciándose las manos con cierta desesperación.
–Bien –asintió Miriam–. Como veas.
***
Tras salir del baño, Chris la estaba esperando sentado en uno de los asientos de la caravana. Miriam se sentó junto a él y fue cuando vio que se notaba algo triste.
–¿Qué te pasa?
El chico suspiró algo melancólico.
–Ehh... a ver, no sé muy bien como expresarme pero... haré un intento –miró a Miriam fijamente con unos ojos algo llorosos
–Bien, dilo como mejor sepas. –Miriam le lanzó una sonrisa tierna.
–Bien. El caso es que, a pesar de este día bastante... raro –ladeó la cabeza–. He de decir que ha sido de las veces que más me he sentido parte de un grupo. Siempre estabas pendiente de mí y de que no me pasara nada. Nunca he sentido eso antes y... la verdad me da demasiada pena el pensar que mañana nos despedimos todos.
Miriam hizo un amago de llorar, pero se secó las lágrimas. Mientras, Chris continuó.
–Nunca... nunca he hecho esto antes pero creo que me... me gustas –en seguida Chris se sonrojó al decir estas palabras. Pareciera como si se arrepintiese inmediatamente.
Miriam también se encontraba sonrojada. No sabía que decir, ni qué hacer. Así que, en la intimidad de la noche, acercó sus labios junto a Chris lentamente...
Justo en ese momento Jaime irrumpió en la puerta de una manera bastante sonora.
–¡Puta madre alguien se ha dejado la luz encendid...! –se calló al ver a Miriam y a Chris sentados juntos. Hizo el gesto de cerrar la boca con la mano y en seguida cerró la puerta suavemente.
–Ya nos ha jodido el puto –se quejó Chris haciendo pucheros.
–No. ¿Quieres o no? –preguntó Miriam.
–Eh... S-sí –dijo tímidamente. Esta vez ambos se inclinaron el uno al otro con suavidad, Chris cerró los ojos y se dejó llevar en un hormigueo que corrió todo su cuerpo.
CONTINUARÁ
Chicos, queda muy poco para acabar la acampada, lo cual significaría el final de mi primera obra. Para acabar, me gustaría recabar preguntas para el preguntas y respuestas una vez acabe la historia. Nuevamente serían directamente a los personajes de la acampada. Un saludo.
PREGUNTAS AQUÍ
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