¿Recuerdas ese día? Porque yo lo recuerdo muy bien.

Pero bueno, antes, recapitulemos...

Desde que te vi por primera vez sentí una pizca de atracción aunque fuéramos tan solo unos pre-adolescentes. Y cuando te conocí mucho mejor, al ser compañeros de banco en el instituto, supe que me gustabas bastante.

Al transitar ese primer año nos hicimos amigos; me gustaría afirmar que éramos los mejores... Yo iba a tu casa, tu a la mía, salíamos juntos e hicimos más amigos con los que nos dirigimos a hacer cualquier estupidez que disfrutaramos.

Éramos tan cercanos al punto de que todos nos molestaban, de buena manera, por nuestra vínculo tan fuerte y nosotros tan solo los ignorabamos.

Al principio no sabíamos que sentía el otro y no queríamos cagarla...

Pero a fin de cuentas, ellos tenían razón, y se hizo real.

Ese día que te mencioné al principio... Cuando te acompañé a dar una caminata y tras pelear a los golpes porque me burle de ti cuando te caíste por tropezar con una piedra... Terminamos cansados ambos en el suelo recuperando el aliento, enfrentados en un cómodo silencio. Volvimos a reíamos por la tonta escena que armamos mientras nos mirabamos a los ojos... Luego esa conexión se trasladó hacia la boca del otro y solo... Nos dejamos llevar.

Nos besamos en los labios por primera vez.

Y ya no fue la única... Desde ese momentos empezó nuestro "algo";

Me gustabas mucho, creo que yo a ti también, pero por nuestra bobada de no declararnos y hacerlo oficial es que fuimos perdiendonos en toda la situación.

Un día desperté y simplemente quise dar el primer paso luego de cierto distanciamiento que comenzamos a imponer entre nosotros, estaba dispuesto a fortalecernos. Para ser tú y yo, más fuertes que nunca.

Irónicamente, ese fue el mismo día que las cosas se desmoronaron.

Todavía recuerdo que habíamos salido de noche a divertirnos con los demás y yo había ido hasta más "producido" de lo normal. Por mi deseo de confesarme y que todo sea y se vea perfecto.

Pero en la fiesta que asistimos, cada uno fue por su lado, no le tomé importancia porque pretendía respirar y enfocarme en como revelaría mis sentimientos... Y se fue el plan por la borda cuando te vi con una chica, ustedes estaban bailando muy juntos, hasta que... Estaban besándose.

Sé que muchos hubieran pensado que me acercaría y te reclamaría, pero no, no lo hice porque en definitiva no tenía ningún derecho a hacerlo.

Solo éramos amigos con beneficios aunque yo estuviera enamorado de ti, era unilateral.

Ese día solo me marché de regreso a casa y me acompañó nuestro amigo Yunho quien me había visto en shock por la escena que protagonizaste y se preocupó mucho... Y otra vez las cosas dieron un giro de 180°, mi plan de confesarme cambió pues el que recibió una confesión fui yo...

Yun se me confesó, esa misma noche; quería que me apoyará en él para olvidarte. 

¿Y qué crees que hice?

Si, lamentablemente como el adolescente hormonal y con corazón roto que era, le dije que si. Acepté usarlo porque no soportaba la idea de seguir gustando de ti cuando ibas por otras personas.

Y desde ese momento empecé a dejarte de lado.

No contestaba tos mensajes, y cada vez que te me acercabas en los recesos yo me excusaba para irme a otro lado, cuando querías acompañarme a casa yo decía que no era necesario...

Cuando me arrinconaste en una de las aulas e intentaste besarme sin saber de mi relación, yo te dije que ya tenía novio y no podíamos seguir siendo ese tipo de amigos.

Lo aceptaste perfectamente y acabó esa extraña relación entre los dos.

Tratamos de que las cosas fueran "normales" y seguir la rutina de siempre, con la única excepción de que en cada salida yo estaba con Yunho y me divertía con él.

Noté tu mirada sobre nosotros muchas veces, al apartarnos del grupo o al besarnos, pero supuse que era extraño para ti el verme así con alguien más. Después de todo siempre fui pegajoso solo contigo...

Nunca creí que de un día para el otro ya no volverías, que cambiarías tu número de teléfono y hasta te mudarías de casa y escuela... Literalmente te fuiste sin dejar rastro.

Me sentí tan mal, por como habían terminado las cosas y por como te fuiste si decirme... Se suponía que éramos amigos a pesar de todo.

Ahí es cuando me di cuenta que estaba enamorado de ti, porque no podía evitar llorar al pensar en todo lo que vivimos juntos y por el dolor que sentía cada que alguien me recordaba a ti.

Me hacías mucha falta y lo hiciste tantos años más...

Obviamente terminé con Yunho, no podía permitir que el siguiera teniendo sentimientos por mi cuando yo no le correspondía. Y nunca podría haberlo.

La última vez que te vi acababamos de cumplir dieciocho y ahora con veintitrés, te volví a ver...
Sentado en una mesa justo frente a mí.

Estabas luciendo un traje a medida tan pulcro, te brindaba un aura muy elegante.
El paso de los años si que se notaba; ya no tenías las adorables mejillas rellenitas de antes, en cambio tus pómulos, nariz y mandíbula más marcadas lo hacían un rostro cincelado... Tu cabello ahora iba de su natural tono oscuro cuando en el pasado casi nunca lo dejabas descansar de los químicos de la decoloración para lucir tus colores fantasía preferidos.
Portabas una figura un poco más delgada, tus piernas tonificadas gracias a la danza escondidas debajo del pantalón que finalizaba en incómodos zapatos de vestir qué nunca antes hubieras aceptado utilizar...
Tus hombros anchos haciéndole honor al significado de tu nombre, brazos más trabajados qué ni la tela del saco podían ocultar y cubrían un recorrido hasta tus finas manos expuestas...

Donde en tu dedo anular había un anillo;

Y junto a ti, una chica reía de algo que le habías dicho previamente a que nuestras miradas se reencontraran.

Ella se veía tan relajada al momento de acercarse más a ti para besar tu mejilla antes de pararse para seguramente ir al baño a retocar el maquillaje en su hermosa apariencia.

Que increíble es el destino.

- Hola... Wooyoung.- saludaste cuando me paré del asiento y fui directo hacia ti. Te veías bastante sorprendido y noté que empezabas a estar algo nervioso.

Por lo menos no cambiaste tus hábitos que yo sabía reconocer o interpretar cuando no expresabas en palabras.

- Hola, es bueno verte otra vez, por lo menos ahora estoy seguro de que estás, al parecer, muy bien. Perdóname por interrumpir pero espero que entiendas que quería reclamarte por no despedirte correctamente, después de todo nosotros éramos amigos.

- Wooyoung... - deseabas hablar pero yo si que debía decir lo que no pude, así que te interrumpí.

- Solo vine a hacer lo que debiste hace cinco años atrás. Irme pero no sin desearte mis mejores deseos, cara a cara, que tengas una buena vida y ojalá que logres todo lo que desees.- dije sincero pues ya no quería arrepentimientos, al fin era honesto.- Solo necesitaba decir eso... Adiós Choi San.

Y me volteé justo cuando la chica regresaba, así que cruzamos caminos pero no notó que yo estuve en tu mesa de aquella cafetería, enfrenandote y cerrando esa etapa que aún me perseguía.

Tomé la bebida que había dejado abandonada en mi propia mesa y me fui de allí, sin voltear de nuevo y esperando ya no volverte a ver.

Pero como dije, que increíble es el destino...

Y a veces se pasa de cruel.