2. Night in Pripyat
—20/04/2021 ☢
☢ Canción: Night in Pripyat - DJ Blyatman y XS Project
☢ Fandom: Historia Original.
☢ Personajes: Aleksei Yakoevich Pavlichenko, Mijaíl Ivanovich Smirnov, Artyom Sergeyevich Shevchenko, Anatoli Sergeyevich Shevchenko.
Cuando Sergey me empujó yo tropecé intentando no irme hacia adelante para luego reír pero a la vez voltearme algo molesto.
—¡Ya estén quietos! Casi rompo la guía —volteé a ver cómo Anatoli, Sergey y Misha seguían jugando entre ellos.
Sólo se rieron más y entonces Anatoli alzó la voz.
—¿Entonces qué, Alyosha? ¿Nos vamos el domingo a las diez?
—Ya les dije pero están de escandalosos —golpeé a Sergey en el brazo caminando de espaldas antes de abrir la guía y enseñárselas—. Por enésima vez: Autobús de Pripyat a Kiev, el domingo sale a las nueve y cuarto y el último de regreso es a las diez de la noche. ¿Ven?
Apartaron un poco la guía de los autobuses y yo la doblé bien. Llegamos a la plaza que hay entre los edificios donde vivimos, es más que nada un parque con una pista de baloncesto y un par de bancas de piedra alrededor. Nos sentamos en ellas sólo para seguir hablando.
—Misha, ¿me lo puedes guardar? —pedí entregándole la guía y dándome la vuelta para que lo guardara en mi mochila.
—Ah, sí —él la guardó y cuando me di la vuelta simplemente me sonrió para luego indicarme con un gesto que fuéramos a la banca con los demás.
Estuvimos allí sentados un buen rato hablando sobre lo que planeamos hacer el domingo. Hoy es viernes, acabamos de salir de clases y después de haber tenido varios exámenes durante estas semanas, hoy finalmente terminamos con el de literatura, así que pensamos que una buena forma de celebrar es yendo a la capital el fin de semana. Allá hay más lugares a los que ir y de por sí queda cerca así que estará bien dar un paseo.
Mientras que Sergey provocaba a Anatoli consiguieron que lo persiguiera por la placeta, Misha de vez en cuando los perseguía para separarlos aún sabiendo que lo hacían en broma, además así los hacía reír aún más. Artyom y yo nos quedamos sentados en la banquita hablando sobre el viaje y asuntos de escuela.
La verdad es que no puedo evitar ver a Misha como alguien mucho mayor que nosotros aunque sólo lo sea unos pocos meses que yo, se comporta como un hermano mayor con todos, y verlo jugar con Anatoli y Sergey aumenta esa sensación.
—¡Anatoli! —aquel grito captó la atención de todos.
Nuestras risas se callaron y todos miramos hacia arriba, justo detrás nuestro está el edificio donde viven los gemelos, y esa voz era su madre asomada a la ventana.
—¡Anatoli, Artyom, vengan ya a casa, su padre está esperando para comer!
—Ah... ¡Ahora voy! —contestó él haciendo un pequeño techo encima de sus ojos para mirar arriba sin que le molestase la luz.
Pero la forma en que contestó lo sentenció por completo.
—¿¡Qué dijiste!? —se escuchó la voz molesta de su madre de nuevo.
—¡Que sí mamá, ya subo! —repitió de una mejor forma.
—¡Ahora vamos! —respondió más tranquilo Artyom y entonces su madre cerró la ventana—. Bueno, chicos, los vemos mañana a las tres.
—Sí, adiós —nos despedimos viendo cómo tomaba su maleta y entraba a su edificio.
—Bueno, yo también ya debería irme —dijo Sergey con los brazos cruzados antes de tomar su mochila también—. Nos vemos.
Sergey vive a unas calles de aquí pero siempre nos reunimos en estos edificios ya que cuatro de nosotros vivimos aquí.
Sólo quedamos Misha y yo. Él suspiró y de nuevo me vio con una sonrisa, una sonrisa que me hizo corresponder al borde del sonrojo sintiendo que mi corazón latía rápido.
—¿Tú ya te vas, Alyosha? —preguntó mientras caminábamos a través de la cancha de cemento con tal de llegar a los bancos del otro lado los cuales lucían más agradables por la posición del sol que los iluminaba un poco.
—Nosotros comemos hasta que llega mi papá así que aún no, pero no creo que tarde —respondí mientras caminábamos y él me rodeó con su brazo en un acto natural para caminar juntos... pero es que para mí eso era lo mejor que podía imaginar.
Desde hace unos meses me he dado cuenta de que lo que en realidad siento por Misha no es amistad. Me pongo nervioso cuando me habla, cada vez que nos abrazamos siento que muero por dentro, sus sonrisas son especiales, al verlas me siento mejor no importa lo que pase.
Le pregunté a Tanya qué se siente estar enamorado de alguien y ella coincide con lo que yo siento. Aunque ella no sabe a quién me refiero, mi hermana lleva un tiempo intentando convencerme de decirle quién es la chica que me gusta... el problema es que no es una chica. Y realmente tengo mucho miedo de lo que pueda pasar si mis papás lo saben.
Fue Anatoli quien realmente me ayudó, fue hace menos de dos meses que lo hablamos finalmente. Un día estábamos sólo él y yo en el recreo mientras que los demás seguían en un examen, siempre he tenido mucha confianza con los gemelos, pero con Anatoli aún más. Empecé a contarle cosas sobre mi opinión sobre Misha, y recuerdo muy bien esa conversación:
—Alyosha... ¿Te gusta Misha? —me preguntó con un tono de voz tan natural e inocente que supe que iba en serio, él se abrazaba las piernas y me miraba tranquilamente, pero aún así de pronto sentí que me estaba ahogando y las palabras no saldrían.
—N-no, es que... yo...
—Tranquilo, está bien... —sonrió muy suavemente y entonces miró hacia el pasillo viendo cómo ya salían el resto de nuestros compañeros— A mí me gusta Sergey.
Esa misma tarde Anatoli fue a mi casa ya que mis papás salieron a comprar junto a mi hermana, y aprovechamos ese tiempo para hablar sobre esto, él me contó todo lo que sucedía con Sergey, cómo eran sus sentimientos mientras que yo intentaba organizar mis pensamientos y poder contarle lo mismo sobre Misha. Y sólo ha sido gracias a él que he podido hablar con alguien y tener aunque sea la ayuda de alguien un poco menos confundido que yo.
En verdad me gustaría pasar horas pegado al teléfono para poder hablar con Misha todo el día en casa, pero las llamadas son caras y vivimos demasiado cerca, aún así quiero pasar con él todo el día, no me basta con verlo cada mañana para ir a la escuela juntos o vernos después de comer y hasta la noche que cada uno se va a su casa.
Las veces que nos quedamos a dormir en la casa del otro junto a nuestros demás amigos son días geniales. Nos divertimos juntos, pero no sólo eso... ver a Misha las veinticuatro horas del día...
Estuvimos sentados recibiendo luz del atardecer hasta que el coche de mi papá se detuvo en la calle de al lado, justo a nuestra izquierda. Él bajó y nos saludó desde la distancia antes de de venir.
Me despedí de Misha para que justo cuando mi padre llegara aquí, Misha lo saludara y despidiera al mismo tiempo antes de irse hacia su edificio, el de la derecha, mientras que nosotros entramos en la puerta que estaba justo detrás del banco donde estuvimos sentados.
Fuimos a casa y mamá ya estaba a punto de servir la comida, ella ya tiene calculado el tiempo para comer justo cuando llega papá. Mientras me lavaba las manos escuché a Tanya apagar finalmente su casete e ir al baño para hacer lo mismo que yo antes de irnos al comedor.
—Yakov, Alyosha se va a ir el domingo a Kiev —dijo mi madre interrumpiendo el breve silencio que se hizo después de que se terminara la conversación sobre los exámenes de Tanya y el asunto de inscribirla en la universidad.
—¿Ah, sí? —él se vio sorprendido mientras bebía de su vaso— Sasha, un poco más, por favor —extendió su vaso a mi madre quien se había levantado para traer la jarra de agua a la mesa.
— Sí, ya al fin acabaron los exámenes así que queremos aprovechar. Vamos Anatoli, Artyom, Mijaíl, Sergey y yo —respondí llevándome a la boca un poco más de la comida.
Y ahora eso se volvió el tema principal. El viaje, la capital, lo que haríamos...
Después de comer me quedé haciendo la tarea que debo entregar el lunes para así no tener que hacerla a última hora. Mañana la acabaré en la mañana si es que no me da tiempo. Nuestro plan es salir después de comer y dar una vuelta hasta la noche y luego ya irnos a casa para estar listos el domingo.
—Tanya, ¿qué fecha es hoy? —pregunté dejando el bolígrafo quieto por unos momentos para pensar.
—Hoy... 25 —respondió asomándose al calendario que tenemos.
Suspiré y continué escribiendo. Debíamos analizar todo un texto, eso es lo que haré hoy junto a la tarea de matemáticas, ya mañana haré la de geografía.
Me pasé la tarde así, ya era de noche cuando cumplimos la tradición de ver la televisión juntos los viernes por la noche. Pero venía tan cansado de la escuela y los desvelos anteriores que nada más acabar la película que vimos, me fui a la cama.
Mañana veré a Misha al mediodía... un motivo que me dará un poco de lucha para poder dormir, estoy tan ansioso que me va a costar trabajo.
—¡Papá, ¿qué fue eso?! —escuché el grito de Tanya quien corría por el pasillo hacia el cuarto de mis padres.
Yo estaba parcialmente despierto para cuando escuché su grito, ¿qué había sucedido?
—Alyosha, ven aquí, cielo —mi mamá abrió la puerta de mi cuarto sacándome de la cama tomado por la muñeca.
—¿Mamá? ¿Qué pasa? —pregunté mientras me llevaba a su cuarto donde papá estaba calmando a Tanya.
—Acaba de sonar una especie de explosión, no sabemos qué fue... —se sentó en la cama y extrajo unos zapatos de debajo de ella entregándomelos— Ponte los zapatos, no sabemos qué pudo ser.
—¿Los estadounidenses? —pregunté agachado mientras me ataba los zapatos.
—¡Cállate, Aleksei! —Tanya me gritó notándose lo asustada y nerviosa que estaba.
—Cállate tú, asustas más con tus gritos —le reproché terminando de atar uno de mis zapatos.
—Shh, Alyosha, por favor —mi padre me hizo un gesto de calma con la mano aún teniendo a Tanya sentada en sus piernas—. Tanya, cálmate también. Lo importante es que estamos bien, hay que mantener la calma y estar listos para todo, ¿de acuerdo?
Asentí y mi mamá me levantó para dejarme sentado a su lado en la cama. Unos minutos después mi padre salió del edificio para ver con los demás vecinos qué estaba pasando.
Tanya se pelea mucho con mamá y prefiere a papá, siempre que puede está con él. Esto no quiere decir que la odie, pero sí discute mucho más con mamá. Yo me llevo igual de bien con ambos aunque es cierto que he convivido más con mi mamá. Debido a mi anemia ella es algo sobreprotectora en ocasiones y ha pasado varios días conmigo cuando estoy algo enfermo.
Papá igualmente se preocupa bastante por mí, pero desde los catorce años mi salud mejoró muchísimo y ahora apenas sufro por la anemia así que él igual ha rebajado sus cuidados. Tanya y yo nos queremos bastante a pesar de las peleas que solemos tener muy seguido, es ciertamente normal que mi hermana mayor en ocasiones se aburra de pasar tiempo conmigo, pero la verdad es que de vez en cuando nos divertimos bastante estando juntos como cuando éramos pequeños.
Papá volvió diciendo que había habido un incendio en la planta de energía. Que algunas personas estaban planeando ir a verlo desde el puente del tren porque iba a ser imposible dormir, pero él dijo que no iríamos nosotros. Dice que por si acaso será mejor no acercarnos mucho, puede que el incendio se expanda o haya algún tipo de químico.
Por eso nos mandaron a dormir e intentar estar lo más tranquilos posible. Por eso mamá y Tanya se durmieron juntas en la cama ya que ella no podía dormir, mientras que papá y yo dormimos en mi cama algo apretados.
Al día siguiente todo estaba normal. Desayunamos como si nada y yo me puse con la tarea sólo esperando porque diera la hora de salir con los chicos.
Tras unas horas más de espera, me vestí con los jeans que me regaló mi tía en su viaje a Francia al igual que una de mis camisetas favoritas, me miré un par de veces comprobando que estaba listo y suficientemente decente para salir. Incluso me puse perfume antes de salir llevándome mi cámara para tomar algunas fotos.
Nada más salir me quedé en el parque que separa nuestros edificios aprovechando para tomar algunas fotos a las plantas silvestres que crecen aquí. No pasó mucho hasta que Artyom, Anatoli y Misha llegaron. Fuimos a la piscina para ver a Sergey, hoy tiene una competencia pequeña allá así que iremos a animarlo.
Nada más llegar pudimos verlo ya estando en su correspondiente lugar. Y corrí con la suerte de capturar el momento exacto en el que él saltaba de la orilla hasta llegar al agua.
—¡Vamos Sergey! —lo animó Anatoli justo cuando yo tomé una foto del chico en el agua.
Sonreí al verlo tan entusiasmado animándolo, sé perfectamente lo que es aquella felicidad casi ilógica sólo por ver a esa persona especial. De hecho di un paso atrás consiguiendo tomarles una foto a ambos: Anatoli animándolo desde fuera y Sergey nadando casi obteniendo la delantera.
—¡Vamos! —dijimos Misha y yo al mismo tiempo y luego nos siguió Artyom.
Decidí guardar el resto del carrete para fotos que haremos más tarde. Aunque tampoco quiero fundir todo el carrete ya que iremos a revelar las fotos de una vez para poder tenerlas.
Finalmente, Sergey ganó el segundo lugar. Hicieron una entrega de medallas algo sencilla y nosotros aprovechamos para pedir al profesor de Sergey que nos tomara una foto a los cuatro con él presumiendo su medalla y nosotros abrazándolo a los lados a pesar de que estuviera mojado. Evidentemente le cedí a alguien estar junto a Sergey.
Esperamos a que él se cambiara y finalmente fuéramos a revelar las fotos antes de que cerraran el lugar. Al cabo de un tiempo nos entregaron las fotos casi sacándonos del local.
—Ya niños, váyanse a molestar a otro lado —bromeó Anatoli imitando a la señora de la tienda que se quejó de que hacíamos mucho ruido.
—Bueno, ¿a qué lugar nos vamos a ir? —preguntó Misha abrazándonos a Anatoli y a mí por detrás. Pero parece que se percató de lo desconcertado que estaba mirando las fotos que recién nos entregaron— Alyosha, ¿qué pasó?
—Tienen mucho ruido las fotos... —tomé la foto que hice al paisaje llegando a capturar un poco de la noria del parque de diversiones y la agité elevándola como si eso pudiera hacer que tuviera más nitidez.
—A lo mejor las revelaron mal por las prisas —dijo él mirando también las otras fotos.
—Bueno, las de la piscina salieron bien, mínimo —Artyom señaló la foto queriendo animarme.
Asentí sin evitar una sonrisa antes de seguir caminando.
—¿Vamos a ir al parque de diversiones? —sugirió Sergey.
—Oh sí, yo quiero, lo van a abrir el día del trabajador, osea... pronto —Anatoli rio dejando de esforzarse por hacer la cuenta de los días que faltaban para eso.
—Hoy es 26, osea dentro de cuatro días —dije igual riendo un poco.
Finalmente pasamos el resto de la tarde paseando por el alrededor antes de que Sergey tuviera que irse porque al parecer su hermana se está poniendo enferma. No pudo ir a verlo porque estuvo teniendo vómitos en la tarde así que él fue solo y su madre le pidió que regresara relativamente pronto. Los gemelos estuvieron un rato más, pero tuvieron que irse también.
Y de nuevo -como casi siempre- sólo quedábamos Misha y yo.
Estuvimos dando vueltas por los pequeños jardines que hay cerca de nuestros edificios hasta quedarnos sentados bajo un árbol.
—¿Ya estás listo para mañana? —preguntó él recargado en el tronco.
—Sí, la verdad es que estoy emocionado... —dije sin contener una sonrisa— Ayer entre el incendio y la emoción no pude dormir mucho.
Él rio un poco y entonces me acarició la mejilla.
—Sí, fue algo difícil de dormir con todo el problema. Pero hoy intenta dormir mejor, sabes que tú debes cuidarte más de lo normal —borró su sonrisa por un poco de preocupación. Pero una vez asentí él sonrió—. ¿Y por qué tan emocionado por hoy?
—Ya sabes, me gusta mucho salir contigo... con ustedes —me corregí casi de inmediato intentando disimular el pequeño fallo, pero él sólo sonrió.
—A mí también me gusta mucho estar contigo, Alyosha —sonrió bajando su mano por mi cuello lentamente.
Mi corazón iba a explotar, siento que me voy a desmayar, Misha está tan cerca de mí, lo tengo justo...
—¡Au! —me quejé intentando pegar mi hombro a mi mejilla izquierda ahuyentando la mano de Misha por eso. Justamente me ardió de pronto donde tocó.
—¿Qué pasa? —y maldije cuando se separó.
—No, nada —llevé una mano a mi nuca intentando volverme a tocar la zona con el antebrazo para asegurarme de que no era nada, pero aún así, al sentir la manga de mi chaqueta me ardió de nuevo—. Me ardió de pronto, debo tener un corte o algo así...
Pero él no intentaba disminuir la carga en el ambiente como hacía yo.
—Déjame ver —se acercó de nuevo intentando revisar mi cuello—. Tienes una quemadura...
—No es nada —dije sin moverme mucho para no estorbarle.
Él seguía tan cerca, notaba su respiración en mi cuello, justo donde necesitaba algo frío para que se aminorara el ardor cada vez menor. Sus manos estaban en mi cabello... Me tuve que morder los labios para no estallar. En ese instante necesitaba estar pegado a él, abrazarlo sin razón...
—No se ve muy grave, tal vez debas ponerte un poco de-
Lo tomé por los brazos para pegarlo a mí, no me contuve y finalmente dejé un beso en sus labios. Al terminar sentí mi corazón latir con fuerza... pero ahora todo ese instinto y necesidad de tenerlo junto a mí se transformaron en pánico total.
Al separarnos vi su cara de impacto, miraba a otro punto. Mi mayor temor en ese instante era que él saliera corriendo.
—N-no sé qué fue lo qu- —fui incapaz de verlo a la cara, sólo vi de reojo cómo estaba aún en shock.
—¡Alyosha! —fue lo último que escuché antes de que él me tomara por la nuca para ahora él besarme con mucha más intensidad de lo que yo lo había hecho.
Lo necesitaba... Necesitaba estar cerca de él, y precisamente eso sentí cuando sus labios golpearon con los míos, cuando nuestras lenguas se rozaban, se intentaban aplastar las unas a las otras.
¿Esto es un beso? ¿Un beso puede ser tan salvaje? Si es que esto puede considerarse uno, Misha besa increíble. Él hace que me pueda calmar, hace que esa sensación de desesperada por tenerlo cerca se sacie casi por completo. El sentimiento que se queda es el suficiente como para hacerme quererlo tener junto a mí por siempre. Misha realmente me gusta.
—Te quiero... —dije estando algo enrojecido a causa de la falta de aire que nos hizo separarnos. Ambos comenzamos a reír un poco por lo agitados que estábamos, pero él al ser más fuerte, alto y pesado que yo, me fui hacia atrás cayendo en el césped y él se detuvo con las manos a los lados de mi cabeza aún riendo.
—Alyosha, te amo... —dijo bajando un poco, lo justo como para besarme en los labios de forma efímera— En serio te amo.
Estábamos tan felices en ese momento que olvidamos por completo el miedo de estar juntos así, como... ¿novios?
*** *** ***
Quisiera que ese fuera el único miedo que tenemos...
Íbamos juntos en el autobús, y justo cuando este arrancó, sujeté con fuerza su mano recibiendo su apretón de vuelta como señal de apoyo.
Íbamos de camino a Kiev después de pasar la mejor noche del mundo. Misha se quedó a dormir en mi casa, estuvimos leyendo, jugando algunos juegos de mesa y hablando hasta tarde. Finalmente, cuando ya nos íbamos a dormir, bajé de mi cama hasta su colchón para buscar un último beso antes de dormir.
Me quedé dormido abrazándolo y según me dijo, él me tuvo que cargar para dejarme en mi cama y volver a la suya para seguir sin sospecha alguna de que ya no es mi mejor amigo. Pero justo cuando cuando llegamos a la estación con los gemelos nos dijeron que hoy no habría autobuses disponibles.
Cada uno fuimos a nuestras casas esperando por la respuesta de nuestros padres sobre qué hacer.
—Los niveles de radiación son insatisfactorios. Se evacuará toda Pripyat durante tres días hasta que estos niveles vuelvan a la normalidad.
Y entonces sonó ese anuncio por toda la ciudad...
Y ahora sigue sonando por las calles, las calles por las que ayer paseamos sin miedo, ayer nada pasaba, nuestro miedo era que nuestros padres supieran que Misha y yo nos besamos, que somos novios, ayer era perfecto todo.
Ayer yo tenía una rozadura en el cuello por culpa de la correa de la mochila... ahora estamos casi seguros de lo que tengo en el cuello es una quemadura por radiación.
—Misha... —murmuré mirando por última vez la piscina en la que ayer estuvimos con Anatoli, Artyom y Sergey. Los gemelos están en otro autobús junto a sus padres mientras que Sergey ahora está en el hospital de Kiev con su hermana, ayer en la noche ambos se pusieron bastante mal, Sergey tenía la espalda quemada y parece que a ambos les diagnosticaron enfermedad por radiación y los mandaron a Kiev de inmediato.
En la mañana yo tenía a Anatoli ansioso por saber aquello tan importante que yo prometí contarle cuando tuviéramos algún momento a solas en Kiev, ahora sólo lo veía angustiado por Sergey.
Su madre se lo dijo a la de Anatoli cuando volvió a casa para tomar los documentos de sus hijos e irse con ellos. El hospital parece que ha estado a reventar por más diagnósticos así desde ayer, desde la madrugada del sábado... Todo eso pasó y nosotros no lo sabíamos, no sabemos qué está sucediendo, no sabíamos que hoy Sergey faltó a la reunión por estar ya en la capital, no sabíamos que hoy nuestro autobús a Kiev iba a ser forzado y junto a todos los habitantes de la ciudad, no sólo nosotros.
—¿Qué vamos a hacer? —hablé en el momento en que mi voz se quebró y las lágrimas se me escurrieron por la cara.
Él igual estaba confundido y asustado pero mantenía mucho mejor la entereza.
—Que te vamos a llevar al hospital, se encargarán de esa quemadura... Y nos iremos a Moscú todos juntos. Te prometo que en una semana estaremos en la Plaza Roja y estaremos bien, ¿sí?
*** *** ***
Nada más llegar a Kiev nos establecieron unos departamentos, pasaron los tres días y no pudimos volver.
Pero al cuarto día, justo cuando mi quemadura lucía mejor gracias al tratamiento que me dieron en la clínica, me desmayé en el departamento después de vomitar sangre. El señor Shevchenko nos mandó a Moscú ese mismo día contactando con un conocido suyo. Misha vino con nosotros y ahora mismo vivimos con la familia Shevchenko, con unos familiares que viven aquí en Rusia desde hace tiempo.
Y a día de hoy no lo sabemos, no sabemos si mi enfermedad por radiación ya estuvo en su máximo apogeo hace un tres semanas, cuando mi anemia empeoró por los sangrados frecuentes y tuve úlceras en la garganta. Pero esperamos que sí, que eso haya sido lo más grave porque definitivamente no podría aguantar algo peor en estas condiciones.
Ahora vivimos en Moscú, Misha vive con nosotros. Salí del hospital hace tres días con la felicitación de haber sido bastante afortunado por haber mejorado considerablemente en tan poco tiempo habiendo pasado dos días expuesto a la radiación en Pripyat sumado a mi anemia sin haber desarrollado ningún cáncer a día de hoy.
El accidente en la planta sucedió hace un mes, parece tan cercano a la vez que no. Hace un mes no teníamos idea de que esto pasaría, de que nuestra vida cambiaría tan drásticamente de la noche a la mañana.
Los peores momentos en el hospital fueron hace tres semanas, cuando cada minuto que pasaba yo podía ver a mis padres rezando porque no me pasara nada, porque me quedara con ellos. Cuando respirar era una agonía que no me podía permitir detener, cuando mi piel me ardía como si tuviera fuego prendido a esta, cuando otras de las personas de la habitación eran llevadas a cuartos más preparados o los atendían más cuidadosamente provocándome el miedo de ser el siguiente al que se llevaran a cuidados intensivos o a un cuarto de aislamiento por la cantidad de radiación.
Sergey y su hermana fallecieron hace dos semanas en Kiev, al parecer la médula de ambos quedó muy dañada y murieron por una hemorragia interna, el único consuelo con el que hablaba su madre completamente destrozada era que los últimos días habían sufrido tanto que haber sido declarados muertos mientras dormían era por lo mínimo que rogaba a Dios, porque de alguna manera ya dejaran de sufrir.
Anatoli despertó del coma hace tres días, a los dos días de llegar a Moscú él también se desmayó en su casa, según su hermano, después de vomitar le empezó a sangrar la nariz y poco después tuvo convulsiones, entró en el hospital tan sólo horas más tarde que yo, y aunque parecía irse mejorando, entró en coma hace poco más de dos semanas, sabiendo que yo ya estaba superando mi peor pico de la enfermedad, e ignorando completamente que Sergey moriría pocos días después de que él quedara inconsciente.
Su familia no puede estar más agradecida porque haya despertado y parezca empezar a recuperarse realmente, pero me duele profundamente pensar en que después de haber sobrevivido a una muerte casi segura por las condiciones, tendrá que recibir la noticia de que Sergey ya no está con nosotros.
Mis padres, Tanya, Misha y su familia están bien, siguen su tratamiento de yodo pero no han presentado absolutamente ningún síntoma y ya es casi seguro que no lo harán. Tuvimos la suerte de que sólo fui yo el afectado y de que no llegué a tanta gravead como Anatoli o Sergey.
Tuve agujas en el cuerpo entero, transfusiones, medicinas de todas partes de la Unión Soviética y de fuera, me pusieron tubos en la garganta por horas y días para que respirara a pesar de los daños en mi garganta.
Y ahora estoy aquí, envuelto en un abrigo y dos capas más de ropa, con mis manos protegidas gracias a los guantes y los hombros por el brazo de Misha.
—Te lo prometí, ¿cierto, Alyosha? —preguntó mirándome observar asombrado la belleza de la Plaza Roja.
—Sí —asentí sin apartar la mirada de la magia de la luz iluminando los monumentos.
—Alyosha, ya estamos en Moscú... Ya estamos aquí, sé que puedes. Duele, pero intenta aguantar, ¿sí? Sigue respirando, yo sé que puedes... Ya estamos aquí, ya estamos aquí... La Plaza Roja está allá afuera, vamos a ir pronto —recuerdo perfectamente cómo me dijo eso roto en llanto como jamás lo había visto una hora antes de que me intubaran por el sufrimiento indescriptible de respirar teniendo la garganta quemada y sangrando—. Va a ser diferente a las noches en Pripyat, ¿no quieres conocerlas?
—Y aquí estamos... —dijo tomándome la mano con discreción.
—Una noche en Moscú, nunca lo imaginamos.
26 de abril de 1986, sucede el peor accidente nuclear de la historia en Pripyat, Ucrania. Mejor conocido como el accidente de Chernobyl.
*** *** ***
Bueno finalmente aquí está la remodelación de este one-shot, quise actualizarlo precisamente hoy, 26 de abril de 2021 al encontrarnos en el 35º aniversario de este suceso así que quise hacerlo como un pequeño homenaje o recordatorio además de ser la fecha más adecuada.
Cambiaron un poquitito algunas cosas, aparecieron personajes nuevos, hubo un ligero cambio en ese final haciéndolo bastante más dramático... Pero espero que aún así les haya gustado <3
Llevó su tiempo de investigación, formar bien la cronología y demás, pero realmente lo disfruté mucho, además de que amodoro escribir coas sobre esta pareja de OCs a quienes les tengo mucho cariño <3
Originalmente era un one-shot del reto de los songfics pero ya lo trasladé aquí finalmente UwU De ahí que esté basado en una canción tan random y que el ritmo no sea el más armonioso con la trama pero la letra sí que tiene algo más de similitud ^^'
Muchas gracias por leer, ¡nos vemos pronto!
Atsushi~
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