Ese mayordomo, obedeciendo
||Narra Ciel||
Luego de que le dije a Sebastián que debía cortejarme su expresión era oro puro, estaba seguro que su quijada se había desencajado con la sorpresa que se llevó ante mis palabras.
Tal parecía que realmente creyó que le dejaría fácil el camino para tenerme, era un verdadero idiota después de todo, necesito cinco días para darse cuenta, creó que había sobreestimado su inteligencia, aun le faltaba saber más sobre los sentimientos de los humanos, pero ya tendría una eternidad para aprender, siempre y cuando me permitiese enseñarle sobre ellos.
Por cierto Sebastián, antes de que te retires a tu habitación asegúrate de que la casa se encuentre limpia y que haya suficientes abastecimientos, ya que mañana vendrán Elizabeth, Soma, Agni, Sullivan y los ex-sirvientes de la familia Phantomhive a visitarme, ayer por mañana llegó un telegrama de su parte, así que debe estar todo en correctas condiciones para recibirles, además de que se quedaran unos días para tratar de convencerme de que vuelva a Londres, por lo que prepara las habitaciones también-. Más sorpresa no podía haber en su expresión por mucho que quisiese, por dentro estaba realmente muriendo de risa a causa de ello, pero ya me daría la libertad de reír en cuanto se fuera, por mientras tan solo le mostraría una sonrisa burlona.
Pero bocchan ¿De verdad los recibirá? Creí que no le gustaban lo escándalosos que eran todos ellos-. Ahí tenía un punto, no me agradaba mucho el escándalo, pero en ese momento todo era parte de mi pequeño juego para molestarle un poco por haber hecho que me enamorará de él, aunque no lo hizo estando consiente, pero mi orgullo no estaba feliz de haber caído tan profundamente embeselado por él, así que un poco de "venganza" no sería malo.
Puede que un poco de ruido no moleste de vez en cuando, no luego de dos años estando en completa tranquilidad... a menos que tengas alguna objeción, pero claro, aún si la tuvieras tú solo eres mi querido mayordomo, tendrías que ser algo más si deseas que escuche tus quejas respecto a quienes invito a mi mansión, Sebastián-. Su rostro era un bello poema escrito con crueldad y burla, me sentía un poco mal por fastidiarle así, pero también era divertido, no podía negarlo.- También esta de más decirte que nuestra "íntima" convivencia actual queda suspendida hasta que las visitas se vayan, así que volveremos a nuestra sencilla y vieja relación amo-mayordomo ¿Entendido?
Su expresión ya no tenía precio, mis últimas palabras habían sido el golpe crítico a su persona por esa noche, sin embargo en compensación por preocuparle tanto y por lo cruel que estaba siendo decidí darle un pequeño obsequio, después de todo no podía solo torturarle.
Él seguía sentado en una silla frente a mi cama así que tenía fáciles las cosas, me levante restándole un poco de importancia al hecho de que sentí una ligera punzada de dolor para darle un beso. Mentiría si dijera que no estaba avergonzado por mis propias, indecorosas y atrevidas acciones pero me sentía tan bien al descolocarlo, quería que si algún día sucedía algo como lo de Alois, él fuese quien hiciera una rabieta al estar avergonzado por recordar memorias donde yo estuviese presente en todo tipo de situaciones.
Si vuelves antes de 3 minutos puedo darte otro antes de que todo sea como en antaño, tic-tac corre el tiempo Sebastián-. Me respondió de manera torpe antes de irse de prisa, era nuevo verlo tan fuera de si, tal como yo cada que me perdía pensando en él, pero era muy emocionante y a la vez tan gracioso que no podía dejar de provocarlo.
Sería un verdadero placer ver como trataba de cortejar a alguien a quien se supone ya era suyo desde hacía ya un tiempo, por supuesto que tampoco me quedaría de brazos cruzados esperando el cortejo, "jugaríamos" los dos, pero yo solo jugaría con su cordura.
Los dos estaríamos totalmente perdidos por el otro, aunque yo ya lo estaba, así que ahora solo faltaba él y vaya que lograría hacerlo caer hasta lo mas profundo de un abismo en donde solo yo estuviese en sus pensamientos y sería capaz de usar cualquier método para provocar eso, así fueran altamente penosos o arriesgados para mí.
<-~×∆×~->
Conocía que tres minutos era tiempo suficiente si se apresuraba a hacer lo que le ordene, por lo que tan pronto se había ido me quite la ropa que usaba y busqué en un cajón una de sus camisas que tenía guardada secretamente.
Me retire los vendajes, pues sentía que las heridas se habían curado en su mayoría y solo quedaban a la vista un par de ligeros golpes que tardarían solo un poco más de tiempo en sanar. Me puse la camisa como pijama sin abrocharla y me recosté de nuevo sin cubrirme con la sábana para que pudiera apreciarse bien en cuanto entrara, justo a tiempo cuando escuche que tocaban la puerta.
Efectivamente el tiempo que le había dado había sido suficiente si lo hacía a toda prisa, en ese momento le di autorización para entrar y su expresión fue justamente lo que esperaba.
||Narra Sebastián||
Luego de que el bocchan me haya hecho sentir mil y un emociones en menos de un par de minutos con palabras y acciones mezcladas, salí de su habitación a cumplir su orden a la cual iba a empeñar a realizarla en tiempo récord para obtener ese contacto con sus labios tan gratificante.
Pero no entendía nada en ese momento, se suponía que al aclarar y decirle que lo había entendido todo, entre nosotros tal vez surgiría la idea de ser pareja formal como en uno de esos libros que leí para comprender mejor sobre el tema y que era lo que tenía que decir. Sin embargo salió con eso de que debía cortejarle, a mi parecer estaba de más si ya sentía algo por mí, pero parecían que esos eran sus deseos y yo debía someterme a ellos, no es como si tuviese alguna señal que indicara que pudiese negarme en todo caso, por lo tanto así lo haría, me tomaría mi tiempo para hacer que me tomara en cuenta para ser un buen partido, una pareja ideal para él.
Tendría que mantener fija mi concentración en saber como debía realizar tal acto.
"Él debía considerar la suerte que tenía de que yo no fuese un humano impasible que tal vez sería tan impulsivo exigiendo que se saltaran esa parte y pasaran a una relación de una vez..."
Ese fue mi último pensamiento antes entrar a su habitación, al verle quise golpearme contra la pared pues sentí el impulso de exigir saltarnos el cortejo para ser de una vez pareja.
Lo último que hubiese llegado a imaginarme es que después de tres minutos sin verle, cuando fuese a verle para dar el informe de que realice lo pedido, él estuviera en esas condiciones tan... atrevidas, eróticas, mi compostura de hace unos momentos mientras pensaba en como cortejarle se fue a alguna parte mientras mi mirada le recorría por completo.
¿En que pensaba el bocchan al vestirse así? ¿Alterarme? Porque de ser así, lo consiguió, con un gran y aplastante éxito lo había conseguido.
Yo ya lo había pensado cuando le retire la camisa ensangrentada de hacia un rato mientras me encargaba de atender las heridas, usar mi ropa de ese modo podía ser peligroso, pero para mi autocontrol e incluso para su propia integridad.
Sin embargo me fue tan excitante verle tumbado en la cama, como si estuviese esperándome, estando dispuesto a seducirme tan descaradamente, rozando lo vulgar al parecer que se me estaba ofreciendo en bandeja de plata cual mujer de la vida galante, pero que siendo él resultaba fascinante y muy atrayente, que simplemente no me importaba quedarme sin poder controlarme, prefería tomar su cuerpo y hacerlo mío en mas de una forma.
<-~×∆×~->
El candelabro que sujetaba se había quedado dando luz en su habitación hasta que me ordenó apagarlo, así lo hice y no sabía realmente que era lo que me hacía estar tan obediente, si el contrato o ese mismo "niño" que tenía los ojos rojos brillando con intensidad mientras se relamía los labios lentamente provocándome en el proceso. Más eso no importaba en ese instante, solo quería saber que tramaba, sin embargo, eso era imposible, siempre que creía saber como se comportaría según la naturaleza humana él venía y hacía algo que solo me dejaba más y más interesado en saber como actuaría, cual sería su siguiente movimiento.
Tal parece que terminaste en el tiempo estipulado, buen trabajo mi querido mayordomo... Ahora ven a por el premio que te ganaste, Se-bas-tián~-. Ese tono arrogante en sus palabras debieron molestarme y sin embargo tan solo hicieron que sintiera arder mi ser en emoción, provocaron incluso placer, pero no debía sentir eso, no cuando parecía tratarme como un perro que se portó bien, detestaba eso y aun así, ahí me tenía disfrutando del trato dado por él, lo único que no disfrutaba era que resaltara la palabra mayordomo ¿Quería recordarme que aun no salía de esa posición?.- ¿Qué esperas? ¿Deseas que sea yo mismo quien vaya hacía a ti? Sabes que eso no puede ser, quien obedece aquí eres tú, no lo olvides, eres mío para toda la eternidad.
Era obvio que estaba disfrutando de hablarme, de tratarme así y para mí eso debía ser molesto, tenía que serlo, entonces ¿Por qué estaba tan emocionado por hacer lo próximo que quisiera pedirme estando en esa situación?
Me acerque a él dejando el candelabro en la mesita de noche, me pidió quitarme el frac de mi traje junto a los guantes, obedecí de inmediato y espere órdenes suyas estando expectante.
Se un buen mayordomo y recuestate en la cama bocarriba-. Nuevamente obedecí, me recosté en el centro de la cama cuando se hizo a un lado para permitirme tal acto, no sin antes haberme retirado los zapatos y dejar ordenadamente a un lado de la cama.
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