-Es un linda casa- alago Yoongi al entrar al hogar del menor.

-Tu crees?- preguntó Jimin mientras dejaba sus llaves en una pequeña mesa de centro a un lado de la entrada. -Mi padre me la regaló hace poco, ya sabes para estar más cerca de la empresa- terminó de decir el rubio mientras se sentaba en uno de los sillones de la sala, a lo cual el pelinegro imitó actos.

Ambos iniciaron una charla, en la cual poco a poco las sutiles caricias iban en aumento, y los halagos acompañaban cada frase.
Las miradas de ambas demostraban lo que deseaban, y el placer era lo que reflejaban.

Sinceramente Yoongi no supo el momento en el cual Jimin terminó en su regazo, ni tampoco en el cual ambos participaban en un ardiente beso.

Los brazos de Jimin se encontraban alrededor del cuello del pelinegro, mientras que sus dedos se enredaban en las hebras negras del mayor.

-Mmm Yoongi- gimio Jimin al sentir como las manos del mayor se introdujeron en su ropa interior.

-Diablos!- exclamó el de cabellos negruzcos -te deseo tanto- Yoongi enterró sus labios en el cuello del menor, besando y mordiendo ligeramente este.

El menor dirigió su mano al mentón del pelinegro acercando nuevamente sus gruesos labios a los delgados del mencionado, pero en vez de besarlo, recorrió con su lengua el labio inferior del mayor, provocando que una gran excitación en Yoongi.

Las venenosas manos del mayor iban a la camisa del bello rubio, cuando su teléfono sonó.

-Rayos- dijo el pelinegro para luego soltar una maldición, y aún con el menor en su regazo, el cual se entretenía dando besos en el cuello del mayor, contesto la llamada.

-Yoongi- dijo el pelinegro con mal humor.

-Amor soy yo- habló Yerin al otro lado de la línea telefónica, la cual se oía preocupada por algo.

-Que quieres?- preguntó Yoongi mientras acariciaba la cintura de Jimin, el cual se divertía mucho con la situación.

-Podrías venir, Sunhee esta enferma- se escucho un sollozo por parte de la mujer, la cual estaba preocupada por su hija, y no está de más decir que al ser madre primeriza todo era nuevo para ella.

-Voy para allá- avisó Yoongi para posteriormente colgar sin escuchar más a su esposa.

-Te vas?- pregunto Jimin con un puchero en los labios.

-Si- respondió Yoongi quitando al menor de su regazo -pero descuida- se acerco al rostro del rubio -esto no termina aquí- nuevamente junto sus labios con los del rubio. -Te veo mañana a las 9 en mi oficina- ordenó para luego salir de la casa del menor.

Y con una mueca en el rostro Yoongi regreso a su casa.

Mientras que Jimin reía divertido todavía en el sillón de su sala.

Se que me tardo bastante, pero mi trabajo me consume el tiempo, y la tarea es algo que me tiene muy estresada, así que por favor tengan paciencia conmigo.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Nos leemos a la próxima 💋.