Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ese **** demonio, sospechando

~Inicio de la segunda parte~
||Narra Ciel||

Han transcurrido ya siete meses luego de la misión en la que Sebastián y yo nos comprometimos y hacía apróximadamente un mes que nos casamos.

Fue un veintiseis de abril cuando se realizó esa improvisada ceremonia en donde solo unos cuantos amigos de confianza de ambos, mi hermano, y uno que otro shinigami entrometido, estuvieron presentes.

Claro estaba que dicha boda quedo oculta de todo el mundo humano, pues obviamente no sería aceptada por variadas razones y yo aun mantenía mis deberes a con la reina y no podía perder el título de conde. Por ello Sebastián ante el resto del mundo que había fuera de la mansión seguía siendo mi talentoso y perfecto mayordomo, aunque a decir verdad en casa aún seguía actuando de esa manera, causaba gracia que no supiera bien como actuar dado su nuevo rol como mi esposo.

Pero estaba seguro que terminaría dándole una estética también a ello, tal como la tenía con el rol de mayordomo y demonio, aun así era divertido molestarle por ello.

Ahora tan solo existía un pequeño problema, pero este no estaba relacionado a nuestra relación, no directamente al menos.

Luego de que paso un mes de la noche de bodas comencé a sentirme mal, cada mañana despertaba con náuseas y terminaba vomitando. Mi hermano creyó que me estaba enfermando pero yo no estaba seguro, aun así él insistió en llamar a un doctor y por supuesto Sebastián secundó dicha idea. Sin embargo el doctor no encontró nada fuera de lo normal pero aun seguía con esos síntomas a pesar de los medicamentos.

Por ello ahora me mantenían los dos en cama y eso tan solo me hacía creer que eran unos exagerados preocupones sin remedio y de hecho, desde la misión en la que nos comprometimos a inicios de ella.

Sebastián se había vuelto bastante exagerado en mis cuidados pues al completarla ninguno de los dos quedó satisfecho, más bien sentimos que pronto algo malo podría suceder.

Habíamos descubierto que los causantes de los secuestros y asesinatos posteriores fueron hechos por clérigos extremistas que no aceptaban que los jóvenes y niños de la alta sociedad comenzaran a desviar su camino ignorando a dios para preferir ir a divertirse a unos salones donde solía haber eventos para la diversión desmedida y que según ellos incitaba al pecado.

Todo tenía sentido en parte, pero lo que nos preocupo no fue ello, por supuesto las pruebas que encontramos apuntaban a que si habían sido ellos los culpables, pero Undertaker había descubierto algo en los cadáveres que sembró la incertidumbre en nosotros: todos tenía una pequeña incisión en el pecho, justo sobre el corazón, al revisarla para asegurarse de que algo no faltara se encontró con que dentro había una pluma puramente blanca que no se tiñó de rojo a pesar de estar en donde estaba, según él, eran plumas de las alas de un ángel y eso nos dio muy mala espina.

Ya que teníamos cierta experiencia con esos detestables seres, pero por el momento aun nada sucedía.

Aun así Sebastián se mantenía siempre alerta y se preocupaba hasta por lo más mínimo.

<-~×∆×~->

Estaba en el jardín bebiendo el té de la tarde luego de que prácticamente me vi forzado a usar el contrato con Sebastián para poder salir aunque fuera al jardín.

Pero de todos modos todos los sirvientes estaban allí, ocultándose malamente para según cuidarme a la distancia, seguramente por ordenes de mi estúpido esposo.

Estaba por comer una galleta cuando alguien me la arrebató, al levantar la vista me tope con un joven de cabello largo oscuro y que usaba ropa oriental, que si mal no recordaba se llamaba yukata.

Señor Tomoe, me gustaría decirle que evite hacer eso de nuevo, usted sabe bien como soy cuando se trata de mis postres, así que no me importara que usted sea un tipo de dios, le cortaré la mano si lo hace nuevamente ¿Entendido?-. Bebí un poco de té antes de tomar otra galleta, él había reído por mi amenaza mientras tanto.- ¿A qué se debe su visita?... Porque si buscas a Sebastián para que te de comer en este momento él esta en la cocina preparando lo necesario para la cena de más tarde.

No vine para eso Ciel-chan, vine a visitarte a ti, de hecho estoy ocultando mi presencia de Sebastián-sensei y de sus sirvientes para que no se den cuenta que estoy aquí, ya que vengo a revisar secretamente si mi regalo de bodas se realizo-. Un escalofrío me recorrió la espalda cuando dijo ello, no sabía bien el porque pero no presentía algo bueno y menos lo haría con esa gran sonrisa que Tomoe portaba en su rostro.

¿Regalo de bodas? Pero usted​ no dio nada aquel día si mal no recuerdo ¿de qué esta hablando?-. Algo internamente me advirtió que no debí preguntar pero ya era muy tarde, lo había hecho y debía afrontar la respuesta.

¿Pues qué más? ¡El don de concebir una vida por supuesto! ¡Vine a comprobar si pude darte esa oportunidad de tener un hijo de Sebastián-sensei!-. Aquello basto para que en mi mente algo hiciera clic.

Esos malestares y esa sensación de sentirme ligeramente subido de peso que había comenzado a tener luego de un mes desde la noche de bodas ahora cobraban sentido, no me había enfermado ¡Yo estaba embarazado!

Por sentido común no había pensado en esa probabilidad pues era hombre, era obvio que no me sería posible, claro, a menos que un ser poderoso interviniera y ese era el caso, ese demonio semi-dios llamado Tomoe había hecho algo y ahora yo termine esperando un bebé de Sebastián... Un bebé suyo... Un bebé de ambos...

La idea no me disgustaba, no cuando aun podía recordar aquel sueño donde teníamos un hijo, sentí que mi corazón se agitó emocionado una vez el shock de la respuesta había pasado, sin darme cuenta puse mis manos sobre mi vientre y lo acaricié.

Allí estaba creciendo nuestro hijo, solté un pequeña risilla boba mientras pensaba en que ahora podía formar una familia con Sebastián, Tomoe con eso supo que ya estaba embarazado, que su regalo si se había realizado.

Tal parece que sí conseguí otorgarle dicho don conde Ciel-chan~ Jeje bien, entonces ¿Cómo piensa decírselo a Sebastian-sensei?-. Eso no lo había meditado sinceramente, de hecho no estaba para pensar en nada, estaba más centrado gozando la felicidad de que un pequeño bebé estaba creciendo dentro de mí.

...Un momento, si estaba embarazado ¡¿Cómo iba a cuidarlo?! ¡¡A penas y podía hacerme cargo de un par de cosas por mi mismo, pero prácticamente el que hacía todo por mí era Sebastián, yo era casi un inútil!!

No supe en que momento entre en pánico ni en que momento Tomoe se había ido, solo sabía que de pronto llegaron todos los sirvientes preguntando exaltados que me sucedía, a último llegó Sebastián y mi hermano con las mas pura preocupación en el rostro, quise decirles que estaba bien pero la voz no salió, todo estaba tornándose borroso y cuando menos lo espere de golpe mi alrededor se volvió oscuridad, lo último que llegué a escuchar fueron los gritos de todos como si estuvieran en la lejanía y que susurré el nombre de Sebastián.

||Narra Sebastián||

Me encontraba en la cocina haciendo los preparativos pertinentes para la cena de ese día, pero no estaba del todo metido en ello como normalmente lo hacía, estaba demasiado preocupado por mi amado bocch-esposo.

Desde hacía poco había comenzado a sentirse mal, cada mañana antes de desayunar terminaba vomitando y un par de veces parecía que se iba a desmayar sin explicación alguna, por sugerencia de su hermano llamamos a un doctor pero poco pudo hacer, le recetó unos medicamentos y le dijo que debía reposar, pero con dificultades me costaba mantenerlo en cama, tenía que ponerme de acuerdo con su gemelo para que me ayudara a que se quedara allí.

Sin embargo el día de hoy me había dado la orden de que lo dejara por lo menos tomar el té en el jardín a solas, ya que según estaba estresado de haber permanecido tanto tiempo encerrado en su habitación sin siquiera poder hacer su trabajo debidamente y con nosotros dos presionándolo a que descansara más.

Al ser una orden que hizo uso del contrato poco pude oponerme, más no lo deje del todo solo, les había ordenado a los sirvientes que lo vigilarán discretamente mientras me encargaba de mis deberes correspondientes y ayudaba a su hermano con las cosas que estaban pendientes del trabajo.

Cuando finalmente pude concentrarme en lo que hacía fue cuando decidí hacerle un dulce postre de sus favoritos para alegrarlo, pero los gritos de todos me asustaron demasiado, no entendía lo que decían pero sabía que era relacionado a mi esposo, por ello corrí como si la vida se me fuera en ello, a medio camino me crucé con su gemelo y llegamos a donde todos, él lucía exaltado por algo y murmuraba cosas incomprensibles hasta que lo vi tambalearse un poco, susurró mi nombre y se desmayó, antes de que cayera lo atrapé por supuesto, no pensaba permitir que se hiciera daño.

<-~×∆×~->

Las horas transcurrieron lento en nuestra habitación mientras velaba por él sentado frente a la cama, pronto sería la hora de la cena mas mi amado aun no despertaba, pero estaba relativamente tranquilo pues todo parecía estar bien con él.

Nuevamente el doctor había sido llamado por su hermano pero no nos dijo nada relevante o nuevo, solo simples especulaciones sobre lo que podía tener, aunque hubo un comentario que me había dejado pensativo

...[Si el joven fuera señorita estaría completamente seguro de que podría estar esperando un bebé, pero solo necesita menos estrés y reposar bien, además de seguir tomando el medicamento que le recete-. Dijo mientras guardaba sus herramientas de trabajo en el maletín, por su semblante era obvio que él pensará que los síntomas se debían a una enfermedad pasajera y no a que mi esposo estuviese embarazado]...

Mis pensamientos se estancaron con esa idea hasta que note que él comenzaba a reaccionar, lentamente abrió los ojos y me miro risueño, eso sin duda me desconcertó en demasía ya que no era muy normal si se me permitía decirlo.

Por lo que aparentaba él estaba semi despierto, no sabía si estaba bien preguntarle algo en ese momento, pero decidí mejor no hacerlo por cualquier cosa.

Por su parte él siguió viéndome sonriendo de manera cálida, aquello provocó que quisiera acariciarle y así lo hice, me quite el guante para poder acariciar su mejilla, más él poso su mano sobre la mía para detenerme pero no la apartó, tan solo la apegó un poco más a su mejilla, sus acciones solo hacían que me extrañara más por su comportamiento.

Dime Sebastián... ¿Te gusta el nombre "Usami"?-. Sus ojos estaban cerrados mientras me preguntó aquello, no entendí bien que quiso decir pero no pude cuestionarle nada, ya que se había quedado dormido conservando una pequeña sonrisa que contenía demasiada felicidad, la cual no sabía a que se debía sinceramente ¿Seria posible que él...?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro