Arco II Parte II
Y en tan solo un segundo, aquella tranquilidad de la cual ella disfrutaba en su nueva vida se desmoronó. Sintió desesperación y miedo, rogaba que todo se acabara.
—Narrador
════ ∘◦❁◦∘ ════
—¿Qué quieres decir? -aquella voz no sonaba nada contenta- ¿El emperador conoció a la primera princesa?
—Así es, señorita
—Y eso no es todo, he logrado escuchar que-
Su conversación fue interrumpida por el sonido de apresurados pasos, al igual que una respiración fuerte.
—¡Estamos en problemas! -logró balbucear, intentando recuperar el aire en sus pulmones- El emperador- -vaciló- ¡El emperador requiere de la presencia de todos nosotros más tarde en el Garnet!-
—¿Y eso es un problema porque...?
—E-escuché que investigó nuestros delitos, y que nos va a castigar -tembló la joven-
Las otras tres jóvenes se miraron, no sabían cuán genuina era esa información, pero era peligrosa.
—Carajo -insultó la pelirroja fastidiada- Debemos marcharnos.
Seguí "leyendo" (visualizando, más bien. Había más imágenes que textos) durante un rato, rato en el cual Claude estuvo cual muerto. En silencio.
Separé mi vista del libro y la dirigí a Claude. Pasaba las páginas rápidamente y después de un tiempo cambiaba de libro.
No pude evitar darle una mirada desaprobatoria.
[¿Cómo piensas encontrar lo que buscas si ni siquiera lees correctamente?] pensé mientras soltaba un suspiro. Él solo me miró alzando una ceja, así que aparté la vista.
Continué con mi lectura hasta que algo llamó mi atención.
"Amorphophallus titanum"
{Una flor bastante grande, rara y única, originaria de los bosques de la frontera entre el imperio Oriente y Obelia. Puede medir hasta 3 metros y 1,5 metros de diámetro, además de poseer la inflorescencia más grande del mundo y posee un olor poderoso}
—Que flor tan fea -dije susurrando, pasando de hoja para leer lo siguiente.
Pasé a la siguiente hoja, prestando más atención.
"Platycodon grandiflorus"
[¡Oh! Yo conozco estas] Miré con detenimiento la imagen.
[Aunque en mi mundo simplemente les decimos "campanillas chinas"]
{Destacan por ser flores de gran tamaño, con una coloración muy llamativa de un tono azul oscuro y que, además, son capaces de producir una cantidad de flores abundante. Su origen se da en Obelia}
Me levanté de donde estaba, con el libro, y me dirigí a Claude.
Él simplemente me ignoró y siguió deslizando las hojas de los libros. Yo, en cambio, me intenté subir en el sofá que estaba, siendo ayudaba más tarde por la magia de Claude al ver que mis esfuerzos son inútiles.
Una vez sentaba, me deslicé más cerca, haciendo que este me vea de reojo frunciendo el ceño, como si estuviera diciendo "¿qué estás haciendo?", lo cual ignoré.
Agarré la carta que tenía en su regazo y la atraje hacia mí para verificar otra vez.
Sí, son los mismos nombres.
Claude ni siquiera necesitaba pronunciar una palabra para hacerme saber que estaba prestándome atención, sus movimientos ya dicen todo. Dejo los libros en el suelo, reposó uno de sus brazos por el sofá (seguidamente posando su puño en su mejilla) y su cabeza giró hacia mí, completamente curioso con mis movimientos.
Le mostré la carta, haciendo que la vuelva a sostener y levantó una ceja.
—Léelo -ordené. Él solo suspiró, como si estuviera cansado.
—No tengo tiempo para esto, niña -replicó, bajando la carta, a lo cual posé mis manos encima de él evitando que la bajara más.
—Por favor -supliqué-
Él hizo lo que le dije, ya que, si bien las primeras tres líneas estaban en hangul, la pregunta de abajo no la entendía.
—¿Qué característica tiene cada una y qué comparten las tres? -inquirió.
