Extra I. Parte III
Al día siguiente me desperté, ni modo, y me dí cuenta de que aún era temprano, supongo que es por incomodidad de dormir fuera de casa.
Caminé hacia una puerta dentro de la habitación, supongo que sería el baño. Al abrirla no me equivoqué, por lo que abrí una gabeta y agarre uno de aquellos cepillos de dientes desechables y comencé mi rutina diaria.
Al terminar salir del baño y posterior mente de la habitación, caminando por los pasillos hasta dar con el mismo tipo de ayer.
—Despertaste... bastante temprano, a decir verdad -dijo mirabdo su reloj- a esta hora Shouma aun está durmiendo, ¿quieres desayunar mientras tanto?
—No tengo problema alguno -dije mirando alrededor, la casa es linda.
—En un momento lo traerán, siéntate mientras tanto.
Asentí y tomé asiento frente a él.
—Cuéntame -comenzó bajando el periódico que leía- ¿por qué el tatuaje?
[Ay man].
—Tenía una mala reputación en secundaria -bueno, aun la tengo- por estar con un grupo de chicos delincuentes, teníamos los mismos pensamientos sobre algunas cosas, por lo que nos llevamos bien. Comenzaron a molestarme por llevarme bien con aquel grupo de chicos, por lo cual ellos tomaron cartas en el asunto y pasé aquellos 3 años con la mayoría de los alumnos temiendome. -sere sincera, me gustaba su miedo- aquel grupo me gustaba, también nos habíamos metido en demasiados problemas; un día de esos uno sugirió tatuarnos algo, por lo que todos aceptamos. No le mentiré, no me arrepiento.
—Hm... ¿de qué es el tatuaje?
—Un dragón.
Al responder su pregunta, sonrió. Justo en ese momento trajeron el desayuno; té y comidas de distinto tipo.
—¿Sabes qué somos? -preguntó, a lo que negué confundida- somos yakuza.
Mi sangre se heló.
[Mierda, mierda, mierda. Sabía que no debí aceptar la oferta de venir aquí].
Mi té, que se había detenido a medio camino por un momento, volvió a tocar el platillo.
—¿Es así? Que interesante -intenté decir lo más calmada que pude, aunque por dentro sentía un gran miedo- y eso ¿qué tiene que ver conmigo?
—Supongo que sabrás que para formar parte de cierta Yakuza se debe tener algún símbolo tatuado. -Asentí- El nuestro son los dragones.
[Hola, Dios. Soy yo de nuevo]. Pensé con la bilis subiendo por mi garganta. ¿Acaso lo he ofendido por tener el mismo tatuaje que ellos, sin pertenecer a su "familia"?
—Estoy sorprendida, a decir verdad. Supongo que no me van a matar por eso, ¿no?
— -sonrió- Por supuesto que no, simplemente es una fortuna que nos ahorres trabajo.
Fruncí el ceño.
—¿A qué se refiere, señor...?
—Hotei.
—¿A qué se refiere, señor Hotei?
—No es necesario que lo sepas. -dijo una nueva voz, a lo que volteé- Es información sin importancia.
Era Shouma, quien parece haber despertado recién. Tomó asiento a mi lado izquierdo y comenzó a comer.
—Si tu lo dices...
La mañana pasó tranquila, conocí también a los demás miembros de esta casa, todos eran muy buena onda, todo lo contrario a lo que pensé la noche anterior, supongo que nos llevamos bien.
Cuando dieron las 9 a.m me despedí de todos, diciendo que volvería en otro momento, a lo que todos se despidieron animadamente.
Shouma se ofreció a llevarme, pero me negué, por lo que solo salió a despedirme hasta la entrada.
—¿Nos vemos... mañana? -preguntó viendo de lado.
—Obvio. -dije con una sonrisa- Nos veremos mañana.
Para resumir, fui caminando a mi casa. Al llegar mis padres no estaban, supongo que salieron a hacer las compras, rápidamente subí a mi habitación y me tiré. Claramente quedé dormida.
