66. Lo han desinfectado
La emboscada de los Vanguardistas trataba de diezmar las filas de Apocalipsis con toda la rapidez posible.
Luchas simultaneas se desencadenaban al tiempo.
El destino del multiverso colgaba precariamente de un hilo tan fino como la seda de una araña.
En este instante crítico, la balanza del destino oscilaba frenéticamente de lado a lado.
Está misma espera por inclinarse con el bando que lograría poner de rodillas al otro.
Trash!
Boom!
Los monstruos salvajes fueron traídos por medio de portales desde los rincones más recónditos del multiverso.
Sus garras, afiladas como cuchillas y cabezas tan feroces como un Leviatán, Comenzaron a alzarse sobre las filas enemigas y para destrozarlos en una avalancha caótica.
Prash!
Prash!
-¡Guah!
Ajin esquivó por los pelos la pata de un monstruo gigante destinada a aplastar su cuerpo.
La neblina azabache similar a un panal de abejas se amontonó por debajo suya, y rápidamente una figura humanoide cargó a Ajin dando grandes surcadas.
-¡Maldición, Hechicero! ¡Ser inmortal no significa que no duela! ¡Estuve perdido en el espacio, imagínate eso! – exclamó Ajin frustrado a través del intercomunicador.
*Interferencia*
Slash!
Ninja atravesó en un corte perfecto a un muro de soldados de la Avt.
Pam!
Pam!
De inmediato, su instinto de peligro lo alertó y saltó, esquivando un aluvión de hechizos de archimago.
En plena caída, formó sellos con sus manos a gran velocidad.
Pam!
Al golpear el suelo con su palma este inmediatamente cantó:
-'Mokuton Hijutsu: Bosque Emergente.'
Ninja desató una oleada de árboles que rompieron el terreno a su alrededor.
-¡Ni que lo digas! – Dijo Ninja cortando con la katana. ¿Alguna señal de Mimo?
*Interferencia*
-¿Tienen idea de cuan excesivo seria el gasto de maná para colocar sellos de control? – Comentó Hechicero con exasperación – Y no, no logro sentirlo...
*Interferencia*
CRAASH*
Con un estruendo, Escudo clavó sus puños en el suelo, generando un temblor que desestabilizó a sus oponentes.
-¡Deja las excusas, ese tipo es un océano de energía andante! ¡Encuéntralo! – Vociferó, su voz entrecortada por el humo de su furia.
A pesar de la aparente locura inducida por la marca del pecado, Escudo mantenía su enfoque en eliminar a sus enemigos.
En medio de ese océano de Kazumas corruptos por el poder, solo buscaba a uno.
"Pimp"
Katrump!
-La falta de respeto abunda por aquí... – Suspiró Hechicero.
Cadenas mágicas se manifestaron en los dedos de Hechicero, envolviendo y atando a una gran cantidad de soldados y variantes tras de sí.
KABOOM
KABOOM
KABOOM
Tres explosiones monumentales se elevaron hacia el cielo, cada una marcando el poder devastador que se desataba en el horizonte.
Komezuma, maniobraba por encima de las cúpulas de fuego, escudriñaba el campo de batalla en busca de Mimo.
-¿Me podrían decir por qué la mayoría van tras Komekko? ¡P-puedo jurar que uno de ellos se está relamiendo los labios al verme! – La voz de Komezuma, se tiñó de pánico y urgencia.
-¡¡TE TENGO!!
Blam!!
Pero antes de que una variante con dagas y aspecto de cazador saltara encima de ella, ventanas de maná interceptaron el asalto de la variante.
-Es hora de purgar a los fans... ¡¡DE CUTIES!!
Sin esperar a ser rodeada por los enemigos, extendió su báculo con desdén.
Tres pentagramas colosales se dibujaron en el cielo.
-Oh ho. – Dijo un Kazuma con la armadura de Verdia.
-No me digas, esa niña acaba de lanzar un hechizo de rango imperial. – Comentó un mago oscuro a su lado.
-Sep. – La variante con armadura de Verdia afirmó ya resignado.
-Y para colmo, estamos justo en el epicentro de su alcance.
-Hmm... Más o menos.
*Suspiroooo...*
-Va a doler.
Acto siguiente el aire, el suelo y su visión se prendió en una luz morada.
Embeeeeeeeer!
El sonido que siguió fue como el rugido de un dragón milenario, una explosión comparable a varias bombas atómicas llenó el cielo.
Llamas oscuras y abrasadoras se desplegaron como un manto sobre el campo de batalla, quemando el oxígeno y dejando tras de sí solo cenizas y desolación.
El potencial de Sage, sus conocimientos y poder mágico. Fueron transferidos a Komezuma.
Aunque en cierta forma era una "novata" como una archimago.
El potencial que desprendía Komezuma se le podría comparar con el difunto Sage.
El plan de los vanguardistas no poseía ciencia tras esta, pues como ya se venía sospechando hacía tiempo...
Simplemente Se lanzaron a lo suicida.
Raaash!
Debido a la misma presencia de colosos igual de peligrosos en el bando de Apocalipsis. Estos mantenían a raya a las bestias invocadas por hechicero.
Sí no se apresuraban en encontrar a Mimo y atenderlo.
Entonces la precaria "ventaja" que poseían en estos momentos, quedaría totalmente nulificada.
Toda esta batalla a contrarreloj se dictaba en cuanto tiempo podían entretener a Corrupted dentro de su propio territorio, mientras que ellos iniciaban la búsqueda de ese fragmento de esperanza.
Fuuu~
A lomos de un retrete volador, Arquero contemplaba el caos sembrado por Komezuma en la lejanía.
-Esto supera a Hiroshima y Nagasaki... – murmuró Arquero, aferrándose a su hacha.
-¡Skibidi, skibidi!
-¡Esa canción ya pasó de moda!
Con un estrepito, su mirada se tiñó de un rojo intenso mientras lanzaba su hacha, acertando en la frente de un skibidi de un golpe certero.
Sin embargo, Arquero no había calculado bien qué seguiría tras el derribo del skibidi.
-¡Maldición! – exclamó Arquero, invadido por el pánico.
La caída no le preocupaba, Arquero confiaba en su amplia gama de habilidades para sobrevivir.
Lo que realmente congeló su sangre fue la visión al aproximarse al suelo.
Bajo él, una Aqua transformada en un enorme skibidi abría sus fauces, lista para devorarlo.
-¡No me digas que terminaré en el estómago de un inodoro!
Fuuush*
Sin embargo, antes de que tuviera un destino peor que la misma muerte.
El cuerpo de Arquero fue atrapado por un objeto volador.
Al abrir sus ojos se percato de que estaba encima de un televisor propulsado por unos mini cohetes.
-¡[-w-]! – La pantalla de Tv Woman expresaba su reacción sin palabras.
-Eh... ¿Gracias? – Dijo todavía confundido.
-[n.n] – Nuevamente la pantalla cambió, mostrando una reacción diferente.
Arquero solo sabía de Espadachín y del fallecido Frost interactuando con estas entidades, desconociendo cómo se aliaron con ellas.
Mientras ambos evitaban el fuego aéreo...
Desde tierra, el camara man qué tenía el apodo de "la leyenda" alzó su pulgar hacia ellos.
Trash!
Sin embargo, su momento le duró poco. Cuando uno de los cámara-man gigantes infectados lo pateó buscando derribar a la leyenda.
-¡Skibidi, Skibidi!
Acompañado de eso un Toilet con partes de sus hermanos y otros miembros de la alianza, hizo su aparición con sierras circulares en mano.
Riiiish*
Estás buscaron el cuello de la leyenda para cortarlo, pero en un acto de supervivencia. Su núcleo se activó.
*Resplandor*
Lanzando una onda de repulsión, tanto el Toilet híbrido como los camara man infectados fueron expulsados.
En un instante, la leyenda se puso en pie de un salto, como un resorte recién liberado.
Clank*
Clank
La leyenda interpuso su brazo de metal sobre los proyectiles, semejantes a cuchillos que estaban destinado a clavarse en su cabeza.
Al bajar el brazo se percató del perpetrador de ese ataque.
Impulsado por sus ondas sonoras, el Speaker Man de élite cerró rápidamente la distancia con el Camara Man de destapa caños.
*Slash*
Un corte limpio y profundo marcó el hombro del Camara Man, dibujando una línea roja que pronto se empapó de carmesí.
Plap!*
Con un rápido movimiento, el Camara Man respondió con un potente derechazo, golpeando al Speaker Man de élite y desorientándolo momentáneamente.
El brazo biónico de la leyenda se metamorfoseó en un cañón.
*Alumbrar*
La punta comenzó a emitir un brillo amenazante, preludio de un disparo inminente dirigido al Speaker Man de élite.
*Retumbar*
Krish*
Pero el Speaker de élite, con un zumbido ensordecedor de sus bocinas, hizo vibrar el entorno, desviando el disparo que se perdía en el vacío.
La leyenda, frustrada, le mostró su dedo corazón al Speaker de élite en un gesto de desdén.
Sin embargo, bajo la influencia del Toilet, el Speaker de élite deslizó su dedo índice sobre su cuello en una clara amenaza.
Fush!*
Con el jet pack rugiendo en su espalda, el Speaker Man se lanzó hacia el Dark Speaker.
Fiusha*
Este disparó otro rayo de energía desde su brazo biónico antes de que su adversario pudiera siquiera parpadear.
Kriiish*
Pero el Dark Speaker, igualmente equipado con una mochila cohete, esquivó ágilmente, manteniendo las vueltas en el aire.
Kramp!
Ambos combatientes chocaron en el aire, dándose cambiazos de golpes devastadores.
-¡Skibidi, Skibidi, Skibidi!
El Toilet híbrido con sierras se unió a la refriega, buscando apoyar al Dark Speaker.
Chomp!*
Pero antes de que pudiera lanzar su ataque sorpresa contra el Camara Man, las sombras lo envolvieron y, en un abrir y cerrar de ojos, unas fauces gigantescas se cerraron sobre su cráneo.
Alejándose de la escena, Pokemon y Narco observaban desde lo alto, montados sobre un Charizard.
-Bien hecho – elogió Pokemon a su Charizard, mientras este tenía su boca llena.
-¿Desde cuándo tienes un Charizard? – preguntó Narco, disparando su revólver hacia el caos debajo de ellos.
-El tiempo vuela en cada universo – respondió Pokemon, rebuscando entre sus pokebolas-. ¡Todos afuera!
*Tast! Tast!*
Una multitud de Pokémon emergió: desde Sableye hasta Raichu, un despliegue que rivalizaba con una granja completa de pokemones.
-No tendrás un Vaporeon y un Umbreon, ¿verdad? – preguntó Narco, casi sin querer escuchar la respuesta.
-Eres un enfermo, amigo... – replicó Pokemon, visiblemente disgustado –. Para eso tengo a mi Gardevoir.
-¿Qué?
-Nada, nada... – dijo Pokemon, evadiendo la mirada de Narco.
***
Krash!
*Derrape*
Una camioneta blindada atravesaba el caos, indiferente a las explosiones que intentaban consumirla.
Su motor rugió mientras se abría paso a través del infierno de balas y hechizos letales.
Boom!
Un impacto directo. El suelo se sacudió, y una columna de polvo y escombros se elevó hacia el cielo, marcando el nacimiento de un cráter monumental.
-¡Bien! – celebró un soldado de la AVT, su rostro iluminado por el resplandor de su éxito.
Raaaaaash!
-¿Eh?
-¡¡Cuidado!!
Contra todo pronóstico, el vehículo que esperaban ver destruido permanecía intacto.
Aceleró a tope, y entonces, como si la misma diosa de la suerte los hubiera abandonado, una torreta controlada por una variante enemiga emergió de la carga que transportaba.
-¡Esta camioneta fue bendecida por Eris-sama! ¡¡TRAGUEN PLOMO, BLASFEMOS!! – gritó Heraldo, mientras abría fuego sin piedad.
Rakata! Rakata! Rakata!
Rakata! Rakata! Rakata!
Las balas transformaron a los soldados de la AVT en coladeras ambulantes en cuestión de segundos.
Los gemidos y gritos agónicos se perdían en el caos, mientras que dentro de la camioneta, la atmósfera era sorprendentemente calmada.
-¿Y bien? ¿Cuál es tu gran excusa? – inquirió Eris desde el asiento trasero.
Su tranquilidad hacía un completo contrasto con la masacre que armaba su seguidor en el exterior.
-Sin universo, no hay trabajo. Y sin trabajo, no hay paga. – respondió Asesino con un tono pragmático, manteniendo sus ojos en la carretera.
-Cuando dije que quería vivir algo emocionante... definitivamente no me refería a una guerra multiversal – balbuceó una variante, su voz temblorosa revelando el miedo que intentaba ocultar.
Desde el asiento del copiloto, la variante observaba aterrada la masacre que Heraldo desencadenaba afuera.
La visión de sangre y sesos esparcidos por el aire le provocaba un nuevo trauma.
-¿Cómo fue que dijiste que debíamos llamarle? – preguntó Eris, su curiosidad despertada a pesar de la situación.
-Él y una chica de la tranquilidad estaban a punto de... ya sabes, cuando Sapo los interrumpió. Ah, sí, llámalo Boticario – explicó Asesino, ofreciendo solo un vistazo de la historia completa.
-¿¡Boticario!? ¡Esto es una broma! Estaba a punto de... de avanzar en mi vida, ¿entiendes? – exclamó Boticario, zarandeando a Asesino en un arrebato de frustración.
Asesino, ignorando la diatriba de Boticario, pisó el acelerador, dispuesto a arrollar cualquier obstáculo en su camino.
Prash!
De repente, el vehículo se detuvo con un frenazo brusco.
-¿Qué...? – Asesino estaba desconcertado, moviendo la palanca de cambios repetidamente en un intento vano de comprender la situación.
-¿Por qué nos hemos detenido? – Boticario buscó desesperadamente una explicación, pero no encontró ninguna.
*Crack*
-¡Eris-sama, debemos irnos ahora! – Heraldo emergió de la cabina, mientras agarraba a Eris por el brazo.
-¡Espera! ¿Qué diablos está...? – La protesta de Eris fue interrumpida por un grito alarmado.
-¿¡Pero qué demonios es eso!? – Boticario apuntó, con ojos desorbitados, al parabrisas de la camioneta.
Pam! Pam!*
Piernas metálicas, como torres de carga y con el peso aplastante de montañas de acero, se plantaron frente a la camioneta con un estruendo sordo.
La tierra tembló bajo su inmenso peso.
De repente, el vehículo fue sacudido violentamente.
Se elevó del suelo como si fuera un juguete en manos de un gigante. Intentaron abrir las puertas, pero poderosas garras las sellaron, atrapándolos dentro.
Pam! Pam!*
-¡Maldición! – Asesino pateó la puerta repetidas veces, su esfuerzo desesperado resonando en el espacio confinado.
Entonces, una cámara gigante iluminando con un led infrarrojo apareció sobre ellos, su inexpresivo rostro, pero por los gestos de su cuerpo, podría decirse que no estaba para nada contento.
-...
El Titan Camara, hinchado de ira, apretó sus manos, decidido a comprimirlos hasta la muerte.
Las paredes del vehículo comenzaron a cerrarse, forzando a los ocupantes a apilarse unos sobre otros en un espacio cada vez más reducido.
-¡Kazuma, haz algo! – Eris gritó, su voz desesperada rebotó en las paredes metálicas que se cerraban sobre ellos.
-T... Trato de... alcanzar mi bolso, pero... ¡No puedo, Eris-sama! – Heraldo luchaba, su frustración evidente en cada palabra forzada.
-Ngh... Nunca pensé que moriría aplastado junto a... un Simp. – Asesino jadeó, luchando por cada bocanada de aire en el espacio confinante.
-¡Hijo de...!
*CRUCCCCCCK*
En un instante, el vehículo blindado fue reducido a un amasijo de metal en las manos del Titan Camara.
Raash!*
Y para rematar, una llamarada azul brotó en su núcleo, incinerando lo que quedaba del vehículo hasta reducirlo a un montón de chatarra inservible.
El Titan pateó la bola de escombros como sí fuera una bola de futbol, y esta cayó en medio de la guerra desatada.
Fiuuuuuuush*
En ese momento, un portal a varios metros del Titan camara se abrió.
Pam!
Los ocupantes del coche cayeron al suelo, cubiertos de polvo y sumidos en la confusión.
-¿Que... Carajos? – balbuceó Heraldo, sacudiendo su cabeza como si intentara deshacerse de la incredulidad.
-¿Cómo es posible que estemos... vivos? – Eris miró a su alrededor, buscando respuestas en el caos que los rodeaba.
De repente, aún en el suelo Boticario alzó una especie de pistola de portales de su mano derecha.
-¡Gracias Eo! ¡¡S-sabia que no me defraudarías...!! – Este se encontraba agotado mientras besaba su objeto en particular.
Asesino al notar que Boticario, estaba al relativo desmayo. Se percató que la pistola de portales pasó a convertirse en un anillo que poseía en su dedo.
-¿Una reliquia cambia formas...? – Murmuró Asesino para si mismo.
Bruuum!
Sin embargo, antes de que siguiera metido en sus pensamientos, el rechinar metálico del Camara se hizo notar, cuando este giró su mirada en torno a ellos.
Sus leds que conformaban lo que era parte de su "rostro" se iluminaron con violencia.
Ante este fenómeno, tanto Heraldo, como Asesino. Salieron disparados agarrando a los más vulnerables.
Fush!
Una línea incandescente quemaba todo el terreno por la luz que proyectaba el Titan Camara.
Por lo que, viéndose comprometida su seguridad, aceleraron el paso tanto como sus cuerpos se los permitían.
-N-Necesito maná... – Murmuró Boticario.
Heraldo, torciendo su mueca. De su bolsa le lanzó un cristal de manatita a Boticario. Este último a romperla su energía se renovaron.
-¡Rápido, Eo! – El anillo se iluminó el son de la orden de su portador.
Una luz los envolvió a los cuatro, cuando de repente. Se encontraban en lo que parecía ser un vehículo translucido en pleno movimiento.
-De lujo... – Dijo Asesino sorprendido por las capacidades del anillo.
-¡Podrás decir eso, pero hacer esto me cansa más qué cualquier cosa! – Boticario hizo un gesto de esfuerzo al tiempo que pisaba el pedal.
Bruum!!
Raash!
El rayo devastador alzó el terreno, calcinando toco lo que tocase.
-¡Oye, imbécil! ¡Haz algo! – Gritó Asesino hacia Heraldo.
-¡Imbécil tú madre, estoy pensando! – Dijo Heraldo rebuscando entre su bolso.
En el momento justo en que el rayo destructor del Titan cámara estaba a punto de alcanzarlos, Heraldo sacó algo de su bolso.
Era un amuleto con un botón brillante en el centro.
*Reflectar*
Sin dudarlo, presionó el botón, y de repente, un gran espejo apareció detrás del vehículo, reflejando el rayo incinerador del Titan cámara hacia él.
KA-BOOM!
La luz deslumbrante del rayo reflejado se estrelló contra el Titan camara y subsecuentemente a eso ocurrió una explosión que envolvió el cuerpo del coloso.
-¡¿Qué acabas de hacer?! – exclamó Asesino, apenas creyendo lo que acababa de presenciar.
-Kazuma, ¡eres un genio! – Dijo Eris al sentirse orgullosa de su seguidor.
Heraldo, embozado una sonrisa socarrona y una nariz digna de un presumido, proclamó:
-Por supuesto, después de todo tengo a la diosa Eris de mi lado. La fe mueve montañas. – Dijo Heraldo en aires de grandeza.
-... Lo único que entendí fue "tuve fe". – Dijo Botánico mientras conducía el vehículo de maná.
Pero en ese mismo instante, otro cuerpo pesado apareció en mitad del camino.
-¡!
*Derrape*
Un proyectil de plasma explotó buscando tragarlos ante el desastre inminente.
Boom!
Una lluvia de esferas de plasma se materializó, la tierra y la arena explotaron en un solo. Y la tierra tembló tras ese golpe.
Troash*
El vehículo creado por Boticario, volcó y como sí fueran fragmentos de cristal. Este desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
-¡Nhh...! ¡E-eris-sama! – Heraldo corrió a ayudar a su diosa.
Pero su andanza rápidamente se detuvo cuando se percató de la presencia que los detuvo en seco.
-¡Tsk, tsk, tsk!
Heraldo sondeó la zona en busca de ayuda, pero se percato que sus demás acompañantes también estaban inconscientes.
Solo podía apreciar como el Titán speaker encendía sus blaster para reducirlos a nada.
***
Prash!
De repente, una espada con la fuerza de un volcán se estrelló en contra del Titán Speaker, provocando que este retrocediera a pasos agigantados.
Heraldo vio confundido esto, al voltear. Notó como una densa bruma negra se apoderaba del entorno que les rodeaba.
[In el necer la ed abirra rop éuq le em ódnam.]
***
BRAAAAAAAAH!
Sin esperar a que el Titan Tv pudiera posicionarse para combatir, el Titan Speaker rugió en furia e inmediatamente abrió fuego en su contra.
El Titan Tv, barriendo el humo de la explosión con una de sus manos se puso al frente de Heraldo y compañía y comenzó a indicar con su dedo índice un "No, no".
Ante la resistencia tan descomunal del Titan Tv, el Titan Speaker quiso abrir fuego nuevamente, pero no sin antes darse cuenta de que una pequeña bruma se manifestó a su lado.
Praash!
El brazo del Titan Tv emergió de la bruma, derribando al pequeño Titan en el proceso.
-Otse se rop repmor im allatnap.
Guaaash*
El cañonazo de un arpón se clavó en la mano del Titan Cámara, cuando este intentó quitársela de encima, ya era demasiado tarde.
PAAM!
El Titan Tv le dio un derechazo al hombre Cámara gigante, quien en un violento asalto casi pierde su punto de equilibrio.
Al ver como tanto el Titan Speaker como el Titan Camara se recomponían para contrarrestar su embate, este les hizo un gesto de "váyanse" a Heraldo y compañía.
***
Con la amenaza de los Titanes Cámara y Speaker neutralizada, Heraldo, Asesino, Boticario y Eris se reagruparon rápidamente.
-¡Skibidi, skibidi, skibidi!
Sin embargo, el respiro fue efímero. Las "Inútiles", transformadas en criaturas voladoras, surcaban los cielos, y su mirada se fijó en el grupo.
-Para ser la diosa de la suerte... realmente no estás contribuyendo mucho – Asesino murmuró con sarcasmo a Eris.
-¡No es mi culpa que esté fuera de mi jurisdicción! – Eris se defendió, aunque sabía que sus palabras tenían poco peso.
-Si vuelves a hablarle así, te aseguro que vaciaré mi cargador en tu rostro – amenazó Heraldo, su voz cargada de furia contenida.
Depender de una deidad menor fuera de su dominio era tan inútil como pedirle a un ciego que vea la gracia de un chiste.
En medio de la discusión acalorada, Boticario permanecía en silencio.
-Me niego... – susurró con determinación –. ¡Me niego a morir sin haber vivido!
Su grito desesperado resonó, y con un paso temerario, avanzó hacia los Skibidis.
-¡Manatitas, ahora! -exigió Boticario.
-¿Qué? – Heraldo estaba confundido ante la imprudencia de Boticario.
Asesino, comprendiendo la intención de Boticario, sonrió con malicia.
-Ah, así que has decidido actuar, ¿eh? -se acercó a Heraldo y le arrebató algo.
-¡¿Qué haces?! ¡Devuélveme la bolsa de herramientas de Eris-sama, solo yo puedo usarla! – Heraldo intentó recuperar la bolsa, pero fue en vano.
-Cálmate, idiota. ¿No ves que estamos a punto de morir? – Asesino agitó la bolsa ante sus ojos.
Las reliquias divinas no necesariamente deben estar en manos de sus portadores originales para funcionar.
Algunas, dotadas de voluntad propia, operan a plena capacidad independientemente de quién las empuñe.
La bolsa de Heraldo comenzó a brillar con una luz celestial, y una multitud de cristales pesados emergió, posicionándose a sus pies.
-¿Qué es lo que planeas hacer exactamente? – preguntó Eris, aún incrédula.
Boticario suspiró profundamente y, levantando su anillo, tocó los cristales.
-Honestamente... quiero darle su merecido a Aqua. Y esta es la oportunidad perfecta –declaró mientras su anillo lo envolvía en una luz deslumbrante.
-¿De dónde sacaron a este tipo? – Heraldo preguntó a Asesino.
-Oh, viene de un universo de traición. Imagina el resto – respondió Asesino con una sonrisa torcida.
Eo, la reliquia divina del universo de Boticario, puede materializar cualquier pensamiento de su amo, pero a un alto costo de maná.
En ese momento, Boticario pensó con firmeza:
"¡Al diablo, no moriré sin haberla puesto!"
Con esa resolución, la esencia de su deseo se condensó en un pensamiento claro: sobrevivir y repeler a las entidades que se acercaban.
Una imponente placa de acero, adornada con faroles incandescentes, se erigió frente a Asesino, Eris y Heraldo.
Elevando su guardia, una figura de metal puro se materializó ante ellos.
Era la manifestación del deseo de supervivencia de Boticario.
***
Pimp de una patada envió a volar a Espadachín.
-¡Aparte de Mimo, eres a la perra que más quería cruzarme! – Dijo Pimp rompiendo el piso tras su salto.
Tramp!
Espadachín trató de bloquear los ataques de Pimp, sin embargo, los golpes llegaron en una tanda de martillazos hacia sus zonas vitales.
Tramp!
Tramp!
-¡¡Coff!! – Escupió Espadachín luchando con los embates.
Revuelto en el polvo, su cuerpo temblaba, sus huesos vibraban y sus músculos se retorcían en agonía.
Su atuendo estaba destrozado, y la sangre manaba en ríos de su rostro desfigurado.
La mayor parte de su vestuario estaba arruinado, y la sangre brotaba a por montones de su rostro.
*Inhalar*
*Exhalar*
Espadachín trataba de estabilizar su respiración, el mundo transparente le dio los vestigios de los puntos vitales de Pimp, sin embargo...
¡Acercarse a él era un absoluto suicidio!
Desde qué Pimp recibió aquel aumento de poder proveniente de la cúpula donde se encontraba Corrupted, las escalas de poder entre Espadachín y Pimp se separaron como la tierra al cielo.
-¡Esta guerra para ustedes ha estado perdida desde el primer momento en que se cruzaron en mi camino! – Embozó de confianza Pimp.
No hay nada más satisfactorio para Pimp, qué romper la voluntad de pelear de los débiles.
Después de todo, lo ha hecho tanto con ciertas chicas en su pasado que han tratado de resistirse a sus encantos.
'Es tan hipnotizante cuando te miran con odio mientras su mente se fragmenta cuando tomas todo lo que es suyo~~'
Iris, Darkness, Megumin, Aqua, Chris, Wiz, Lilith, Lynn, cada mujer que pasó por él solo aumentó su éxtasis.
-Probar millones de posibilidades será excitante~
El Espadachín soltó una risa ahogada, intentando no ahogarse con su propia sangre.
-Con esa cara que traes... Dudo mucho que hasta tú mamá quiera verte. – Dijo Espadachín tratando de contener la risa.
Ante eso, Pimp solo se quedó en silencio.
Slaaaaash*
Los ojos del Espadachín se abrieron desmesuradamente.
En un abrir y cerrar de ojos, Pimp había cerrado la distancia entre ellos, y lo siguiente que vio el Espadachín fue su propia mano izquierda desprendiéndose y volando por los aires.
Pamp
El sonido sordo marcó la caída de su extremidad a lo lejos. En ese momento, un dolor abrasador invadió al Espadachín.
-¡Ngaaaaaaaah! – gritó el Espadachín, consumido por el dolor.
-¿Crees que esto es un cuento de héroes y villanos? ¡Despierta, hermano! Me robaste mi espada, es justo que yo te arrebate algo a cambio. ¡Piensa, idiota, piensa!
El liquido vital y el olor a oxido inundaron sus sentidos, ahora Espadachín aplicando lo básico que sabia de primeros auxilios, trató de hacer presión en el corte de su brazo.
*Suspiro*
-Hah~ los reyes como yo no deberían hacer este tipo de actividades, es mejor cuando tienes a un ejercito de chicas exquisitas protegiéndote, eso me recuerda...
Slaaash*
Un embate de energía por parte de Espadachín trató de rebanar a Pimp, pero este solo esquivó y dejó que este pasara de largo.
-Waos, te dejé con esa espada y ya le das un buen uso. Te felicito, tal vez debería ir a tu mundo para que nos escuches a mi y a las chicas aplaudirte desde la habitación. – Aplaudió Pimp.
Tramp!
Cruck*
-¡¡Gaah!!
En medio del balanceo de su espada, Pimp aprovechó y contratacó a Espadachin, rompiéndole el brazo derecho en el acto.
Su agarre vaciló y por ende casi deja caer la espada.
Plam!
Cruck!
-¿Cuál es la necesidad de ustedes los pendejos esforzarse por una batalla perdida? – Dijo Pimp mientras le daba una patada.
Las costillas de Espadachín se fragmentaron, su concentración vaciló. Estaba al borde del colapso.
-¡Por algo mi destino siempre ha sido triunfar! ¡Incluso la diosa de la suerte me da mamadas cada vez que se lo ordeno! – Escupió en un tono de burla.
Mientras que Espadachín se retorcía en su propia agonía, Pimp miró a la distancia las explosiones subsecuentes y el mar de sangre que se armaba.
-No busco venganza, pero haré que tus seres queridos giman mi nombre de maneras lascivas. Y sabrán que tú provocaste su destino... Tranquilo, estarán en buenas manos. – Su voz pasó de la ira a un susurro seductor.
Pero en cambio, este clavó su espada al suelo para evitar que cayese. Y con sus ojos desorbitados, nuevamente respondió a Pimp.
-... Al menos, no soy la perrita de nadie. – Dijo Espadachín en un tono de burla exasperada.
-¡¡!!
En ese instante, la expresión de Pimp se transformó en rabia pura.
Ya había tenido suficiente de burlas.
Aunque le dejaría un mal sabor de boca matarlo, no sin antes escuchar sus llantos y frustraciones, realmente ya había tenido suficiente.
*Resplandor*
Sin embargo, antes de que Pimp pudiera actuar, algo agitó sus sentidos, una advertencia que lo hizo retroceder instintivamente.
Fuash!
Dio un salto hacia atrás justo a tiempo.
Bruuuuum! Katrush!!
El suelo tembló y se fracturó, enviando escombros al aire como si una bestia invisible hubiera despertado bajo ellos.
Una onda expansiva de energía pura se desató, creando un abismo entre Espadachín y Pimp.
Espadachín luchó contra la presión ejercida por ese ataque, esperando no salir volando.
Cuando el terremoto cesó, una lluvia de barro y residuos del terreno se acentuó sobre ellos.
En ese momento, una silueta descendió gradualmente hasta posicionarse del lado de Espadachín.
La energía desbordante se intensificó, crepitando en el aire como una tormenta eléctrica a punto de estallar.
[99%]
La capa azul revoloteó, y en se momento el rostro de Psíquico emanó una mirada tan fría como el hielo.
Ante la nueva presencia que llegó, Pimp solo rió para sí mismo.
-Bien, bien, bien... Llegando de uno en uno. Veo que tengo un club de admiradores. ¡¡PUES BIEN!! ¡Sí tanto les gusta perder, pues vengan!
Y con ese grito, la energía de la muerte se acentuó más entre los miembros de Apocalipsis.
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