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37. Sello del odio (1)


—Hah~~

Renegado tomó una bocanada de aire fresco, disfrutando la sensación de oxígeno llenando sus pulmones. Con alivio, se alejó del lugar saltando con fuerza.

Posicionado desde lo alto de un rasca cielos, Renegado no pudo evitar mirar el panorama destrozado de lo que solía ser Tokyo.

Pero más allá de sentir pena por las victimas qué quedaron atrapadas bajo el fuego cruzado de esta guerra, no pudo evitar soplar mientras sacaba un objeto de su capa.

—Fue suerte retirarme antes de que ese sádico entrara en acción.

Aunque no podía verlo, sentía la intensa presión que Liche ejercía desde el complejo, sacudiendo cada fibra de su ser.

Casi y podía sentir pena por la variante pagana que entró a ese lugar.

Mientras se colocaba la máscara de Vanir, Renegado reflexionó sobre la situación.

—Oh bueno, parece que las sorpresas no paran de llegar...

PRAAASH*

Con un movimiento rápido y fluido, desenvainó su katana y la blandió a una velocidad insondable.

FIUM*

El silbido se hizo eco, y la figura de Ninja quedó inmóvil con la hoja de la espada atravesando su pecho.

Poof*

Pero en lugar de encontrar carne y hueso, Ninja se dispersó en una nube de sombras.

—Te dije que... ¡¡esos trucos no funcionan conmigo!!

Acompañado de esa maldición lanzada al aire, instantáneamente una decena de clones emergieron de las sombras, lanzándose hacia Renegado en un asalto frenético.

PROSH*

El viento estalló a su alrededor como un tornado, desorientando a los clones mientras intentaban acercarse a él.

Aprovechando la oportunidad, Renegado se movió con rapidez, haciendo que su espada silbara en un corte giratorio, eliminando por completo a sus oponentes.

Poof

Poof

Poof

Ni siquiera tuvieron la oportunidad de dar un solo paso; Renegado los había aniquilado por completo.

BLAAAM*

Finalmente, la figura de Ninja se materializó detrás de Renegado, pero se encontró con la firme resistencia de sus antebrazos.

—Mira no más quien decidió venir, ¿Estás tan ansioso por morir hoy?

—Tal vez...

Ahora un forcejeo intenso comenzó y el suelo empezó a agrietarse bajo la presión de ellos.

—Pero por el momento...

Ninja hizo un movimiento que dejó fuera de lugar a Renegado.

—¡!

En un abrir y cerrar de ojos, Ninja materializó un Kunai de su muñeca y lo lanzó hacia los ojos de Renegado.

CLANK*

Las hojas de la katana y el kunai chocaron con chispas volando. Renegado frunció el ceño ante la fuerza de Ninja.

Viendo la oportunidad, Ninja rápidamente cambió su estrategia.

—¡No tengo intención de morir!

—¿Qué...?

En un movimiento rápido, Ninja desvió el kunai de la katana de Renegado y, con su otro brazo, pasó por debajo del hombro de su adversario.

PRASH*

—¡Tsk!

Luego, aplicó una llave y lanzó una serie de patadas con su pie derecho e izquierdo, desequilibrando a Renegado.

CRUCK*

Su mascara no pudo soportar la fuerza de los ataques, y finalmente se rompió como el cascaron que ocultaba su rostro.

Pero aparte de eso, su actitud desproporcionadamente relajada dio un giro devastador.

Desde que Renegado tiene memoria...

Asesinar se convirtió en un hábito.

Es una de las frases que el detective, Hércules Poirot, dejó al mundo.

Asesinar se convierte en un hábito.

El significado de esta frase no hace referencia a una persona que haya matado a un ser humano y que, repentinamente, despierta un gusto por asesinar, reincidiendo para satisfacer sus deseos.

Asesinar se convierte en un hábito.

Sino que se refiere a que, cuando alguien resuelve su problema una vez mediante el asesinato, siempre que surja otro problema, pensará en volver a intentar resolverlo asesinando.

Por mucho que mate a cuantos objetivos que se les ponga de frente, siempre habrá piedras en el camino.

Ninja es la piedra en ese camino.

Los vanguardistas son los cientos de piedras que se interponen en sus objetivos.

"Ya había matado a una persona. Mil o unos cuantos miles, no había mucha diferencia. Hace un tiempo, yo tenía mucha experiencia arrebatando las vidas de un gran número de personas."

Asesinar se convierte en un hábito.

Nuevamente esa frase resonó.

Para cuando empiece a considerar que asesinar no es una opción, algo muy importante ya habrá cambiado.

Asesinar se convierte en un hábito.

De hecho, aunque fuera alguien que nunca asesinara por voluntad propia, aunque le disgustara asesinar y aunque vislumbrara los recuerdos de la persona asesinada, ese hábito no desaparece.

Asesinar se convierte en un hábito.

El hábito... no desaparece.

Poco a poco, fue consciente de una sensación de entumecimiento que provenía de su brazo.

Su propia sangre salía de su cuerpo, él había sido cortado.

Le había dolido, esos ataques con una precisión milimétrica acertados hacia su rostro y el cuerpo de su brazo repercutieron ligeramente.

¿Por qué Ninja no se burla al respecto? ¿Por qué no ve satisfacción en su rostro?

Múltiples opciones dentro de Renegado se cayeron a pedazos estrepitosamente.

—Jaja...

—¡...!

Una risa escapó de sus labios, una risa maquiavélica y desgastada, cargada de locura. Se levantó lentamente, mientras el Ninja lo miraba con asombro.

'Estoy seguro de que ese golpe debió haberlo inmovilizado...'

—¡¡JAJAJAJAJAAJAJA!!

Renegado pasó una mano por su cabello empapado de sangre, peinándolo hacia atrás, y estalló en carcajadas que resonaron en el aire.

Cuando finalmente se calmó, fijó su mirada en Ninja.

—Había olvidado por completo la sensación de enfrentar una roca.

Silencio absoluto.

La lluvia, la nieve, los incendios. Los elementos rugían a su alrededor, como un eco eterno. Pero se miraron por un par de segundos.

Renegado arqueó ligeramente sus hombros y...

Ya estaba frente a Ninja.

—¡¡!!




***




Renegado elevó su katana y, con un movimiento brusco, cortó de raíz cualquier intento de fuga por parte de Ninja.

CLANK*

—¡Gk!

Atacando con la ferocidad de un huracán descendente, Ninja se encontró en una defensa frenética.

—¡Oi, oi, oi! ¿Qué te sucede? "No tengo planes de morir", ¿acaso crees que esto es una película? ¿Lo crees? ¡Entonces quédate en tu mundo de fantasía!

SLASH*

Renegado ejerció más presión, haciendo que el cuerpo de Ninja tambaleara. Las superficies de sus armas chocaron, deslizándose como hojas de patinaje sobre hielo.

Ninja realizó un rápido sello con una sola mano, una acción que no pasó desapercibida para Renegado.

CRISH*

Una estaca de madera ancha y afilada surgió como resultado de uno de los jutsus de Ninja, separando a ambos oponentes en pleno forcejeo.

A pesar de la distancia, sus miradas permanecieron fijas.

Como acto impulsivo, ambos desenvainaron kunais y shurikens de sus bolsillos, desencadenando una lluvia de proyectiles en un choque caótico.

La tormenta de agujas y acero se produjo en masa, generando chispas que saltaron desde la oscuridad.

RUMBLE*

RUMBLE*

La tormenta rugía con furia en el cielo, descargando su ira sobre la tierra con relámpagos y truenos que sacudían los cimientos de las solitarias cales ruinosas.

Producto de la misma presencia del propio maná en esta tierra, poco a poco catástrofes naturales empezaron a manifestarse a través de Japón.

La lluvia caía a cántaros, como si el cielo mismo llorara en una cascada interminable de gotas que empapaban por completo el paisaje.

CLANK*

El tercer embate cuerpo a cuerpo se produjo, cosa que el fastidio y la locura en Renegado se hacía evidente en su rostro.

—... ¿Por qué no dices nada?

—...

CLANK

CLANK

En silencio, Ninja soportaba cada uno de los azotes de Renegado, manteniendo el temple de acero con su kunai empuñado.

—¿Acaso te parezco alguien que debas subestimar?

Contrario a las provocaciones de Renegado, Ninja no soltó ninguna palabra, sin vacilaciones, sin expresar colera u enojo en sus movimientos su único propósito era la carga actual que tenía frente a él.

Derecha, izquierda, arriba, abajo; no se había manifestado el Sharingan todavía, pero Renegado demostraba una ridícula adaptación a los movimientos de Ninja y sus técnicas a lo largo de la pelea.

