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Kuma 42


Jimin se levantó, tomó el dinero que Yoongi había dejado sobre la mesa de la cocina y se dirigió hacia la puerta.

Sin verificar quién era, abrió la puerta bastante seguro de que iba a ser el repartidor con su pizza.

—¿Y tú quién eres? —pregunto la femenina del otro lado de la puerta con un bolso en su mano.

—Uhm... Jimin —respondió incómodo, reconocía a la chica y no entendía qué estaba haciendo aquí, su Hyung no le dijo nada de que tendría visitas.

—¿Y qué haces en el departamento de mi novio? ¿Eres su hermanito? ¿O un primo? ¿Un nuevo amigo?

El menor retrocedió un paso ante aquellas palabras, espacio que Jisoo aprovechó para entrar y cerrar la puerta detrás de ella mientras observaba con curiosidad al castaño claro.

—Hyung... No... —negó varias veces con su cabeza, eso no era posible.

Quería decirle que él era el novio de Yoongi pero... No sabía si podía decir eso y exponer así su relación.

—¿Dónde está mi Oppa?

¿Oppa? Jimin arrugó su nariz no gustándole aquel término, mucho menos si provenía de ella.

—Mochi ¿Era la pizza? —pregunto el rubio apareciendo en su sala con los medicamentos en su mano—. ¿Qué haces tú aquí? —pregunto con un notable mal humor que de alguna forma, hizo sentir mejor a Jimin.

—Te vine a cuidar, Oppa —sonríe—. Ayer no te vi muy bien así que en cuanto conseguí tu dirección vine.

Yoongi dejó de prestarle atención y observó a su pequeño, quien observaba a todos lados menos a ellos, luciendo realmente incómodo.

—Pequeño ¿Pasó algo? —pregunto preocupado.

—Nada Hyung...

—¿Él es tu primo Oppa? Es muy lindo —interrumpió Jisoo.

—No es mi primo, es mi novio —confesó con una sonrisa mientras iba al lado de Jimin y lo abrazaba.

La chica dejó caer su bolso al escuchar aquello y les observo sorprendida.

Incómodo, Jimin se dio vuelta y se levantó en la punta de sus pies para susurrar en el oído al mayor. No podía no preguntarle al respecto.

—Hyung... Ella dijo que era su novia —Yoongi junto sus cejas y observó furioso a la chica.

—¿Por qué mientes diciendo ser mi pareja? —gruño rodeando con fuerza la cintura del menor, dejando que este recargara su cabeza contra su pecho.

Estaba feliz de que Jimin no se hubiera ido de su departamento apenas escuchó esas palabras.

—Yo... Él es un chico... —balbuceo Jisoo.

—Y es mi lindo novio —gruño—. Ahora, quiero que te largues de aquí y que nunca más te vuelvas a acercar a mí o a Jimin.

—Le diré a mi padre —advirtió indignada.

—¿Me ves preocupado? —se burló—. Yo le diré que otra vez me estas acosando, a ver a quien le ira peor.

Apretando sus labios, Jisoo recogió su bolso y se fue dándole una última mirada a Jimin. Estaba celosa de que él si pudiera estar entre esos brazos, y aún más al ver lo tierno que era.

Cuando la puerta se cerró con fuerza, Jimin por fin respiró con alivio. La presencia de aquella chica le incomodaba.

—No me gustó escuchar eso. Quería decirle que yo soy su novio pero no sabía si podía decirlo —murmuro decaído.

Preocupado, Yoongi dejó de rodear la pequeña cintura con uno de sus brazos y tomó con suavidad el mentón del menor.

—Puedes decirle a todo el mundo que somos pareja, Jimin. No planeo mantenerte oculto ni tampoco a nuestra relación —afirmó besando su frente.

Jimin sonrió mucho más tranquilo. No es como si ahora planeaba decirle a todo el mundo que él salía con Min Yoongi, pero se sentía bien saber que Yoongi no planeaba mantener lo suyo en secreto.

—Disculpa lo de Jisoo, tiene una pequeña obsesión conmigo. Pero estoy muy feliz de que no le hayas creído y de que me esperaras aquí.

—Bueno... Simplemente no podía creer en eso y no me dio tiempo de escapar ya que salió enseguida y después ya me estaba abrazando.

—Si después de esto te enfermas, iré personalmente a cuidarte —prometió. El menor mantuvo su sonrisa pero algo confuso inclinó su cabeza.

—¿Por qué dice eso, Hyung?

—Porque tengo tanto deseo de besar aquellos esponjosos labios tuyos que ya no me resistiré más —murmuro acercando su rostro.

Oh... Jimin instintivamente relamió sus labios y mordió el inferior, anticipando lo que estaba a punto de pasar.

Bueno, las parejas hacían eso... Y ellos eran una pareja ahora... Y sinceramente él ya había soñado que Min Yoongi lo besaba, a pesar de lo imposible que era su sueño en ese momento.

—Si promete ir... —balbuceo avergonzado, ansiando el momento por más abochornado que estaba.

Yoongi sonrió.

Fue simplemente un inocente rose donde sus labios se presionaron suavemente juntos. Un acto tierno que afectó el ritmo cardíaco de ambos, en especial el del menor.

Aun con sus ojitos cerrados, Jimin enrolló sus brazos en el cuello del contrario y se escondió ahí, avergonzado y muy feliz.

—¿Aún no hay desmayos? No sé si eso es bueno o malo.

—Hyung no se burle —refunfuño aun sin salir de su escondite.

—Por qué no sales de ahí y me muestras ese hermoso rostro —su voz era suave mientras lo volvía a abrazar por la cintura.

No podía dejar de sonreír y anhelar nuevamente aquellos labios.

—Solo... Espere a que mi corazón no quiera escapar de mi pecho —susurro enterneciendo al mayor.

—Solo espera a que mi resfriado termine Mochi, besare esos suaves labios hasta que te duelan —prometió seguro de sus palabras.

—Shi...

—¡Está con él!

—Sé que está con el Tae, yo mismo te lo dije —respondió divertido el pelirrojo.

—¿¡Por qué le diste su dirección!? ¿¡Qué no sabes que calladito te ves más bonito!? —exclamó tomando su mochila.

Jungkook rió sin poder evitarlo y lo detuvo abrazándolo por la espalda.

—¡No es gracioso! ¡Es mi hermanito! ¡Y está con su novio!

—Tienes que dejarle crecer —respondió aún divertido.

—Pero... Es mi bebé —susurro estirando su labio inferior.

—Ni tu mamá se escuchaba tan preocupada cuando volvieron a hablar hace unas horas, y eso que ella misma lo fue a dejar ayer —Taehyung hizo una mueca sabiendo que estaba exagerando otra vez.

—Bien, pero si cuando vuelva mi hermanito camina como un pingüino será a ti a quien le llegue mi zapato en la cara —amenazó.

—¿Están seguros de que ustedes dos no son pareja? —pregunto Namjoon dejando de ver su celular.

—Sí.

—No.

Ambos gritaron al mismo tiempo y se miraron entrecerrando sus ojos.

—TaeTae aún no quiere aceptar que estamos saliendo, Nam —respondió Jungkook.

—Porque no estamos saliendo, duh.

—Claro que sí.

—A ver rojito, yo en ningún momento te recuerdo preguntándomelo —pronunció cruzando sus brazos sobre su pecho.

—¡Bien! ¿Quieres ser mi novio?

—No.

—¿No? —pregunto confundido.

—No porque me lo pediste solo porque yo te lo dije, así que tendrás que esforzarte en esto romeo —respondió golpeando suavemente la mejilla del contrario.

Sin poder evitarlo, Namjoon rió por la singular pareja frente a él. Y Jungkook en vez de estar enojado, sintió que había caído un poco más por el chico frente a él.

—Bien Romeo y Julieta, tomen sus cosas que ya volvemos a Seúl —anunció el mayor tomando su propia mochila.

—Vamos, quiero comprobar que mi hermanito no sea un patito o un pingüinito.

—Si estás tan preocupado por haberlo dejado con el lobo feroz... ¿Por qué no lo llamas? —pregunto Jungkook colocándose un cubrebocas y luego un gorro, dejando oculta su hermosa cara.

Taehyung abrió su boca mientras alzaba su dedo índice, se quedó en la misma posición por unos segundos y luego sacó su móvil marcando sobre el número de su hermanito mientras salía.

—N-no Hyung... P-pare, por-por fav-... Or.

—¿Por qué debería de hacerlo? No puedo parar ahora Mochi.

—¡Aah! Hyung... ¡Qu-quieto! —grito apretando su celular entre sus manos, asustado.

—Solo un poco más...

—¡Hyung! ¡Noo! ¡Duele! —grito cerrando sus ojos.

—Es tu culpa bebé, tienes que aguantar.

—¡Hyung! —chillo.

—Bueno, eso te pasa por intentar correr de mí.

—Pero Hyung... Me quería hacer cosquillas —respondió con un puchero, observando su rodilla donde había estado un corte y ahora estaba desinfectado y cubierto.

