❀; Capítulo 11.
Por fin llegaron las esperadas vacaciones de verano. Todos estaban emocionados, excepto los miembros del club de baloncesto. Se entristecieron una vez supieron que su verano sería arruinado con fuertes entrenamientos. Pero su desánimo se volvió cólera cuando se enteraron que aquel entrenamiento era sólo opcional para la Generación de los milagros.
Quién imaginaría que tendrían tal preferencia...
Sin embargo, sí que era obligatorio ir para Shirasaka, Momoi y Kuroko. Las dos chicas tendrían que desempeñar sus tareas de siempre, y el peliceleste debía continuar fortaleciendo sus habilidades.
Estas circunstancias llevaron a Ryota a tomar una decisión: ir con ellos.
— ¿De verdad? —Los ojos de Yukimi y Satsuki estaban brillando.
Asintió de forma exagerada, a la vez que sus amigas reían.
— ¿Qué es tan divertido? —cuestionó el rubio.
—Es que... sacrificar tus vacaciones por tus amigos es una gran decisión —sonrió la pelirrosa.
—Prefiero esto que modelar —admitió Kise.
Le sorprendió que Shirasaka no dijera nada, pero se mantuvo en silencio a pesar de ello.
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— ¿Ya están todos? —El entrenador tenía papeles en mano, preparado para tomar la asistencia.
En el bus, Momoi se sentó junto a Kuroko, dejando así que Kise y Yukimi estuviesen juntos. Aunque ambos renegaron al principio, terminaron aceptando. De hecho, el peliceleste agradeció a Satsuki por tales acciones. Si no fuera por ella, habría tenido que soportar los chillidos del rubio durante todo el viaje.
—Bien, vamos a— El entrenador detuvo sus palabras cuando vio, por el rabillo del ojo, al recién llegado pelirrojo.
—Akashi-kun. —Y, después de ello, apareció alguien más—, Midorima-kun.
Los dos saludaron con un "buenos días". Pasaron al fondo del bus, sentándose en uno de los lugares finales, detrás de Shirasaka y Kise.
Ése día, el peliverde llevaba en su mano unas tijeras. Siempre portaba un objeto de la suerte, cortesía de Oha-Asa.
El autobús comenzó a moverse de una vez. Los chicos dejarían la ciudad de Tokyo, rumbo a las montañas, lugar donde se llevaría a cabo su semana de entrenamiento. Algunos estaban emocionados, aunque la mayoría se quejaba por la decisión respecto a la Generación.
Como se esperaba, Murasakibara y Aomine no fueron al viaje -a pesar de que Momoi intentó convencer al segundo-. Sin contarlos a ellos, todo el club estaba en el bus, incluido Nijimura.
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Llegaron a su destino después de unas tres horas de viaje, durante las cuales Kise se había dormido, provocando que Shirasaka hiciera lo mismo, apoyada en su hombro.
—Shirasakacchi, ya llegamos —le susurró, para despertarla.
— ¿Eh? —Abrió los ojos de golpe y se fijó en su posición. De forma casi automática se incorporó y apartó la mirada, para ver cómo todos bajaban del bus.
—L-Lo siento —murmuró.
Ryota rio.
Ambos se levantaron y bajaron juntos, lo que llevó a Satsuki a emocionarse. Durante el viaje, aprovechando que ambos se quedaron dormidos, le contó a Kuroko sus planes para juntarlos...
Cuando todos ya estaban fuera del bus, el entrenador procedió a darles las debidas indicaciones. Lo típico: qué debían hacer, qué no debían hacer...
Entonces, les abrió paso al complejo deportivo en el que entrenarían. Increíble; un complejo deportivo en las montañas. Desde afuera sólo podían apreciar la cancha de fútbol, así que supusieron que el resto estaba techado.
Empezaron a entrar en orden, formando tres filas. Aunque Momoi y Shirasaka tuvieron que pasar junto al entrenador.
A decir verdad, en sitio era muy grande. Quizás era el lugar perfecto para pasar unas vacaciones de verano... O no.
Todos parecían sorprendidos por el verde césped bien cuidado y los arcos recién pintados. Además, por las también enormes puertas que de seguro los llevaban a su preciada cancha de baloncesto.
A pedido del entrenador, se detuvieron un momento para volver a organizarse y tomar lista una vez más. Cuando se confirmó que todos estaban ahí, abrieron las puertas de la sala.
Con los ojos brillantes, Yukimi observó lo pulcro que se veía el suelo. Incluso brillaba. Los aros tenían la misma altura que los de las competencias nacionales, por lo que podía observar.
Volteó para mirar a Akashi. Éste mantenía una sonrisa de satisfacción en su rostro, puesto que parecía un buen lugar para pasar unas vacaciones de entrenamiento.
Luego de mostrarles un poco el sitio, el entrenador procedió a indicarles que detrás del complejo había una especie de hotel en el que se quedarían durante la semana en la que estarían allí; y que los llevaría en ése momento para que dejaran sus cosas.
Cuando hicieron lo último, también aprovecharon a colocarse ropa deportiva para empezar el entrenamiento. Por esa razón, cuando Shirasaka volvió a la "sala de baloncesto", Kise ya estaba ahí haciendo dunks y Midorima ya había comenzado a practicar sus triples.
Los observó durante un rato, analizando cada uno de los movimientos que hacían. Primero miraba a Ryota y luego a Shintaro. Así fue durante unos cinco minutos, hasta que todos estuvieron en la sala.
Como orden del entrenador, empezaron a hacer estiramientos para después jugar un partido amistoso. Es ése partido no participó la generación de los milagros; sólo pudieron observar.
Kise se sentó junto a Shirasaka, y la miraba de reojo de vez en cuando para presenciar sus expresiones.
El juego transcurrió muy rápido, por lo que no tuvieron mucho que observar. Hubo un par de encuentros más, hasta que decidieron que la generación practicaría por fin. Sin embargo, ellos no tuvieron un encuentro. Fue sólo un one-on-one entre Ryota y Akashi.
El rubio parecía hacerlo bien, hasta que Seijuuro comenzó a dificultarle las cosas. Como era más pequeño que el otro, aprovechaba la situación para pasar por los puntos ciegos. Así fue como logró encestar un par de veces y terminar el partido con una victoria.
—Mou, Akashicchi es increíble —se quejó el oji-miel, cuando volvió a su lugar en la banca.
—También te esforzaste mucho —sonrió Shirasaka—. Y todos tus esfuerzos tendrán sus frutos algún día~
La semana de entrenamiento en el complejo deportivo se pasó muy rápido. Durante ése tiempo, todos mejoraron al menos. Ya estaban listos para vencer en las competencias que se avecinaban.
Fin del capítulo once.
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¡Hola!
Como se dieron cuenta, éste capítulo es más de narración que de conversación- Aunque no me gustó ;w;
Trataré de darle un poco de velocidad a éste fanfic, para que no sea muy largo y tedioso -u- Es decir, no apresuraré la relación, sino que resumiré las ideas que tengo en mente para que el tiempo transcurra más rápido~ En sí, no tratará mucho del básquet aaa
En fin- Gracias por leer ;v;
-Nisa
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