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9. Orden y estrellas

Omegaverse.

H Omega
L Alfa

Dónde Louis siente una fuerte necesidad de proteger siempre a ese Omega.

•••

El Roco Town's era un restaurante por ahí ochentero de un pueblo en medio de casi nada, tenía casi cuarenta años de haber abierto sus puertas y solo era visitado por gente que estaba de paso y padres o abuelos que pasaron sus juventudes ahí.

El pueblo era pequeño y era más conocido por la universidad que ahí se encontraba, una de las más importantes y también de las mas alejadas.

Louis había sido aceptado ahí, y no dudo un día en hacer sus maletas, despedirse de su madre, y emprender el largo viaje al dichoso pueblo para empezar su vida de universitario.

— Hey Lou, ya deja eso ahí, es viernes — Escuchó una voz gruesa desde la puerta del dormitorio.

El chico de ojos azules volteo y vio a su compañero acercarse para quitarle la pluma y cerrar su libreta.

— Tengo que entregar esto el lunes, Iván.

— Falta mucho, además, es día de hamburguesas y alitas, no te puedes perder eso.

Louis sonrió y se giro aún en su silla de escritorio, el amaba las hamburguesas.

— ¿No estabas a dieta por el fútbol?

Iván rodó los ojos.

— ¿Que parte de 'es viernes' no entendiste?

El chico alto y robusto tomo al ojiazul de la mano y lo jalo fuera del dormitorio, Louis apenas pudo tomar su billetera para luego salir con Iván hasta fuera del campus.

— Fer nos lleva, dice que es mejor todos juntos en un auto.

Louis asintió y cuando vio el coche de su amiga no dudo en subir adelante. Detrás iban solo tres compañeros más, incluyendo a Iván.

— ¿A donde vamos? — Preguntó Louis, al ver qué Fer salió por la puerta trasera del estacionamiento, dónde el camino llevaba a una carretera a la salida del pueblo.

— A Roco, escuché en la clase que ahí venden buenas parrilladas.

— ¿Pero eso no está lejos? ¿Que pasa si se te acaba la gasolina?

Sintió un abrazo por detrás del asiento y se sobresalto un poco.

— Amigo, no pasa nada, la gasolinera está justo en frente del lugar, somos cinco personas dentro de este auto...

— ¿Haz visto las películas de terror y asesinatos? — Interrumpió Louis — Así empiezan.

— Exacto — Sonrió Iván — Y la rubia resbalosa siempre muere primero, así que estamos a salvo, ¿Verdad Fer?

La Omega rubia lo miro por el retrovisor y le hizo mala cara.

— Luego sigue el negro, verdad Iván.

Louis solo rodó los ojos y fue escuchando la discusión de sus amigos hasta llegar al lugar, no quedaba muy lejos en realidad, era más bien el camino de noche lo que lo hacía perturbador, pero el restaurante en sí tenía buena pinta, un lugar ochentero como tal.

Cuando entraron el olor hizo a los cinco cerrar los ojos, olía delicioso lo que provocó que incluso su estómago sonara en hambre.

Se sentaron en unos asientos muy cómodos con una mesa espaciosa y esperaron a que los atendieran.

— No sé ustedes, yo quiero todo — Dijo la chica rubia.

Todos estaban mirando el menú pero cuando Louis sintió una presencia a su lado miró hacia arriba, era el mesero, así que volvió su vista a la carta para decirle lo que iba a ordenar pero por alguna razón volvió a mirar al chico.

Sinceramente no supo qué fue lo que le causó esa curiosidad, simplemente pudo notar con claridad el físico del chico, era de piel lechosa, el cabello corto pero rizado, parecía tener ojos verdes y las facciones de su rostro eran bonitas pero parecían molestas.

Además, era un Omega y olía rico.

— Bienvenidos a Roco Town's ¿Puedo tomarles ya la orden?

— Si buenas noches, serían cinco hamburguesas, tres cestas de alitas bbq, cinco refrescos y una bandeja grandes de papas a la francesa.

El chico anotaba muy rápido como si se le fuese a olvidar la orden.

Louis obviamente lo notó, pero seguía sin entender el por qué no podía apartarle la mirada de encima.

El mesero le dio una mirada a Louis por menos de un segundo y al terminar de anotar se fue de ahí directo a la cocina.

— ¿Oigan vieron al mesero? parecía molesto o cansado — Preguntó el ojiazul, Iván se encogió de hombros.

— Yo también estaría molesto si me tocara trabajar en este lugar a estas horas de la noche.

Louis le dio la razón y no le dio más importancia hasta que en un momento le dio por voltear en dirección a la barra y volvió a ver al mesero rizado, comprobó que estaba molesto porque parecía hacer las cosas bruscamente y podía notar por el movimiento de sus hombros que suspiraba pesado de ratos.

Le tocó verlo así en algunos momentos hasta que llegó la hora de que les entregaran la comida.

El Omega parecía darlo todo con la gran bandeja y en algún momento se le iba a caer, así que Louis se puso de pie para ir a ayudarle y se dio cuenta de que si era pesada, incluso Osvaldo también se apresuró a ayudar.

El alfa ojiazul sintió un piquete en el pecho al ver la ayuda de su compañero al Omega, y por poco le gruñe, pero se controló y se dijo así mismo que era por el hambre.

— Gracias, no era necesario — Comentó el Omega, una vez que la bandeja estuvo sobre la mesa.

— No es nada, muchas gracias — Dijo Louis, con una sonrisa.

El rizado no le sonrió, simplemente agacho la cabeza y se retiró de ahí de nuevo a la cocina, sobándose los brazos.

Si era pesada, Pensó Louis.

La cena con sus amigos pasó con normalidad y bastante tranquila, todos estaban cansados por la semana tan pesada que sus pláticas eran sobre eso. Louis fue el primero en devorar su comida, seguido por sus demás compañeros, a excepción de la Omega, que apenas iba a la mitad de su hamburguesa, así que todos la esperaban aburridos.

Louis palpó su chaqueta y sintió su cajetilla de cigarros.

— Voy afuera a fumar uno, ¿No vienen?

Los compañeros se negaron para quedarse ahí a ayudarle un poco con la comida a Fer.

El alfa asintió y salió por la puerta de atrás, sacó un cigarrillo y su encendedor para prenderlo y dar el primer toque.

No fumaba muy seguido pero por alguna razón en ese momento le apeteció y ya.

Afuera estaba tranquilo y no hacía aire ni frío, por lo que se recargó en la pared tranquilamente a esperar terminarlo.

Unos ruiditos de su lado derecho lo hicieron voltear y se percató de que ahí sentado en la banqueta estaba el Omega que antes los había atendido, estaba comiendo con una cajita en las piernas y la mirada al frente.

Sus piernas y su boca fueron más rápidos que su mente, así que se acercó y saludo.

— Hola.

El chico sentado solo lo miro, sin asombrarse, suponía que ya lo había visto salir.

— Hola — Respondió, con la boca un poco llena y las comisuras manchadas de salsa de alitas — ¿Quieres? — Le ofreció la cajita.

Louis sonrió y negó, metiendo su mano libre al bolsillo de sus jeans.

— Soy Louis, me atendiste hace rato junto a mis amigos.

El Omega volvió a su comida.

— Si ya sé, yo soy Harry — Le enseño el gafete de su camisa — No Jerry ni Henry, Harry.

— Hola Harry, soy Louis.

— Si ya me lo dijiste.

Al Alfa el Omega le dio ternura, estaba sentado en la banqueta con las rodillas casi en su pecho y la cajita de alitas estaba sobre ellas, comía tranquilo, despacio y su mirada parecía perdida al frente.

— ¿Por qué comes aquí? Adentro hay muchas mesas libres — Pregunto Louis.

El Omega negó con un suspiro cansado.

— No quiero que sepan que estoy comiendo.

— ¿Te las robaste?

Harry soltó una risita ronca y Louis al escucharla sonrió también, su risa era bonita.

— No pero... Mis compañeros son idiotas.

Louis se acercó unos pasos y el Omega arrugó la nariz, mirando el cigarro. El alfa se dio cuenta de inmediato y lo tiro al suelo para apagarlo.

— Lo siento — Se disculpo, Harry asintió — ¿Por qué dices eso?

— ¿Que son idiotas?

— Aja, ¿Por qué?

El Omega volvió a suspirar y dejó la cajita de alitas a un lado para beber un poco de refresco y hablar, pero sus ojos lagrimearon.

— Yo solo quería amigos.

Louis se dio cuenta del estado del chico y no dudo en sentarse a su lado para escucharlo mejor, ya que hablaba despacito.

— Odio el turno de noche, los odio a ellos, me molestan — Harry metió la cara entre sus rodillas y abrazo sus piernas.

El alfa sintió ese ronroneo de Omega pidiendo protección y de inmediato lo abrazo por la espalda para darle consuelo.

— No llores Omega, por favor no llores — Pidió Louis, casi suplicando, pues lo que sentía en su pecho jamás lo había sentido y era una sensación que le hacía querer estrellar cabezas contra el suelo mientras guardaba al Omega en una caja de cristal.

— Lo siento, eres un desconocido — Harry se limpio las lágrimas y se enderezó para verlo, ambos fijaron sus ojos en el otro por un buen rato.

— Soy Louis.

— Es la tercera vez que me lo dices, no soy retrasado. — Le sonrió.

— Perdón Harry, solo quiero que te sientas mejor.

— Me siento mejor — Suspiro — Llevaba queriendo llorar desde que me dijeron que me tocaba el turno.

— ¿Y eso desde cuándo fue?

— Hace tres días.

Louis murmullo.

— Ya veo — Susurró, ambos estaban muy juntos y sintió al Omega aferrar una mano a su chaqueta, pero el mismo Omega no parecía darse cuenta de eso.

— Me dicen cosas por ser el más chico de aquí, y uno de ellos no me deja comer tranquilo, una vez me encerraron en la bodega.

El Omega parecía traumado, Louis mordió su mejilla interna con molestia.

— ¿Por qué no renuncias?

— Necesito el empleo, además, ya me acostumbré.

— No deberías.

Harry se encogió de hombros y miro el reloj de su muñeca.

— Tengo que volver, solo me queda una hora de turno y me voy a casa.

Louis asintió y ambos se separaron.

El olor del alfa estaba en el Omega y al parecer solo él se dio cuenta.

El estad de ánimo del rizado había mejorado inmediatamente y se sentía más confiado de entrar a ese lugar, y era por qué sabía internamente que por el resto del turno no lo iba a molestar.

Olía a Louis.

— Entonces... ¿Trabajas aquí?

Harry alzó una ceja y se señaló así mismo, Louis pudo ver bien su uniforme rojo con blanco, le quedaba bien.

— Pues, tengo un uniforme, un gafete y te tome la orden hace más de una hora, yo creo que sí.

El alfa rio y se sintió estupido.

— Me refería a... Si puedo encontrarte de nuevo aquí, tal vez, mañana.

Harry balanceo su cuerpo y sostuvo su refresco entre sus dos manos.

— S-si, a las doce del día.

— Bien, tal vez yo... Me interese por una hamburguesa — Louis dio pasos hacia atrás sin dejar de verlo.

— Tal vez yo tome tu orden.

— Tal vez — Murmuró él alfa.

Harry bajó la mirada sonrojado y dio una media sonrisa, camino unos pasos hacia la puerta que estaba cerca de Louis y la abrió, se despidió con la mano y desapareció dentro del lugar.

El Alfa se tomó varios minutos para asimilar lo que había pasado, y luego entro con sus amigos que ya lo esperaban para irse.

Esa noche no pudo dormir tranquilo al pensar en volver por ese Omega y cuidarlo siempre.









...

Holaa, vuelvo con este corto OS que se me ocurrió tal vez hacerlo una Fic como tal, pero quiero saber si les llama la atención, sería muy soft y sin dramas.

¿Que les pareció?<3







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