Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo.


El quiso proteger su amor,  aquel  que le fue arrebatado por el egoísmo humano y por el cielo. Por los dioses y el infierno mismo.

El quiso proteger las palabras y su voluntad.

Pero la noche era fría y desoladora, no había estrellas ni nubes. Solo la luna  llena reluciendo en lo alto de un firmamento vacío. Y el rojo carmesí manchando el campo como la alfombra bajo sus pies.

Ni si quiera el canto de los seres mágicos del bosque se hacían presentes,  mientras  apretaba el cuerpo inerte a su pecho en un vano intento de mantener el calor que se escapaba rápidamente, ambos llenos de sangre, pero solo uno con vida. Resistiendo los sollozos tomó su mano, más pequeña y suave, tornándose cada vez más pálida, y la beso con delicadeza.

Piel blanca como la más fina porcelana, cabello dividido por la nieve y el fuego. La tormenta y el cielo gobernando en su mirada, siempre le pareció algo tan enigmático y hermoso... No podrá verlos más. Él le había entregado su vida inmortal y su corazón,  y aun así fue incapaz de corresponderle.

El lugar tenía un fantasmagórico parecido al campo de batalla, con ellos en el centro y la sangre manando sin control del pecho de su amor. 

Y de repente la oscuridad todo por completo.

La tranquilidad era la única expresión en su noble rostro, no había dolor, no había lagrimas,  era como si solo durmiera en sus brazos. Parecía que en cualquier momento  abriría sus profundos ojos verdes y le regalaría una sonrisa tan  brillante como el sol, aquella de las que él alguna vez pudo ser testigo.

Le costaba respirar, el nudo que tenía en su garganta quemaba y quería gritar, que decir de su corazón...

Pegó su frente a la suya, besó sus parpados y susurró en el lenguaje antiguo de los suyos, arrullándole por última vez. 

Sentía  el fuego correr furioso por sus venas,  la llamarada lista para ser expulsada quemando sus pulmones.  Estaba perdiendo el control.

"Me lo tienes que prometer"

Lo prometía, aun si no estaba de acuerdo,  incluso si debía acabar con todo el maldito mundo. Lo haría. Lo encontraría.

Y entonces, se permitió llorar, y aunque las lagrimas descendían, el dolor que le desgarraba el alma nunca sanaría.

Pero llegaría hasta el fin del mundo, con tal  de cumplir su promesa.

☯☯☯☯☯☯☯☯☯

Izuku no terminaba de comprender como es que terminó en medio de toda esta situación.

Observa con terror como la puerta tiembla, es sutil y para casi de inmediato.

Ambos alzan la cabeza para escuchar, bueno, sería más acertado decir que su acompañante lo jala de un lado a otro como muñeco.

Detalles.

Abre todavía más los ojos cuando oye el estruendo lejano, y siente las piernas de gelatina, aquel sonido podía asemejarse al de un animal salvaje que destruye y arrasa con todo lo que encuentra a su paso. 

—¿Qu-que fue eso? —Pregunta Izuku con el pánico amenazando con paralizar su corazón.

— Shh —Fue la única respuesta de su peculiar acompañante,  posando su dedo indice sobre sus delgados  labios.

Izuku  observó al chico peculiar por varios segundos, olvidándose momentáneamente de la amenaza que se encontraba a fuera y juraba con exterminar la existencia de ambos. Aunque peculiar no  terminaba de definir su extraña apariencia, comenzando por las llamativas orejas puntiagudas  que sobresalían de su largo cabello dividido en 2 colores,  o sus ojos heterocromaticos, ni tampoco su atuendo de monje, mucho menos  las poderosas llamas rojas que cubrían su cuerpo, de no ser porque lo había mantenido pegado a él todo este tiempo juraría que era fuego.

Se oye un chirrido que lo hace volver a la realidad, él chico peculiar, tan alto e intimidante vuelve a levantar la cabeza, apenas un poco, cuando la puerta  vuelve a temblar, esta vez con tal fuerza que amenaza con venirse abajo.

Izuku suelta un chillido parecido al de las ratas y el chico peculiar no tiene más remedio que callarlo tapando su boca con su mano, de no ser porque sus vidas estaban en riesgo Izuku se hubiera lamentado por mostrarse tan patético ante un chico tan guapo, pero se limita a no mover el rostro y se concentra en observar las largas uñas que rozan sus mejillas, parecen filosas.

De repente lo oye habla,  su mano todavía cubriéndole la boca, su  voz es suave y aterciopelada.

— Escucha, saldremos por esa ventana — señala el ventanal que se encuentra a su izquierda, junto a los cuadros viejos y los estantes —te dejaré en la entrada del bosque, regresarás a tu casa  y olvidarás todo lo que has visto y oído en este día ¿me has entendido?

Izuku siente como su cuerpo comienza a  congelarse ante la intensa mirada que le dedica que el chico, asciende desde sus pies, entumece sus brazos. El chico lo mira fijamente su expresión estoica no quita la amenaza clara que le dedican sus ojos. 

Con  dificultad Izuku asiente, era más un instinto reflejo que por voluntad propia.

El chico lo ayuda a levantarse, el calor que transmite es excesivo como si tuviera fiebre, pero Izuku no hizo comentarios al respecto, lo siguió con cautela hasta el ventanal, evitando tropezarse con el mobiliario ya estropeado y hacer algún ruido que delatara su ubicación, se detiene detrás de su acompañante  quien observa a  través del cristal  empañado de moho y polvo.

De alguna manera siente que incluso observar su escultural espalda es un delito.

Se gira hacia él y los largos cabellos bicolores se mecen ligeramente a sus costados, parecía un personaje sacado de un cuento de fantasía, con aquella apariencia suya siendo iluminada por los rayos del sol.

El héroe de la historia  llegando a salvar el día con elegancia y genialidad.

Solo que esta era la vida real y que aquello estuviera sucediendo de verdad era surreal.

—¿Me estás escuchando? 

Izuku alzó la mirada hacia aquellos ojos heterocromaticos una vez  más, la expresión marmórea del chico no cambiaba pero juraría que estaba muy irritado en ese momento. 

—Amm... ¿Sí? 

El joven alzó una ceja inquisitiva, no le creía en absoluto  y quiso arrojarse de una buena vez por aquella ventana y terminar con aquello. Esto era demasiado para él, ¿como un joven de 15 años venía a meterse en este tipo de líos sin sentido?

El joven suspira exasperado mientras frunce el ceño. Parece que va a repetir aquello a lo que Izuku no puso atención.

Las palabras quedan en el aire  cuando la sangre salpica su cara, vestimenta, el suelo y las paredes; fragmentos de cristal vuelan y algunos hacen cortes en su cara. Izuku abre los ojos con terror al ver como la hoja de metal se asoma atravesando la piel del chico peculiar. Puede ver en cámara lenta cuando se desliza en reversa y vuelve a hundirse en la carne haciendo más salpicadero de aquel liquido espeso.  

Quiere gritar del horror que están presenciando sus ojos, sin embargo le fue imposible ante el empuje - ¿o golpe?-  con una  fuerza sobrehumana que lo hace salir volando hacia el otro extremo de la habitación. Siente como su cuerpo impacta contra algo solido- juraría que escuchó sus huesos crujir ante el impacto- y al segundo cae contra algo fibroso.

La oscuridad amenaza con nublarle la vista y hacerlo caer en la inconsciencia.

¿Como es que había terminado así?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro