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Tredici

El suave aroma a chocolate se sentía en el aire, el té de menta estaba preparado y la carta de admisión a la pequeña universidad en el campo estaba entre las manos de louis.

La alegria de JungKook era incomparable, nunca se había visto tan feliz.

El omega brillaba.

La carta habia llegado en la mañana, antes de que este saliera de casa hacía su último día de clases. Al fin se había graduado y podia olvidarse de las interminables horas en que
este era atemorizado por alfas
hormonales con un complejo de
superioridad y omegas que por
presión social llegaban a molestarlo por su físico.

No le agradaban sus compañeros de clase, solamente Yugyeom, el dulce alfa de pelo rubio y olor a nuez moscada.

volviendo al presente el omega
esperaba a su padre para poder
hablar acerca de lo que planeaba
hacer.

Todo estaba en orden, planeaba
mudarsea un pequeño pueblo
tranquilo donde se encontraba su
universidad donde lo formarían como maestro, también tomaria
unos cursos de finanzas y
administración para poder abrir su añorada cafeteria o restaurante, no quería algo lujoso, solo quería un lugar al cual llamarle hogar.

El tintineo de las llaves de metal
de su padre se escuchabany sus
pisadas fuertes resonaban en el gran pasillo vacio.

Su padre nunca se tomó la
molestia de decorar la casa, nunca
se encontraba en esta y JungKook
sinceramente estaba muy ocupado para decorar la gran casa él solo, por lo cual no habian fotografias, pinturas o jarrones con flores.

-JungKook.- su padre saludó
quitándose sus gafas y tomando una botella de agua del refrigerador.- seguirás subiendo de peso si sigues con esos hábitos alimenticios. -señaló al delicioso pastel de chocolate que estaba en la mesa.

-T-te lo prepare a ti, papá, tengo
algo que decirte.

JungKook se escuchaba emocionado y nervioso.

-Yo también tengo algo que decirte, ¿cuándo planeabas decirme? -sacó un sobre color azul marino de su maletin.

Un nudo en la base del estómago del omega se formó.

-Te aceptaron en princeton y yale, y tienes una buena beca.

-S-si, e-el señor murphy.

-Sabes que detesto cuando
tartamudeas, me recuerdas a tu
madre. -su tono de voz frío hizo
que el omega se estremeciera de
miedo.

Aclaró su garganta. -el señor
murphy me pidió que enviara cartas a esas escuelas por representación de la e-escuela...

-Esto es excelente, JungKook. hablé con unos compañeros de trabajo y perfectamente te pueden ofrecer un buen puesto en la empresa en que trabajo, también puedes ser un buen autor.

JungKook bufo.

Otra vez era su padre depositando sus sueños en él.

-Y-yo no voy a aceptar la beca, no
iré a ninguna de esas universidades.

El alfa rió.

-¿Estas bromeando, o delirando?
¿qué otro plan tienes?

-Me aceptaron en una universidad cerca de castle combe, es para estudiar pedagogia... -el omega tartamudeo un poco por la intensidad en que el alfa lo miraba.

-¿Castle combe? ¿pedagogía?
planeas pasar toda tu vida
enseñando el abecedario con un
salario pésimo. -el tono despectivo
en la voz de su padre lo hizo enojar.

-¡También planeó tomar unos
cursos de finanzas! para poder abrir mi propio negocio.

El alfa rió amargo.

-¿Una pasteleria acaso? JungKook,
esto es ridiculo. No, y es mi última
palabra.

El omega detuvo a su padre enfrente de la puerta por la que este estaba apunto de salir.

-¡Es mi vida!

El alfa le soltó una cachetada,
después lo tomó por los hombros y lo alejó de él, para después tomarlo del brazo fuertemente haciendo al omega chillar por el fuerte amarre que lo lastimaba.
el alfa lo acercó a la tarta de
chocolate y la tiro al suelo.

-No permitiré que los demás digan que mi hijo es un estúpido maestro y barato pastelero. Tus pobres decisiones de vida me parecen estúpidas y sin sentido, JungKook. Nunca me habías decepcionado tanto.

Las frias palabras llenas de odio y
veneno encogieron el corazón del
omega, sintiendo como sus ojos se
llenaban de lagrimas.

El alfa salió estrepitosamente
de la cocina, dejando a su hijo
reprimiendo las lágrimas mientras levantaba el pastel que se encontraba derramado en el suelo.

El nudo en la garganta de JungKook lo hacia querer gritar y llorar de impotencia, pero este reprimía esto para no hacer ruido.

Esa noche el omega se durmió con el corazón sintiéndose vacío y un plan desesperado en su mente.

Días después el omega se encontraba tomando su diploma de las manos de un alfa mayor, estrecho su mano y JungKook bajo del pequeño escenario con su diploma en sus manos.

La ceremonia fue larga y todos sólo esperaban que esta acabara para poder irse a su fiesta de graduación que estaría llena de alcohol y drogas, poder presumir sus costosos trajes y vestidos y bailar hasta el amanecer.

Los planes del omega eran diferentes, sus manos sudaban y las maletas en el fondo del closet lo esperaban.

Al salir del auditorio Yugyeom lo llevo a casa, este ya sabía del plan.

-¿Cuándo saldrá tu tren?

-En dos horas.

Yugyeom se detuvo una cuadra antes de llegar a casa de JungKook, apagando el motor y viendo directamente a JungKook.

Sus ojos ya no brillaban, su sonrisa se veia falsa y sus manos temblaban.

-No tienes que hacer esto.

-Si tengo que hacerlo.

-JungKook, puedes hablar con tu pa-.

-no, Yugyeom, tú no lo entiendes y
espero que nunca lo entiendas. no
sabes cómo es tener miedo todo
el tiempo a equivocarte, a decir
algo incorrecto o sentir ansiedad
por querer hablar, pero esta es la
gota que derramo el vaso, merezco poder elegir lo que quiero de mi vida, merezco terner la elección. n-no puedo seguir así, porque cada día veo menos la razón de vivir, la razón de respirar, y en una carrera y trabajo que no me apasiona me
parece que moriré.

el omega derramó todas las lagrimas que pudo y el alfa acarició sus mano con delicadeza.

-te amo, Kook, eres mi hermano,
siempre estaré para ti, siempre te
apoyaré... aunque sean planes tan
locos como este.

El omega abrazó al alfa.

Sabían que esta sería su despedida porque no se verían en mucho tiempo.

Acordaron el asunto de las cartas.
el omega se reportaria cada semana con una carta a él y a su padre, podian ser de un pequeño párrafo, una oración o incluso solo la frase "estoy vivo".

JungKook le hizo prometer a Yugyeom que nunca le diria su paradero a su padre, nunca le diria dónde está, o que está haciendo exactamente.

JungKook quería paz y felicidad, y estaba dispuesto a sacrificar todo por esta.

Al entrar a la fria casa acaricio con sus dedos las paredes blancas.

Su respiración se detuvo por un
momento al ver a su padre frente a él con un ramo de flores.

-Hola, hijo.

JungKook le dio una débil sonrisa, no habían hablado desde la pelea de la otra noche.

-Disculpa por no poder estar este
día contigo, pero unas cosas del
trabajo me atrasaron... pero mira,
te traje tus flores favoritas.- JungKook sonrió débilmente y tomó las flores.

-Gracias, papá... y-yo..

- JungKook, sé que lo de la otra noche te lastimo, pero créeme que lo hago por tu bien.

JungKook había sentido por un momento esperanza, esperanza de que aceptaria su error y se disculparía, pero no lo hizo.

El omega le dio un abrazo a su padre, el cual lo sorprendió.

El omega sabía que posiblemente era la útima vez que lo haria.

-Te quiero mucho, papá.

-Te prometo que esta noche te
llevare a cenar, pero justo ahora
tengo que irme al trabajo.

El omega asintió y soltó a su padre, quien depositó un beso en la frente de su hijo.

El alfa salió de su casa, minutos
después su pequeño cachorro
abandonó la casa.

Dejó su llave, tomó sus maletas y se fue.

Dejó las flores detrás junto con una carta.

Esa misma noche el alfa llegó a su
hogar exhausto y al no notar la
presencia de su hijo y solamemte
encontrar la carta... lloro.

El omega despertó con pequeñas
lagrimas en sus ojos y un poco
asustado.

El brazo de su alfa envolvía su
cintura, y abrazando fuertemente
al omega.

JungKook se volteo para poder ver a JiMin.

JiMin.

Su dulce alfa.

La luz de la luna acariciaba la cara de su alfa, resaltando su perfil y haciéndolo ver cien veces más hermoso de lo que ya era.

Acaricio su cabello y dejó un tierno beso en su frente.

-Te amo, alfa mío.

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