29. El final de la AVT
El tsunami devoró todo a su paso.
Las variantes jamás creerían que algo así pudiera existir.
Pero para su mala suerte, ahora ellos estaban viviendo esta experiencia de primera mano.
Pero por algún razón ahora ya ninguno podía sentir terror.
Todos habían aceptado el panorama que ahora atestiguaban.
—¿Cómo puede mantener tantas invocaciones?
Invocador no podía creer lo que sus ojos miraban.
Cómo especialista en ese campo, el sabía de primera mano la gran cantidad de mana que requería mantener varias invocaciones.
Pero ahora el veía como un ejército de más de diez mil soldados de sombra emergían desde el suelo.
El sólo pensar en cuanta mana se gastaba para mantenerlos le dio un escalofrío.
—Solo está gastando mana al regenerarlas.
Liche ya se había dado cuenta de la verdadera naturaleza de aquella habilidad.
Pero sólo de pensar en ello le provocaba dolor de cabeza.
—No son invocaciones... Debieron verlo cuando aparecieron más.
Varias variantes lograron comprender las palabras de Liche.
Pero nuevamente algo de miedo se vio en sus ojos.
—O-ósea que...
—El obliga a los muertos a luchar junto a él por la eternidad, sólo gastando mana para regenerarlos.
Liche cerró sus ojos para sentir la gigantesca cantidad de energía que liberaba Monarca.
Con eso se dio una idea del alcance de sus poderes.
—Un ejército inmortal que jamás se detendrá.
No importa que tan fuerte sea un ser, si este se ve abrumado por una infinidad de seres esté no será nada.
Si un elefante se enfrenta a un trillón de hormigas, este simplemente sería devorado pedazo tras pedazo.
Un poder el cual podía conquistar mundos enteros si así se lo proponía.
Adaptable comenzó a recuperar su forma base, su cuerpo ya se había calmado.
El también había entendido el concepto.
—¿Tan grande es la brecha que nos separa?
Todo lo que es algo inicia por en algún punto.
Con esa idea, era sabio pensar que Monarca fue como ellos en algún momento.
Pero está era la diferencia del limitador y alguien que crecía sin límite alguno.
Un poder infinito.
***
Monarca se había adelantado a todas sus tropas.
Este ahora estaba asesinando a diestra y siniestra todo lo que se le pusiera en medio.
Sin importar cuantos ejecutivos de la AVT iban en su contra, todos y cada uno conocían la muerte ante sus manos.
Lo último que era capaz de ver sus rostros era una inmensa oscuridad.
En la cabeza de Kazuma no paraba de sonar aquella campana.
Rign~*
[¡Has subido de nivel!]
Una y otra vez, una ves que una buena cantidad de enemigos caían ante sus manos.
No podían cansarlo, pues el recuperaba energías de la muerte a su alrededor.
No podían abrumar lo, pues el se volvía más fuerte con cada muerte que causaba.
No podían contenerlo, pues el poseía un poder tan abrumador ante sus fuerzas.
Monarca en un momento tocó el suelo con sus manos.
["Creación de todas las cosas" ha sido activado.]
De repente una gran cantidad de edificios y rascacielos emergieron desde el suelo.
Estos comenzaron a llenar la ciudad en ruinas con una ciudad digna de cuentos de fantasía.
Lo que pasaba tan irreal que varios pensaron que estaban durmiendo profundamente.
Un sueño lúcido era la mejor forma de explicar lo que pasaba.
Monarca comenzó a correr a través de los edificios, siendo seguido por aquellas olas de oscuridad.
Varios ejecutivos corrieron hacia el ejército de las sombras, cargando con todas sus fuerzas.
A duras penas lograron llevarse a varios soldados, pero su victoria no duraba mucho.
Pues estos sólo se regeneraban apenas recibían el daño.
—¿C-como es posible...?
—¡Malditos monstruos!
Un ejecutivo con una gran espada de energía plasmática corrió hacia la legión.
Pero su espada terminó impactando en contra de una larga espada.
Este era Verdia, quien inició su combate en contra de aquel ejecutivo.
'¡Nada de esto puede ser real! ¡Nosotros somos la máxima autoridad del tiempo!'
Por los cielos comenzaron a emerger varios destellos lumínicos, los cuales al impactar creaban explosiones prominentes.
¡Boom!*
¡Boom!*
¡Boom!*
¡Boom!*
¡Boom!*
Esto era gracias al ataque de las tropas divinas, ex divinidades en vida.
Estas eran lideradas por la general del cuerpo deidades, Wolbach.
—¡No dejéis que ninguno se atreva a respirar frente a su rey!
Los ataques continuaban sin parar, mientras que la AVT usaba todo a su disposición para detener su aniquilación.
Incluso sus armas más poderosas habían sido invocadas a la batalla.
Entre estas habían ejecutivos de rango divino, o armas tecnológicas que podían acabar con civilizaciones enteras.
Sin embargo, todas y cada uno de sus intentos fueran erradicados incluso antes de empezar a dar frutos.
Le legión de sombras eliminaba todo problema de raíz, luchando como si todos tuviera la misma mente.
Incluso mucho peor que los números gigantescos, este era un ejército que se coordinaba a la perfección.
La AVT sólo pudo conocer la muerte ante aquel tsunami de oscuridad.
***
En medio de la batalla nacía una competencia.
Rivales de guerra, esos eran Beru y Igris.
Luego de el ascenso de Beru, Igris había estado esforzándose de más en sus misiones.
Todo para lograr demostrar que aunque no es tan fuerte como Beru, el contaba con la eficiencia para poder tomar el mando de Almirante.
Beru sabía que a Igris le fastidiada esto, fascinado y divertido por sentirse superior a él.
Beru voló con fuerza hacia un pelotón de la AVT, destrozando a todos con sus poderosas garras.
—¡600!
Luego siguió avanzando para embestir un mecha gigante, al cual atravesó por el pecho para causar una gran explosión.
Esto trajo la muerte de todos alrededor.
¡Boom!*
—¡754!
Beru se detuvo un segundo, comenzando a compactar su cuerpo.
Este se hizo más pequeño, aumentando drásticamente su velocidad.
Ahora Beru voló a una velocidad imperceptible, dejando solo un rastro de sangre detrás suyo.
—¡928!
Beru voló hacia Igris, quien estaba abatiendo a varios enemigos.
Ese simuló que se echaba en el aire mientras flotaba.
—¿Pero quien lleva la cuenta?... Oh, si. ¡Yo lo hago! ¡Kuhahaha!
La risa de insecto de Beru estaba fastidiando a Igris.
Era tanto su enojo, que este podía simular unas especies de venas saliendo por su frente.
A pesar de su molestia, esto no hizo más que incentivar a Beru.
—¿Ya te cansaste? Es una lástima que tengas que gastar energías corriendo, pues... no puedes volar.
—No me afecta no ser un fenómeno.
—¡Fenómeno! ¡Tu solo sientes envidia de mi poder!
—De hecho no lo hago, ahora... ¿te concentras?
—¡Tu estas mintiendo, Igris! ¡En tu rostro veo como te vuelves a morir de envidia por tomar el puesto de Almirante!
—Déjame decirte una cosa, hormiga...
Igris silbo con fuerza, llamando con una orden a su movilidad.
Kaisel apareció a grandes velocidad arriba de Igris, haciendo que este salte con fuerza para estar en su lomo.
El dúo voló hacia el cielo, comenzando a cargar grandes cantidades de poder en truenos y relámpagos.
¡Truash!*
¡Brzzz!*
Igris levantó su espada para canalizar todos los relámpagos que liberaba Kaisel.
Una ves que la carga llegó a un punto deslumbrante, está fue liberada.
Una tormenta de rayos cayó directamente hacia la AVT, causando destrucción a su paso.
¡¡ESPEER!!*
La imagen era la misma que presenciar una tormenta eléctrica en el mar.
Pero en ves de marea, los afectados de los rayos fueron todos los miembros de la AVT.
Incluso algunos ejecutivos murieron ante aquel poder.
Igris miró a Beru para terminar su frase.
—El puesto de Gran Almirante sigue libre, no te olvides de eso.
—... ¡!
Beru miró con rabia a Igris, quien sólo se fue tranquilo hacia la batalla con Kaisel.
'¡Está clarísimo que sentía envidia!'
Beru no iba a aceptar que Igris opacara la atención de su rey, así que decidió ir más rápido.
—¡Pues veamos quien gana ese puesto! ¡Aunque ese seré yo!
—Te falta racionalismo para tomar aquel lugar.
—¡Que no te olvides que por ahora soy tu superior!
El dúo comenzó a cargar en contra de la AVT, aniquilando a todo lo que se le pusiera delante.
—No por mucho, hormiga.
—¡Soy Beru! ¡Mi nombre es Beru maldito!
Estos siguieron en su batalla, luchando con rivalidad lado a lado.
Dignos de aquellos que eran conocidos como : Las alas del Monarca.
***
La AVT ya se había dado cuenta de ello.
No había forma de ganarle al monstruo de aquel que se hacía llamar : "Monarca de las Sombras".
No importara que intentarán usar, las fuerzas del Monarca lo superarían de forma abrumadora.
No tenían fuerza, velocidad, poder o números para poder ir en su contra.
La jueza se había dado cuenta de ello, comenzando a imaginar la perdición.
Pero incluso en ese momento, la esperanza nació en una idea.
'¡El poder de los guardianes! ¡Ellos pueden volver a encerrarlo!'
Pensar en un poder que unificado igualaba el absoluto era su única opción.
Con eso en mente, ella decidió retirarse.
—¡Habrán el portal a la cede! ¡Me retiro por ahora!
Sus asistentes comenzaron a usar sus pantallas para llamar un portal en esa zona.
Una puerta de luz blanca apareció detrás de ella, siendo su vía de escape.
—¡Bien hecho!
La jueza corrió hacia el portal.
Sin saber que ella no podría huir del destino que había generado.
—No te iras.
—... ¡¡!!
La jueza vio como una especie de humanoide detenía su avance.
Ella era Silvia, quien había logrado colarse como una víbora a través del ejército de la AVT.
Pero la jueza conocía su fuerza, sabiendo que no era la gran cosa en comparación a otros soldados.
—¿¡Que diablos esperan!? ¡Atáquenla!
La jueza dio la orden de aniquilar a Silvia para poder huir.
Pero ninguno de sus soldados pudo mover un dedo.
—¿¡Que carajo hacen!?
La jueza vio a sus soldados, notando la razón de su miedo.
Ellos miraban directamente hacia los ojos de Silvia, notando como ella empezaba a desaparecer.
Debido a esto, también la jueza pudo entender la razón de su miedo.
Solo bastó una sola frase.
—"Intercambio".
A través de Silvia se escucho aquella palabra, causando que esta desapareciera.
Pero al mismo tiempo, ahora el Monarca estaba frente a la jueza.
Ella no pudo mover ni un solo dedo, sintiendo la gran sed de sangre hacia su ser.
—N-n-no...
La jueza comenzó a caminar hacia atrás, su cuerpo trataba de huir sin que ella lo notará.
Pero el Monarca ya estaba harto de este juego, decidiendo acabar con esto de una ves por todas.
—Le daré fin a esto, ahora.
De repente el Monarca apareció frente a la jueza, sujetándola del cuello con la fuerza necesaria para causarle dolor sin matarla.
Pero para ella se sintió como un tractor aplastara su tráquea.
—¡Coagh!
El rostro de la jueza se puso morado en cuestión de segundos.
La saliva y las lágrimas habían tomado su rostro, mostrando un rostro invadido por la desesperación.
'No puede acabar así... ¡No puede! ¡Todo mi trabajo para evitarlo no terminará aquí!'
El Monarca giro para ver hacia el portal, sintiendo lo que había detrás suyo.
—Voy a acabarlo de raíz.
—... ¡N-...!
El Monarca camino hacia el portal mientras sujetaba a la jueza por el cuello.
El no dudo en su acción, atravesándolo en un instante.
***
—Así que esto es la AVT.
El Monarca ahora estaba en una oficina gigantesca.
El tamaño podría igualarse a un gran salón con un techo sin final.
Las paredes eran escaleras de formas circulares que subían y bajaban hasta no poder más.
Pero esto no fue lo que más le interesó al Monarca.
Su atención se fue ante aquellos que lo recibieron, siendo todas las fuerzas restantes de la AVT.
Sus números eran de millones, incluso cientos de millones.
'Era de suponer, ellos son la policía del tiempo de toda la creación.'
Algo que se consideraba infinito debía ser protegido por algo similar.
La jueza sonrió aún siendo ahorcada por el Monarca.
'¡Ahora verás maldito desgraciado! ¡Incluso tu fuiste muy estúpido para venir aquí!'
Aunque fuera muy fuerte, solo bastaba que los números lo abrumaran por completo.
Nadie podía luchar por siempre, teniendo que matar a una cantidad tan basta.
—No voy a luchar con tantos.
El Monarca dijo aquella realidad, pues sólo sería matar muchísimo tiempo.
La jueza mantenía su sonrisa egocéntrica, pues aunque muriera, sólo debía pasar su conciencia.
Pará la AVT, el Monarca había entrado en un Punto Muerto.
Al menos para ellos esa era la realidad.
—Solo me queda hacer esto...
—¿E-eh?
De repente el cuerpo del Monarca comenzó a liberar una especie de cristalización oscura del mana.
Unas escamas salieron desde debajo de sus ojos.
Unas alas transparente salieron de su espalda, similares a las de un dragón.
La forma para derrotar a un ejército sin luchar, era quitarles sus ganas de pelear.
Esta era la solución más inteligente.
—"¡Llanto del Dragón!"
["Llanto del Dragón" ha sido activado.]
De repente un sonido de expandió hacia todo el entorno casi infinito.
¡¡¡KAHOOOOOOOOOOOOOOOO!!!*
Todos los miembros de la AVT pudieron escucharlo.
Con ese sonido vino el miedo, una sensación de abandonar la lucha.
Aquel silencio sólo duró poco, pues aquella resonancia dejó un solo resultado.
El Monarca había ganando.
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