Ese papá demonio, aprendiendo
||Narra Ciel||
Por unos largos minutos Sebastián permaneció de esa manera y en completo silencio, tan solo me abrazaba sin aparentes intenciones de querer soltarme, como si no quisiera dejarme ir jamás, en cierta manera me preocupé por ello.
...¿Esta bien que yo obtenga este rol?... ¿Un demonio puede criar a un pequeño?... ¿De verdad puedo ser un buen padre, un buen esposo?... Porque para ser honesto, no siento que pueda hacerlo, ni mi estética como demonio, ni la de mayordomo incluyen lo que necesito saber para realizar a la perfección todo eso-. Me parecía increíble que alguien como él estuviese lleno de inseguridades y preocupaciones, el Sebastián que yo conocía era confiado, capaz de lucirse incluso con lo que hacía, no por algo era bastante envidiado por algunos por excelente mayordomo a mi disposición.- ...¿Es seguro que ese bebé y tú estarán bien conmigo a su lado?...
Sebastián, realmente me encuentro asombrado por este atisbo de sinceridad tuya en este momento, pero dejame decirte algo... Eres un real y completo idiota, mi amado demonio-. Por mis palabras él se alejo de mí para verme incrédulo, con la mirada que me dedicó supe que estaba algo resentido porque no parecía tomar en serio sus preocupaciones y temores.- Es simple lo que debes hacer mi tonto esposo... ¡Destruye la estética del mayordomo, la del demonio y crea la estética del amante, la del padre, Sebastián, pues ahora seremos una familia, la familia Michaelis Phantomhive! Si tienes dudas en lo que debes saber, entonces estudia, aprende, preparate para ello, tal como lo hiciste cuando te dedicaste a ser el perfecto mayordomo de un conde, ese mismo esfuerzo aplicalo para poder ser el padre perfecto para este pequeño bebé que nacerá en unos meses, además, recuerda que no estarás solo en ello, estaré contigo en cada momento, pero no pienses que tengo la seguridad suficiente, porque no Sebastián, no la tengo, tengo tanto miedo como tú, no estoy seguro si podré ser un buen padre, pero lo haré a como de lugar, por el apellido Phantomhive y mi orgullo juro que lo haré... Después de todo ¿Que sería del esposo del mejor mayordomo sino pudiera hacer algo tan simple como eso? ¿No lo crees?
||Narra Sebastián||
Estaba impactado por las sinceras y directas palabras que mi amado estaba dedicándome para dejar atrás mis inseguridades respecto al tema de ser padre.
Realmente eran reconfortantes y sin duda tenían impregnadas el más puro estilo de su personalidad, pero dos de sus frases resaltaban entre ellas, la creación de dos nuevas estéticas y aquel lema que solía usar cuando estaba sobrante de confianza respecto a algo asombroso que hacía cuando me lo ordenaba dando un mejor resultado de lo esperado.
Tienes razón, de igual manera ¿Que sería del esposo del orgulloso conde Phantomhive sino pudiese hacer algo tan simple como eso?... Muchas gracias... Supongo que necesitaba más de un sermón el día de hoy para volver a ser el de siempre-. Le escuche reír por ello, ya que mientras veníamos en camino le había contado lo que su hermano me dijo frente a la funeraria de Undertaker.
Acarició mi mejilla y me dio un beso, pero nuevamente cerca de los labios, ya conocía que esa era su forma de castigarme.
Bien, entonces ahora que eres el mismo y antes de que la estética del mayordomo desaparezca, tengo antojo de pay de limón y un pudin de chocolate en este momento, así que es una orden Sebastián, prepara esas dos cosas y también mi té favorito-. Pude ver aquel pequeño brillo de diversión en su mirada mientras me sonreía de lado, él a pesar de todo seguía actuando como siempre.
Le coloque la pijama antes de responder un "yes, my lord" y me fui a prepararle lo que me pidió.
Mientras estaba preparando todo en la soledad de la cocina me planté la idea de que sería lo primero que debía aprender para ser un buen padre y esposo, sabía que la biblioteca tenía libros sobre los cuidados de bebés pero durante el embarazo no sabía absolutamente nada, mas recordé que Ciel tenía en sus manos un libro referente a ello, se lo pediría prestado y me quedaría toda la noche leyéndolo.
Era lo más obvio para hacer por el momento, pasaría en vela tantas noches como fuera necesario para tener el conocimiento teórico dominado como mínimo.
<-~×∆×~->
El tiempo paso de prisa mientras deje haciendo el pay de merengue de limón en el horno, fui a la biblioteca a buscar todo lo necesario para mi larga jornada de estudio, una vez mi amado se durmiera yo me pondría a leer.
Los postres estuvieron listos, puse todo lo necesario en el carrito para servir y me dirigí a la habitación, al abrir la puerta vi que él estaba leyendo muy concentrado, pero aparto la mirada del libro en cuanto había entrado, sonrió al ver lo que pidió listo para ser comido, se acomodo en la orilla de la cama y pude notar cierta impaciencia de su parte.
Era mas que obvio que deseaba ya comer, eso me hizo preguntarme ¿Había comido bien en casa de Undertaker? ¿Qué le habían dado? ¿Fue sano? ¿Lo que estaba por darle iba a ser bueno para el bebé?
Estaba por entregarle el plato con la rebanada de pay y me retracte, aleje el plato y él me vio confundido, luego molesto.
Sebastián Michaelis ¿Se puede saber por qué diantres no me diste el plato con el pay?... ¡Tengo hambre, dámelo, nuestro hijo quiere que coma eso!-. Cuando me dijo eso de inmediato le entregue el plato, le vi feliz entonces una vez dio el primer bocado, por supuesto que le había gustado pero a mí me seguía preocupando lo que pudiera causarle.- En todo el día estuve extrañando tus postres, realmente me hacía falta comerlos, las galletas de Undertaker no estaban muy buenas siendo sinceros...
No quise decir nada al respecto, tan solo me límite a darle lo que me había pedido.
Al final se acabó él solo aquel pay y todo el pudin de chocolate, me impresionó eso ya que normalmente no comía tanto, tal vez había pasado hambre estando allá, eso me preocupó pero si ya no era así gracias a lo que le había hecho entonces no me mortificaría por ello.
Una vez se quedó dormido, tome el libro que le había dado Undertaker y lo lleve a la biblioteca, pues me dispondría a conseguir toda la información necesaria para desempeñar de manera perfecta mis nuevas estéticas, no pensaba destruir las anteriores, tan solo las actualizaría por decirlo de alguna forma, ahora serían: mayordomo-padre y demonio-amante.
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Leí tanto como me fue posible, la mayoría de las cosas que decían los libros de Inglaterra me parecían un tanto absurdas y no podía tomarlas en serio si venían desde un punto de vista religioso.
Sin embargo agradecía que mi esposo fuera más culto que el resto de nobles, por lo cual había libros de otros países que también trataban el tema. Todos los cuidados e ideologías de otros lugares del mundo fueron de mucha ayuda.
Sabía, teóricamente, todo lo necesario para poder ser un buen padre y esposo, ahora solo tendría que practicar algunas cosas aunque fuera con un muñeco.
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La madrugada se fue en como debía cambiar pañales, preparar la mamila y la decoración de su futuro cuarto que estaría a un lado del nuestro, no estaba seguro de que sería, por lo cual todo quedó en un estilo que no definía si era para un él o ella. En cierta medida agradecía el hecho de que la empresa de esta familia se centrara en los infantes.
Además de todo ello tenía una cosa por la cual preocuparme: la ropa para mi esposo con el paso de los meses, era obvio que no podría pedirle a Nina que la confeccionara, debía hacerla yo y no solo eso. También debía conseguir a la partera, aunque tenía una idea para quien tomara ese rol: la señorita Sullivan, ella seguro aceptaría aunque no estaba seguro de si podría con el trabajo.
Con todo lo que había leído tenía demasiadas cosas por las cuales preocuparme ahora que lo pensaba detenidamente, pero con todo lo que había aprendido en esa larga noche de lectura podía solventar lo que vendría, tenía que.
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Al amanecer comencé con la rutina de siempre como mayordomo por el momento, aunque ahora normalmente lo despertaba con un beso.
Luego de su rutina de malestares mañaneros, de asearlo y vestirlo, desayunamos tranquilamente para después dirigirnos a donde los otros estaban para darles el aviso de que lo había encontrado y que estaba bien.
Por supuesto fui regañado por recién avisar cuando lo encontré desde la noche anterior, mi amado también se disculpó con todos por la preocupación que les causó, su hermano fue quien más molesto había estado por ello, siendo quien le reprendió severamente a causa de su impulsivo acto.
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Aquel día hable con la señorita Sullivan respecto a la petición que tenía respecto a que asistiera en el parto cuando sucediese, ella encantada acepto siempre que yo permitiera que la señorita Elizabeth y Meyrin fueran sus asistentes.
Por otro lado, Tomoe sería quien llevara el control del embarazo, él nos dio varios detalles a mí y a Ciel respecto a como ocurriría la gestación: En primera, ese sería el único parto que mi esposo pudiese tener, pues otro podía ser muy riesgoso para su cuerpo.
En segunda, ese embarazo no era uno normal de apróximadamente nueve meses como el de una humana, el de él duraría siete meses, por consecuencia el bebé se desarrollaría mas rápidamente.
En tercera, el embarazo entre demonios era bastante odiado por los ángeles así que habría que ser cuidadosos cuando el parto comenzara y finalmente la fecha aproximada para el nacimiento del pequeño: el 28 de noviembre.
Ahora nos encontrábamos a mediados de julio, las cosas estaban siendo tranquilas por el momento, una vez por semana Tomoe venía de visita y revisaba a Ciel, el cual cada vez se veía más feliz por el bebé, quien ya hacía más bulto en su vientre y parecía moverse un poco de vez en cuando, según en los chequeos todo iba bien, ambos gozaban de buena salud según mi discípulo.
Yo ya había comenzado a hacerle las vestimentas a mi esposo, quien decía que no me quedaban nada mal y que si lo quería fácilmente podía darle competencia a la señora Nina Hopkins respecto al tema de moda, pero eso no era algo que me interesara y sinceramente seguro que ella me diría algo referente a mi falta de estilo o buen gusto.
Por el momento también me comencé a encargar junto al gemelo de mi amado de los encargos de la reina, ya que por obviedad no pondría en riesgo a mi esposo y bebé, además de que afortunadamente esta tampoco se había enterado sobre el embarazo, pero siempre estábamos atentos cuando sus mensajeros venían a dejar las cartas, sinceramente detestaba a esos sujetos, en especial al mas bajo ya que siempre parecía querer estar de curioso en la mansión, pero nunca lograba ver nada relevante, pero mi intuición decía que algo sospechaba.
[Aquí les dejo el como se ven Ciel y Sebastián actualmente en la historia]
(-Ciel: A partir del segundo mes, pasó a tener los ojos amatistas la mayor parte del tiempo, ya que en ese estado es cuando hay equilibrio entre la parte humana y demoníaca en él, eso es indispensable para que el bebé se desarrolle adecuadamente.
En casa no suele usar el parche ya que no es necesario ocultar sus ojos de los que allí viven.
Cuando vienen los sirvientes de la reina el se encierra en su habitación y quien los atiende es su hermano acompañado de Sebastián.
-Sebastián: Cuando no esta en servicio de mayordomo, él suele usar un chaleco y lazo que combine con la ropa de su amado, ya que piensa que esa es una forma de demostrar que es su esposo.
Todas las camisas que van a ser usadas con los chalecos tienen un toque negro.
Siempre se mantiene atento cuando los dobles Charles vienen, ya que el pequeño siempre anda de curioso por la mansión y debe marcarle límites de lo que puede llegar a ver.)
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