||Narra Sebastián||

Tomoe parecía querer hablar de algo más, pero antes de que fuera a decirlo unas cuantas personas con los rostros bañados en lágrimas entraron corriendo pasando sobre él cual estampida y casi se abalanzaban sobre mi esposo que tenía a nuestro hijo ya dormido en brazos.

Shhh... No hagan escándalo por favor, Usami acaba de quedarse dormido-. Fue lo que dije en voz baja mientras sujetaba a todos esos revoltosos antes de que le cayeran encima a Ciel y Usami.- ¿Pueden mantener la compostura? Si no lo hacen tendré que pedirles que se retiren y no vengan hasta que se hayan tranquilizado.

Quienes habían llegado eran la señorita Elizabeth, el principe Soma, el señor Agni y la señorita Sullivan.

Los deje en el suelo sin mucho tacto y ellos tan pronto como les fue posible se pusieron de pie y se acercaron a la cama para poder verles.

Shieru, pensé que nuevamente había perdido a mis familiares c-cuando llegué a la mansión... m-me alegro tanto que no f-fuese así...-. La señorita Elizabeth se veía realmente afectada, estaba llorando mucho así que le dí un pañuelo.- Gracias Sebastián... A-así que él es Usami, es realmente una ternura, se parece mucho a ti Shieru.

Es cierto, realmente es como tu Ciel, es bueno que no sucediese nada lamentable... y disculpanos por no haber ido antes a visitarlos, podríamos haberte protegido, perdonanos a Agni y a mí, por favor-. Mi amado negó y les aclaró que era mejor que no estuvieran allí pues le hubiese afectado que más personas fueran heridas por él.

Aún así nosotros hubiéramos querido estar ahí para evitar que pasara eso que le hicieron... Tomoe-dono nos contó lo que le paso... Que horrible, no concibo la idea de que alguien que dice ser un ser creado por un dios haga algo así de abominable contra una vida que ni siquiera ha hecho algún mal-. Me daba cierto sentimiento de confort saber que el señor Agni pensara de esa forma respecto a mi hijo, no entendía bien el porque pero no importaba.

Salvajes... Si quiera tenga un poco de respeto a un semi-dios-. Mi discípulo se sentó en el suelo mientras miraba con molestia a los que le pasaron encima, hasta que vi que algo pareció alterarle, revisó entre sus ropas y suspiró aliviado cuando saco un huevo extraño intacto.- Menos mal que no se rompió, de haber sido el caso me hubiese suicidado...

Lo sentimos mucho Tomoe-dono, permítame ayudarle-. El señor Agni se acerco a Tomoe para ayudarle a levantarse mientras los otros se disculpaban por pasarle encima.

Tomoe-san ¿Que es ese huevo? Luce distinto a los normales...-. Agradecía que Finny preguntara aquello, aunque yo también iba a hacerlo, era la primera vez que veía uno de esos en mi larga vida.

Todos allí esperaban escuchar la respuesta de mi discípulo pues el estaba sonriendo satisfecho y parecía sentirse orgulloso de dicho huevo, haciéndolo quedar algo tonto a mi parecer pero suponía que debía haber una razón para ese comportamiento extraño.

Esto mis queridos humanos, shinigamis y demonios, es conocido como un huevo shikigami, este es mi regalo para Usami por ser hoy el día en que nació-. La forma en que dijo aquello parecía que quería lucirse mientras mostraba aquel huevo que tan solo lucía distinto por los detalles en el cascarón, se acerco a la cama y lo dejo en las manos de mi hijo dormido.- Se que se estarán preguntando "¿Y eso qué es?" Pues bien, a partir de hoy hasta dentro de una semana, ese pequeño huevo se alimentara de la energía espiritual de Usami, cuando la semana se cumpla de ahí nacerá un espíritu que será el eterno guardián-familiar de él, algo así como un sirviente pero sin marca de contrato de por medio, este será capaz de protegerlo porque tendrá los poderes para hacerlo... Esto en si es como una medida de protección para que él este seguro en el futuro.

¿Es completamente seguro esto, nada malo le ocurrirá a mi bebé mientras eso le este consumiendo la energía espiritual?-. Ciel se me había adelantado con aquella pregunta, realmente confiaba en Tomoe pero eso no evitaba que me preocupara por el bienestar de mi hijo.

Es completamente seguro, una vez nazca este tendrá la forma de alguna criatura que se con su hijo, pero parecerá "inútil" hasta que obtenga un nombre, dicho nombre solo puede ponérselo Usami pues es él su dueño-. Nadie decía nada al respecto, en si porque no había algo que decir, pero todos parecían intrigados por dicho futuro espíritu que protegería a mi hijo.- Ahora, debo retirarme, tengo asuntos que atender en mi hogar, pero vendré cuando el shikigami haya nacido, solo les daré una última ayuda antes de despedirme, cuidense mucho, nos veremos pronto... Oh, por cierto sensei, el perro al que llaman Pluto esta en el invernadero durmiendo, despertara hasta mañana, no se que piensen hacer con él pero ahora ya no tiene un collar que lo doblegue...

Antes de siquiera yo poder cruzar un par de palabras con él respecto a lo que me había dicho, unas hojas comenzaron a crear un torbellino a nuestro alrededor impidiendo que viéramos mas allá de los otros que estaban.

Cuando las hojas desaparecieron nos encontrábamos en la habitación que compartía con mi esposo en la otra mansión, aquella que se suponía había sido consumida por el fuego y ahora estaba como si nada.

Después del shock inicial por esa transportación tan excéntrica, por llamarla de alguna forma, de manera pacífica se charló un poco más respecto a mi hijo tratando de omitir esos sucesos tan desagradables sobre el ataque de los ángeles.

Lo que quedó de la noche y gran parte de la mañana se fue en que todos descansaran adecuadamente pues realmente había sido una molestia todo lo que sucedió, yo sin embargo no dormí, aun cuando me insistió mi amado, pues quise velar el sueño tanto de Ciel como de Usami, temía que si bajaba por un segundo la guardia ellos vendrían y tratarían de hacerles daño nuevamente, y siendo sincero, eso era algo que no quería que sucediera.

En la mansión los únicos que no se quedaron fueron Undertaker y Grell-san debido a asunto con los shinigamis, ya que los ángeles también les causaban problemas a ellos y debían hablar al respecto.

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Por otro lado tan pronto fueron pasadas de las once de la mañana, me dispuse a despertar a todos para el tardío desayuno, pero antes de eso hice muchas cosas.

Como fue la principal: encargarme de Pluto y decidir que sería de él, termine por conservarlo pues serviría como protector de la casa, como antes de que le ordenaran quemar Londres.

Otra tarea fue despejar la nieve de la entrada pues la tormenta había durado varias horas creando una gran capa blanca, para ello use a ese tonto canino y en recompensa le di unas cuantas galleta en recompensa.

Mantener las chimeneas encendidas era otra de mis tareas ya que el invierno era muy fuerte ese año, además si no lo hacía, la casa se sentiría demasiado helada para los invitados y mi familia.

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También dos horas antes de despertarlos a todos, mi hijo se despertó con la necesidad de cambiarle de pañal, aproveche para darle un baño caliente y lo vestí con uno de los tantos trajes que tenía, el cual le quedaba hermosamente.

Curiosamente en ningún momento soltó el huevo que Tomoe le había dado antes de irse, parecía como si le agradara tenerlo entre sus pequeñas manos, lo tomaba con cuidado a decir verdad.

Debía admitir que la forma de actuar de Usami era fascinante, tenía un encanto particular y parecía ser muy listo, por decirlo de alguna forma, pues al llamarlo por su nombre me miraba atento, como si esperara a que le dijera algo.

Se mantenía sereno mientras me veía realizar alguna tarea, también tenía cierta curiosidad en su mirar, si bien apenas había nacido y ya era de mente un poco más desarrollada que un bebé normal por lo que aparentaban sus acciones.

Con él en brazos fui a despertar primero a mi amado, por supuesto que a pesar de lo sucedido no pensaba dejar atrás la rutina de su té por las mañanas.

Así que mientras nuestro pequeño hijo le veía, él se dispuso a beber calmadamente su té mientras revolvía cariñosamente el cabello de Usami, siendo una enternecedora escena que estaba encantado de contemplar luego de todo lo sucedido hacía tan solo unas horas antes.

Eso a la vez me hizo pensar, que apartir de ese día, la rutina sería similar, los tres estaríamos juntos.

Apartir de ese día, oficialmente, yo estaba comenzando mis labores como padre de un lindo y tierno niño.

||Narra Ciel||

Luego de largas horas descansando, al despertar Sebastián junto a nuestro hijo me había traído mi té de las mañanas.

Había dejado a Usami, quien ya estaba correctamente arreglado ese día, a un lado mío en la cama y entre pequeños tragos me dedique a darle un par de muestras de afecto que parecían gustarle, pues me sonreía una vez alejaba mi mano de su cabello.

Mientras Sebastián me ayudaba a cambiarme, revisó la herida en mi vientre y el resto que tenía, vi que su expresión fue de alivio una vez la mayoría ya había cicatrizado, siendo que gran parte estaba curado y solo faltaba poco para estar completamente en excelentes condiciones.

Es bueno ver que te estas recuperando adecuadamente cariño, para mañana es seguro que te encontraras bien-. Fueron las palabras de mi tonto demonio mientras me abrazaba y daba un beso en la cabeza, me avergonzó un poco aquello siendo sincero.- Iré a despertar al resto, el desayuno ya estará servido en unos momentos.

Esta bien ¿Nuestro hijo ya ha comido?-. Le había hecho agacharse para darle un beso en los labios y luego me separe de él para cargar a Usami.

Aún no, pero ya tengo la mamila hecha, solo esta enfriando un poco en la cocina ¿Quieres dársela tú, cariño?-. Asentí a lo que dijo Sebastián, así que salimos de la habitación, yo me fui a la cocina mientras él fue a despertar al resto.

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El desayuno y almuerzo pasaron de manera normal, no parecía que apenas ayer e inicios de ese día habíamos sido atacados, pero tenía una pequeña preocupación, algo como un mal presentimiento.

Nos encontrábamos en el salón, mi hijo estaba en brazos de mi hermano siendo mimado por todos, era gracioso ver que todos trataban de hacerlo reír pero Usami se mantenía sereno, les prestaba atención pero no reaccionaba como ellos querían y eso de cierta manera tenía su gracia.

Mi gemelo me lo entregó para que yo tratara de hacerlo reír, pues les molesto que yo me burlara de sus intentos, por desgracia eso me causo nervios, yo no sabía como hacer tal cosa.

Pude ver de reojo como Sebastián se había girado y trataba de no reír por mis patéticos intentos, sentí mi orgullo herido por ello, así que declaré que lograría hacerlo reír así fuera lo último que hiciera en la vida.

Tome uno de los juguetes que estaban a la mano, se trataba de una marioneta que se colocaba en la mano, era de un conejito, precisamente uno de la línea especial que mi hermano había hecho para su sobrino.

[¿A la autora se le fue la onda y publicó por error otro capítulo?

Nel

La autora es buena onda y saco otra actualización porque podía :v

No pregunten, solo gocénlo èwē (De igual manera si habrá actualización el 6 de octubre uwu)

Atte: la autora Hina :3]