⚔Los Vultures del Nuevo Mundo
Todavía sabes del amanecer
Pero siempre regresas
Cuando te escondiste bajo mis alas negras
No podrían haberte protegido de nada.
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—Gyps… Gyps —repito intentando memorizar el nombre.
—Gyps significa Buitre en griego. No tiene mucha ciencia realmente —me dice Yeon Jun. Está masticando un dulce gelatinoso y duro de color rojo y sus labios parecen estar sangrando. Es un contraste realmente curioso en su cara pálida.
Hace al menos cuarenta minutos que todos hablan sin parar y señalan el mapa. Yo aún sigo sin saber cuál será mi papel en todo esto. No alcanzo a imaginar qué pueden necesitar de mí.
—¿Cómo se supone que despertaremos a los Vultures? —pregunto a mi primo que está parado a mi lado mirando distraídamente hacia dónde está Chang conversando con HyunWoo. —¿No se supone que se necesita algún equipamiento especial para ello?
Mi primo vuelve su atención hacia mí y asiente.
—Dami y KiHyun son los encargados de la parte médica. Al parecer, KiHyun era un médico reconocido antes de la invasión. Es el primo de Dami. Ella es, algo así como su discípula.
Los miro con respeto. Dami no parece ser mucho mayor que yo y es sorprendente que alguien tan joven pueda manejar algo tan complejo como la criogenia. Nunca he estudiado más allá de la escuela elemental. Los Daggers prohibieron todo tipo de actividad educativa y recreativa a todos los zalatorianos. Por eso muchos jóvenes apenas saben leer y escribir. Algunos, los afortunados que aún contaban con sus padres o algún familiar adulto, podían llegar a aprender un poco más en la intimidad de sus hogares, pero la amenaza y el miedo constante a terminar en la plaza pública era demasiado grande para correr el riesgo. Saber que Dami y su primo se las habían ingeniado para seguir estudiando es algo admirable. Y temerario. Si los Daggers hubieran descubierto que Kihyun enseñaba a su prima una ciencia tan peligrosa como la medicina, ambos hubieran terminado en un montículo de cenizas.
—Es algo complicado —dice mi primo y se restriega los ojos cansados—, y hay riesgos, por supuesto.
—No entiendo…
Min palmea mis hombros amigablemente y toma mi cara entre sus manos de dedos alineados.
—No te preocupes demasiado. La medicina ha avanzado mucho desde que se realizó el primer descongelamiento —dice frunciendo los labios y su parpadeo desigual casi me hace reír. Pero no lo hago. Estoy demasiado preocupado por los riesgos que mencionó antes.
Cuando los Vultures fueron criogenizados, para horror de la población, nadie estaba muy al tanto de la criopreservación ya que era un proceso costoso y que solo estaba disponible para el sector más rico de la sociedad. Zalatoris era una ciudad minera y los avances médicos y científicos eran accesibles solo en Nessa y Keket, los distritos más prósperos de Zalatoris. El resto de la sociedad sólo podía acceder a los servicios básicos. Sin contar con los rumores que corrían alrededor de la idea de descongelar a los héroes del Día Cero. Una vez que los Daggers invadieron Zalatoris, toda idea de progreso quedó estancada y pronto fue enterrada bajo las cenizas de nuestros incontables muertos.
—¿A qué riesgos te refieres? —pregunto sin levantar demasiado la voz.
—En el proceso de congelación, el agua que contiene nuestro organismo se convierte en hielo, el cual aumenta de volumen y genera pequeños cristales que destruyen nuestros tejidos.
La voz profunda de Chang me hace girar la cabeza y escucho a Min resoplar enfadado.
—Sabes que eso es lo mismo que hablar en sánscrito —dice mi primo desplomándose en una silla.
Lo pateo y le doy un puñetazo en el hombro.
—¿Me estás llamando estúpido?
Min pone los ojos en blanco y chasquea la lengua.
—Hey, tus palabras, no mías —dice levantando las manos como si estuviera en un atraco.
Luego miro a Chang y le hago una floritura con la mano para que continúe hablando.
—Continúa por favor. Ignora a este imbécil.
Min se echa a reír y esta vez el que lo golpea es Chang.
—Hey, es una pelea desigual… —se queja.
—Como te iba diciendo, la congelación rompe las células, lo que hace que nuestros órganos se vuelvan inservibles y sean imposibles de recomponer.
Abro los ojos horrorizado. Riesgos era una palabra muy suave para todo lo que estaba en juego.
—Pero KiHyun y Dami han encontrado una alternativa viable.
—Eso significa que no están 100% seguros de que el descongelamiento sea exitoso —digo preocupado.
—Pero es la única opción que tenemos. Hemos estado "practicando".
Eso me toma por sorpresa. Miles de secuencias pasan por mi cabeza y una más descabellada que la otra.
—¿Practicando? ¿Probaron "descongelar" a alguien?
Chang hace una mueca que no sé muy bien cómo interpretar.
—Sí y no —dice, pero al ver mi cara de pánico, se echa a reír. Su risa es grave como su voz, pero de alguna manera alegre—. ¿Acaso pensaste que nos lanzaríamos a ciegas en algo así? KiHyun ha estado investigando los últimos doce años. Luego, cuando Dami cumplió los diecisiete, comenzó a enseñarle todo lo que sabía. Cuando la orden se fundó, ellos dos ya tenían la investigación muy avanzada.
De alguna manera me siento más aliviado al oír esas palabras.
—Entonces, ¿cuál sería la solución que encontraron para despertar a los Vultures?
—Suministrar pequeñas dosis de anticongelante. El proceso tiene que ser cuidadoso porque las células no toleran altas dosis de golpe.
Asiento aunque no entiendo muy bien del todo el punto.
—Los Vultures fueron tratados con una técnica que se llama crioprotección —explica Min cruzándose de brazos y reprimiendo un bostezo—, sus fluidos corporales fueron reemplazados con una especie de anticongelante que permite una congelación profunda en el cuerpo sin provocar un daño a gran escala.
Me quedo un rato en silencio procesando toda la información que mi cerebro poco entrenado en ciencia intenta retener.
—¿Creen que haya sido deliberado?
Ambos me miran sin entender.
—El hecho de que no hayan destruído sus… tejidos. ¿Creen que ellos pensaban despertarlos en algún momento?
Chang se encoge de hombros.
—Bueno, es una posibilidad. Pero no vamos a esperar a ver qué planes tienen esos hijos de perra con los Vultures. Los Daggers cuentan con ciertos avances de los cuales no sabemos su alcance todavía. Por eso no queremos esperar más.
—¿Cómo vamos a traerlos? El paseo de los Vultures está vigilado constantemente.
Min sonríe.
—Ahí es donde entras tú, primito.
Las instalaciones subterráneas del secoya son bastante impresionantes. Y frescas. Lo cual es una bendición y un alivio al infierno que es estar en la superficie. Aún no entiendo cómo un lugar así ha estado oculto. ¿Habrá más fortalezas bajo tierra? Las paredes de piedra tienen un aspecto antiguo, lo cual no es de extrañar siendo que Min me había dicho que el lugar tiene miles de años.
—Dormirás con HyunWoo —mi primo me señala una puerta al fondo de uno de los tantos pasillos.
—¿Y por qué no contigo? Aún tengo muchas preguntas.
Mi primo se acerca y me abraza antes de revolver mi cabello con sus manos.
—Y mañana estaré feliz de responderlas. Pero no hoy, Seok. Estoy fusilado. Necesito dormir.
—Yo podría quedarme contigo…
—Lo siento, primito. Pero comparto habitación con Chang y no creo que quiera cederte su lugar. Al menos no hoy. Está furioso.
Miro por encima de su hombro y veo a Chang que se acerca hacia nosotros. Me saluda con una leve inclinación de cabeza y desaparece tras una puerta.
—¿Qué hay entre ustedes dos? —pregunto aunque podía hacerme una idea de la situación.
—Eso, primito, no es asunto tuyo. Anda, vete a descansar. Mañana tenemos mucho que hacer.
Me quedo mirando hacia la nada por unos minutos antes de que unas manos grandes caigan sobre mis hombros.
—Ven a descansar, Hoseok. Ellos estarán bien. A veces hay problemas en el paraíso.
Sigo a HyunWoo hasta 'nuestra' habitación y de pronto todo el cansancio y la adrenalina del día caen con todo su peso. HyunWoo me señala la litera de arriba de la suya y decido tomar una ducha rápida antes de dormir.
Mi compañero ya está dormido para cuando trepo a mi lugar y caigo en un sueño limpio y sin sobresaltos.
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Cuando me despierto, me toma unos segundos darme cuenta dónde estoy y salto de la cama. HyunWoo ya no está y me invade una sensación de vergüenza. ¿Cuánto tiempo dormí? ¿Ya estarán todos reunidos?
Bajo de la litera de un salto y me calzo los borcegos. Luego me meto en el pequeño baño. Mi cara luce fresca y cepillo mis dientes con rapidez porque estoy ansioso de escuchar los planes de la Orden.
Hago el camino por el pasillo y pronto escucho las voces del resto. Todos me miran cuando aparezco por la abertura que conduce al espacio donde todos están reunidos. Saludo con la mano y veo que Min me hace señas para que me siente a su lado.
Todos están sentados alrededor de KiHyun y Dami. Hay una pizarra blanca llena de anotaciones en color azul y rojo.
—¿Cómo dormiste? —susurra mi primo inclinándose hacia mi espacio.
—Demasiado bien a juzgar por la hora que debe ser. Podrías haberme despertado.
Min me aprieta el brazo en un gesto familiar y cariñoso.
—Tranquilo. No empezó la reunión todavía.
—Bueno, ahora que estamos todos aquí, empezaremos —KiHyun se acomoda los lentes y me hace una seña para que me acerque. Me levanto titubeante porque realmente estoy en tinieblas en cuanto al papel que me toca desempeñar, pero me apresuro a llegar al centro—. Hoseok, ¿podrías contarnos un poco más sobre los centinelas del Paseo de los Vultures?
—¿Yo?
—Bueno, según lo que MinHyuk nos ha dicho, sueles ir seguido por ese lugar.
Siento que mi cara arde. Por supuesto que nadie sabe mis verdaderas intenciones tras mis 'caminatas' nocturnas. Así que asiento sin más.
—Eres el único que está más familiarizado con la logística. ¿Puedes recordar cuántos Daggers hay en el Paseo?
Todos los ojos están sobre mí así que me tomo unos segundos haciendo un mapa mental en mi cabeza.
—A la vista hay unos nueve. Dos a la entrada que son los que escanean a los que cruzan. Luego hay dos más apostados a la salida del último túnel. Tres en la entrada del paseo. Esos patrullan a lo largo de las veredas. Y luego hay dos sobre la calzada de la plaza.
Veo que algunos asienten en silencio.
—¿Cómo haremos para transportar a los Vultures hasta el secoya? —es la única pregunta que me he estado haciendo desde la noche anterior.
—Tenemos tres camionetas —dice BaekHo que juguetea con un spinner entre los dedos.
Parece simple. Pero aún así las explicaciones se me hacen demasiado sencillas.
—Los Daggers están armados. ¿Me están diciendo que simplemente van a manejar hasta allí y luego qué?
Hubo algunos intercambios de miradas entre ellos y suelto un bufido.
—Oigan, sé que no soy uno de ustedes, pero si esperan mi ayuda, al menos deberían ponerme al tanto de lo que van a hacer.
KiHyun asiente y se acomoda los lentes. Y luego sonríe. Es la primera vez que lo veo sonreír y debo admitir que es una sonrisa hermosa.
—Tienes razón, Hoseok. Hemos estado solos por mucho tiempo y me temo que nuestros modales se han visto afectados por eso. Por favor, acepta nuestras disculpas. Te explicaremos todo desde el principio. Toma asiento.
Apreto los dientes y me siento cruzándome de brazos.
—Chang dijo que te explicó algo sobre el proceso de descongelamiento —dice KiHyun y toma un marcador de la mesa que tiene enfrente. Asiento y espero—. Bien, entonces entiendes los riesgos a los que nos exponemos.
Vuelvo a asentir. Veo que Dami sonríe.
—Chang dijo que una vez sacados de las cámaras criogénicas, el proceso de descongelamiento debe hacerse progresivamente —todos me miran de nuevo—, ¿saben cuánto tiempo tomará despertarlos completamente?
KiHyun suspira y asiente.
—Los humanos somos mamíferos. Eso significa que somos de sangre caliente. Nuestro cuerpo intenta mantener siempre una temperatura de unos 37° siempre y cuando no haga un frío excesivo. Los Vultures fueron expuestos a fríos de 196° bajo cero, pero mediante un proceso que se llama vitrificación, se aplican sustancias químicas llamadas crioprotectores que evitan la formación de cristales de hielo en las células y los tejidos.
—¿Cómo saben qué procesos usaron los Daggers en los Vultures? —siempre fui un poco curioso y no podía quedarme tranquilo si no averiguaba más sobre el tema.
—Antes del Día Cero, yo trabajaba para la organización Birk, en Nessa. Mi trabajo era la preservación de células madres. Poco antes de la invasión, caí enfermo y cuando los Daggers invadieron Zalatoris, yo no estaba trabajando activamente. Por supuesto no regresé —su rostro refleja todo el dolor y el abatimiento que tanto conocíamos—, y cuando los Vultures fueron cazados, varios científicos de la organización fueron secuestrados. Es fácil saber para qué. Algunos Vultures incluso eran hijos de algunos de ellos. Conozco cómo trabajaban y sé que nunca pondrían en riesgo a los suyos.
El silencio es palpable. Nadie dice nada por un largo rato.
—Los científicos de Birk lograron desarrollar nuevas combinaciones y eliminar la formación de los cristales en el cerebro. Han recuperado cerebros térmicamente sin daños —la voz de Dami hace que todos presten atención—, sin embargo puede haber riesgos una vez que despierten.
Instintivamente volteo a mirar a Hye Jin y a Yeon Jun. Ambos tienen los ojos fijos en el piso de piedra. Puedo entender lo que deben estar sintiendo.
—Alteraciones en la sangre, en el sistema nervioso como pérdida de memoria… Pero somos optimistas y hemos estudiado y practicado sin descanso. Creemos que el proceso de descongelamiento total puede tomar al menos una semana.
Una semana. Tan solo una semana me separa de él.
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Kriogenya
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