11-ATRAPADOS
Oficinas de la corporación Orpheus. Washington.
El teniente Willis se puso hecho una furia cuando se enteró de la muerte de Luna.
Ese maldito imbécil había tenido que desobedecer una orden directa y encima tuvo que apretar el gatillo.
Él había repetido hasta la saciedad que no había podido evitarlo. La niña en cuanto lo reconoció intentó matarle y él le había disparado un tiro en el pecho. La bala había entrado por la clavícula izquierda seccionando la arteria subclavia. La niña había muerto desangrada.
-¿Sabe por un momento lo que ha hecho? -grito el teniente -Ha echado a perder una misión costosisima. Esa niña era un auténtico filón.
Desobedeció una orden directa y tuvo que actuar por su cuenta con desastrosos resultados.
Ahora seré yo el que tenga que explicarles a mis superiores mi fracaso y todo por culpa de un civil que quería hacerse el héroe. Rodarán cabezas y la suya será una de ellas, de eso me encargaré yo mismo.
-Tomé una decisión y me equivoqué -Dijo Alfred mirando al suelo -yo soy el único responsable...
-Dígale eso al general. -rugió Willis - Usted estaba bajo mi mando y yo...¡yo estoy muerto! Soy un muerto andante y usted también lo es...
-Lo único bueno de todo ésto es que pudimos atrapar a los amigos de la niña. -se atrevió a decir Alfred- También son bastante raritos.
-No creo que sirva para aplazar nuestra condena a muerte. Sólo son migajas en comparación con esa cría.
-No desespere, puede que todo se aclare -dijo Alfred bastante tranquilo.
-¿Qué le pasa a usted? ¿no se da cuenta del lío en que estamos?
-Yo sólo sé que el mundo está mucho mejor sin una aberración como esa...Vi morir al coronel Stewart delante de mis ojos. Ella lo asesinó a sangre fría, le obligó a dispararse en la cabeza. El coronel era mi amigo...
-Y ahora podrá reunirse con él, ya que tanto le apreciaba -dijo Willis con un tono sombrío.
-No, eso no va a suceder -contestó Alfred.
.....
En algún lugar dentro del mismo edificio.
-¿Dónde estamos? -quiso saber Billy.
-Creo que estamos donde queremos -contestó Amanda -Argos dijo que nos traerían aquí...Él parecía saber mucho de este lugar.
-¿Y ahora dónde está?
-Dijo que se reuniría con nosotros en cuanto pudiera...
-¿Crees que el plan dará resultado?
-Espero que sí, Billy...Luna debe encontrarse muy sola en estos momentos.
-Es muy valiente ¿verdad?
-No he conocido a nadie más valiente que ella...Hermanito, ¿tú...?
-¿Yo qué?
-¿Tú no estarás un poquito colado por esa niña, verdad?
-¡Yo!...no, para nada, sólo la apreció mucho.
-Ya, claro...debe ser eso.
Billy se había puesto rojo como un tomate. Intentaba negar que Luna le gustaba, incluso se lo decía a sí mismo. Sólo siento bastante cariño por ella, pero nada más. Era tan inútil como querer cambiar el día por la noche. Le gustaba un montón, sí, esa era la verdad...
-Bueno, quizás sí que me guste un poquito...pero eso da igual porque ella jamás se fijará en mí.
-No estés tan seguro...Yo entiendo un poco de estas cosas y sé que nunca hay que perder la esperanza.
-Gracias Mandy.
-De nada, don Juan.
-Me gustaría estar allí con ella cuando se despierte -Dijo Billy -¿Crees qué estará bien?
-Alfred es todo un profesional, el disparo fue limpio. Era la única forma de que nos trajeran aquí. Si la hubieran atrapado con vida la habrían drogado inmediatamente. De esta manera las medidas de seguridad que la rodeen en estos momentos serán las mínimas. Ahora tiene una oportunidad y no creo que la desperdicie.
-Sí, es una suerte que Alfred esté de nuestro lado.
-Es una gran suerte -contestó Amanda con la mirada soñadora.
-Creo que no soy el único a quién le gusta alguien -Susurró Billy mirando a su hermana.
.....
Depósito de cadáveres . Mismo edificio.
Luna acababa de despertarse.
Sola, en una habitación muy fría, tumbada sobre una camilla metálica.
Estaba en el depósito de cadáveres.
Justo el sitio al que la llevarían como le dijo Alfred.
Se levantó de la camilla y vio que estaba descalza. El frío intenso del suelo la hizo tiritar.
Otra vez llevaba puesta una de esas horribles batas de hospital. Estaba muerta de frió pero por lo menos no estaba muerta de la otra forma, de verdad.
Alfred le había disparado y aún le dolía el pecho donde la bala le alcanzó. Había sido un disparo muy preciso. Un poco más arriba o más abajo y estaría en esa camilla sin poder levantarse nunca más.
Era un plan bastante temerario pero había funcionado.
Después sólo tuvo que hacerse la muerta aletargando sus constantes vitales, la respiración y los latidos del corazón. El sedante que le puso Alfred ayudó bastante. Cuando el teniente Willis le tomó el pulso pensó que había muerto y rápidamente la trasladaron en un helicóptero hasta allí.
Estaba sola y todos pensaban que había muerto.
Ahora tenía que salir de aquel horripilante lugar.
Abandonó el depósito de cadáveres y salió a un pasillo muy oscuro. Se encontraba en unos laboratorios médicos. Había sillas de ruedas y camillas colocadas junto a la pared y el pasillo comunicaba con muchas habitaciones a derecha e izquierda, todas ellas vacías. Al fondo vio las puertas de un ascensor y hacía allí se dirigió.
Pulsó el botón de llamada del ascensor y esperó unos segundos a que las puertas se abrieran.
Ahora venía la parte difícil, tenía que entrar en la sala dónde se guardaban todos los datos de la organización. La sala de encriptación, la solían llamar. Una vez allí buscaría el lugar donde tenían encerrados a otros como ellos. Seres humanos con habilidades especiales. No era tan difícil. Pensó.
Solo había una pega, ella jamás había manejado un ordenador.
Pero ya se las arreglaría.
Se concentró y en su mente fue viendo las distintas plantas de aquél edificio.
La sala de encriptación se hallaba en la planta séptima.
Pulsó el botón que tenía dibujado un siete y se cerraron las puertas del ascensor.
Luego sólo esperó.
Bien, parece que nuestra Luna está "vivita y coleando."
Y Alfred es de los buenos, eso parece.
Ahora, de nuevo en el edificio de la corporación Orpheus, ¿qué les espera a nuestros amigos?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro