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⚔Paranoia

En su mirada fría y vacía, solo hay silencio.

No lo entiendo. HyungWon es... todo lo que no imaginé. Su belleza es subyugante, violenta. Me gustaría poder separar mi tonto enamoramiento adolescente, que pesistió hasta la adultez, y comenzar a verlo como realmente es, pero lo cierto es que no puedo. Por supuesto no es su culpa. Aquella tarde, el día que lo ví por primera vez en el Paseo, quedé prendado de su belleza salvaje, de su historia, de su valentía. Mi cabeza pintó escenarios imaginarios heroicos, llenos de hazañas imposibles para un crío de trece años. Lo idealicé de tal manera que HyungWon pasó a formar parte de mi vida diaria. Mis pensamientos fácilmente se desviaban hacia él, mis sueños lo tenían como protagonista absoluto.

Y ahora lo tenía enfrente, mi fantasía de tantos años había cobrado vida, imposiblemente hermoso... y dolorosamente real. E indiferente. La realidad me golpea en la cara desafiando mi percepción infantil y prematura. Él no es el héroe de mis sueños, sino un ser humano con sus propias complejidades y defectos.

A pesar de todo, no puedo evitar sentirme atraído por él. Cada gesto, cada palabra suya me afecta profundamente. Su indiferencia es un puñal que se clava en mi corazón, recordándome que el HyungWon de mis sueños nunca existió. Me doy cuenta de que mi juicio estaba ligado a la idealización. Que nunca supe quién era realmente aquel guerrero dormido. Mis fantasías y expectativas han nublado mi razón y no puedo evitar sentir una punzada de tristeza cuando caigo en la realidad de que él nunca será el héroe que imaginé.

Sus miradas agresivas solo están dirigidas a mí. Todo intento de acercamiento de mi parte solo terminan con mi ánimo por el piso y con su ceño fruncido.

—¿Qué sucede contigo, primito? —Min me mira desde la puerta de mi habitación, con los brazos cruzados y una sonrisa juguetona en su cara de muñeco.

—Nada.

¿Qué más puedo decirle? ¿Que mi corazón se rompe cada día un poco más? ¿Que el amor de toda mi vida me detesta?

—Vamos, escúpelo. Sé que te pasa algo y no pienso irme de aquí hasta que me lo digas.

Sonrío porque mi primo sigue siendo el mismo chico alegre y embaucador de siempre. A pesar de todas las tragedias y miserias, él siempre está sonriendo.

—Estoy un poco cansado. Últimamente no estoy durmiendo bien.

Sus cejas se alzan y su rostro adquiere un tono sombrío.

—¿HyungWon está molestándote?

Me apresuro a negar con la cabeza aunque me molesta su asertividad. ¿Acaso soy tan fácil de leer?

—No digas tonterías. ¿Qué puede hacer él para molestarme? Apenas hace unos días que está "despierto".

La risita burlona de mi primo llena la pequeña habitación.

—No intentes jugar al tonto conmigo. Te recuerdo que crecí contigo. Sé cuando mientes y cuando intentas hacerlo. Y, lo siento, pero ninguna de las dos cosas se te da bien.

No puedo hacer más que rodar los ojos para ocultar que soy un idiota por intentar mentirle.

—¿No tienes nada que hacer? ¿Chang?

Min suelta un suspiro resignado y resopla haciendo que su cabello blanco vuele de su frente.

—¿Quién diría que alguien tan pequeño pudiera tener tanta rabia acumulada? Por supuesto que huí apenas lo oí refunfuñar en el baño.

Sonrío. Su relación fue algo que estaba fuera de mi imaginación. Mi primo nunca había dado indicios de que le gustara alguien, mucho menos alguien de su mismo género, pero Chang parecía ser alguien capaz de manejar el carácter volátil de Min.

—De todas formas no intentes desviar la conversación. ¿Qué pasó con Chae?

—No sé de qué hablas. ¿Qué problema habría? Ni siquiera me habla.

Me arrepentí apenas las palabras tocaron mis labios. MinHyuk soltó un "ah, ya veo" y sacudió la cabeza.

—Es un poco raro, ¿no?

Su pregunta me hizo prestarle atención y mis ojos se entrecierran intentando leer la respuesta a mis dudas en sus ojos.

—¿Raro? ¿A qué te refieres?

Intento sonar indiferente, pero mi curiosidad es demasiado evidente.

—Es hermoso —dice mi primo. Y sin querer me encuentro asintiendo. HyungWon es hermoso. Pero su apariencia parece ser lo único positivo en él.

—¿Y eso por qué te resulta raro?

—Me refiero a que es... inquietante en cierta forma. Su mirada me da escalofríos y tiene una voz sexy. No tanto como la de Chang, pero es adictiva.

Entiendo lo que quiere decir. HyungWon tiene una voz sedativa. Una voz que podría inducir a la locura. Cavernosa, ronca y profunda.

—De todas formas, es todo lo contrario a JooHeon —dice sonriendo ampliamente—. ¿No lo crees? JooHeon es como un mandu.

—¿Un mandu?

—Es lindo y suave y sus mofletes con hoyuelos son muy tiernos. Me gusta.

—Que no te escuche Chang porque su daga va a encontrar el camino a tu yugular.

Min ríe echando la cabeza hacia atrás. Hace tiempo que no lo escucho reír de esa manera.

—No hay nada que temer. A él también le resulta lindo. Dice que parece una abeja, aunque no sé cómo interpretar eso.

Ambos nos echamos a reír. Extrañaba los momentos en que ambos reíamos de cualquier cosa. Los recuerdos parecen tan lejanos, y sin embargo, ahora me siento feliz y aliviado. Mi primo está conmigo. A mi lado. Mi sangre, mi familia. La única que me queda.

—Oye —Min se acerca a mí y me toma el rostro entre sus dedos largos—, sé que estás molesto. Intenta entenderlo, debe ser aterrador en su cabeza. Despertar una década después, sin entender porqué el mundo que él conocía, cambió. Tomará su tiempo acostumbrarse a todo. Él no era más que un adolescente cuando todo sucedió. Ahora es un hombre. Un hombre atrapado en un cuerpo joven.

—No entiendo por qué me dices todo esto...

—Vamos, sé que te afecta su presencia. Los demás pueden no darse cuenta, pero yo te conozco. Dale tiempo.

—¿Tiempo para qué?

—Para que se dé cuenta de lo increíble que eres

Cuando entramos al salón, ya todos están reunidos. Los Vultures, ya más recompuestos y animados, se ven expectantes y algunos nos saludan efusivamente. No hemos tenido demasiada relación con ellos aún. A veces se acercan al comedor, pero por el momento, los más jóvenes forman una especie de comunidad. Las chicas, SoRa y YuJin no se separan de HyungWon, JooHeon y Han Gyeol. Mientras que Kwan Hee y el señor Dong pasan las horas merodeando por el laboratorio y revoloteando alrededor de KiHyun y Yeon Jun. Ahora HyungWon está conversando con KiHyun y ambos lucen muy serios.

—¿Y ahora qué sucede?

Chang se encoge de hombros y se hace a un lado para dejarnos tomar asiento.

—No sé. Hace rato que ambos están así. BaekHo ha salido a patrullar.

Las patrullas no eran otra cosa que buscar información sobre el mundo exterior.

—Ya han pasado semanas del asalto al Paseo y los Vultures parecen haberse recuperado del todo —digo. Chang asiente a mis palabras.

—Sí. También creo que es hora de ir elaborando otro plan. El secoya es seguro, ¿pero hasta cuándo? Además no sabemos dónde se han llevado las demás cámaras.

El día del asalto, nosotros solo nos llevamos siete cámaras criogénicas. En el Paseo había más, pero BakHo llegó con la noticia de que las demás cámaras habían sido removidas. Algo que por supuesto, esperábamos.

—Probablemente las hayan movido a otro distrito —dice Min haciéndole señas a Hye Jin para que se acercara a nosotros.

Hye Jin se aproxima, sus pasos son ligeros y rápidos, felinos. Su expresión, seria como siempre, cambia por un breve momento cuando se pone al tanto de lo que estamos hablando.

—Si las cámaras han sido trasladadas a otro distrito, podría significar que el enemigo está mejor organizado de lo que pensábamos.

—¿Creen que estén preparando algo? —pregunto sin apartar la mirada de los dos hombres que conversan en una esquina del salón. Todo se siente cada vez más como un juego de ajedrez, donde las piezas, aunque están en el tablero, siguen en movimiento.

De pronto, la voz de HyungWon corta el murmullo que nos rodea.

—¿Por qué no nos dijeron que había más cámaras? —Su tono es bajo, pero firme, y todos lo escuchamos.

Puedo ver a KiHyun con la mirada fija en él, como si tratara de medir cada palabra antes de responder.

—Lo importante es que ahora están bien. Sanos y salvos. No podemos perder el foco ahora —dice KiHyun sin alterarse—. Pero ya que están todos aquí, creo que deberías hablarles sobre el Eón Omega.

¿Eón Omega? Un coro de murmullos se alza en el resto de mis compañeros y parece que soy el único que no sabe de qué están hablando.

HyungWon mira a Jooheon y este asiente despacio. Luego se lleva una mano a su pecho y saca de entre su ropa, una cadena de la que pende una llave plateada. La misma llave que creyó haber perdido cuando despertó en el secoya.

—Cuando fuimos recibidos por el líder de la célula Vulture de Nirnasha, Kim Yong-guk, ese era, además de Nessa, el único distrito al que los Daggers aún no habían atacado, por lo que huimos hacia allí. —HyungWon habla con la mirada perdida, recordando sus últimos días antes de la pesadilla de las cámaras criogénicas—. El líder Vulture de Dahak, Tanshiro Mōri junto a su mano derecha, Kanji Yagami, habían sido cazados cuando intentaban dejar Balor. Algunos Vultures se unieron a nosotros en Dahak y después de semanas llegamos a Nirnasha.

El silencio impera en la sala, sólo la voz de HyungWon se escucha. Clara y fuerte. Mis ojos parecen haber encontrado un lugar para reposar.

—Allí nos enteramos de que varios científicos de Nessa habían sido secuestrados. Kanji era hijo de uno de ellos.

—KiHyun, ¿tú conocías al señor Yagami?

La voz de Dami rompe la armonía del lugar. Su primo asiente con pesar.

—Hiro Yagami estaba en el departamento de biotecnología y medicina regenerativa.

—Entonces Seok tenía razón —dice Min. HyungWon frunce el ceño y me mira por una fracción de segundo antes de volver su atención a mi primo—. Los Daggers sí planeaban despertar a los Vultures en algún momento.

—¿Por qué dices eso? —Ahora es JooHeon el que habla. Luce tenso y sus ojos, amenazantes.

—Bueno, es obvio, ¿no? —dice Chang mientras bosteza. Todos lo miran, confundidos—. ¿En biotecnología no aplican la biología y la tecnología para desarrollar procesos que mejoren la conservación y el uso de tejidos?

KiHyun asiente, sonriendo. Es obvio que está orgulloso de los miembros de la Orden. Pero los Vultures lo miran como si acabara de bajar de un plato volador.

—Entonces si este, doctor Yagami, estudiaba eso y fue secuestrado por los Daggers, es obvio que fue con el propósito de que los científicos de Birk llevaran a cabo el proceso de criogenización y preservación de los cuerpos.

HyungWon resopla y se cruza de brazos, en un gesto de altanería que le queda muy bien a su cara de pocos amigos.

—¿Por qué se molestarían en conservar nuestros cuerpos? —pregunta—. Es obvio que ellos buscaban eliminarnos. Podrían habernos matado y ya.

—Pero no lo hicieron —dice Hye Jin. Su hermano la mira, pero no hay emoción en su rostro.

—De todas formas, hay algo que no tiene sentido —dice Chang rascándose la cabeza con la punta de su daga—. Se supone que la crioprotección evita el daño a gran escala en el cuerpo, pero no es 100% segura. ¿Por qué eligieron criogenizar a los Vultures y no a cualquier ciudadano común? Si tuvieran algún plan futuro con los resultados de la criogenización, habría sido más fácil hacerlo con cualquier otra persona, ¿no?

—Porque el cerebro de los guerreros es diferente a los del resto —digo. De golpe todas las miradas están puestas en mí—. Un soldado es más fácil de controlar, están entrenados y se rigen bajo un propósito. Son más susceptibles a recibir órdenes. A lo largo de su entrenamiento, los soldados pueden ser condicionados para responder de manera automática a ciertos estímulos o comandos.

Algunos de los Vultures me miran entre horrorizados y enojados.

—Nosotros no tuvimos ningún entrenamiento, niño sabelotodo —dice HyungWon. Está enojado y eso se nota en su postura tensa. Intento pasar por alto el insulto.

—Pero pueden desarrollar respuestas automáticas y tiene reflejos que son útiles en combate. Además de que tienen un fuerte sentido de propósito y lealtad hacia su causa.Y eso no lo tiene el común de la gente. Simplemente sus cerebros se adaptan de manera diferente a las personas comunes.

—Eso tiene sentido —dice mi primo a mi lado—, con los Vultures siendo manipulados, tendrían un ejército de soldados altamente entrenados y leales a su disposición. Podrían utilizarlos para sofocar cualquier resistencia restante y consolidar su control sobre la ciudad.

HyungWon bufa y se retira de la sala, furioso. JooHeon y SoRa lo siguen no sin antes echarme algunas miradas fulminantes.

—¿Ahora qué hice? —pregunto en voz alta, frustrado por la reacción de HyungWon.

—No te preocupes demasiado —dice KiHyun frotándose los ojos cansados—, están algo desorientados con todo lo que pasó. Pronto entenderán que nosotros estamos de su lado.

Pero las palabras de KiHyun no alivian el malestar que crece en mi interior.

Algunas horas más tarde, entro a mi habitación esperando darme un baño y dormir, pero apenas cruzo la puerta, unas manos se aferran al cuello de mi playera y me arrojan contra la pared.

—¿Qué diabl...?

—¿Qué problema tienes conmigo, idiota?

Los ojos grandes oscuros están fijos en los míos y el aliento mentolado del dentífrico me pega de lleno en la cara. HyungWon tiene el rostro crispado y las mejillas tensas de ira. La fuerza que ejerce sobre mi cuerpo me quita el aliento y aprieto sus manos, intentando que afloje el agarre.

—¡Suéltame!

Entonces acerca su rostro al mío, tan cerca que puedo ver el pequeño lunar que tiene en su labio inferior. Mi mirada recae automáticamente en su boca. Sus labios llenos se mueven, pero no puedo escuchar una palabra de lo que dice. Mi cerebro parece estar adormeciéndose de a poco y el olor del jabón cítrico de su piel, me hace querer enterrarme en el hueco de su cuello. Mi piel arde y el deseo cosquillea en la parte baja de mi abdomen. Estoy loco.

—¿Así que piensas que somos unos simples títeres que esos hijos de puta pueden manejar a su antojo? No tienes idea lo que es estar allí afuera, muriendo de hambre y frío. Y todo para salvarle el culo a idiotas como tú.

Entonces la habitación cobra vida nuevamente. Y él aún tiene su rostro pegado al mío. Sus fosas nasales dilatadas de enojo.

—No... —intento desesperadamente formar una oración, pero no soy capaz de emitir más que incoherencias—. So-solo estaba diciendo que, debido a su entrenamiento, podrían ser más susceptibles a...

—Voy a decirte esto una sola vez y espero que lo grabes en esa cabeza grande que tienes. Los Vultures no son títeres de nadie. Vuelve a insinuar eso y juro que te mataré.

—Escucha —mi voz sale más firme a pesar de la amenaza que acabo de recibir—, no quise ofenderte. Ni a ti ni a nadie. Todo lo contrario.

Su respiración va calmándose de a poco y sin embargo no se aleja ni un centímetro. Trago con fuerza, intentando mantener la calma y explicarle que ha malinterpretado mis palabras.

—HyungWon, no quise decir que ustedes sean simples marionetas. Yo... de hecho, los admiro profundamente. Solo intentaba entender por qué los Daggers los eligieron, nada más.

—¿Esperas que te crea después de lo que dijiste? No me importa lo que intentabas entender. Lo que dijiste fue una estupidez y una falta de respeto. Y te lo advierto, Lee, si vuelves a hablar así, no dudaré en hacerte pagar por ello.

Sus ojos recorren mi rostro por unos segundos antes de soltarme y salir de la habitación dando un portazo.

La intensidad de su mirada y la dureza de sus palabras me dejan claro que Hyungwon me quiere fuera de su camino. Y sin embargo, a pesar de su rechazo, no puedo evitar anhelar su cercanía.

Kriogenya

Se nos deschavetó el Vulture 🤣

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