IX
Años atrás
Un hombre de porte europeo llegaba a Sudáfrica.
Llegó en el "Adam's Apple".
Al pisar tierra firme, allí estaba ella.
Él se había prometido así mismo, que solamente iría por negocios, olvidándose de las mujeres.
Pero era inevitable.
Una joven hermosa oriunda del lugar, de unos diecialgo, sin pasar de los veintitantos. Estaba siendo obligada a subir a un barco, por comerciantes ingleses.
Estaban en las últimas décadas del siglo XX, pero el comercio de humanos, seguía en pie. El trafico de personas se había modernizado, ya no son servidumbre, ahora son esclavos de la lujuria de otros.
Nuestro caballero se acercó a donde ella se resistía a entrar y pasando entre aquellos mortales tomó el rostro de ella quitando su rizado cabello de su frente.
-¿Tu deseas ir con estos caballeros?-preguntó él recibiendo un escupitajo de ella.-Así me gustas princesa.
-¿La quieres?-dijo el capataz-Si te la llevas nos librarás de una alborotadora entre las otras, pero tendrás que pagar por esta exótica muñeca.-la jaló hacia él-Su precio completo, por que aunque sea salvaje, una virgen, vale mucho más.
-Pagaré por todo el cargamento-dijo el albino -pero suéltenla.
Abrió su maletín sobre una barrera en el muelle y sacó un cheque el cual llenó firmándolo se lo entregó-Ahora suéltalas-ordenó al capataz-y dedícate a otra cosa. Y tú-dijo a la chica -Ve a casa.
Cerró su maletín y se dispuso a seguir su camino.
-Gracias Señor-ella siguiéndole se postró frente a él-Ahora soy suya.
-Una mujer como tu, no le pertenece a nadie-él la levantó-¿como te llamas?
-Soy Makena Mandela, Señor-respondió agachando la mirada.
-Este día dos personas con ese apellido serán libres el día de hoy.-dijo sonriendo.
-Usted es....
-Soy Carlo Sakamaki, el mecenas de Nelson, el cual imagino será tu padre.
-De hecho es mi hermano mayor-dijo Makena.
-Púes vallamos a liberar a tu hermano-le tendió el brazo para que caminara a su lado sin importar la política de separación de clases-Ni un vampiro ni un hombre merece esta situación.
★★★★★★
-Y pues así se conocieron mis padres-dijo Charles a los demás chicos en el estudio de su mansión.
-Creo que a Padre le gustan las mujeres exóticas-dijo Kino-La mía es una adivina gitana, pero ella sí se vendió, me dejó con padre y se fue con un magnate ruso.
-La mía también abandonó a mi padre-dijo por lo bajo Ruki.
-Lo siento mucho chicos-dijo Charles.
-Eso ya pasó-dijo Ruki-pero ahora debemos terminar esta tarea.
-Sí, está bien-dijo Kino-Yuuri, traénos otra ronda de jugo.
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