Ese mayordomo, preparando
||Narra Sebastián||
Me acerqué al resto para decirles lo que planeaba hacer, algunos estuvieron en contra, seguramente porque pudieron percibir que no quería que el contrato se disolviera.
¡Sebastián-san, no debe hacerlo, no debe desobedecer una orden del bocchan!-. Finny me estaba sujetando, seguramente con toda esa fuerza que poseía.
Pero para mí eso no era nada, él seguramente estaba más que consiente de ello pero aun así lo intento.
Por favor Finnian, sueltame, ire a sal-¡¡...!! ¡Me esta llamando, no se si sea seguro, deben esperar aquí!-. Ni siquiera yo mismo me percaté cuando ya estaba corriendo como si mi vida dependiese de ello.
Sin embargo, si me percaté de mi ferviente deseo de verlo a salvo.
No supe si me habían hecho caso o si siquiera me habían podido escuchar, pero eso no era de mi interés, lo primordial para mí en ese momento era verlo bien.
<-~×☆×~->
Llegué pronto a la mansión y abrí la puerta del despacho sin pensarlo dos veces, no me imagine lo que vería allí: los dos gemelos estaban sentados en el sofá.
Pude notar que había cierta tensión entre ellos, pero no me importaba, por impulso solo me moví para ir a abrazar a mi bocchan.
¡¿Sebastián?! O-oye no te llame para un abrazo demonio idiota... Ahh... Te dije que estaría bien ¿No puedes confiar en las palabras de tu amo acaso?-. Sabía perfectamente que su llamado no había sido para eso, pero sentí un gran alivio al tenerlo en mis brazos que poco me importó el hecho de que su gemelo, el verdadero Ciel, nos miraba y no de buena manera.- ¿Sebastián?... Sebastián... ¡Sebastián! ¡Con un demonio, estúpido mayordomo, suéltame de una vez, tengo ordenes para ti!
Lo siento mucho bocchan, pero temía y me preocupaba en demasía por su seguridad, pido humildemente un poco de comprensión por ello-. Me separe de él mientras hacía una reverencia y le escuché chasquear la lengua, me imagine que sí estaba algo molesto por mi actitud, pero al levantar el rostro y verlo de frente pude observar que estaba algo sonrojado, yo en respuesta le sonreí y él desvío la mirada.- Entonces, a que se debe su llamado ¿Desea que me encargue de el "invitado" acaso? ¿Le muestro nuestra hospitalidad?
No es como si hubiese querido sonar hostil...
La verdad es que tenía toda la intención, pero me sorprendía que el real Ciel no tomase en cuenta mis palabras, parecía estar mas centrado en mirar las reacciones de su hermano que en el peligro que yo podía representar para su seguridad.
Verlo solo me hacía cuestionarme ¿Cómo logro entrar aquí? ¿Por qué estaba solo y parecía que estuvo un tiempo llorando? ¿Undertaker también se encontraba aun en las cercanías, si es que estuvo aquí en primera instancia?
Deja de decir tontas y nada sutiles amenazas, no fue esa la razón por la que te llame... Quiero que traigas té, mi favorito de preferencia, junto algún dulce, él y yo tenemos cosas importantes de las cuales hablar... o eso creo, ciertamente pidió hablar pero no ha dicho nada y espero lo haga pronto pues no suelo tener mucha paciencia últimamente-. Más de lo que pude llegar a creer, verlos en esa situación era cuanto menos hilarante.
No creí que su encuentro se daría tan prematuramente pero así eran las cosas, se miraban entre sí, mi amo exigiendo respuestas a su curiosidad y confusión, mientras que el otro era difícil de descifrar, había mas de un sentimiento reflejado que se mezclaba con otro y no era posible identificar cada uno.
Tuve mis dudas al aceptar la orden pero así lo hice, salí del despacho sintiendo la insistente y nada amigable mirada del hermano del bocchan.
Creo que estaba por demás decir que yo no le era de su agrado, mas podía decir que el sentimiento era mutuo.
||Narra Ciel (Real)||
En cuanto mi hermanito llamó a su "mayordomo" este apareció a los segundos abriendo la puerta repentinamente con una gran estruendo y tan pronto como abrió se acerco a mi gemelo para abrazarlo fuertemente.
Por un momento creí que todo sería meloso o algo similar, pero mi hermanito no parecía ser de los que muestran su amor con cariños.
Aunque pudo gritar que era ese demonio a quien amaba tan fácilmente frente a mí y Undertaker, ahora que lo tenía de frente lo trataba de esa manera, la verdad es que son más extraños de lo que pensé.
<-~×☆×~->
Ese mayordomo se había ido a traer lo que le pidió mi hermanito cerrando la puerta tras de si.
Y siendo sincero me sorprendía que siguiera en una pieza luego de semejante portazo que le dió al abrirla.
Me le quedé viendo hasta que desapareció de mi vista y seguí viendo por donde se fue ese mayordomo, pero el sonido de una garganta aclarandose me hizo girarme a ver al que lo realizó.
Mirarlo de esa forma no lo hara desaparecer ni lo matará, estate enterado... Y bien ¿De qué deseas hablar? Como lo dije, últimamente no es que sea muy paciente, así que hablemos mientras llega el té, hermano-. Pude notar como le costó decir lo último, tal parecía que no estaba seguro aun de si era en verdad su hermano o no.
No tenía alguna prueba para comprobarselo desgraciadamente.
Siendo así, supongo que no queda de otra... primero te diré que no, no he realizado los encargos de la reina, me llegó una carta cuando recién llegué a la mansión pero no estaba del todo preparado, ni siquiera comprendía la misión, el abuelo trató de ayudarme pero fue un fracaso, ella dedujo que probablemente no estaba en mis mejores momentos y por ello me dió un descanso, sin embargo eso acabó, apenas ayer me llegó una nueva carta... La verdad, si bien, se supone que eso sería a lo que me dedicaría una vez tomara el título de conde, no siento que sea lo mío ¿sabes?-. Su expresión era precisamente la que tuvo Undertaker cuando le dije sobre ello, el servir a la reina no es algo que a mí gustara realizar.
No me veía en ello, yo no era como mi padre que cumplía debidamente su rol como perro guardián.
Además ¿Arriesgar mi vida por ella?
Recién y se me dio otra oportunidad para estar aquí y poder ver a mi preciado hermano menor, era obvio que no lo pensaba hacer, no si él no estaba en casa junto a mí.
Pero si mi hermanito regresaba, si eso sucedía, entonces con tal de cuidarlo correctamente me haría totalmente responsable de todos los deberes de la familia, por su bien, esta vez pensaba cumplir la promesa de cuidarlo.
¿Me estas diciendo que mi trabajo para que la familia Phantomhive fuera respetada nuevamente en la alta sociedad y en la sociedad oculta, se vio manchada por tu ineptitud al realizar tu primera misión al tomar tu vida de regreso? ¿Es eso? ¿Querías tomar tu vida de vuelta y no eres capaz de llegar a los estándares requeridos para manejarla?-. De mi parte hubiera sido una total mentira si dijera que sus palabras no me dolieron, pero ¿Qué esperaba?
Él se jactaba de haber estudiado para hacerse cargo de ello cuanto antes fingiendo ser yo, pero yo apenas iniciaba y mis clases se vieron detenidas con la muerte del abuelo.
¡Discúlpame por ello, pero no tuve mucho tiempo para aprender, ya que quien me estaba enseñando fue asesinado por uno de tus subordinados! ¡Además, no es como si no lo hubiese intentado!-. Me fastidiaba que actuara de esa manera, no era como yo lo recordaba, quería a mi hermanito lindo y tranquilo, no a un engreído y altanero.
¡Intentar no es suficiente Ciel! ¡Nuestros antecesores cumplían debidamente sus deberes como los perros guardianes, incluso yo lo hacía en tu nombre, no vengas con esas tonterías, debes hacerlo, incluso si parece imposible, no descuides tus responsabilidades, idiota!-. Ahora hasta me insultaba ¿Qué tanto cambio en él? Seguro todo era culpa de ese mayordomo que tenía.
Jamás me hubiese imaginado que él sería de esa forma.
Bocchan, gritar de esa forma tan solo le dañara la garganta luego de todo el esfuerzo que ha tenido en este día, piense en ello por favor, además su gemelo tiene razón, él no puede hacerlo, es obvio que es un total inepto para el trabajo, incluso usted que usó el nombre de su hermano, bocchan, hizo un gran trabajo, dejo muy arriba las expectativas que podían tener para el conde que recién recupera lo que según debe pertenecerle, más no esta calificado lamentablemente, es una total deshonra para el apellido Phantomhive, si me lo preguntan-. ¿Por qué ahora tenía que llegar ese tipo y escuchar nuestra plática?
Encima tuvo que hablar y decir cosas innecesarias con toda la intención de humillarme, estuve por decirle algo pero mi hermanito se adelanto.
Sebastián, no recuerdo haber pedido tu opinión al respecto de nuestra conversación-. Se había cruzado de brazos mientras lo veía con más molestia de la que ya tenía.
Mi hermanito con esa expresión no era nada parecido a su antiguo yo, por ello decidí mejor centrarme en decir lo que debía, ya que comenzaba a sentirme asqueado por la presencia de su mayordomo y debía irme pronto.
||Narra Sebastián||
Yo me dirigí a la cocina para hacer los preparativos necesarios tanto para lo que el bocchan me había ordenado como para la cena.
El resto que se habían quedado en la zona segura a donde los había llevado sí me habían seguido al final de cuentas, pero se quedaron alejados y resguardados en la cocina que estaba al otro extremo de la mansión, contrario a donde se hallaba el despacho, creyendo que podían interferir o estorbar en caso de que hubiese una confrontación.
En cuanto me vieron no fue de esperar menos a que comenzaran con su bombardeo de preguntas, fui breve al explicarles pues tenía cosas por hacer. Su expresión fue precisamente la de imaginarse, estaban temerosos por lo que le verdadero Ciel podía hacerle al que ellos conocían, yo también tenía mis miedos al respecto pero como de costumbre debía regirme según a lo que mi amo quisiera hacer.
Todos se quedaron en la cocina viendo lo que hacía, no resulto incómodo el que estuviesen allí e incluso el señor Agni me brindó un poco de ayuda.
De pronto pudimos escuchar como ellos alzaban la voz, como ya tenía todo preparado, me apresure para asegurar que no sucediese algo indeseado.
Había logrado escuchar todo sin problemas entre más me acercaba, la discusión era interesante, por nombrarle de alguna manera, hablaban sobre las responsabilidades como conde del real Ciel. Todo indicaba que no lo hacía bien y eso hizo enojar a mi bocchan, e incluso a mí.
Un largo camino fue el que había recorrido mi amo para llegar a tan prestigioso estatus en la nobleza, yo recorrí con él ese camino para convertirme en su mayordomo perfecto, juntos llegamos a volvernos el modelo a seguir de nuestros titulos: conde y mayordomo.
Así que el simple hecho de que no respetase ese esfuerzo me molestaba.
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