[ C a p í t u l o - (2 2) : Los - psicólogos - quieren - todo]
William no se sentía conforme, en lo más mínimo. Su pensamiento inicial al ver a la Dra. Baltierra fue una reacción completamente adversa. No se sentía cómodo en lo más mínimo. Algo que pudo aliviar un poco ese sentimiento fue ver a Loren, a Grant y a el resto de su pequeño grupo bastante alegres. No lo alegró, pero pudo apaciguar un poco su incomodidad.
- ¿Dónde estabas William? – Preguntó Loren.
-Si Billy, ¿dónde estabas? – Continuó Grant.
Él no quería responder nada, en lo más mínimo. Era un pensamiento repugnante lo que había visto con anterioridad. No sabía que demonios era a lo que ahora tenía que enfrentarse como individuo. No tenía ninguna herramienta y jamás sería apoyado por los demás. Lo tomarían como un loco. De igual forma, ¿qué diferencia existiría entre ellos y el resto del mundo?
Siempre ha sido un "bicho raro". Creía que daba igual si decía algo realista o una fantasía; las dos tenían menos valor que papel higiénico usado para el mundo entero, quien se limpiaba el culo con sus palabras. En aquel momento podía ser privilegiado al aceptarse así mismo como un marginado y no temer convertirse en uno.
William se alejó del grupo, quien alegremente, hablaba entre sí en los sillones. Tomó paso apresurado hacia su habitación. Loren se percató de ello, pero no le prestó mucha importancia; William era muy distante con ellos, aunque podía jactarse de comprenderla bien a ella.
Loren también notó que, detrás de la Dra. Baltierra se encontraba Jessica, mirando con un aire ególatra a Loren, junto al Dr. Wayne. Al notarlo, Loren se sorprendió. El Dr. Wayne era un ser bastante frio, calculador y a veces, incomodo de tratar. No era cuestión de apariencia. Podría tener el aspecto más estilizado de todos los doctores, pero su aspecto emocional era desagradable.
Loren creía que el Dr. Wayne, si estuviera trabajando en algún tipo de oficina como gerente, sería un desagradable bastardo en busca de aprobación de la mayor autoridad presente. No buscaría el bien de sus empleados sino el propio. Le causaba curiosidad más no alegría eso.
El encontrárselo con Jessica le generó una duda existencial sobre que era lo que estaba ocurriendo, si tenía sentido ello o era que ellos tenían algo en común. Esto invadió a Loren, inclusive siendo algo que le comentaría a Grant.
-Oye – Dijo Loren - ¿Qué harán juntos el Dr. Wayne y Jessica?
- ¿Qué? – Grant miró, de forma discreta, al Dr. Wayne, quien hablaba de forma pacifica o por lo menos, confidente, con Jessica. No creía que fuera solo como un castigo; era algo más.
-Míralos – Dijo Loren – No creo que se hablen por querer comprar un bello auto último modelo. Debe haber algo detrás. Grant, esto no es normal.
-Nada en este lugar tiene una pizca de lógica, Loren – Dijo Grant – Quizá eso solo sea una graciosa coincidencia y no debas tomártelo enserio.
Loren no dijo nada tras lo que le dijo Grant, pues entendía perfectamente que no podía hacer nada si no había pruebas refutables de algo oculto. Solo debía aplaudir igual que el resto y sentirse como una más, entre muchos "más".
***
Lewis se acercó hacia la celda de William, encontrándose con un paranoico y serio albino.
-William – Dijo Lewis tras golpear la puerta – Soy Lewis, quiero saber si te encuentras bien.
-Estoy bien Lewis – Dijo William.
-No te noto convencido.
-Lo estoy. Vete – Dijo William con cierto golpeteo en sus palabras.
-Oye – Lewis pensó de qué hablar con William. No tuvo remedio más que preguntar – Vi que estabas lejos de toda la multitud cuando se nos presentó a la psicóloga, ¿todo se encuentra bien?
-Estoy bien Lewis. Ya vete – Dijo William un poco asustado.
