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Dodici

El celó de JungKook fue mucho más agradable al tener a su lado a JiMin, quien lo cuidó y lleno de mimos en esos dos días que este solía pasar absolutamente solo sufriendo.

JungKook adoro cada momento de su celo, incluso los calores intensos que JiMin lograba calmar con su fuerte nudo y deliciosos toques.

Ahora mismo, JungKook se encontraba mucho mejor leyendo un libro viejo en el sofá, la portada y contraportada estaban maltratadas por el tiempo, el omega hacía anotaciones en el mismo libro acerca de textos que le gustaba no lo marcaba con colores.

Sus piesitos estaban descalzos y
tenia un té de jazmín a su lado.

Bam se encontraba durmiendo
junto a la chimenea que mantenía
la sala cálida.

JungKook disfrutaba de este momento de tranquilidad hasta que su libro encontró una forma de regresarlo a su realidad.

JungKook nunca se arrepentía de haber huido.

Nunca, ni siquiera cuando su
cafetería estaba empezando y
no tenía que comer, o cuando su
casero intento quitarle su casa si
no encontraba los papeles en dos
días, teniendo que encerrarse por
horas en un sótano lleno de arañas y papeles viejos que estaban llenos de polvo en baúles sin etiquetas.

Menos se arrepiente ahora que
tiene su linda cafetería, una bella
casa y a JiMin, su alfa.

JungKook nunca se arrepentiría de haber tomado una decisión tan
drástica.

Pero si se arrepentía de una cosa.

Nunca haberle lado la oportunidad a su padre de poder darle una explicación.

Solamente enviaba las cartas de
su padre a su mejor amigo, niall, a
quien le hizo prometer con sangre
que nunca le daría su paradero.

Todas las semanas JungKook le mandaba una carta a su padre que no recibía una respuesta de este, solo una de niall que le comprobaba que su padre había recibido la carta.

JungKook a veces llora. Llora de
impotencia, de saber que su
infanciay adolescencia fue
arruinada por sus padres, por un
alfa y una omega que dejaron
de amarse y se lo tuvieron que
recordar cada día. con su madre abandonándolo y su padre recriminándole.

Aun recuerda como tuvo un ataque de ansiedad antes de un examen de química porque su padre lo había presionado tanto que logró romperlo.

Aun recuerda esa pelea a las cinco
de la mnañana en que su padre
destruyó su pastel de chocolate y su carta de admisión a una pequeña escuela rural para poder estudiar pedagogía, como su padre con ojos llenos de furia y decepción le prometió que él no saldría de esa casa sin un título de literatura de princeton.

Las lágrimas que fueron derramadas esa noche.

Fueron demasiadas.

Las cicatrices de las palabras de odio y decepción seguían grabadas en su cerebro.

Lo único que recuerda con un sabor agridulce fue esa noche en que su padre llegó con un ramo de flores, azucenas, diciéndole que lo hacía por su bien.

Esa noche era la graduación de JungKook, él simplemente tomó su
diploma, el dinero que ahorró
desde los 10 años como niñero y se despidió de su amigo.

Tomó una maleta llenándola con su ropa, papeles y todo lo necesario para no volver jamás.

Dejó una carta detrás con la
petición de respetar por primera
vez su deseo de no ser buscado,
dejando sus condiciones y las
flores.

Aun recuerda el frío que sintió en
la estación de trenes, el miedo que
sintió en ese viaje de seis horas
hacia italia y el de dos horas hacia
la localidad pequeña en que vivía,
igual recuerda el vacío que sintió
al llegar a esa vieja casita donde se suponía vivía su madre.

Llegó buscando a su madre, una
omega fuerte y hermosa, y lo
único que encontró fue a su madre destruida, con una enfermedad que la carcomía.

JungKook siempre se sintió decepcionado de ella, de su falta de amor hacia él, de su poca capacidad de haberle dado alguna explicación. pero este fue el punto máximo, el morir justo cuando se volvían a encontrar lo destrozó.

Siempre creyó que su madre era
una omega egoísta, hasta que
encontró esa caja con las escrituras de la vieja casita y una cafetería cerca del muelle, esto además de una pequeña suma de dinero que lo ayudaron a por lo menos salir a flote.

JungKoon pudo haberse decepcionado de su mnadre, puede sentir rencor por su padre, pero reconoce que su felicidad actual no hubiese sucedido si no hubiese vivido todo eso.

De esa forma JungKook tomó un
bolígrafo y un papel.

Lo puso en un delicado sobre color amarillo pastel.

En este venía su dirección y una
invitación para pasar navidad con él.

[✨]

Horas después JiMin llegó a casa,
dejando su pesado overol en el
cesto de paja que louis le puso en
al lado de la puerta, al igual que
se deshizo de las incómodas botas
para ponerse unas suaves pantuflas que el omega le dio.

Esas pantuflas eran mágicas. suspiró el alfa.

-Omega, ya estoy en casa.

-¡Estoy en la cocina!

El alfa sonrió y se dirigió a la
cocina, apreciando a su bello
omega moverse de un lugar a otro
con su lindo delantal moviéndose
junto a él.

movía con rapidez una mezcla
que parecía ser de galletas y en la
estufa se encontraba una olla con lo que parece ser una sopa de pollo.

-¿Cómo estuvo tu día, alfa?

El alfa frunció el ceño y vio a su
omega, su voz sonaba nerviosa y un poco frustrada, pero este intentaba disimularla con una sonrisa forzada.

-Excelente, cerecita, ¿y el tuyo?

El omega se removió incómodo.

-Excelente igual, termine de
leer el libro que te comenté. fue
hermoso, la narración fue perfecta,además cocine las tartas que llevaré mañana a la cafetería, hice unas mermeladas: una es de fresa, otra de cereza, otra de durazno, manzana, pera, uva...-el omega seguía contando sus mermeladas y el alfa notó la gran cantidad de frascos llenos de mermelada y etiquetas con dibujos de la fruta de la que era. -¿sabias que las fresas son parte de la familia de las rosas? en concreto las fresas pertenecen a
la subdivisión de plantas herbáceas dentro de la familia y están ubicadas en el género fragaria sp, también las ciruelas, y sabes no tenemos ciruelas, mi árbol pasado se secó y el pasado también por lo cual me rendí, pero ¿sabes qué? creo que estoy listo para plantar otro árbol de ciruelas. -el omega parloteaba nervioso y sin respirar.

-Veo que estas nervioso.

-Le envié una carta a mi padre y lo invité para navidad. -soltó sin más y volteo de nuevo su mirada hacia la mezcla de galletas que cocinaba.

-¿Por eso estas nervioso?

- No estoy nervioso, ya te dije, el
árbol de ciruelas estará bien esta
vez.

-Kook.

-No te gustan las ciruelas,
¿podemos plantar un melocotonero?

-Adoro las ciruelas, los
melocotones y tus mermeladas,
amor. -JiMin se acercó y tomó las
carita de JungKook para que lo volteara a ver. -pero creo que es necesario que hablemos del asunto de tu padre.

-Se decepcionará de mi. -susurró
el omega.

-¿Por no tener un ciruelo?

JungKook rió y el alfa se sintió orgulloso de si mismo por hacer sonreír a su bello omega.

-No, Minnie. Por quien soy, por mi
casa, por mi trabajo, mi cafetería.
ipor no poder plantar un ciruelo!
louis dijo frustrado y pasó sus
manos por su rostro, sin importarle las pequeñas manchas de harina blanca que quedaron por todo su rostro.

-Jeon JungKook-, JiMin tomó
los hombros de louis y lo hizo verlo directamente a los ojos. -eres el omega perfecto, tienes la mejor
cafetería en esta zona y eres un
gran maestro, tu padre se sentirá
tan orgulloso de ti porque haz
logrado muchas cosas, reconócelo.
-su voz era seria y no había ni un
poco de burla en sus palabras.
y si llega a decirte que eres una
decepción, créeme que no lo eres, eres una buena persona, eres
talentoso y eres hermoso, tu nunca serás una decepción.

JungKook sonrió y dejó un beso en los labios de harry.

-te amo.

- Yo te amo más.

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