El romance de Kyoko.
Sus labios estaban en contacto y estos no parecían querer ser separados, una fuerte corriente eléctrica recorría el cuerpo de ambos impulsandolos a dar un beso más jugoso, con más actitud. Con un simple movimiento de su lengua Tsuna la enterró dentro de la boca de la chica, moviéndose bruscamente sobre la lengua de ella y con un fuerte gemido es como ella logro responder.
Sus cuerpos se mantenían juntos como si quisieran fundirse para estar eternamente como uno, pero las limitaciones humanas fueron un enemigo en esta ocasión. Ambos se soltaron del beso con sus alientos cubriendo el rostro del otro, con sus miradas entrelazadas por la magnífica que ahora a ellos cubría.
–E-esto, ¿estuvo bien?
Por su gran inseguridad tuvo que preguntar el chico, ante tal palabrería la chica solo lo miro seriamente y con rapidez volvió a besar sus rojos labios.
–Claro que si, es lo que he esperado por mucho tiempo.
Ambos sonrieron de manera tímida y un tanto infantil, pero eso es lo que suele pasar cuando uno está enamorado, o por lo menos eso es lo que dicen.
Ninguno de los dos se había separado aún, incluso después de que el tiempo comenzará a consumirse, sus labios comenzaban a cansarse y a hincharse por toda la acción que estaban recibiendo en estos momentos, pero pronto lo simple terminaría para que ambos pasarán al siguiente nivel, todo comenzó por un simple movimiento de Tsuna, una acción involuntaria que ningún hombre podía controlar.
–¿Qu-qué es lo que toca mi estómago? –preguntaba ella entre suspiros.
–¿¡D-de que hablas!?
Tsuna al estar nervioso parecía haber recuperado casi toda su energía para soltar aquel extraño ruido. Kyoko al ver el nerviosismo del chico pudo deducir de lo que se trataba.
–Ve-veo que estás listo para algo más.
–¡N-no es eso! E-es solo que, es una reacción, si, una simple reacción involuntaria.
–¿Y cuando sucede está reacción?
Buscando molestarlo pregunto Kyoko de una manera coqueta, al instante el rostro de Tsuna se coloreo como el atardecer y apartó.su mirada.
–Cu-cuando me siento bien.
Ante la respuesta Kyoko beso al chico tiernamente.
–Gracias por ser honesto conmigo.
Ambos se miraron con aquellas miradas tiernas e infantiles acompañadas con una sonrisa del mismo estilo, esto fue lo que sucedió justo ante de que ambos pensaran en moverse a un lugar más cómodo.
Ambos se encontraban en un momento dulce y tierno donde el resto del mundo no parecía seguir existiendo, con impulsos románticos y eróticos cubriendo los cuerpos y mentes de ambos. Sus cuerpos ardientes se encontraban debajo de un solo techo y rodeado de paredes que mantendrían en secreto este momento tan íntimo.
–Tsuna... No, creo que es más adecuado que te diga Tsu-kun.
–Ky-Kyoko-chan.
Ambos continuaron diciendo sus nombres una y otra vez, dejando que la emoción se encendiera poco a poco.
Las manos de Tsuna se movieron por el cuerpo de Kyoko, explorando las partes más ocultas del cuerpo de la chica con sus dedos. Ella no podía evitar estremecerse ante un tacto tan suave y sutil. Tan pronto como esto comenzó las partes íntimas de Kyoko ya habían sido tocadas con sensibilidad y obligaron a esta a sentirse emocionada por lo que se acercaba.
–Tsu-kun, cre-creo que estoy lista.
La ropa, esa cosa tan molesta sobraba y fue desechada desde hace un buen rato, las cobijas y sus pieles eran sus únicos abrigos que los mantuvieron calientes, pero la temperatura continuaba subiendo mientras el cuerpo de ambos se unían.
–Haa~, haa haa, Tsu-kun, si, Tsu-kun.
Los únicos sonidos en la habitación eran contados, solo el rechinar de una cama junto a los suaves y eróticos gemidos de la chica.
Tsuna movía sus caderas al ritmo de la respiración de la chica que lo recivia en estos momentos. Sus cuerpos no parecían despegarse del enorme calor que estos difundían, como si el cuarto fuera su pequeño universo propio y nadie tenía permitido acercarse.
Este momento, era romántico para ambos y las palabras para definir lo que hacían no estaban permitidas ser oídas por los oídos de cualquiera. Solo podía decirse, sus sexos se combinaban para crear un aroma erótico, un sonido de lo más extraño, pero extravagante al mismo tiempo.
–Kyoko, Kyoko, siento que...
–Ha-hazlo adentro, necesito que lo hagas adentro.
Gritaba desesperada por ser llenada del amor que el chico pronto le proporcionaría, no fueron más que cuestión de segundos para que su acto erótico y de romance terminará, dejando a ambos exhaustos y sin energías para continuar.
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Después de haber descansado por un rato, ambos chicos bajaron a la sala para ver televisión, más específico, las tele novelas de México, aquellas tan extrañas que todos gustan de ellas. Tsuna tenía a Kyoko entre sus brazos mientras ella se mantenía recargada sobre su pecho, usando las mismas prendas liberadora de antes, provocando que el chico fuera capaz de ver el pecho desnudo de la chica, haciendo que se pusiera nervioso incluso después de haber visto todo de ella… aunque, realmente no conocía por completo el cuerpo de la chica.
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