El juego había comenzado.

Charles era el capitán de un equipo junto a los Mukami y a Yuuri, pues Kino prefirió sentarse en primera fila y ser un espectador, y también entraron al equipo otros de los estudiantes, principalmente los que también sufrían algún tipo de acoso.

Mientras que Ayato lideraba el otro equipo con sus hermanos, y sus seguidores de entre los alumnos.

·¡Panqueque!–gritó el pelirrojo a Yui-¡La victoria será de tu dueño!

La rubia solo desvió la mirada sonrojada y se topó con la mirada del negro.

–Él tiene razón- dijo Charles –La victoria será de quien en verdad te ama.

Charles lanzó el balón y lo atrrapó el ghoul que estaba al otro lado de la cancha, ya que el otro equipo no tenía ni idea de como se jugaba, y trataban de jugar como baloncesto.

–Este es un deporte de contacto –dijo el sudafricano a Ayato con una mirada fiera–un deporte de HOMBRES, no de nenitas mimadas

–Pues no voy a tener contacto con escorias como ustedes-respondió altanero.

–Pues nosotros si lo tendremos contigo–gritó mientras le tacleaba para atrapar el balón-¿ te dolió, princesa?

El pelirrojo se llenó de furia y entonces fue que jugó en serio.

El grito dr "¡Kuro!", que días antes había sido de burla, hoy eran de apoyo a su equipo.

El partido fue avanzando al principio a la cabeza Yuuri y Charles, pero, después se tornó mas reñido.

En el último momento, el corazón de  Charles latía con fuerza y el sudor empapaba su rostro, cuando estuvo por hacer la última anotación.

Arrebató el balón a Yuma para correr al otros lado de la cancha, cuando sus fuerzas se comenzaron a desvanecer.

Su paso se fue aminorando hasta que cayó al suelo desmayado en la zona de anotación.

–¡Charles! ¡Kuro! ¡Charles!–Es lo único que él oía entre la oscuridad que le invadió.

Kino fue hasta él junto con Yui y sus otros amigos, para despertarle.

Pero alguien les apartó para tomarlo en brazos.

Continuará...

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