—Y eso fue porque tú, pequeña cosita malvada, me engañaste para tomarme el medicamento —le recordó guardando todo, por primera vez estaba feliz de tener esa estúpida caja de primeros auxilios en su apartamento.

—Pero es que se los tenía que tomar o no va a mejorar... Y yo no quiero que siga enfermo —infló sus mofletes.

Suprimiendo su sonrisa por lo tierno que se veía su lindo novio, le bajó con cuidado su pierna de su regazo.

—Ya pero mi recom-... —sin dejarle terminar, Jimin se inclinó hacia adelante y plantó sus labios en la mejilla del mayor en un rápido y corto movimiento.

—L-listo —aclaró su garganta y observó sus manos, avergonzado.

Frunció el ceño al ver una llamada de su hermano mayor finalizada. ¿Cuándo había ocurrido eso?

—Hiciste trampa otra vez —acusó Yoongi, distrayéndolo.

—N-no lo hice, yo le prometí un beso... Pero nunca dije que sería en... En sus labios —le recordó y le saco infantilmente su lengua.

—Cosita tramposa —pronunció antes de lanzarse sobre el menor para comenzar a mover sus dedos alrededor del pequeño cuerpo.

Jimin chillo y se retorció mientras reía a grandes carcajadas intentando escapar por su vida.

—¡Hyung! ¡Para! —grito entre risas, moviendo sus manos para intentar alejarlo.

—Es tu castigo pequeño, por ser una cosita tierna.

—¡E-eso no t-tiene sentido! —grito mientras pequeñas lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Cuando sus pequeños dedos se movieron cerca de las costillas del mayor, sintió como este se retorcía para alejarse.

El pequeño brillo de la venganza apareció en sus ojitos al recordar que Yoongi también era cosquilloso.

—¡Espe-...! ¡N-no! ¡Mochi! —grito Yoongi ahora riendo él mientras los pequeños y regordetes dedos del menor se movían por sus costillas y estómago.

Aunque cayó en el suelo, el menor le siguió sin dejar nunca de hacerle cosquillas con una malvada sonrisita.

La puerta fue abierta estruendosamente y una figura se acercó con rapidez.

—¡Así te quería atrapar maldi-! ¿Chim?

Pero ninguno le prestó atención al intruso, ambos comenzaron una guerra de cosquillas entre ellos en el suelo de la sala.

—¿No que gemidos? —pregunto burlón Jungkook.

—Te juro que se oían como gemidos —se quejó con sus mejillas rojas, avergonzado de haberse equivocado y haber pensado suciamente de su inocente hermano.

—Ya... Porque las cosquillas es igual a-...

—Sigue y tendrás puntos menos Ariel —advirtió acercándose a la linda escena.

—¿Ariel? —pregunto confundido el pelirrojo.

—Creo que lo dice por tu cabello, rojo como la sirenita —respondió Namjoon a sus espaldas.

—¿Y tú cómo sabes eso? —cuestionó alzando una ceja.

—Mi pregunta es cómo es que no conoces a la sirenita, todos la conocen —se burló dándose vuelta para irse.

—¿No te quedas?

—Tengo una cita y acuérdate del maldito "Hyung", soy mayor que tú —gruño con una risa mientras desaparecía y Jungkook cerraba la puerta del departamento para acercarse a la sala donde estaban sus amigos.

—Yah, él es mi enfermero personal —gruño Yoongi abrazando a Jimin para que Taehyung no se lo quitara.

—Pero es mi hermanito, y ya debemos volver a casa.

—Mamá me dijo que me podía quedar hasta que Hyung estuviera bien —pronunció el menor correspondiendo el abrazo de su novio, no se quería ir.

La pareja estaba sentada en el suelo, abrazados con fuerza para impedir que Taehyung les separara. Sus mejillas estaban unidas y ambos miraban al hermano de Jimin.

—Pues yo lo veo bastante bien —se quejó el castaño oscuro.

Yoongi se separó y tosió exageradamente, negó con su cabeza y volvió a apoyar su mejilla con la rellena del menor.

—Ves TaeTae, sigue mal —insistió Jimin ahora escondiéndose en el cuello del mayor para que su hermano no viera su sonrisa divertida.

—Yoongi ¿No tienes algo de comer? —pregunto Jungkook desde la cocina, el sonido de puertas abriéndose y cerrándose se oía en todos lados.

—Salgan de mi departamento —gruño frustrado el mayor ante los dos invasores.

Uno que intentaba quitarle su novio y el otro que quería comerse toda su comida, y tan linda tarde que habían estado teniendo hasta el momento.


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