Ağrı/Dolor
24 de julio de 1604
Nueve días habían pasado desde que nació la Sultana Hatice. En esos días Mahpeyker estaba lejos del alcance del Sultan. El Sultan me había llamado a sus aposentos en la mayoría de esos días, a veces hablábamos sobre lo que para él era nuevo conocimiento y para mí, una exposición de todas las clases que asistía mientras que la otra parte del tiempo hacíamos el amor. Me lo empezaba a ganar de poco a poco. Afortunadamente la cura contra la varicela ya había sido administrada en los demás. Fue difícil pero se logró. Todo gracias a Ismahan.
—Hola, Sultana —dijo Mahfiruze haciendo reverencia para después dedicarme una dulce sonrisa
—Hola —le sonreí mientras hacía reverencia
—Hatice, quiero decirte que me da gusto saber que tú tienes el amor del Sultan y no Mahpeyker
—Aún no lo tengo, Sultana
—Pronto lo tendrás, o al menos eso espero
—¿Por qué me apoya?
—Porque tú eres digna de su corazón. Yo nunca podré tener su amor, de eso no hay duda pero tú eres la indicada para tenerlo. Mahpeyker no se lo merece.
—¿Tanto lo ama cómo para dejarlo ser feliz con alguien más?
—Sí. Lo amo del mismo modo que amo a Allah.
Sonreí mientras bajaba la mirada. Recordé a Dorian. Dorian me decía lo mismo; "te amo del mismo modo que amo a nuestro padre Jesús"
—¿Tú lo amas? —me preguntó Mahfiruze
La miré confundida.
—¿Amas al Sultan Ahmed?
Me pregunté eso a mi misma. ¿Amo a Ahmed? No lo sé. Era muy pronto para amar a alguien y más después de la muerte de Dorian.
—Sí —mentí
Ella me miró directo a los ojos.
—No es cierto, puedo verlo en tus ojos.
La miré apenada.
—Lo harás —me aseguró —Hazlo feliz por mi —dijo con la voz quebrada —Por favor —me pidió mientras salían unas cuantas lágrimas de sus ojos
—Lo haré
Ella sonrió.
—Anastasia —me llamó Ismahan
—Con su permiso, Sultana —dije haciendo reverencia
Caminé con paso rápido hasta donde estaba Ismahan. Presentía que tenía malas noticias.
—¿Qué ocurre?
—Desde hace como una hora Mahpeyker está con el Sultan
—No puede ser —lamenté
—Tienes que hacer algo
—No me serviría nada hacer un escándalo
—Puedes pedir hablar con él
—No aceptará, tal vez y ya perdonó a Mahpeyker
—Debes hacer un intento
—No me humillaré más
—¿Entonces?
—Mientras Mahpeyker se vuelve a ganar al Sultan, yo me ganaré al harem
Ella sonrió.
Caminé junto a Ismahan al harem.
Tenía que empezar a mover mis cartas.
—Ismahan —la llamé en alto cuando llegué al harem. Todas me regresaron a ver —Llama a alguien para que traiga algunas de las joyas y dinero que me dio el Sultan y dalas a los sirvientes del harem que alcancen empezando por Esma y Kizlar.
—¿Puedo preguntar por qué? —me preguntó Ismahan haciéndose la inocente
—Es por agradecimiento ya que son tan buenos conmigo
—De acuerdo, Sultana —dijo Ismahan haciendo reverencia para después irse
—¿Te dio joyas el Sultan? —me preguntó una chica del harem
—Así es —dije sonriendo
—¡Qué envidia!
—¿Por qué envidia? —preguntó Mahpeyker llegando al harem. Todos hicimos reverencia —Ella no tiene el amor del Sultan —dijo para después sonreír
—¿Está segura, Sultana? —le pregunté
—¿Quién acaba de pasar la mañana con el Sultan? —me preguntó sentándose encima de unos cojines. Hizo señas para que le trajeran algo de tomar. —Me ha perdonado porque me ama y te aseguro que si vas ahora con él, no te hará caso —dijo para después beber de la copa que le llevaron.
La miré con molestia. Hice reverencia y salí de ahí para correr a los aposentos del Sultan. Al llegar le ordené a un guardia que le dijera al Sultan que quería verlo. Así como entró también salió.
—Pase —dijo abriendo la puerta
Entré y vi al Sultan parado con dirección a la puerta con sus manos hacia atrás.
—Sultan —dije enfrente de él haciendo reverencia
—Anastasia —dijo sonriendo
Intentó tocarme pero me alejé.
—¿Qué ocurre?
—¿Perdonó a la Sultana Mahpeyker?
—Sí —dijo con seriedad
—¿Por qué? —le pregunté con la mirada baja mientras me mordía el labio
Él permaneció callado.
—¿La ama? —pregunté
—Anastasia, no puedes ser la única
—Respóndame, ¿la ama? —pregunté mirándolo a los ojos
—Ya sabes la respuesta
Cerré con fuerza mis ojos mientras una lagrima rodaba por mi mejilla.
—Entonces no me ilusione —dije abriendo mis ojos y con la voz quebrada —Con su permiso —le dije mientras hacía reverencia
Caminé hasta la puerta. Toqué para que después de unos segundos abrieran y salir. Una vez que estaba afuera empecé a llorar como nunca. Me dolía. Me dolía su rechazo.
—¿Qué ocurre? —me preguntó un eunuco.
Era el mismo eunuco que me había nombrado por primera vez Sultana.
—No es importante —dije entre lágrimas
Él no me dijo nada, solamente me abrazó.
—Llora todo lo que quieras, aquí estoy
Correspondí su abrazo y solté en llanto. Al parecer Ahmed me hacía sufrir aunque aún no lo amara. Dolía tanto su rechazo. Era como si mi corazón estuviera estrujado. Dolía bastante.
•••
El eunuco de nombre Umud era un sirviente en el harem desde sus 15 años. Llegó al harem después de ser raptado y perder a su familia. Me contó que antes de ser raptado tenía una hija de días de nacida. Al parecer, al verme llorar recordó a su hija la cual en caso de seguir viva tendría 25 años.
Umud me aconsejó ir al jardín a relajarme. Acepté siempre y cuando él me acompañara. Él aceptó sin dudarlo.
—Le doy un consejo —me dijo Umud mientras mirábamos las flores. —Llore todo lo que tenga que llorar, eso le hará quitarse un peso de encima
—Gracias por el consejo, Umud
—No es nada, Sultana
Sonreí.
—¿Cuanto tiempo tiene que no corre?
—¿Por qué me habla con respeto, Sultana?
A penas iba a contradecirlo cuando recordé que no estábamos en el siglo XXI.
Mis padres me habían inculcado que siempre tenía que llamar de usted a ellos y a los adultos por respeto pero, en la época y lugar que me encontraba era muy raro que eso pasara a menos que fueras alguien importante.
—Porque te respeto
Él me sonrió.
—Ahora, respóndame
—Casi siempre corro, hay mucho trabajo que hacer en el harem
—¿Y por diversión?
—¿Diversión? —preguntó
Asentí.
—No recuerdo
—Entonces hay que correr
Él me miró confundido.
—Haremos un trato —le dije sonriendo —Si llegas usted antes que yo a dónde está aquella fuente —dije señalando la fuente —Le regalaré una de mis joyas y si yo llego antes que usted, cuando yo sea Sultana serás mi fiel sirviente
El rió.
—Sultana, yo no podría aceptar esa joya y además, yo ya le soy fiel
Sonreí.
—Sólo corra y ya —dije empezando a correr
El rió y empezó a correr. Ambos corrimos como locos mientras esquivábamos a personas y árboles. Faltaba poco por llegar cuando Umud se cayó. Me detuve y fui a ayudarlo.
—¿Se encuentra bien? —le pregunté preocupada mientras lo ayudaba a levantarse
—Sí, estoy bien —dijo parándose —¿Por qué se detuvo a ayudarme?
—¿Por qué? —pregunté confundida —¿Por qué no lo haría?
—Usted es una Sultana
—No por completo
—Para todos lo es. Tiene un gran corazón.
Sonreí. Parecía como si hace poco no hubiera estado llorando por un amor no correspondido.
—Aún así te ganaré la carrera —dije para después volver a correr
Después de poco tiempo entre risas llegué a la fuente.
—¡Gané! —grité
Umud llegó agitado.
—Sultana, corre muy rápido
Reí.
—Algo así —dije sonriendo —Perdió, cuando sea Sultana tendrá que serme fiel
—Será un gran honor —dijo sonriendo
Justo en ese momento sentí algo en mi cara. Era agua.
—Perdón, Sultana —dijo al parecer un jardinero de unos veintitantos años
Reí.
—No te preocupes
—¿En verdad? ¿No está enojada?
—¿Por qué debería estarlo? Fue un accidente
Él sonrió.
—Gracias por perdonarme
—Anastasia —dijo Ismahan llegando a nuestro lado mientras hacía reverencia
—¿Qué ocurre?
—La Sultana Safiye
—¡Ay, Allah! —exclamé preocupada —¿Qué hizo?
—Le mandó al Sultan como regalo una nueva esclava
—¿Él aceptó?
—Es que ella no la mandó directamente. La mandó la Sultana Fatma, hija de la Sultana Safiye
—¿Cómo se llama la nueva esclava?
—Rabia Gülnusm
━━━━━━━━※━━━━━━━
BÚSQUEDAS DE VALIDE KÖSEM SULTAN
Sin resultados.
━━━━━━━━※━━━━━━━
BÚSQUEDAS DE MAHPEYKER SULTAN
Madre del Sultan Mehmed y la Sultana Ayse.
━━━━━━━━※━━━━━━━
¡Hola Sultanas y Sultanes!
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué creen que vaya a ocurrir?
Ya llegó una nueva enemiga😱. ¿Será igual de prra que Mahpeyker?😧.
¡Nos leemos! 💞
Pd: Aún se buscan administradores para la página
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro