
4. Tortuguita.
Capítulo 4.
Kylie:
Él no puede estar aquí, es imposible.
Esto es mentira, de un momento a otro el ser de ojos blancos me tenía acorralada a la pared, una de sus manos estaba fuertemente apretando mi cuello, cortando gran parte de mi respiración.
¡Que estupida! Mis habilidades.
Me logró escapar de su agarre haciendo que el caiga lejos, logró correr hasta la puerta de mi habitación y correr carrera abajo. Los pasos del ser de ojos blancos resonaban detrás de mi, sentía su mirada, entonces sentí el peso de su cuerpo cayendo sobre el mio. Logro volver a moverlo con mi fuerza.
Aparentemente no recuerda lo poderosa que soy. Con solo pensarlo el ser Él empieza a retorcerse en el suelo.
— Para, Kylie. — dice el ser de ojos blancos en agonía.
— No hasta que me digas que haces aquí, Jael. — digo mientras trato de colocar mis manos en las barandas de la la escalera.
— ¿Quién dice que estoy aquí? — dice esa sonrisa siniestra adorna su rostro.
— ¿Que? — digo con gran confusión y en un parpadeo estoy de nuevo a en mi habitación acompañada simplemente de un espeso silencio.
Mi cuerpo sudaba frio, mi corazón latía de una manera feroz y mi respiración era dificultosa, se sintió tan real.
Él si esta cerca, no se donde.
Pero él está aquí.
_____________
— ¡Chase! ¡Ya! ¡Para! — grita Chloë retorciéndose en mi sillón mientras Chase está a encima de ella haciéndole cosquillas.
— ¡No! ¡Me quitaste mi helado! — le dice y sigue haciéndolo.
— ¡Chase! ¡Me vas a matar! ¡K! ¡ayuda! — suelto una pequeña risa y con un pequeño movimiento de mi mano, hago que Chase quede en el otro sillón.
— ¡Ey! ¡eso no es justo! — reprocha como niño pequeño.
— Mi mejor amiga es la mejor. — Habla Chloë sacándole la lengua a Chase y este gira sus ojos.
— Lo hice porque gritaban mucho. — corrijo.
— Digamos que lo hizo para salvarme. — responde mi mejor amiga abrazando mis hombros.
— ¿Que quieren hacer? — pregunta Chase mientras se sienta en el suelo.
Hay sillones, ¿Porque no se sienta allí?
— Morirme. — respondo.
Chloë me mira seriamente.
— K... — reprende.
— ¿Qué? Es verdad. — me encojo de hombros y me siento en mi sofá.
Chase me llama y al ver su rostro mi actitud cambia por completo.
Odio esa jodida mirada.
Lastima.
Lastima era lo que se veía en su rostro, Una imbecil mirada de lastima, ¿No tenían otra expresión al mirarme?
— Quita esa cara Chase. — le digo y en mi tono se nota mi enojo.
— ¿Que cara? — pregunta.
— Esa cara de que me tienes una ridícula lastima. — respondo.
— No es lástima, es preocupación Kylie. — Habla sentándose a mi lado. Y suena el irritante sonido el timbre.
Mañana quito ese estupido timbre. Me tiene harta.
— ¿Quien demonios es? — pregunto.
Nadie viene a mi casa, no tengo nadie más que venga a visitarme, Aparte son casi las 9 de la noche. Al abrir la puerta por un momento mantengo el aire conmigo.
— Hola Tortuga. — Saluda Dylan con una sonrisa como adorno en su estupida perfecta cara.
— ¿Que haces aquí Dylan? — pregunto y él pasa por mi lado y entra a mi casa como si fuese la suya.
— Quería traerte esto referente al trabaj— Oh... hiciste fiesta y no me invitaste, me duele tu indiferencia a mi presencia. Hola Chase, Hola Clara. — Saluda a mis amigos.
— Soy Chloë. — corrige la Castaña con su ceño fruncido.
— Disculpa, Hola Chloë. — aclara Dylan.
— Collins, ¿quisieras salir de mi casa? — pido señalando la puerta de mi casa dirigiéndome a Dylan.
— Ya que me lo preguntas, No, no quiero salir de tu casa, pero gracias por preguntar. — dice y sonríe.
Él sinceramente agota mi paciencia.
— Eres un maleducado. — digo ya harta.
— Y tu una aguafiestas.
— Eres irritante.
— Y tu muy tierna.
— Tu me cansas.
— Y tu me diviertes. — responde y sonríe de nuevo.
Vuelvo a hacerme esa pregunta ¿Solo sabe sonreír o qué?
— Voy a la cocina. — informó.
— Te acompaño. — avisa la castaña siguiendome hasta la cocina.
Entro a la cocina y me dirijo a buscar un vaso.
Chloë sigue cada uno de mis movimientos y habla:
— ¿Que hace Dylan Collins en tu casa?
Miro por fuera del marco de mi cocina y divisó a Dylan y a Chase.
— Sentarse en mi sofá junto con Chase. — le informo.
Ella me mira seria y suspira.
— Hablo enserio, ¿Desde cuándo son amigos?
— No te confundas Chloë. Dylan y yo, no somos amigos.
Su ceño se frunce ante mí aclaración y se cruza de brazos.
— Es que muy raro no nos dejas venir a tu casa a mi y a Chase pero a Dylan de un día a otro esta aquí.
— Solo se que hacemos un trabajo juntos y luego de eso no más Dylan en mi vida. — digo regalándole una sonrisa de boca cerrada.
— Pero es lindo, ¿o me equivoco? — me mira con mucha diversión en su rostro y sube y baja sus cejas repetidamente— ¿Que? —. pregunta ante mi mirada.
— ¿Porqué lo preguntas?
— No se, pero, yo debería hacer otra pregunta más importante, ¿Que es eso de Tortuga? — vuelve a repetir el gesto con sus cejas.
— No lo sé, algo estupido de el. — respondo prestándole importancia.
Chloë ríe.
— Es lindo.
— Si, muy lindo que te digan tortuga. — hablo sarcástica. — nos están bonito si lo piensas bien.
— Es lindo.
Hago una mueca.
— De seguro Dylan se lo dice a todas. — giro mis ojos levemente.
— ¿Que le digo a todas? — Dylan se posa en el marco de mi cocina y nos mira con mucha diversión.
— Nada, que te importe. — Paso a lado de el golpeando su hombro apropósito.
Ya sentada en mi sala junto con otras personas no me sentía tan sola, pero era raro.
Dos golpes en la puerta interrumpen mis pensamientos. Las miradas de los 3 presentes se posan en mi.
Genial, ¿Se le ha dado a todo el mundo ganas de venir a verme?
Eso es nuevo.
Respiro hondo y exhalo profundamnete y luego me dirijo a la puerta.
Dejo salir un gemido adolorido cuando salgo disparada a un extremo de las escaleras. Escucho a Chloë gritar mi nombre, Mi brazo dolía bastante al igual que mi cabeza.
Chloë y Chase.
Trato de levantarme aún con el brazo adolorido, creo que me lo fracture. Me dirijo a la sala y Chloë tenía gotas de sangre cayendo desde su nariz, Chase tenía un pequeño rasguño en la ceja y Dylan sostenía su brazo con cierto dolor. Mi sangre hervía a ver a mis dos mejores amigos lastimados.
Eran Ellos.
Venían a buscarme.
Eso me enfurecia más, ellos no tenían nada que ver en esto, como para ser lastimados.
Uno de los hombres de negro que entro a mi casa, sin permiso alguno, empezó a merodear la casa.
El hombre me mira y sonríe.
— Agarrala y a esos tres también.
Chase trata de esquivar a los hombres que se le acercan.
— Ey, ey, ey.
— Silencio — ordena "el Jefe" dirige su mirada a mi y una sonrisa retorcida se forma en sus asquerosos labios —. A Ella llévala a arriba, necesito hacerle unas preguntas.
Un hombre muy grande asiente y se acerca.
— Sueltame. — ordeno bruscamente.
El Supuesto Jefe rie.
— Calladita Kylie o debo decir– lo interrumpo antes de que pueda terminar.
— Callate.
Dylan me mira confundido.
— ¿Lo conoces?
El Jefe gira sus ojos y lo mira.
— No es de tu incumbencia Niño bonito — lo mira unos segundos confundido— me pareces muy familiar. — Dylan lo mira extraño y yo trato de usar mis poderes levemente pero la mano de aquel hombre se posa sobre la mía y con una voz bastante carrasposa y escalofriante se acerca y susurra. — No intentes usar tus poderes chiquita, no te servirán de nada. — sonríe. — Subela. — Ordena y un hombre me carga hasta llegar al piso de arriba, Me sienta en una silla y me amarra.
— Sueltame Idiota. — Digo al borde de estallar.
El hombre posa su mano en mi mejilla y la traza la figura de mi cara.
Que asco.
— Te ves hermosa, hasta que abres esa boquita. — Pasa una de sus manos por mis caderas.
— Cerdo Asqueroso. — escupo, eso enfurece al hombre y jala mi cabello, haciendo que gima de dolor.
La voz del -que creo- Jefe hace que el hombre se tense y salga, cabeza abajo.
— Fuera, Agente.
Miro al Ser humano frente a mi y no se me hace conocido. Ojos oscuros, cabello castaño con unas cuantas canas, haciendo notar que es bastante mayor, algunas que otras arrugas en su cara, pero todo su cuerpo grita "¡Estuve en el gimnasio por horas y puedo tener 60 años pero mi cuerpo no se verá así!"
— ¿Que mierda se supone que vienes a hacerme? Creo que ni te conozco.
"El Jefe" expulsa una carcajada, expresando mucha diversión.
— Por ahora no te haré nada, quiero saber cosas. No me conoces pero yo a ti sí y mucho. — Giro mis ojos y exhalo. —No hagas esas caritas.
Mis puños se forman a mis costados.
— Callate.
El hombre castaño camina hasta quedar detrás de mi y habla:
— ¿Donde estás los otros?
Se perfectamente de quienes habla.
— ¿Que otros? — miento.
— Tu muy bien sabes de quienes hablo, no te hagas. — Reprime.
Bajo mi cabeza y tomo aire.
— ¿Enserio, me ves tan estupida como para decirte dónde se encuentran?
El agarra mi cabello fuertemente y sube mi cabeza hasta que mi oído llegue a su boca.
— Los capturaremos antes de que se unan, sabes perfectamente lo peligrosos que son juntos y también sabes que ciertos Dolores los comparten, así que, si no quieres dañarlos, no te hagas la lista conmigo. — Suelta mi cabello con la misma agresividad y suspiro.
Trato de ignorar lo anterior y pregunto.
— ¿Que sabes de ellos?
Él pasa una de sus manos por su cara y empieza.
— Sabemos que solos nos quedan 5 por buscar, Dos de ellos no sabemos donde se ubican, hemos tenido reportes falsos de donde están, pero no son ellos. El tercero nunca se queda fijo y no entendemos su patrón, esta aquí, luego allá, es confuso. El cuarto, fue el último que salió de Liense's, no sabemos bien sus datos, ya que al parecer llegó un poco más grande y duro poco, pero pronto sabremos quién es y el 5 es alguien es igual al 3, no sabemos donde está.
Oh... no creí que lo diría.
— Vaya... son muy inteligentes ustedes.— digo sarcástica.
— ¿Quienes son los tres sujetos de abajo? — Pregunta, refiriéndose a Chase, Chloë y Dylan.
— Personas. — Respondo.
— No juegues conmigo Kylie. — advierte —. No te gustará hacerlo.
— No lo hago. — digo encogiéndome de hombros—. Preguntaste algo y respondí.
El Jefe" respira y exhala, se nota que su paciencia se acaba rápido.
— ¿Donde está "La Roca"? — pregunta, dejándome totalmente desconcertada.
Lo miro extraño.
— ¿La que?
El hombre tira la silla haciendo que caiga con ella. Se acerca y la medio levanta para hablarme.
— ¡Ya deja de hacerte la estupida! — habla con mucha rabia en su tono. — ¡¿Donde Esta?!
— ¡No se de que hablas! — Respondo del mismo tono.
— ¿Porque debería creerte? — pregunta un poco ma calmado.
— ¡No se de que mierdas hablas!
En eso la luz empieza a parpadear y se apagan haciendo explotar uno de los bombillos. El hombre me mira extraño, preguntando:
— ¿Que hiciste?
Antes de poder responder, habla esa Voz.
¿El también está aquí?
— Ella nada.
Sus ojos blancos se iluminan en una de las esquinas de la habitación. El hombre que me interrogaba se tensa pero pregunta:
— ¿Y tu quién eres?
El de ojos blancos ríe.
— Alguien que si no te largas ya mismo con tu tropa de imbeciles, quedaran con rostros desfigurados. — El ser de ojos blancos rasguña uno de los brazos del "Jefe" haciendo que brote sangre y este suelte un jadeo. — Quedas advertido.
El hombre camina escaleras abajo y luego se no se escuche nada.
El ojos blancos me mira.
— Jael... — y antes de seguir, sonríe y así como apareció, desaparece.
— ¿Que acaba de pasar...?
— ¡Kylie! — escucho los pasos apresurados de Chloë. — ¡Oh por Dios! Tenia miedo de que te hicieran algo, que te llevaran, que te– interrumpo.
— Tranquila, no paso nada. — digo, mientras ella me envuelve en sus brazos.
Ella deja escapar un pequeño sollozo y me parte verla así.
— Pudieron hacer tantas cosas...
— Tu estas bien, es lo bueno y, ¿Chase? ¿Dylan? — pregunto y alguien más responde.
— Aquí está por quien llorabas Tortuguita. — giro mis ojos y asiento.
Un pequeño alivio de que este bien crece en mi pecho.
Bajamos u hablo:
— Creo que es mejor que se vayan, descansen y–
Chloë me mira seria.
— No Kylie, ¿Y si vuelven? No podríamos hacer eso.
Dylan nos mira y habla:
— Mmm, la verdad que si, si se quiere quedar acá, que se quedé. Dejenla pensar o lo que sea que necesite.
— Pero–
Chase intenta decir algo pero Dylan lo interrumpe.
— Muevanse.
— Kyl– al igual que con Chloë, sacándolos de mi casa.
Antes de el salir, me mira, sonríe y habla:
— Cierra todo y ten cuidado, y... y todas esas estupideces, cuídate Tortuga. — guiña uno de sus ojos y yo me quedo allí mirando a ma puerta por donde acaba de salir.
Subo rápido a mi habitación y miro aquella foto.
— Necesito buscarlos, necesito ir por ellos.
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