Abrí mi libro y le mostré lo primero que encontré, todo bajo su mirada.
Él simplemente me arrebató el libro, haciendo que rodara los ojos.
Cuando terminó de leer una, pasé unas cuantas páginas más mostrándole la siguiente.
Los ojos de él brillaron, como si estuvieran pensando. Luego, hizo flotar a él uno de los libros que ya había leído, también era de botánica, pero estaba en un idioma que no entendía. Pasó las hojas rápidamente con su magia y se detuvo en una en específico, que mostraba el dibujo de una flor.
"Nymphaea nouchali"
—¿Flor de loto? -cuestioné. Ganándome una mirada de Claude.
(Claude la miró, no solo por el nombre que dijo, sino también porque lo mencionó en la lengua del reino oriente. Coreano, para ella)
Es una flor de loto, aunque de donde yo vengo normalmente eran blancos o rosas. Estas, en cambio, eran azules.
{Es conocida por sus grandes y hermosas flores de color azul claro, que pueden tener hasta 20 centímetros de diámetro. Además de su belleza, el loto azul tiene una gran importancia cultural y religiosa en Obelia y es una flor sagrada en muchos clanes en el imperio Oriente}
Claude me leyó aquel texto en voz alta, para que pueda escuchar también.
De repente, recordé la pregunta.
¿Qué característica tiene cada una y qué comparten las tres?
—Son azules -comuniqué, mirando a Claude, el cual hizo lo mismo al pronunciar yo aquellas palabras- Dos de las flores son azules, el loto y platycodon -intenté pronunciar como pude la última palabra- La otra no comparte esa característica, en cambio, lo que comparte con una de las anteriores el gran tamaño de sus flores, mientras que con la otra comparte que ambas son flores que se pueden encontrar tanto en Oriente como en Obelia.
Como dije anteriormente, al tener 3 años, mi lengua aún no se acostumbra al idioma Obeliano y muchas de mis palabras no suenan coherentes, así que la cara de Claude, con el ceño fruncido intentando entender lo que digo no es de extrañar.
Después de unos segundos, pareció entender lo que quería decir.
—Lo que comparten las tres podría ser que son flores raras y únicas, sagradas en ambos imperios, aún más en Obelia, no cualquier país las puede obtener -susurró, en lo que su mirada iba a varios puntos, como si estuviera pensando seriamente algo.
—Algo que, hasta ahora, solo ambos imperios poseen -sugerí, ganándome su mirada-
Su rostro, aunque siempre estoico, me dio a entender que algo se aclaró en su mente.
Su rostro es como una obra de arte; perfectamente tallada, dura e inexpresiva, pero sus ojos azules zafiro parecían adquirir un brillo leve cuando le dije esas palabras. Las joyas en sus ojos dejaron su aburrida oscuridad y parecían más claros, de azules pasaron a celestes.
No odio admitirlo, en realidad lo pensaría las veces que fuera necesario:
Claude es hermoso.
─────── ∗C⋅L⋅A✧U⋅D⋅E ∗ ───────
3 tipos. 2 de Obelia, 1 de oriente.
La primera tiene sus orígenes en la frontera entre ambos reinos, como un mediador; Neherenia
La segunda es completamente Obeliana; Yo
Y la tercera tiene sus raíces en Obelia, pero siendo sagrada en Oriente; Artemisia.
Abundante, poderoso y de color azul. Algo que hasta ahora solo ambos imperios tienen pero que la mayoría está en Obelia.
Magia imperial.
Rápidamente dirigí un poco del mana hacia mi mano, donde estaba la carta, y la envolví con ella, logrando que el aspecto pasé de un sobre blanco aburrido a uno negro con detalles plateados cuidadosamente tallados.
Dirigí mi maná en mi dedo, afinándolo como un cuchillo, y rasgué la carta desde arriba. Todo bajo la atenta mirada de Artemisia, a quien simplemente di una mirada de aprobación.
┌───────── ∘°❉°∘────────
Imperio de Obelia, 19 de Agosto del año --- del reinado del maldito Athanasius.
Querido Claude:
Si estás leyendo esto, significa que me encuentro ausente y tuviste que tomar la difícil decisión cuidar a nuestra hija.
Como habrás notado hace tiempo, mi sangre es un poco... peculiar. Digo, por algo la realeza Obeliana está obligada (recálquese esa palabra) a que todos mis descendientes (en palabras desagradables, nuestros descendientes) no deben relacionarse con nadie más que la nobleza más confiable de la corona. Eso o directamente liquidar mi sangre y cualquier rastro de mi descendencia en Obelia. Aunque en ambos casos el resultado sería el mismo.
Lo sabes, ¿verdad?
En fin, no estás leyendo esto para un sermón y mucho menos clases de política. Vayamos al punto.
¿Conoces las fases lunares?
Te preguntarás ¿por qué debo saber eso?
Implica bastante, en realidad, después de todo, sabes por qué se caracteriza el imperio del oriente. Ya sabes, el antiguo mito.
Hadas.
Sí, ese mismo. Antiguo podrá ser, pero de mito no tiene nada. Mi familia es una clara señal de ello.
Oh, por todos los dioses, no puedo creer que la gente crea en la existencia de duendes, elfos, dioses y dragones y no crean en las hadas. Aunque también está esa absurda característica de que son igual de pequeñas que la palma de su mano.
Perdón, nos estamos saliendo del tema.
Eres un bastardo inteligente, ya debes saber lo que quiero decir. Conecta los puntos.
Las fases de la luna son muy delicadas para mi familia, si bien en la mayoría de las fases no hay ningún cambio, lo importante son las dos que destacan más.
La luna nueva y la luna llena.
En luna llena nuestro maná vuelve a su estado más puro, eso hace que los magos o seres con un alto nivel de maná se vuelvan sensibles a nuestro al rededor, también podemos presentar o acelerar cambios físicos. Estos van desde crecimiento capilar hasta crecimiento físico. Eso ya depende del individuo.
A este proceso se le llama "metamorfosis"
¿Por qué pasa esto? Los culpables son los rayos Blutz (9).
¿Qué son los "rayos blutz"?
Son ondas producidas por un cuerpo celeste, generalmente se refiere a la luz del sol reflejada en la luna. Si la cantidad de blutz supera los 17 millones de unidades zeno (10) y son absorbidas por los ojos de una Xiānnǚ (11), la metamorfosis es posible.
Esta fase será complicada para Artemisia, puesto que ambos tipos de maná (el azul de la familia imperial y el puro de la luna) se repelerán entre sí. Esto puede terminar de dos formas;
1) Ambos manás se fusionarán y desarrollarán nuevas propiedades de energía dentro de la persona, creando así una evolución de la magia. Esta puede volverse ligeramente inestable o relativamente poderosa.
Este sería el caso de que ambos tipos de magia sean igual de poderosos.
2) Entrambos (12) se opondrán al otro y esto causará un desborde en su mana, causando la pérdida de memoria, problemas físicos y la eliminación completa de maná dando como resultado la muerte. Esto también varía del individuo, en algunos casos la persona queda en un estado de inconciencia temporal.
Bueno, en realidad pueden ser tres, pero este tercer caso deriva del segundo (normalmente pasa con los mestizos)
2.1) En el caso de que se desborde el maná, el más débil de ellos será el que pierda sus propiedades. Seguirá ahí, escondido, pero solo se manifestará en los días donde el mana contrario esté más débil. Eso ya varía del nivel de maná de ambas partes.
Y aquí es donde entra la otra fase.
En luna nueva, en cambio, es todo lo opuesto. A falta de los rayos blutz, el maná que poseemos se vuelve oscuro, impuro, inestable. Nuestro maná busca la forma de recoger las sobras que dejaron los rayos blutz en nuestro cuerpo. A esto lo conocemos como mutación.
¿En dónde se presenta esto?
Primeramente, los ojos, ya que gracias a estos entramos en metamorfosis. Lo demás, como te había comentado, depende del individuo. En algunos casos (la gran mayoría, en realidad) es el cabello.
Pongámoslo así; Artemisia es rubia, así que los rastros de rayos blutz no solo estarán en sus ojos, sino también en su cabello, lo cual hará que estos se decoloren, portando así nuestro característico tono plateado. Resumidamente: chau melanina. Es por eso también que somos sensibles al sol.
En el caso de sus ojos, es lo mismo. Al estar el maná en un estado impuro, la pureza que posee el maná azul también se verá contaminada. Seguirá ahí, es imposible quitar el color natural de sus ojos, pero simplemente se verán opacados. La impureza del maná xiānnǚ ocultará la pureza de sus diamantes azules.
¿Y qué pasa si la persona es ciega? No hay vista, no hay metamorfosis. Así de simple.
Más arriba comenté que durante la luna llena los seres con maná alto estarán sensibles hacia nosotros, bueno, ahora es lo contrario. Nosotros somos los sensibles a ellos, especialmente al sexo contrario.
Y ahora viene lo peor. Al estar nuestro maná xiānnǚ muy ocupado recogiendo las sobras de rayos blutz y al mismo tiempo contaminando el maná azul, no hay magia. Es nuestro estado más vulnerable, no permitas que nadie se acerque, mucho menos los arriba mencionados.
Ahora bien, iremos con las advertencias.
1- NUNCA le prohíbas ver la luna llena, ella debe recoger rayos blutz. Si la dejas más de dos meses sin recogerlas, morirá. Sabes bien la consecuencia de quitar el maná a una persona; no estarás eliminando su maná xiānnǚ, estás eliminando su energía vital, tal como hacia el
emp̸̡͎̞͚̫͍̜̀e̷̪͚̼͖̮̤̞̅̊̕ŕ̴̬͉̀̒̃̂́́̂̃͝ą̶̧̛̛̙̼͙̝̺͈͕̳̓̋̋͐̉͘d̷̙͓̤̺̯̱̪͍̝̒o̷̧̤̤͍̯͇̮͂́r̵̮̱̭̝͇̩̠͙̓̐̿̀̂͌̏̈́͝ ̸̧̛̭̳̗̩̜̙͖̬̿́̈́̌͛͂̑̅͝ͅA̵̧̖͙̰̪̜̾͛e̵̟͒̇͠t̴̛̹̗̹̼̜͍̫͍̍̈̉̓̈͜͝e̸̡͙̙̺̥͖̹̣͉͐̀̀̐͒̎̈́̽̔ŗ̴̛̯́͑́͆̀͘n̵̨̞̘̹̹̭̅́́͂̃͆͠í̷̻͕̭͚̞̥̱̰̈́̀͝t̸͔̉̔̋͂̈̎̆̇͝a̴̩̬̞̤͆s̸̛͕̙̫̐̓̌͊̔͋̔̕̕
Artemisia es mestiza, y la otra mitad que sobra (su maná imperial) no será suficiente para mantenerla con vida. Ahí volvemos a las consecuencias del caso número dos.
Ambos manás son dependientes del otro al convivir desde su formación juntos. Ya no pueden estar sin el otro.
Los pobres rayos blutz que recoge durante las otras fases de la luna no son suficientes para hacerla sobrevivir 3 meses sin haber visto su estado completo, ten en cuenta eso.
2- Ten cuidado cuando entre a la pubertad y esté en estado de mutación. Te acordarás de mí para ese momento, bien advertido estás.
Aíslala de todo, enciérrala en una habitación, un palacio, lo que quieras, pero no dejes que nadie la vea.
Nadie, Claude.
3- Cuida sus alas.
Será un verdadero caos si mi familia se entera que se las mutilaron o que está en el mercado, ni Obelia ni Oriente descansará hasta encontrarlas, y lo que viene después será peor. Oriente, al tener más poder y conocimiento en este asunto, tomará las cartas, impartirá los castigos a los culpables de tal atrocidad y entrará en guerra con Obelia.
Bueno, esto en caso de que tenga. Después de todo, la niña es mestiza.
Quema esta carta, destrúyela, no dejes que nadie más la vea. Será un desastre si se enteran de esta debilidad de la familia imperial no solo de Obelia, sino también de Oriente.
Nunca tuya y ojalá bailando en las llamas del infierno donde te esperaré:
Neherenia Amaris Aysel Duvessa
Pd: El karma que te llegará me hará bailar con Satanás. Estoy esperando pacientemente ese momento.
─────────°∘❉∘° ────────┘
Me quedé pensando unos momentos en el contenido de la carta
[Quitando las partes en las que descaradamente se burla de mí] sonreí ante ese pensamiento, aun sintiendo la mirada de la niña sobre mí, intentando leer la carta.
Me burlé con los ojos, y cuando se la tendí para dársela, la quemé. Esto provocó que me vea con sorpresa.
Simplemente se cruzó de brazos y volvió a su cama improvisada.
Yo solo me acosté en uno de los sofás y cubrí mi rostro con mi brazo, pensando en todo. Tan solo esperando el momento en el que Félix venga por mí para la conferencia del medio día.
Y sin querer, me dormí.
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
—Su majestad -escuché, haciendo que abra los ojos.
Félix, él es quien está junto a mí.
Inconscientemente le dirigí una mala mirada, aunque él solo sonrió.
—Es hora -avisó- la conferencia será en unos minutos, la princesa ya fue preparada y está esperando por nosotros.
Suspiré y me levanté, cambiando mi atuendo casual a un traje para la ocasión.
—¿Encontró lo que buscaba, su alteza? -curioseo, viéndome de reojo.
Asentí, sin decir nada más. Casi sonreí al ver los ojos suplicantes de Félix, rogándome para que le dé detalles.
—No es nada que sea de mucha importancia -revelé, sin darle mucho contexto.
[Después de todo, no es algo que pueda decir tan a la ligera]
[Aunque tendré que decírselo a Félix tarde o temprano, no le puedo borrar la memoria como a los demás] reflexioné.
—¿Su majestad...? -me llamó, a lo que salí de mis pensamientos, observando que miraba hacia adelante, atónito, con el ceño fruncido.
A quien veía era a Artemisia.
Rubia.
Y con las joyas de la realeza.
[Que dolor de cabeza]
Supongo que será más temprano que tarde.
•┈┈·┈•••┈┈┈••✦ Arte♛misia ✦••┈┈┈••┈┈·┈••
Las mismas sirvientas que me atendieron en la mañana volvieron a alistarme. Lo raro es que todas actuaban como si nunca me hubieran visto, como si fuera la primera vez.
[¿Es este un comportamiento usual de la servidumbre?]
—¡La princesa es tan hermosa!
—Su cabello dorado se balancea suavemente ante cual ráfaga de viento, ¡da la ilusión de que son hilos de oro!
Si, tal como eso, halagándome sin parar como si-
[¿Cabello dorado, dijo?]
—Y sus ojos zafiro tan brillante como las joyas, ¡sin duda demuestra que la princesa es la genuina sangre de la realeza!
[Paren todo, ¿de qué me perdí?]
—Su majestad estará satisfecho con nuestro trabajo sin duda -cantó una una- ¡la princesa parece un hada!
Solo suspiré, aunque por suerte en ese momento justo hicieron una reverencia y se retiraron.
—¿Su majestad...? -escuché, lo que hizo que mirara al frente. Era Félix, mirándome... ¿confundido?
—Te lo diré más tarde -agregó Claude -Vamos -dirigió, mientras me hacía flotar hacia él con su magia, para posteriormente sujetarme en sus brazos.
Solo me relajé mientras caminábamos en un silencio cómodo.
[En realidad, esto es lo mejor] medité [Después de todo, hay gente viéndonos en este momento. Que Claude me esté cuidando de esta manera solidifica mi posición como princesa]
Al llegar a la sala de conferencia, el portero dio a conocer nuestra presencia.
