𝟰𝟬. 𝗰𝗿𝘂𝗲𝗹 💗 𝗆𝗂𝗌𝗍𝖺𝗄𝖾𝗌
KOOKS MAGIC.
━━Chapter O3:
Mistakes
Su mente no estaba presente. Definitivamente estaba en otro mundo. El elemental de agua estaba seguro de que el chico sonriente observando su estupefacto rostro no estaba pensando. Ese idiota no estaba siendo consciente de nada de lo que estaba diciendo. ¡Estaba delirando! ¡Eso es! De eso estaba bien seguro. Kim era testigo de lo mal que era en cualquier cosa. ¡Y todo sonriente le estaba diciendo que iba a ser su individuo de prueba! ¡Por favor! Kookie aprecia mucho a su amigo como para exponerlo a su propio peligro. No quiere matarlo en el intento por no desaprobar una materia. A eso adicionando que el profesor lo ha amenazado con un -01 si mata a su individuo. ¡Pero por supuesto que la vida del chico es primero! Aunque si no lo mata- ¡No! ¡No es siquiera una alternativa! Tae primero. Tae primero. Tae primero. No puedes arriesgarlo.
—Dos cuartos de neblina en punto quiebre por favor. ¡Ah! Y un poco de Cosmos Atrosanguineus—. No puedo arriesgar a Tae. No puede arriesgar a Tae. —¿Falta algo Kookie? —Pero si no apruebo la materia- ¡No! ¡Tae primero! —. Kook—pero el nombrado no responde. Se encuentra completamente perdido en sus pensamientos. —¡Kook!
—¡S-si! —responde el mago asustado. El breve saltito en su sitio es inmediato. Las miradas confusas no se hacen esperar. —Uh. Eso es todo. Eso es todo. —Sacude la cabeza tratando de regresar a la realidad—. Vamos Tae—tira de su camiseta de deporte. El elemental de fuego se apura en terminar de pagar a tiempo antes de que el otro lo saque del lugar.
—Kook. Wow. Frena un poco—se detiene lento haciendo arrastrar sus pasos—. Vamos. Dime que te ocurre—pide confuso. El menor le sigue dando la espalda sin voltear a verlo ni un instante—Kookie.
—Solo- Solo no lo entiendo—responde finalmente. El suspiro que le sigue confunde al 01 del equipo de fuego. Kook se abraza en busca de un repentino consuelo. El elemental de fuego bufa ligeramente antes de arrugar la nariz. Tiene una ligera idea de como va a seguir aquello o el camino que va a tomar. —No entiendo por que lo haces.
—Dime que no es lo que pienso—dice. El mago de agua ha reconocido de pronto el ligero tono decepcionado en el contrario. Se siente tan frustrado ahora mismo.
—¡Pero es que-! —se voltea ligeramente enfadado. Todo se esfuma apenas se encuentra frente a frente con el chico. El mismo que de brazos cruzados mantiene una mirada seria esperando que prosiga con su discurso—. Pero es que... —su voz va en descenso hasta hacerse ligeramente inaudible. —Sabes que esto puede acabar mal—. Su mirar se pierde en el suelo. No quiere ver a su amigo. —Yo no quiero... no quiero lastimarte.
El elemental de fuego ha guardado silencio por unos breves segundos. Solo entonces suspira audiblemente hasta acercarse al otro para tomarlo por los hombros. Kim se ha agachado con ligereza para alcanzar la altura del rostro que ahora hace morritos e incluso lucha por retener unas diminutas lagrimillas en su brilloso mirar. La hermosa mirada iridiscente se encuentra borrosa e inundada en un llanto prontamente escandaloso. Y Kim puede ver como la tierna nariz empieza a tomar ligeros tonos rosas. Sabe que el mago no tiene la suficiente confianza en sus habilidades respecto a la magia general que se le inculca a todo hechicero. A menudo dudaba de sus capacidades e innumerables veces cuestionaba hasta su imagen personal. Nunca estaba conforme con lo que lograba con esfuerzo e incluso daba todos los derechos de sus logros a algo tan inestable como la suerte.
—Cielos enano. En serio no cambias—. Sus frentes se pegan en un movimiento sutil. El menor arruga ligeramente su nariz apretando entre sus manos la camiseta del contrario.
—Tae—dice sintiendo de pronto un poco de debilidad. Siempre se siente diminuto al lado del alto. Y constantemente necesita sentirse protegido por el chico.
El elemental de fuego tiene ese efecto sobre su persona que lo debilita por completo.
—Escucha esto porque no pienso volver a repetirlo—dice firme—. Eres capaz de hacer absolutamente todo bonito. No permitas que nada ni nadie te haga dudar de ello. —El menor suspira temblorosamente—. Eres uno de los pocos magos capaces de conectar por completo con su elemento interior. Yo apenas puedo hacerlo—vuelve a decir—. Eres especial Kook. No puedes permitir que un amortentia te venza ahora. Vas a aprobar esa materia porque lo vas a hacer bien. Vas a lograrlo—dice. —Y vas a ser testigo de tu propio triunfo.
El menor le da una sonrisa honesta antes de llevar su antebrazo para limpiar las lagrimillas de su iridiscente mirar. No ha esperado mucho para lanzarse contra el contrario abrazando su torso mientras esconde su rostro en el pecho del alto. Taehyung no tarda en corresponder posando sus manos sobre la estrecha cintura cubierta por la larga capa con curiosos bordados azules. El corto beso que deposita en los cabellos claros es apreciado enormemente por el menor.
—Siempre sabes que decirme—dice. La voz suena amortiguada por mantenerse escondido en el amplio pecho. El mago de fuego bufa divertido antes de acomodar algunos mechones claros sobre la frente limpia del menor.
—Es el resultado de verte la cara desde que estaba en la panza de mi madre—. El menor suelta una risita abrazando con un poquito de fuerza extra al alto. —Uno sabe que necesitas escuchar en estos casos—de pronto lleva dos dedos a sus labios e inmediatamente emite un silbido fuerte. Jungkook se queda quieto sin soltarlo ni un poco. A los tres segundos una enorme escoba voladora se ha detenido a una corta distancia esperando por su amo. —Ahora ven enano—. Y Kim lo toma de la cintura con extrema facilidad para elevarlo en sus brazos hasta posarlo de lado sobre la escoba que se mantuvo firme todo el tiempo. Suspendida en el aire sin verse afectado por el ligero peso.
—No tienes que hacerlo—. Vuelve a insistir como pedido final aunque sepa de antemano lo que va a escuchar. El elemental de fuego es un testarudo de testarudos. Por eso no le sorprende verlo serio ante lo que acaba de decir. Kook le da un golpe en el pecho al sentir las manos apretar su cintura en un gesto ligeramente enfadado—. ¡Te digo que tienes tiempo de arrepentirte! No es tarde para retractarte. No quiero perforarte la garganta con lo que sea que termine por crear.
—Enano. No me vas a perforar la garganta con tu bebible—las manos no sueltan su cintura por nada del mundo. Y la escoba con curiosos garabatos de fuego suelta un bufido por tanta espera en el aire—. Solo vas a hacer que caiga irremediablemente enamorado de ti. —Y el menor no entiende por que sus latidos se han acelerado tanto.
—No tengo el valor suficiente para tocar eso—el mago de agua se niega completamente asustado. Buscando refugio en la espalda del de cabellos marrones. El alto niega divertido antes de empezar a buscar el par perfecto de alas de hada para el maravilloso experimento que el otro iba a realizar.
Hace poco se trasladaron a la ciudad natal de los elementales del aire donde las alas de hada eran producto completamente legal. Lo suficientemente abundantes para conseguir la cantidad necesaria para diversos experimentos. El espectacular producto era en realidad el resultado de un intercambio de beneficios entre magos con las extraordinarias criaturas. Ellas solicitaban por tranquilidad adicionando una tala regulada de los inmensos arboles sumergidos en los profundos bosques que en realidad eran sus casas. Como trueque los magos iban obteniendo las alas de aquellas hadas que entraban a la edad de madurez suficiente para renovar las mismas por las finales. En otras palabras: era como recibir dientes de leche que naturalmente iban a caerse en cualquier momento. La diferencia era que las alas obtenidas conservaban durante un tiempo transitorio su magia e inefable encanto.
—Creo que podemos llevar diez pares de esto—dice. El rostro neutral mientras observa las alas transparentes es aterrador. El menor lo mira escandalizado para darle un golpe al hombro en reproche.
—¡No-No hables de ellas como cualquier producto! —le reclama en susurros. Teme que alguien los escuche por lo que es inevitable que no mire de lado a lado en busca de miradas acusadoras.
—Kook. Son solo alas—responde el otro en un tono completamente aburrido. —¡Buenaas! —su voz es lo suficientemente fuerte como para no hacer que la responsable del local se acerque—. Diez pares para llevar por favor—. Y la chica lo mira horrorizada antes de asentir nerviosa para ir por un envase de vidrio. —Ya viste Kook. No me ha dicho nad- ¡Auch!
—¡Acabas de hablar de ellas como si fueran comida imbecil! —el contrario no para de emitir unos «Auch auch. De acuerdo. Ya he entendido». Al sentir como el de mirada celeste empieza a tirar de sus cabellos. —Es como si tuvieras el brazo o los dedos de una persona en tus manos.
—Pero esas alas son- ¡Bien! ¡Bien! ¡Brazo! ¡Pierna! Entendido—responde veloz al ver la mirada amenazante del mago. —Demonios. No lo hagas complicado—reniega en un puchero infantil que suaviza levemente el enfado del menor.
—S-Son dos lingotes de oro c-caballero—ambos magos se ven interrumpidos por la voz temblorosa de la chica a cargo. El de mirada fuego la observa un momento antes de sacar su varita oculta dentro de su camiseta. De inmediato empieza a hacer movimientos en el aire que forman hermosos trazos brillantes de fuego. Los mismos que tuvieron tanto a Kook como a la chica completamente embobados.
—Listo—dice el chico interrumpiendo a los eclipsados presentes al tener de pronto dos monedas de oro en sus manos. —Es todo—vuelve a decir algo nervioso por lo silencioso que se puso todo—. Uh. Bien. Dame eso—dice tomando el frasco de vidrio antes de darle un toque con la varita provocando que se extinga en humo. —Kook vamos. —Y le da leves golpecitos en la espalda para que el mencionado avance. De pronto la mirada de la chica se siente demasiado profunda. Y eso no es de su completo agrado.
Luego de algunos minutos de caminata ambos llegan a la plaza central de la gran ciudad de los elementales de aire. El lugar naturalmente era nublado. Pero las ventiscas eran suaves e incluso tibias para todos los visitantes. Kook observa a infantes divertirse con las inestables ventiscas que creaban con sus manos. Otros incluso flotaban por breves momentos sobre bolas de aire que no tardaban mucho en romperse por su inexperiencia con su elemental. El mago de agua avanza otros pasos al lado del alto hasta que siente algo chocar contra sus piernas. Su brillante mirada iridiscente desciende inevitablemente hasta sus pies. Precisamente donde se encuentra con un elemental de aire de al menos unos cinco abriles. El elemental de aire lo mira levemente asustado por la posible reprimenda que puede recibir. Pero Kook se encoge de inmediato a su altura completamente preocupado.
—¡Lo siento mucho! —dice asustado al ver la carita del infante—. ¿Te encuentras bien? ¿Te he lastimado? —dice tomando con delicadeza sus hombros para examinar el diminuto cuerpo en busca de alguna herida. El infante se queda pensativo al ver que no ha recibido un grito como esperaba. Y solo entonces se permite disfrutar del tacto dulce. Admirando lo bonito que era el mago e incluso lo dulce de su voz. Casi similar a la de su madre.
—No-No me he lastimado—responde ligeramente avergonzado al sentir como el mago acomoda unos mechones de su albino cabello sobre su frente. —No-No vi por donde iba. Di-disculpe—el elemental de agua muere de ternura al escucharlo. Y Taehyung hace mucho que observa todo embobado. Kook mimoso con un infante es una imagen digna de guardar en su mente. Por eso no le importa mostrarse completamente concentrado en lo que hace el mago con el infante.
—Solo ten cuidado a la siguiente—le advierte dulce sin percatarse de la brillante mirada que el menor que tiene sobre sus labios. —Procura mirar por donde vas para que no-
Kook se ve tan tierno. Aunque para su mente es como ver a un infante con otro. See. Ese mismo que se encuentra dando un inocente piquito a los dulces labios del mago.
Exacto. Ese que acaba de robarle un beso.
Ese mismo.
Oh mierda.
—¡A ver mocoso! ¡Tiempo fuera! —interrumpe de pronto al caer en la realidad. El elemental de aire se separa de inmediato de un paralizado Kook que se ha quedado completamente en blanco. —¡Pero que demonios! —el alto toma en brazos a su amigo que no termina de procesar lo que acaba de pasar. Por lo que como un peluche sin vida permite que el de mirada fuego -literalmente hablando- lo acerque a su cuerpo por la cintura sin oposiciones. —Mira que aprovechado nos saliste—dice entre dientes. Y se siente tan irritado que incluso su temperatura aumenta haciendo reaccionar al mago de agua.
—Es-Espera. E-Es solo un infante—le dice dando golpecitos en el amplio pecho. El alto ha volteado el rostro de manera tan brusca que incluso Kook ha tragado saliva al ver la furiosa mirada de fuego. —V-Ve con tu madre—le dice ciertamente avergonzado.
—Eso. Vete a casa si no quieres que te vuelva cenizas ahora mismo—. Y el alto prende una llama en su mano libre terminando por espantar al mocoso que sale corriendo en medio de un llanto. —Maldito engendro—dice el alto una vez ve que el elemental de aire ha desaparecido de su campo visual. A los cinco segundos vuelve a llevar dos dedos a sus labios emitiendo un silbido demasiado fuerte. Y ocho minutos luego ambos se encuentran volando por los aires directo al solemne territorio de los elementales de agua.
Mala suerte Kim. Te robaron el primer algo.
©alduhdhanna | ©Aldanna.
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