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Kuma 41


Un molesto sonido lo despertó de su agradable sueño. Al ver lo insistente que era no lo pudo simplemente ignorar y con esfuerzo se sentó en su cama.

Gimió cuando un escalofrío le recorrió su cuerpo, sintió como su dolor de cabeza estaba aún presente y la pesadez de su cuerpo aún seguía. Tomó una de las cobijas que había dejado sobre la cama y se envolvió en ella, medio sonámbulo llegó hasta la sala y seguido hasta la puerta.

Aún se maldecía a sí mismo por su descuido, había atrapado un resfriado el cual había descuidado para seguir trabajando con el ideal de tener más tiempo con su pequeño la próxima semana.

Su plan no funcionó muy bien e incluso Namjoon estaba enojado con él ahora, o eso le hizo conocer antes de irse a Busan.

—¿Quién? —pregunto y juntó sus cejas ante el dolor en su garganta.

—Oh Dios, hyung está bien —exclamó una suave voz con alivio.

—¿Mochi? —pregunto y se imaginó que seguramente debería de estar soñando o teniendo una alucinación.

Seguramente se había desmayado a mitad de la sala y ahora estaba muerto mientras se imaginaba estas cosas con su muerte próxima...

—Yoongi hyung, ábrame —pidió sacando de sus pensamientos al rubio.

Había estado divagando en puras idioteces... Si seguía así se iba a parecer a Kook.

Con esfuerzo alzó su mano para abrir la puerta. La hermosa imagen de su lindo novio se presentó, cargando una mochila sobre su hombro y un bolso más pequeño entre sus manos.

—Me gusta este sueño —sonrió cerrando sus ojos.

Jimin entró y cerró la puerta observando con preocupación al mayor.

—No es un sueño Hyung, estoy aquí —aseguró dejando con cuidado el bolso más pequeño en el suelo y seguido su mochila.

—No, mi lindo novio está en su casa, hable con el recién —pronunció cansado.

—No Hyung, habló conmigo hace una hora y estoy aquí —repitió acercándose.

Yoongi abrió sus ojos y los entrecerró, soltando la manta, agarró con ambas manos las tiernas mejillas de Jimin.

—Estás aquí —repitió inseguro.

Jimin alzó sus pequeñas manos y las dejó sobre las del mayor. Le observó con cariño.

—Claro que estoy aquí, no le dejaría solo sabiendo que esta enfermito.

Yoongi soltó las suaves mejillas y retrocedió un paso.

—No Mochi, tienes que irte o te podría contagiar —tosio sintiendo que su dolor de cabeza empeoraba.

El menor juntó sus cejas y se acercó dos pasos, con algo de timidez, lo abrazó por la cintura y se escondió en el cuello del mayor.

—No me iré, lo vine a cuidar y me quedaré —anuncio seguro—. Soy su novio... Déjame cuidarte, Hyung.

Yoongi observó a su sonrojo novio y supo que ya se había rendido.

—Tendré a un lindo enfermero Mochi —pronunció sintiendo que las fuerzas lo abandonaban.

Con cuidado, Jimin lo llevó de vuelta a la habitación y lo acomodó en la cama. Recordó lo que le dijo su madre y verificó si tenía fiebre.

Mordiendo su labio inferior, removió al mayor.

—Hyung... Está transpirando, debe cambiarse la camiseta.

—Ahí hay más —señaló aún con sus ojos cerrados.

Enseguida fue por una y volvió a sentarse al lado del mayor. Respiró profundamente y ayudó a incorporar a Yoongi. Avergonzado, le quitó la camiseta que traía puesta del pijama y con esta misma le limpio el sudor de la espalda, lo volvió a acomodar en la cama y le limpio el sudor del frente.

Estaba seguro de que a estas alturas ya estaba más que sonrojado. Y Yoongi ciertamente ya no estaba muy seguro de lo que sucedía a su alrededor, solo se esforzaba en ayudar a Jimin en lo que pudiera.

El menor volvió a sentar al mayor, agradeciendo que este le estuviera ayudando cada vez que lo movía. Le colocó la camiseta limpia y lo acomodó en la cama nuevamente.

Acarició con ternura el rostro del rubio. Lamentando tener que seguir molestando cuando se veía tan cansado.

—Hyung... ¿Es alérgico a algún medicamento? —fue un pequeño movimiento negativo que Jimin pudo apreciar.

Soltó un suspiro de alivio y se levantó.

—No te vayas —exclamó Yoongi ante el movimiento, abriendo un poco sus ojos.

—No te preocupes Hyung, solo iré por mis cosas que quedaron en la sala —aseguró saliendo y volviendo rápidamente con su mochila y un vaso con agua.

Rebuscó en su mochila hasta encontrar los medicamentos que su madre le había dado. Se volvió a sentar en la cama, al lado de Yoongi y lo ayudó a sentarse.

—Tiene que tomar esto —señalo dejando las pastillas en su boca. Con rapidez tomó el vaso con agua y le ayudó a beber.

Cuando se aseguró de haber hecho todo lo que su madre le había dicho, lo volvió a acomodar en la cama ya feliz de no tener que seguir molestándolo. Le envió un mensaje a su madre y se recostó a su lado.

—Está bien Hyung, ahora si puede dormir tranquilo —susurro prometiendo velar el sueño del mayor.

Horas más tarde, Yoongi abrió sus ojos con pesadez y aun algo sonámbulo trago el medicamento. Suspirando volvió a cerrar sus ojos y se acomodo al lado del pequeño cuerpo.

Su cabeza aún dolía pero al menos su cuerpo ya no se sentía tan pesado cuando despertó por segunda vez, claro que a cambio su garganta dolía.

Se dio media vuelta y observó sorprendido a un tierno Mochi sonrojado observarle con un lindo mohín.

—Es un mentiroso —acusó estirando su mano para dejarla sobre su frente, comprobando su temperatura—. No está bien y me mintió.

—Solo no te quería preocupar —respondió tomando la pequeña mano para dejarla entre los dos, entrelazando los dedos.

—¿Le gustaría que yo estando enfermo le dijera que estoy bien? —pregunto llenando de aire una de sus mejillas.

—... No, no me gustaría —sonrió suavemente.

—No me sonría así, aún estoy enojado —refunfuño cerrando sus ojos.

Estaba aliviado de ver al mayor mejor después de cuidarlo toda la noche.

—Vamos pequeño... No te enojes conmigo Mochi... Me pondré peor —advirtió—. Vamos... Muéstrame tus lindos ojitos...

—No quiero que me mienta —pidió abriendo sus ojos, observándole afligido.

—Nunca más amor.

El menor abrió demás sus ojos y luego se oculto enterrando su cabeza sobre la almohada.

—Es un tramposo —gruñó sobre esta, sonriendo al escuchar la suave risa del mayor.

—Nah, solo me encanta verte rojito —respondió acercándose más para abrazarlo—. Si vienes a cuidarme siempre que me enferme, entonces me enfermare más seguido.

—No diga eso —regaño abrazándolo—. Me preocupe mucho luego de su llamada, después llego aquí y usted no me abría la puerta ni me contestaba los mensajes o llamadas, pensé que algo malo le había pasado —expresó con angustia.

—Perdoname Jiminnie, no te volveré a preocupar así —prometió besando su frente.

—Mamá dijo que debe seguir tomando los medicamentos cada ocho horas —explicó muy cómodo en su posición actual, entre los brazos de Yoongi—. Se los tiene que tomar en una hora más.

—¿Tu mamá te dejó venir? —pregunto sorprendido—. ¿Ayer? ¿Siendo tan tarde?

—También me vino a dejar, pero dijo que le iba a deber una muy grande por dejarme venir aquí —rió ante lo último, contagiando al rubio quien ya se podía imaginar aquello—. Vamos Hyung, mamá le preparó algo para que coma, intente dárselo ayer pero estaba muy mal.

Intento salir de aquellos brazos pero estos se apretaron más fuerte alrededor de su pequeño cuerpo.

—Puedo comer después.

—Nam Hyung dijo que ayer no había querido comer en todo el día —reprendió.

—Ese traidor...

—Estaba muy preocupado por usted también, y se sentía culpable por dejarle solo. Estaba tan aliviado cuando kookie le dijo que yo le venía a cuidar que incluso me llamó anoche —recordó con una sonrisa.

—¿Y de qué hablaron? —pregunto curioso.

Jimin negó con su cabeza.

—Secreto —se burló saliendo de aquellos brazos.

Yoongi alzó ambas cejas sorprendido, ahora estaba más curioso. Si solo supiera que de todo lo que habló el otro par fue del mismo Yoongi y lo odioso que se colocaba cuando se enfermaba. Aunque hasta ahora Jimin solo lo había encontrado... Tierno.

Frente a la cama, Jimin observó al rubio a la espera de que este se levantara.

—Vamos Hyung, debe de comer algo —insistió haciéndole ojitos.

—Agh... Ahora tú haces trampa —acusó sonriendo ante la traviesa risa del menor—. ¿Cuándo me cambie de camiseta? —pregunto observándola.

Tonos vivos de rojo pasaron por el rostro de Jimin, abrió y cerró su pequeña boca para finalmente escapar de la habitación gritando un "No lo sé"

Extrañado, Yoongi se levantó y observó la camiseta de su pijama en el suelo. Una sonrisa nació entre sus labios al recordar.

Oh, esto realmente lo iba a recordar para molestar a su Mochi.

Feliz lo persiguió hasta la cocina, recargando su cadera contra el mármol de la isla le observó.

—Hyung... No me mire... —rogo mientras se daba vuelta y calentaba la comida en el microondas.

Pego un pequeño brinco cuando unos brazos rodearon su cintura y unos labios se posaron sobre su mejilla.

—Gracias por ayudarme —Jimin gimió avergonzado—. Oh sí, lo recordé —sonríe—. En especial tus suaves y pequeñas manos por mi-...

—¡Ya Hyung! ¡Me da vergüenza! —chillo subiendo sus manos para cubrir su rostro.

Riendo, Yoongi apartó las pequeñas manos y le dio vuelta. Tomando su mentón, le levantó el rostro.

—Gracias pequeño —besó su mejilla otra vez, esta vez ruidoso para escuchar esa alegre carcajada a la que se había hecho adicto.

—Ya Hyung, de nada —sonrió—. Ahora siéntese para que coma.

—¿O si no qué? —desafío alzando una ceja.

Jimin lo pensó unos minutos y luego sonrió.

—Mamá se enojara y no me dejara cuidarlo más —una amenaza que sonó de lo más infantil en la cual Yoongi cayó completamente luego de que ambos escucharan el teléfono del menor sonar con el nombre de mamá brillando sobre la mesa.

—Voy a comer —anuncio sentándose obedientemente.

Divertido, el menor contestó y colocó el altavoz mientras sacaba la comida.

Hola hijo, ¿Cómo se encuentra tu novio?

—Mejor, gracias por preguntar —respondió Yoongi observando al menor dejando su comida frente a él.

—Hola mamá.

Bueno, supongo que estoy en altavoz.

—Sipi.

¿Y el chico bonito está lo suficientemente mejor como para que vuelvas a casa? —justo en ese momento Yoongi tosió varias veces.

—No lo creo mami, aún se ve mal —expresó acercándose a Yoongi.

Mm... Ya —suspiró con una sonrisa—. Chico bonito, me debes una.

—¡Mamá!

¿Qué? —pregunto divertida—. Tae me dijo que te iba a llamar.

—¿Le dijiste que estaba aquí? —pregunto sacando del refrigerador gaseosa al no ver nada más que beber.

Se sirvió un vaso a él y otro a Yoongi, quien apenas probaba la comida, no tenía mucho apetito.

Nop, me dijo que ya lo sabía.

—Mamá, Yoongi hyung no quiere comer —acusó mirándole feo.

—Mentira, estoy comiendo —respondió rápidamente.

Mira niño bonito, esa sopa te va a hacer bien, además de que la prepare yo misma, tu suegra... ¿Sabes lo que significa eso, cierto?

Jimin rió ante la expresión de horror en el mayor.

—Gracias mamá, ahora si está comiendo.

Tu igual come algo hijo.

—No se preocupe, le preparare algo.

Entonces no estás tan mal —pronunció divertida.

—Por eso dije que le compraría algo —se corrigió observando como Jimin tapaba su boca con ambas manos para no reír.

Ya... Llamaré de nuevo cuando salga del trabajo. Cuídate hijo y cuida a tu chico bonito.

—Tu igual mamá —se despidió el menor cortando la llamada.

—Me acusaste —se quejo el mayor observándolo.

Jimin se encogió de hombros y recogió el plato limpio con una sonrisa.

—Pero se comió todo.

—Por ser una cosita malvada no te cocinare y pediré algo para ti.

—Está enfermo, yo estoy bien con que pida algo —señaló sonriéndole.

—Agh... No me puedo enojar si me sonríes así —se quejó levantándose para abrazarlo—. Te cocinaré algo cuando este mejor —prometió.

—Está bien Hyung —rió.

—Ahora llamaré y me daré una corta ducha mientras tu esperas —ordenó alejándose, tomando su móvil—. Hum... Son pasadas las doce del día ¿Pizza, sushi o comida italiana? —pregunto.

—Pizza —gritó en respuesta mientras se sentaba en el sofá de la sala.



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Lamento tardar en subir mis copitos, pero estoy teniendo problemas con mi internet nuevamente :/

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