—Su majestad, el sol del imperio, y lady Artemisia Eileen están entrando -vociferó fuertemente, mientras las puertas eran abiertas.
Al llegar, una gran cantidad de sirvientes se divisaban. Estos se separaron en dos filas, sirvientas y caballeros, dejándonos pasar en medio suyo, camino hacia el trono.
Una vez allí, Claude me bajó y se sentó en el trono. Yo, sin saber qué hacer, me posicioné a su lado derecho, cerca del trono, mientras que Félix se posicionó detrás mío.
—Todos aquí fueron llamados para presenciar, después de siglos, el nacimiento de la primera princesa en Obelia -anunció Claude, con una fuerte y potente voz, que resonó por todo el salón-
[Un poco tarde para mencionar "nacimiento", ¿no crees?]
Félix me dio un leve empujón, haciendo que dé un paso adelante.
—Poseedora de las joyas de la corona, descendiente directa del primer emperador de Obelia y sangre mía-
Se detuvo un momento, en el cual se levantó y me atrajo frente suyo, poniendo una de sus manos en mi cabeza.
Yo miraba al frente, donde todos los sirvientes me veían fijamente, casi sin parpadear, como si estuvieran grabando mi rostro en sus mentes.
—A partir de hoy, eres Artemisia Eileen de Alger Obelia, serás tratada como lo que eres, la princesa heredera de este imperio, Y él -Divisé a Félix caminar escaleras abajo, donde frente a todos los sirvientes, se arrodilló con la cabeza hacia abajo- Será temporalmente tu mentor y guardián.
—Félix Robine, princesa -exclamó, ahora levantando la cabeza para verme-
Yo, sin saber qué hacer, simplemente asentí con la cabeza.
—Bendito sea el nacimiento de la nueva estrella de Obelia -vociferaron al unísono todos los sirvientes-
—Que el sagrado sol la ilumine con sabiduría y le guíe para regir.
—Y que la luna desde el cielo la dote con belleza, liderazgo y el don de servir.
Simplemente quedé como una estatua; inmóvil e inexpresiva, hasta que Claude volvió a hablar.
—Insultar a la princesa es como insultarme a mí. Cuiden sus acciones y palabras frente a ella si tienen deseos de vivir-
Todos se inclinaron ante nosotros, sin atreverse a levantar la cabeza hasta escuchar nuevamente la voz del emperador.
—Eso es todo, pueden salir -ordenó-
—Gloria y bendiciones al sol y a la estrella de Obelia -respondieron todos, para seguidamente salir en orden.
No fue hasta después de que el último sirviente salió que pude relajarme nuevamente.
[No había estado tan tensa desde que Shouma me presentó con su clan] recordé, estremeciéndome.
—Lévatela, Félix -Estableció Claude, con tono aburrido.
Cuando giré a verlo ya estaba nuevamente con su túnica. Podría jurar que mi cara es la definición de "?"
Félix hizo caso a su orden, y yo, ya sabiendo lo que sucedería, extendí mis brazos hacia él. Por un momento pareció darle un ataque, pero rápidamente me cargó.
—La hora del té es a las 3 -agregó Claude. Su cara serena fue lo último que vi antes de que las puertas se cerraran.
Caminamos un momento en silencio, antes de que nuevamente Félix iniciara una conversación.
—Princesa -llamó, haciendo que vea sus ojos grises- ¿Cómo hizo eso?
Alcé una ceja, como interrogativa.
—Ya sabe, lo de su cabello y sus ojos -insistió-
Yo le sonreí, como diciéndole "no sé" y él solo se limitó a suspirar.
✧♛✧
Los gritos llenaron el Palacio Rubí, en donde yo vivía.
Jarrones cayendo y haciéndose añicos, sirvientas tropezando y corriendo, agarrando todo lo que tuviera valor y empujándome por no salir del camino.
Todo era un caos. Algo estaba pasando, ¿pero qué era tan malo como para que estén huyendo?
Vi a Lilian York correr a toda velocidad por uno de los pasillos que lleva hacia el área sur, y sé a dónde va. Incluso en esta situación, cuando sus ojos se encontraron con los míos el tiempo suficiente para que reconozca mi presencia, ella no se detuvo. Pase lo que pase, nunca seré su prioridad ni la de nadie, al final del día, ella irá con Athanasia.
Me levanté del suelo en el que estaba tirada antes de que otro sirviente venga y me pise el cuerpo, y caminé en sentido contrario a donde todos iban.
Tal vez sea otra masacre, tal cual escuché que hubo poco después de mi nacimiento.
[Si voy hacia allí, ¿finalmente moriré?] Tal vez así acabe mi desdicha.
Sola, abandonada y despreciada.
Mientras caminaba con una tranquilidad que contrastaba con todos a mi alrededor, que corrían despavoridos, pude apreciar leves marcas en mis brazos, moretones que se iban formando, cortesía de todas aquellas personas que pasaron aplastando mi delicado y delgado cuerpo con sus pies.
En algún punto, logré divisar algo... o más bien alguien.
Lo primero que llamó mi atención fue su flamante cabello rojo. Que, si bien es un color usual a mí alrededor, tanto como el negro y el castaño, este destacaba aún más. Mientras que los otros cabellos son claros o cobrizos, este era rojo, como la sangre que había a su alrededor... como la que pintaba su espada y su armadura.
En ese momento miré sus ojos, y ambos hicimos contacto visual.
Eran grises, como la plata, aunque también como la luna. Afilados, hermosos y fríos.
Una gama de sentimientos pasó por ellos, muchos de los cuales no pude entender, pero si entendí unos cuantos.
Sorpresa.
Incredulidad
Y finalmente...
Enojo.
[Caballero carmín, ¿por qué el enojo? ¿O acaso es odio el que veo en tus ojos?]
Y seguí caminando hacia él, hacia mi muerte.
Hacia mi destino.
¿Me tendrás piedad por ser una niña?
[No, no lo hagas, no sientas pena, deja que al menos yo elija mi propia condena]
Cuando más me acercaba, más de sus rasgos se aclaraban.
Él era alto, bastante, en realidad. Yo con 9 años le llegaba a la cintura.
¿O tal vez yo era la baja?
Él era...
—Hermoso –mis pensamientos fueron tan fuertes que se escaparon por mi lengua.
Si él me escuchó o no, será un misterio para mí, porque justo en ese momento un sirviente pasó a mi lado y con mucha fuerza me empujó, haciendo que aterrice dolorosamente en el suelo.
No alcancé a cubrirme con mis brazos y me golpeé la nariz.
La sensación del dolor no tardó en aparecer, y mis quejidos tampoco, pero algo llamó mi atención.
El mismo sirviente que me empujó yacía en el suelo, tal parece ser que, al empujarme, se tropezó con sus propios pies.
Pero no fue él lo que atrajo mi atención.
El mismo caballero estaba frente a su temblorosa figura, alzando sus temerosos ojos hacia él, al mismo tiempo que el otro alzaba su espada.
—¡Por favor, pie-...! –no alcanzó a terminar la frase, cuando su cabeza rodó por el suelo.
Quedé congelada viendo sus vacías cuencas rodar por el suelo, específicamente hacia donde yo estaba, pero antes de que pueda tocar las suelas de mis zapatos, el mismo caballero apareció y chutó la cabeza, enviándola en algún lugar de la multitud de gente.
Después de perder de vista el balón humano, fije mis ojos al frente mío, donde el caballero sacudía su espada, quitando los restos de sangre y dejándola a un lado, para arrodillarse ante mí.
Nuestros ojos volvieron a encontrarse, permitiéndome verlo más de cerca.
Sin perder de vista mis ojos, metió la mano dentro de su armadura y sacó algo.
[Un pañuelo...]
Y lo pasó por mi cara, limpiándome la sangre que escurría de mi nariz debido a la caída.
Sentí un apretón en mi pecho.
Mis mejillas ardieron.
Y mis ojos se aguaron.
No pude soportar su mirada, así que agarré su pañuelo, pero esto hizo que sus dedos y los míos se rozaran.
Abrí los ojos cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo, y volví a mirar sus ojos plateados, ahora con las lágrimas rodando mis ojos.
Pero no eran lágrimas de tristeza... Era raro, nunca sentí esto.
Era... Cálido, como él.
—Soy Félix, ¿cómo te llamas?
Oh, cielos. Su voz era tan suave cuando me hablaba, un tono tan amable que hizo que sintiera nuevamente esa electricidad en mi cuerpo.
—Artemisia...Artemisia Eileen.
Él solo sonrió, y sentí como múltiples flores flotaban a su alrededor.
Él es increíblemente-
—Bonito... -tan pronto como pronuncié esas palabras, el calor volvió a mis mejillas. Me sentía avergonzada.
Él solo río ante eso, enternecido por mí.
—Yo también pienso que la dama es bonita –me dijo, consolándome, aunque eso solo logró avergonzarme más.
Las gotas de agua corrían por mi rostro, y yo traté de cubrirme con el pañuelo. Cubrirme de la vergüenza, de sus atrayentes ojos plateados, de lo que ellos me hacen sentir.
[¿Sentir? ¿Qué siento?] Mi corazón latía dolorosamente, pero era un dolor que me gustaba, que me hacía querer sentirlo más.
Cuando se movió ligeramente, me apresuré a agarrar su mano, temiendo que esa calidez se fuera junto con él.
Él abrió sus ojos, pero luego los relajó y me ofreció otra de sus hermosas sonrisas, como si intentara tranquilizarme.
Y lo logró.
Apenas se levantó, me ayudó a mí, ofreciéndome caballerosamente su mano, la cual gustosa acepté.
Y fui codiciosa, incluso después de estar de pie, no lo solté, no quería hacerlo.
Él lo entendió, y no se apartó, simplemente agarró su espada del suelo y la colocaba en la vaina que había en su cintura, para después, para mi sorpresa, cargarme en sus brazos.
La sensación caliente en mis cachetes aumentó.
Él me preguntaba algunas cosas mientras comenzaba caminar fuera del Rubí, y las contestaba como podía.
Tal vez Claude dio la orden, pero aquel día fue Félix el que me salvó.
Me sentí como una de las protagonistas de aquellas novelas que leía, una princesa en apuros que fue salvada por su caballero de armadura dorada.
Aunque su armadura no era dorada, él si era mi caballero.
Félix Robine es su nombre, el nombre que quedó grabado en mi destino.
✧♛✧
Palabras: 4919
9 Rayos Blutz: Los Rayos Bruits (literalmente: Ondas Brutas), también conocidos como Ondas Bruits o Rayos Blutz, son un tipo de ondas de energía lumínica de radiación espectral verde que son producidas cuando la luz de un astro es reflejada en una luna u otra figura de carácter satelital con una superficie reflectante lo suficientemente grande como para poder reverberarla. La definición deriva de Dragon Ball.
10 Unidades zeno
11 Xiānnǚ: Hada en chino.
12 Entrambos: Ambos, los dos.
Eh, contrario a lo que piensan, no voy a hacer a una FL rotísima, sería lo normal dentro del mundo WMMAP (o PE, para resumir) pero dándole mi toque. Más fuerte que Athanasia, sí, casi al nivel de Claude, pero nunca más que Lucas.
¡Seguiré publicando aquí en wattpad! Pero también agradecería su apoyo en Inkitt.
La plataforma (Inkitt) no es difícil de usar, démosle más apoyo <3
A modo de recordatorio (para quienes no alcanzaron a leer el aviso) partes extra y especiales serán subidos en Inkitt, por lo que no se olviden de seguir la novela por ahí.
Al igual que mis nuevas novelas, que primero tendrán su debut en esa plataforma, ya luego las publicaré aquí.
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