Luego desperté por una Ji Eun efusiva que salto sobre mí para despertarme, pidiéndome detalles de lo que pasó ayer, se lo conté casi todo y ella me reprochó por mi decisión.
El resto del día nuestras familias se unieron para una barbacoa (como ambas casas están justo a lado, nuestros patios tenían portones que se dirigen al patio de la otra) en nuestra casa, nos la pasamos haciendo chistes y bromas sobre alguien cada que recordamos algo, amo estos momentos en familia.
A la tarde nuestras madres propusieron ir a nadar, por lo que todos aceptamos, ese día hacía un calor de muerte y queríamos refrescarnos (incluso la hermana de Ji Eun, que solo se la pasaba jugando en su celular).
Y la tarde pasó entre más bromas y diversión, llegando a su fin cuando cada uno llegó a su casa y fuimos a dormir, a la espera del día siguiente.
[Ji Eun... Todos estos momentos juntas lo aprecio como no tienes idea].
Fue mi último pensamiento antes de caer rendida.
Al día siguiente todo paso normal. Shouma nos recogió a Ji Eun y a mi y nos la pasamos hablando todo el camino (bueno, Ji Eun y yo hablábamos, Shouma solo asentía o negaba).
Nunca pensé que esos dos se llevaran bien, son todo lo opuesto; Ji Eun es ruidosa y alegre, mientras que Shouma es callado y reservado. Supongo que ambos ven encanto uno en el otro. Me alegre que ambos congenien tan bien.
Y bueno, el periodo escolar pasó normal, unas cuantas payasadas de parte de Ji Eun y de mí, pero normal. Ji Eun dijo que se saltaría las clases del club, por lo que nos dimos un fuerte y largo abrazo de despedida.
—Ji Eun... -ella volteó a verme- te quiero... siempre te querré.
—Yo... también te quiero, Eun Ji. -dijo sonriendo- siempre lo haré. -dijo girando y comenzando a caminar. Simplemente vi su espalda alejarse.
Luego de eso fui a las actividades del club, Shouma se ofreció a ayudar, diciendo que sabia tocar la guitarra, por lo cual todos en el club aceptamos. Nos faltaba un guitarrista ya que Ji Eun se retiró temprano.
Tocamos unas cuantas músicas y luego comenzamos a hablar entre todos. Éramos pocos, pero nos llevamos bien.
Cada integrante masculino y femenino preguntó cosas a Shouma, haciendo que este no tenga de otra más que hablar, en vez de solo asentir o negar.
Cuando estábamos arreglando todo para irnos de escuchó el tono de llamada de mi celular, por lo que los del club dijeron que conteste.
—Ji Eun desapareció.
Todo mi mundo se derrumbó. La jarra que sostenía en mi mano cayó contra el piso, rompiéndose en pedazos y esparciendo todo el contenido que había dentro.
Las lágrimas no tardaron el aparecer, automáticamente luego de caer la jarra caí yo, sentada, con el celular impactando contra el suelo.
—¿Eun Ji? ¡Eun Ji!
Oía voces a lo lejos, pero no las podía escuchar con claridad, estaba en shock. Aquella noticia fue lo peor que pude oír.
Sentía que me movían de un lado a otro, al igual que la presión en cada hombro, pero yo solo podía ver algo, y esa era figura de Ji Eun, con aquella sonrisa tan radiante que poseía.
—Yo... también te quiero, Eun Ji. Siempre lo haré. -dijo girando y comenzando a caminar. Simplemente vi su espalda alejarse
Simplemente vi a mi ángel desaparecer en el atardecer.
Simplemente... perdí a Ji Eun...
Para siempre.
Ay we, yo si lloré imaginando todo, lastima que no sepa narrar bien xd
Decidí que las actualizaciones serán los domingos. En la noche subo la primera parte del Arco I. Espero me perdonen por no haber actualizado el martes/miércoles.
El Arco I será mucho más largo que este también más entretenido.
Palabras: 1221
_Psycho_-_SPC_
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