-Oye. No te escuchas bien.
- ¡Estoy perfecto, carajo! – Gritó William.
-Tampoco debes hablarme en ese modo, imbécil – Dijo Lewis.
-Lo sé. Solo te pido que te largues... ¿Así o más explícito?
-Tu no estás bien – Dijo Lewis entrando por la fuerza a la celda, sin tener éxito.
-Solo yo puedo abrir esta puerta, así que no intentes algo estúpido.
-Mira – Dijo Lewis, dejándose caer en frente de la puerta – Solo busco ayudarte. No te veías bien al momento de que Baltierra estuvo allí hablando.
-No es nada, Lewis.
-No... Es raro en ti verte con esa palidez en tu rostro. Eres muy blanco ya de por sí, pero eras casi un cadáver.
-Te diré una verdad sobre los psicólogos, Lewis. Ellos quieren todo.
- ¿Qué?
-Si, piénsalo bien, piénsalo detenidamente. Los psicólogos buscan algo que el resto de los demás profesionistas jamás buscarán. Un control total sobre la psique.
- ¿La psique? ¿Qué significa eso?
-El mundo se mueve por creaciones generadas por la mente, Lewis. Puede que no lo hayas notado, pero todo esto, el proyecto que tenemos aquí, que nos ha encerrado por nuestra "voluntad", nótese las comillas, ha sido construido por una mente enfermiza.
-Estás delirando.
-Nunca en mi vida he estado más cuerdo, Lewis. Somos una consecuencia de nuestro propio poder sobre nosotros mismos. Nuestras creaciones nos llevaron a este punto. Sobre todo esto, la realidad es que manipulamos la naturaleza porque no somos capaces de sobrellevar el hecho de que nosotros mismos hemos sido manipulados por lo que construimos.
- ¿Qué?
-Para que lo entiendas. Una creación nació de una idea, una idea proviene de la psique y las ideas construyeron este sitio en el que tu y yo estamos parados y en el que me estás hablando. Los psicólogos buscan apoderarse de la psique y usarla a su favor, porque no son capaces de comprender que hay dentro de ella.
-No entiendo tu punto William – Lewis se levantó del suelo - ¿A qué quieres llegar?
William salió de su celda y vio cara a cara a Lewis. El aspecto paranoico de William se manifestó en su mirada, de ojos abiertos y estáticos.
-Los psicólogos no son seres empáticos, no son criaturas con sentimientos. Son narcisos, los hijos del narciso original. Son una muestra viviente de que, si tuvieras el poder de manejar a tu igual, lo harías como si fuera una marioneta.
- ¡Maldición! ¡Te ves terrible! – Dijo Lewis con asombro - ¿Por qué no duermes un poco?
-No necesito dormir, Lewis – Dijo William regresando a su celda – Solo debo de comprender a los psicólogos y usar eso en su contra. Lo desagradable de luchar con bestias que están por encima de tu comprensión es que ellos te verán como una miseria viviente. Ninguno de ellos es capaz de entender que hay veces, solo hay veces, donde uno solo requiere empatía, una verdadera empatía.
-Los psicólogos son empáticos, William.
-No lo son. La empatía la adoptan como parte de su uniforme. Ninguno de ellos siente lo que el otro pasa. No son capaces de comprender esa verdad. Ellos son desagradables seres fuera del manto del especialista de la salud. Un psicólogo es la viva imagen de que solo necesitas aparentar para ser aceptado.
-Estás muy mal, William – Dijo Lewis – Los psicólogos son algo más que eso. Yo jamás he ido a uno pero muchas personas que conocí lograron salir adelante con ellos.
-Entonces eso dice que los malestares son tan superficiales que requieren de un uniforme para poder ser aliviados... ¿Qué sentido tiene ser sincero en una era donde aquello pereció con facilidad?
-No entiendo tu punto, William – Dijo Lewis tocando la puerta de la celda de William, que había cerrado tras de si.
-Nadie lo hará, Lewis... Y estoy bien con eso.
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