8 |LUZ que me LLAMA
POV KRASNYY
Una luz brillante me fulmina los ojos.
Me envuelve por completo y siento que va a fagocitarme. Un enorme ser invertebrado pulsa sus latidos sobre mis sienes y solo eso puedo escuchar.
Me encuentro totalmente rodeado de esa membrana infinita, y floto.
Por alguna razón que no comprendo eso me calma.
Reconozco, en ese ritmo sistemático de palpitaciones, a mi propio corazón.
¿Soy yo?
¿Soy yo mismo envolviendome a mí mismo?
¿Qué digo? Eso es demencial.
No huele a mí.
Ese olor a azahares y leche lo tengo guardado en mi memoria.
Sé quién eres.
Hola mamá.
Sé que eres tú.
Apenas tengo un recuerdo muy vago sobre ti.
Te fuiste demasiado rápido de mi lado.
Pero mi mente ha traído el recuerdo de mi cuerpo dentro del tuyo.
Es que... ¿Estoy en tu vientre mamá, aún no he nacido?
Me siento muy feliz, ojalá esto dure para siempre.
No quiero salir.
Pero esa luz me llama.
Mamá déjame ir hacia ella.
Suelta mis pies, mami, quiero ir hacia la luz bonita.
Siento que me impulsan hacia el lado contrario y de pronto me encuentro caminando por la nieve. Sé dónde estoy, he caminado ciento de veces este sendero cercano a mi casa.
Mis pies hundidos hasta los tobillos en la nieve no sienten frío.
Estoy desnudo, observo mis formas humanas. Me miro las manos y las llevo al piso para correr en cuatro patas pero no cambio de forma, sigo siendo humano.
Todo se queda quieto a mi alrededor.
Ni un sonido. Ni un movimiento.
Me veo como si estuviera afuera de mi cuerpo. Veo mi cuerpo flotando frente a mi.
Floto boca arriba y pies hacia adelante, comienzo a deslizarme por encima de la nieve y voy alto.
Vuelo sobre las cosas.
Siento el aire en mi rostro.
Estoy volando acostado, boca arriba.
El latido se hace más fuerte y la luz, más brillante.
Una voz áspera y profunda me habla...
¿Qué dice?
No entiendo. Siento que me habla sobre la cara.
Me da miedo.
¿Qué dices?
No te entiendo.
¿En qué hablas?
¿Es latín?
¿Pero qué digo?
Nunca oí a nadie hablar en latín... Apenas si reconozco mi propia lengua... pero lo que sea que me dices, sé que es latín y me espanta.
¡Deja de hablar, me das miedo! Estoy aterrado.
Iré hacia la luz. ¡Eso quiero!
Pero me sujetan de los pies y me arrastran a toda velocidad hacia el tortuoso Caldero de los Dioses.
Desde arriba, puedo ver mi cuerpo sobre la piedra de sacrificios.
La voz vuelve a hablar. Estoy cada vez más aterrado.
Mi punto de vista ha cambiado, estoy recostado sobre la piedra y por encima de mi cuerpo veo una silueta negra ingresando a mi figura inerte.
Soy yo mismo.
Esa sombra negra, soy yo.
Sé que lo soy.
No tengo idea de por qué sé esas cosas.
Pero lo sé.
De repente, casi todo «yo» está dentro de mi cuerpo pero veo como mis «brazos sombras» son los últimos en meterse en mi cuerpo.
El olor a azahar regresó.
La voz aterradora se ha ido.
Escucho a mi madre claramente:
—Despierta Krasnyy, ve a ser feliz. Aún no es momento de estar juntos. Te amo, hijo.
El aire ingresó a mis pulmones abruptamente y abrí los ojos.
Frente a mí, tengo el rostro del amor.
Los profundo ojos redondos de mi amado me dan calma.
—Sialuk, estás acá...
—Sí, amor y no estoy solo.
Levanté mi rostro y ahí está mi familia. Mis lobos amados. La figura interminable de Trueno se yergue frente a mí. Puedo ver sus ojos de cariño y preocupación detrás del enorme monstruo.
—Sáquenme de acá. Llévame a casa, amor.
Semanas después del incidente, a la aldea llegó aquel aprendiz que había intercedido para que salvaran la vida de Krasnyy.
Los guardias lo escoltaron hasta la cabaña Siku de Los Gritos.
En aquel momento él no había podido presentarse ante Sialuk, así que ahora lo haría como corresponde, se inclinó ante el malamute y el siberiano, levantó su rostro y les dijo:
—He venido a solicitar su ayuda —Hizo una pausa para mirar a Krasnyy buscando su aceptación.
Éste hizo un sí con su cabeza y el muchacho de cabellos color menta, continuó
—Pero primero, quiero presentarme ante ti, Sialuk de los Gritos.
Mi nombre es [зеленый] Zelenyy de Siku, aprendiz de angakkoq del Caldero de los Dioses.
Mejor dicho, ex —se corrigió— soy un ex aprendiz de angakkoq del Caldero de los Dioses.
Sialuk correspondió el saludo inclinándose ante el muchacho.
—Zelenyy, significa Verde en ruso —Krasnyy le compartió esa información a su alfa.
El malamute recorrió de pies a cabeza al recién llegado y se detuvo a observar con curiosidad los cabellos verdes menta del chico, antes de agregar:
—Pide lo que desees, de no ser por ti, las cosas hubieran sido distintas. ¿En qué podemos ayudarte, Zelenyy?
—Yo, al igual que Krasnyy, me he escapado del Caldero. No puedo seguir viviendo en ese sitio tan corrupto. Después de lo ocurrido aquella noche nefasta, muchas cosas salieron a la luz. Nuestro líder, el que disparó a tu pecho, Krasnyy... era mi padre.
Él estuvo a cargo de la misión de vigilar y traer de regreso al designado. Él sabía perfectamente que ustedes estaban juntos y que tú, Sialuk, no eras un lobo. Él aprovechó la situación cuando el sacerdote vio tu marca en el cuello para inventar que habías sido mordido por un hombre lobo.
Claramente te quería muerto. Solo por la ambición de que si tú morías, yo, su hijo, el inútil ante sus ojos, sería designado chamán y no sería el fracasado que en lugar de ocupar un espacio de poder, solo quiere ser músico.
Necesitaba que supieran el trasfondo y la verdad tras del horror que vivieron.
—Es impactante, Zelenyy —comentó Krasnyy.
—Si, lo es. Pero para mí fue liberador, en algún punto este desastre me permitió liberarme de los miedos y las culpas con las que mi padre me sometió toda mi existencia. Ahora quiero iniciar una nueva vida. Por eso estoy aquí...
—Dijiste que necesitabas ayuda —intervino Sialuk.
—Así es. Necesito si pueden ayudarme a solicitarle a Trueno, asilo en su manada.
Sialuk sonrió ante el pedido.
Imaginó que ahora serían tres perros entre lobos y eso de alguna manera le pareció divertido.
—Pero, no estoy solo. Dos amigos han escapado conmigo.
¿Será mucho pedir que a Lilovyy, a Belyy y a mí nos den asilo?
Luk hizo una corrección mental sobre su pensamientos de segundos atrás.
«Tres perros no, cinco. Me gusta»
Antes de que Sialuk comentara algo, Krasnyy, una vez más extendió información sobre el significado de los nombres de sus compatriotas.
[лиловый] Lilovyy, significa Púrpura y [белый] Belyy, es Blanco, en ruso, claro está.
Pero... ¿Todos en su manada llevan nombre de colores?
—No, solo algunos —sonrió Kras— pero no todos, porque nuestra manada es enorme, no hay tantos colores como perros en el clan.
—Pero ustedes cuatros se llaman, rojo, verde, púrpura y blanco...
—Solo los alfa con linaje puro llevan nombre de colores.
—Pero... t- tú, Krasnyy, no eres alfa.
Pero soy aprendiz de la chamana. Ella desde el vientre de mi madre, supo que el omega que llegaba, ya estaba designado.
—Por los cielos, amor, no dejas de sorprenderme nuca.
Lo abrazó y los tres se dirigieron a donde se encontraba Trueno, mientras los otros dos siberianos aguardaban afuera del poblado.
Por supuesto que el líder accedió y los tres chicos escapados del infierno se quedaron a vivir entre lobos.
~~~~~~~~
Hace tan solo un año atrás Sialuk, era un perro que no había tenido contacto alguno con un ser como él.
Hoy la pequeña manada de híbridos perros que iniciara con cuatro siberianos y un alaskan malamute se ha multiplicado.
A él le consta porque lo vivió en carne propia, que los perritos que han nacido en la aldea de los Oscuros, vivirán una vida de amor, entereza y serenidad entre los lobos.
¿Puede un padre pedir algo más para su cachorro?
La manada perruna ya tiene diez miembros y sigue en aumento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro