⚔ La Orden de los Gyps
Incluso en mundos separados
La ciudad sostiene mi corazón
Dentro de paredes de vidrio y acero
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Pocas horas después llegamos al bosque de secoyas que marca los límites de Zalatoris. Tengo el rostro cubierto de sudor y me sorprendo un poco al ver que Min sigue con energía y su rostro no muestra ninguna alteración por la actividad física reciente.
—¿Cómo es que no estás cansado? Siento que mis pulmones van a abandonar mi cuerpo en cualquier momento.
Min Hyuk no me presta atención y mira hacia un punto entre los árboles,
—Son las cenizas —dice sin mirarme—. Aquí en el bosque es más difícil sentirlas.
Volteo hacia donde mi primo mira. Aún no me ha dicho nada acerca de lo que piensan hacer para despertar a los Vultures, aunque tampoco quiero hacerme demasiadas ilusiones al respecto. En Zalatoris nadie habla de los Vultures en voz alta y la esperanza de que alguna vez volvieran a la vida era algo que ahora formaba parte de las fantasías y sueños de los familiares de aquellos rebeldes. Por un instante pensé en HyungWon. Había soñado con él infinidad de veces. Imaginando su risa, su voz. Quiero creer en las palabras de mi primo. Quiero pensar que no todo estaba perdido y que algún día podremos recuperar nuestras vidas anteriores.
—Seok —MinHyuk sacude mi brazo—, deja de soñar despierto. Nos están esperando.
—¿Puedes al menos decirme con quién nos reuniremos? Min, estoy cansado…
Mi primo bufa en respuesta, exasperado.
—Pronto lo sabrás, ahora sigamos. Ya estamos cerca.
La caminata se extiende por una media hora más hasta que se escucha un sonido similar al gruñido de un ave grande. MinHyuk sonríe.
—Llegamos —dice. Confundido miro el inmenso árbol que tenemos enfrente y luego vuelvo a mirar a mi primo.
—Em, no quiero ser aguafiestas, pero eso, querido primo, es un árbol.
Min niega con la cabeza y sé que su paciencia está por llegar a su límite.
—¡Dios, santo, eres como un crío! ¿Podrías callarte de una vez y prestar atención? Necesitas conocer todos los detalles, empezando por saber cómo abrir el árbol.
¿Abrir el árbol? ¿Podría MinHyuk estar perdiendo la razón? Ha estado fuera de Zalatoris por tres años y muchas personas han sucumbido a la locura. Es algo muy triste y devastador de ver. Personas que habían sido nuestros vecinos, gente con la que habíamos compartido cosas en nuestra niñez, ahora ya no son más que zombies esperando la muerte.
—Sé que estás pensando que me volví loco —Min me hace señas para que lo siga hacia el árbol—, pero aunque suene descabellado, este no es un árbol ordinario.
Casi se me salen los ojos de la órbitas cuando él apoya la palma de la mano sobre un costado del tronco y una leve vibración sacude todo bajo nuestros pies. El tronco se abre en dos y una luz ilumina toda la base.
—Luego te haremos la verificación para que el árbol te reconozca. Ahora ven, conocerás al resto de la Orden.
Ni siquiera puedo reaccionar cuando me arrastra tras él para empezar a bajar por unas escaleras de piedra antigua hacia el interior del secoya.
—¿Q-Qué es esto, Min? ¿Cómo es posible que exista un lugar así en Zalatoris? Creí que los Daggers habían acabado con todo.
—Ya no estamos en Zalatoris —replica mientras dobla por túneles que parecen ser más antiguos que la misma tierra—, y de todas formas este lugar tiene miles de años.
Asiento a cada palabra que dice aunque no entienda muy bien qué hacemos en ese lugar y que es la “Orden”. Pero no tengo que esperar mucho ya que varias voces se alzan dándonos la bienvenida.
—¿Tiene que ser por la noche? No tiene sentido —dice una muchacha de cabello color gris. Hay varias personas dispersas por la habitación. De pronto me siento confundido. Hace demasiado tiempo que no estoy bajo el mismo techo con más personas. No sé cómo actuar en su presencia.
—Creo que deberíamos esperar al menos unos días más. Mañana es el día de la conmemoración de los caídos. Habrá demasiada gente en el Paseo —esta vez es un hombre el que habla. Mis ojos se desvían hacia él. Viste ropas similares a las nuestras, pero su cara no está pintada. Es alto y musculoso.
—Pues mucho mejor, no podrán vigilar a todos —dice una muchachito de cabello negro muy intenso que está sentado en un rincón jugueteando con una daga.
—HyunWoo tiene razón —dice mi primo. Su voz me hace dar un respingo ya que por un momento olvidé que estaba a mi lado—, mañana habrá demasiada gente, no podemos dar el golpe con tantos ojos puestos en los Vultures. El paseo estará lleno de sus familiares y amigos. No podemos ir y simplemente desaparecer con ellos.
El muchacho del cuchillo pone los ojos en blanco.
—Volviste —dice con tono burlón—, creí que te habías perdido.
MinHyuk no le presta atención, en cambio apoya una mano en mi espalda y me empuja levemente hacia adelante.
—Él es Hoseok. Mi primo.
Inclino la cabeza en respuesta. Estoy incómodo con todos los ojos puestos en mí.
—Mi nombre es Lee Hoseok.
—Eres lindo —dice el chico del cuchillo. —Soy Chang. Im ChangKyun.
—Bienvenido, Hoseok —la muchacha de cabello gris se acerca y estira la mano. La tomo sin dudarlo y me sonríe—, mi nombre es Dami. MinHyuk nos ha hablado mucho de ti.
—Espero que bien —digo nervioso. Escucho a mi primo reír por lo bajo y le doy un codazo que lo hace soltar un insulto.
Dami se ríe también y se da la vuelta para volver a su lugar.
—No te preocupes por eso. Te adora —dice. Luego despliega un mapa sobre un escritorio y un marcador rojo—. Entonces, Hoseok, ¿estás de acuerdo en ayudarnos?
—Claro, si tan solo supiera qué es lo que debo hacer…
Todos voltean a mirar a mi primo y este se encoge de hombros.
—Min, ¿no le has dicho nada? ¿Acaso sabe quiénes somos? —el chico del cuchillo, Chang, da un salto de su silla y ladea la cabeza echándole a mi primo una mirada furiosa.
Me cruzo de brazos mientras miro a Min, sonriendo de lado. Quiero ver cómo sale de esta.
—Creí que querías decírselo tú, ya que nunca te callas…
Me quedo congelado mirando cómo los colores van pasando por toda la gama de rojos en la cara ceñuda de Chang.
—Wow, Wow —un muchacho de frondosa cabellera color rosa chicle se para frente a Chang bloqueándole la vista—, no es el momento para su numerito de Romeo y Julieta, ¿sí? ¿Podemos concentrarnos en el trabajo que tenemos por delante? No tenemos mucho tiempo. Explíquenle el plan a Hoseok y luego podremos ir a descansar. Ha sido un día agotador.
Todos asienten y veo a Dami sacudir la cabeza.
—Hoseok, acércate por favor. Primero te presentaré como es debido —me hace una seña para que me acerque a ella y obedezco. No sé en qué puedo ser útil. No tengo experiencia en nada además de robar cosas para decorar mi pocilga—. Él es Son HyunWoo —el hombre musculoso me saluda con una inclinación de cabeza y sonrío en respuesta. —Él es nuestro querido Chang —el muchacho de cabello oscuro me hace un saludo con la mano que sostiene la daga y vuelve a mirar a mi primo haciéndole un gesto mientras se lleva la hoja brillante a unos centímetros de su propio cuello y lo mueve a lo largo. Nota mental: no debo hacer enojar a Chang—. Luego tenemos a Dong —el muchacho de ojos enormes y cabello ensortijado color rosa se acerca y me da una palmada en los hombros.
—Puedes llamarme Yeon Jun —dice con una enorme sonrisa—, casi nadie me llama Dong.
Asiento y entonces me quedo mirándolo un momento.
—¿Dong? —pregunto sintiéndome emocionado de repente—. ¿Estás relacionado con Dong Joon Ki?
El chico asiente con fervor.
—Era mi padre. Perdón, es mi padre.
Dong Joon Ki fue un líder Vulture y sus legendarias hazañas eran bien conocidas por los zalatorianos ya que antes de unirse a los Vultures, Joon Ki había sido un conocido agitador social e impulsor de una docena de reformas que beneficiaron a la ciudad en épocas de hambruna.
—Es increíble —digo. Nunca he conocido a un Vulture en persona y Yeon Jun es hijo de uno.
—Entonces —la voz de Dami me hace sobresaltar y pido disculpas avergonzado—, luego tenemos a Baek Ho —un hombre corpulento con aspecto de gladiador estrecha mi mano con fuerza y me da una palmada en el hombro que me hace caer hacia adelante sobre el escritorio.
—¡Baek Ho! —exclamó Dami preocupada. El hombre baja la cabeza—. Debes aprender a manejar la fuerza. Puedes lastimar a alguien.
—L-Lo siento, primo de Min.
Mi primo suelta una carcajada.
—Se llama Hoseok, Baek. Y la próxima vez golpéalo más fuerte.
Le echo una mirada desesperada a mi primo, pero este solo me saca la lengua.
—Sigamos, por favor —dice Dami señalando a una morena de cuerpo imponente y mirada oscura—, ella es Chae Hye Jin.
Mis ojos se abren de sorpresa. Chae.
La muchacha me sonríe.
—Es un gusto, Hoseok. Yo soy…
—La hermana de Chae HyungWon —digo sin pensar.
Todos en la sala me miran.
—Al parecer alguien estuvo haciendo los deberes —dice Chang riendo.
Hye Jin me mira entrecerrando los ojos.
—¿Co-Cómo sabes que HyungWon es mi hermano?
¿Qué debo decir? ¿Que llevo años secretamente enamorado de su hermano congelado? Suena descabellado bajo cualquier luz.
—Yo… solía pasar mucho por el Paseo de los Vultures. Me aprendí los nombres de muchos de ellos —miento.
Entonces su gesto se relaja y asiente.
—Me pone muy feliz que el nombre de mi hermano aún sea recordado.
—Y por último, pero no menos importante, Yoo KiHyun.
Un hombre de baja estatura y cabello desordenado color naranja me saluda con un movimiento de su mano. Luce muy digno tras sus lentes dorados.
—Es un gusto, Lee Hoseok. Bienvenido a la Orden de los Gyps.
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Kriogenya
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