Ese mayordomo, conviviendo
||Narración normal||
El mayordomo asintió y se fue a atender al resto en el comedor, dejando solos a Ciel y a Snake, quienes se fueron al despacho del conde, al que entraron y rápidamente tomaron asiento en el sofá.
Dado que tú también querrás trabajar aun para mí debo decirte algo, si después de esto deseas irte e incluso atentar contra mí yo lo aceptare sin objeción, no te detendré-. Sin dar tantos rodeos, el conde confesó toda la verdad respecto a lo que sucedió con todos los del circo, desde cual era su misión, hasta lo que pasó cuando incendió el lugar, lo que probablemente los sirvientes le hicieron a sus compañeros, absolutamente todo se lo contó.- Se que esto no es la gran cosa, pero realmente te doy un lugar al cual pertenecer en la casa, pues yo te arrebate a tus amigos, pero quiero dejar en claro que ellos tampoco eran santos, cometieron asesinatos, secuestraron niños, aunque no sabían para que eran realmente, aun así, lo que decidas hacer ahora es asunto tuyo Snake.
¿Smile... ellos, están descansando en paz? ¿En donde sea que esten, están bien?-. El albino de piel escamada fue el que habló, no fue ninguna serpiente, fue él, quien estaba al borde del llanto.- ¿Realmente el lugar que me ofreces no desaparecerá de un momento para otro? ¿Es seguro para alguien como yo?
No se si realmente esten descansando en paz, pero era lo mínimo que se merecían luego de ser usados de esa manera por ese maldito cerdo... En cuanto a lo otro, no hay mejor lugar para alguien como tú, ninguno es normal, lo sabes de sobra al haber convivido tanto tiempo con ellos luego de que comenzaste a trabajar como mi mensajero, ellos ya te ven como uno más de sus compañeros, pero es tu decisión si deseas quedarte ahora que conoces la verdad-. El conde se levantó y comenzó a caminar a la salida del despacho hasta que sintió que una de las serpientes de Snake se subía por su pierna y se posicionaba sobre sus hombros.
Esta bien Smile, seguiremos a su servicio, por favor déjenos quedar, dice Oscar-. Ciel se giró para extender su mano hacía Snake, este lo hizo y en un apretón de manos se acepto todo, Oscar uso esa unión para regresar con el albino de piel escamada.
En ese momento el toquido de la puerta se escuchó y luego de un "Con permiso" el que había tocado abrió la puerta topandose con la escena del apretón de manos y la pequeña sonrisa de Snake durante esta.
¿Sucede algo Sebastián? Ya íbamos a ir al comedor-. El conde sintió que cierto enojo se desprendía del aura del mayordomo quien fingía una sonrisa amable.
No mi señor, solo quería cerciorarme de que todo estuviera en orden, tardaban un poco y me mandaron a ver el porque de ello, disculpen si interrumpí algo-. Snake podía sentir el aura molesta y por ello salió con cierta prisa diciendo que se adelantaría, a pesar de no saber donde estaba el comedor.
||Narra Sebastián||
Había entrado al despacho de mi amo para ver la causa de su tardanza, no me agradó nada lo que ví, luego de un incómodo intercambio de palabras Snake salió casi huyendo del lugar, le vi alejarse y luego fije mi vista al pequeño que se estaba riendo discretamente pero que se notaba por el movimiento de los hombros que estaba dejando salir una risilla.
¿Puedo preguntar a que se debe su espontánea risilla bocchan? No recuerdo haber contado alguna broma que pueda causar ello-. Antes de que me lo esperara él se abalanzó sobre mí para que lo cargara, con confusión lo hice y tan pronto tuvo la oportunidad me dio un beso en la mejilla y después desvió la mirada.
Eres bastante celoso Sebastián, cuida eso, le diste un susto a Snake con esa aura molesta hace un momento, por eso prácticamente huyó de aquí-. No me había dado cuenta de ello hasta que lo mencionó, pero no estaba arrepentido, era mejor que supiera que no debía mantener tanto contacto con lo que me pertenecía.- Si vuelve a suceder mientras aun eres mi mayordomo estarás fuera de la mansión una semana ¿Entendido?
¿Qué? ¿Por qué razón debo aceptar ello? ¡No deben tocar lo que es mío, soy un demonio posesivo con lo que por derecho me pertenece!-. En un segundo sus palabras me habían sacado de mis cabales sin poder controlar las mías, tan solo le vi divertirse con ello y eso me pareció molesto, bueno, no del todo, su diversión era contagiosa.- Bocchan, es usted muy injusto conmigo.
Tal vez un poco, pero es divertido alterarte, además ya noto que en verdad eres posesivo, cuando lo dijiste tu agarre sobre mi cuerpo se hizo un poco más fuerte. Y por cierto, destruir bosques no es bueno, tendrás que plantar el árbol que destruiste hace un rato-. Su sonrisa burlona al final me hizo sonreír también y suspire resignado, él podía sentir amor por mí pero seguía siendo igual de manipulador para hacer lo que quisiese sin el uso del contrato.- Deja de sonreír demonio idiota, no tiene gracia si no te sigues alterando por cualquier miniedad... Anda, bájame ya, tengo hambre.
Antes de que hiciera lo que me pidió, le di un beso en los labios que lo tomó por sorpresa, pude ver como sus ojos se habían abierto por el repentino acto pero lentamente los cerró y paso sus brazos por mi cuello haciendo más duradero el contacto entre nosotros, lo cual comenzó a serme insuficiente, en su segundo ya quería que fuera más intenso pero él no me lo permitió.
No conseguirás más que eso por el momento mayordomo desesperado, bájame para ir al comedor, es una orden Sebastián, que estoy viendo tus intenciones de conseguir más-. Contra la orden ya no me fue posible ir, por lo que le baje y salimos del lugar.
A medio camino encontramos a Snake preguntándose a donde ir, al final nos siguió para llegar al comedor donde nos esperaban.
<-~×∆×~->
Por muy sorprendente que pareciera hasta yo fui invitado por él a tomar asiento para desayunar, por supuesto decline la oferta pues en ese momento debía mantenerme como mayordomo ya que había invitados. Pero como de costumbre se salió con la suya gracias a la marca de contrato, me sentí apenado ante los demás por ello ya que se notaba que tanto control tenía sobre mí, aunque claro a ellos no les importó, de hecho solo les causo gracia. Incluso no le dieron importancia a lo que el bocchan debía hacer para que yo pudiera sentir el sabor de la comida.
Pero eso solo me hacía sentir fuera de lugar ¿Qué no había dicho él que no habría trato distinto hasta que se fueran? Tal parecía que lo olvidó, o eso pensé.
Ya deja ese semblante confundido Sebastián, se que te había dicho algo antes respecto a como nos comportaríamos mientras estuvieran presentes pero en verdad ya no importa, si ellos ya saben toda la verdad, el guardar apariencias a estas alturas es inútil-. Me sorprendí por sus palabras pues en parte tenía razón, pero todo estaba siendo nuevo.
No tenía idea de que hacer, mi estética como demonio o como mayordomo no me decían como debía comportarme.
Sin embargo poco en poco, el ambiente me hizo dejarme llevar, me hacía sentir parte de algo donde no importaba que fuera, verlos a todos como si nada, que me trataran sin problemas a pesar de mi naturaleza fue tranquilizante.
Al final fue un desayuno bastante animado, cuando se terminó con ayuda del señor Agni limpie la mesa y me disponía a lavar la loza usada mientras todos de nuevo se retiraban al salón para hablar de trivialidades.
Sebastián-dono, permítame ayudarle, así acabara más pronto y podrá ir al salón con el resto-. Ni siquiera me permitió negar la ayuda, había tomado un trapo para secar los trastes que yo iba lavando y los dejaba en el sitio correspondiente.- No imagine que al final usted si podría estar con su amo, tiene suerte...
No le llamaría suerte, el bocchan sigue diciéndome mayordomo, debo hacer mi movimiento para ser algo más... Aun así, usted no ha pensado en declararse ¿Verdad? ¿Tiene miedo?-. Aun no era experto en el tema pero quería mostrar gratitud por su ayuda cuando me sentí confundido antes con por lo menos escuchándole.
Por supuesto que lo tengo, le debo mi vida al príncipe, el fue capaz de salvarme y perdonar toda una vida de pecados que cometí, me dio una segunda oportunidad para redimirme, él fue como un rayo de sol en mi oscura vida, jamás podré pagarle ello... por eso si se entera de lo que siento y me pide alejarme por repulsión o algo similar, creo que todo mi mundo se vendría abajo, el príncipe lo es todo para mí-. Sus palabras tan sinceras me hicieron pensar un poco, podía comprender en cierta parte su pensar respecto a su amo.- Aunque hay ocasiones en las que sí desearía decírselo pero me acobardo, no puedo traicionarle así.
Me gustaría poder decir que lo entiendo señor Agni, más no lo hago del todo, aun así, si puedo ayudarle en algo tratare, pero le recuerdo que yo no se nada sobre los romances, apenas lo estoy aprendiendo, pero tal vez...-. En un último momento una pequeña idea cruzó mi mente, más conociendo la ética del señor Agni era seguro que no le agradaría.
¿Pero tal vez? ¿Tiene acaso alguna idea Sebastián-dono? ¿En qué pensó? Dígame por favor-. Podía notar como su semblante era de alguien curioso, sabía que pude despertar su intriga pero la idea no era buena, no para él tal vez.
Bueno, no me juzgue respecto a lo que diré, pero ¿A probado a primero seducirlo? Tal vez empezar por un acercamiento de índole sexual podía revelarle si al príncipe Soma le desagrada o no su persona-. En realidad cuando dije eso me imagine que el señor Agni se negaría rotundamente o me reclamaría por sugerir algo tan atrevido, pero fue al contrario, se apenó bastante mientras desviaba la mirada.- No me diga que si lo ha intentado ¿en verdad lo intentó?
¡N-no! ¿Cómo puede imaginar eso Sebastián-dono? Es solo...-. Pude notar como dudaba en decirme lo que fuera a decir, no lo presioné pero si me intrigaba un poco.- ...Es penoso decirlo, realmente me avergüenzo de ello, es como si en parte ya lo hubiese traicionado, mancille de manera impura su imagen en sueños para nada puros...
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