Los trucos antiguos ya no tenían cabida en su enfrentamiento. Ambos comprendían que este era el día en el que uno de los dos prevalecería como vencedor.

El choque de sus armas resonó en el aire, marcando el momento crucial.

CRISH*

—¿¡!?

La señal estaba dada.

Ninja había elegido el instante perfecto. Con un rápido y preciso movimiento, desvió la katana de Renegado.

La empuñadura de su arma impactó con fuerza en el cinturón de Renegado y lo liberó de su valiosa espada.

POW*

—¡¡G—h!!

Un rodillazo en la mandíbula de Ninja lo elevó momentáneamente en el aire.

POW*

Seguido de otro golpe contundente en su esternón, que lo dejó sin aliento y mareado.

Los golpes de Renegado sucedieron rápidamente, un furioso combo que dejó a Ninja tambaleándose.

Sin embargo, la tenacidad de Ninja se mostró en su capacidad para girar y caer con gracia.

Renegado pasó su mano sobre su mentón y mostró un objeto, el cinturón de Ninja que guardaba sus shurikens y kunais.

—Ahora estamos a mano.

En un acto de igualdad, Renegado arrojó el cinturón al viento, asegurándose de que Ninja no recuperaría sus armas a mitad de la pelea.

Siguiendo su ejemplo, Ninja pateó la espada de Renegado lejos de su alcance, ocultándola entre la cortina de lluvia y sombras de la noche.

FUSH*

El choque de ambos cuerpos fue totalmente inevitable, saltando y deslizándose a través de los techos un encuentro a mano limpia de produjo entre los dos.

POOM*

La lluvia dispersó el impacto, pero Ninja, tomando la delantera. Con un giro veloz, lanzó una patada directa hacia el torso de Renegado.

Este la recibió cubriéndose en X con ayuda de sus brazos, no tardó mucho para que un contraataque letal llegara en forma de un puñetazo certero en búsqueda del rostro de Ninja.

SLASH*

Ninja se inclinó hacia atrás con violencia en el último segundo, esquivando por los pelos el golpe.

—¡!

Pero en ese mismo momento, aprovechando la distancia, Ninja lanzó un sinnúmero de rodillazos a la sección media de Renegado, cada uno con presión fatal y fuerza caótica que dejaría vulnerable a cualquier oponente no entrenado.

PRASH

PRASH

PRASH

A pesar de que los ataques de Ninja se desdibujaban al ojo normal, Renegado logró cubrirse contrarrestando cada golpe con éxito, reduciendo el daño a lo más mínimo.

Sin embargo, Ninja notó algo inquietante.

'Su energía no se agota...'

A medida que continuaban luchando, sus propios brazos comenzaban a mostrar signos de fatiga muscular, mientras que Renegado parecía estar lejos de llegar a su límite.

Esto preocupaba a Ninja, ya que empezaba a darse cuenta de que su oponente tenía una resistencia aparentemente interminable.

Pues por mucho que Ninja diera una combinación de ataques rápidos con uno pesado, Renegado no flanqueaba al respecto.

GUASH*

Renegado respondió con una patada circular, que Ninja evitó saltando hacia atrás.

'¡Eso es...!'

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Ninja, aunque esto tomó a Renegado por sorpresa.

—¿...?

'Ese idiota... ¿Acaso se dio cuenta?'

Una posibilidad factible había llegado a los ojos de Ninja, sin embargo. No podía ejecutar su movimiento.

No antes de que Renegado lo use.

—¡¡Ya es suficiente!!

Pero ocurrió antes de lo esperado, lleno de colera y fastidio. Renegado finalmente decidió ponerle fin al problema de una vez.

Lo que tanto esperaba Ninja.

El Mangekyou Sharingan giró con sus aspas y se manifestó en un rojo intenso, los patrones en los iris de Renegado se formaron en uno especial, lo que provocó que su mirada pasara a ser más intensa y penetrante.

—¡¡Es ahora o nunca!!

—¿¡Qué carajo—!?

Antes de que pudiera terminar, el hombro de Renegado fue tocado por Ninja y este ejecutó un sello con su mano.

—" Dios del trueno volador".

FUSH*

Un torbellino de energía rodeó el lugar donde habían estado luchando, y la tormenta pareció intensificarse por un breve momento antes de calmarse.

Ninja y Renegado desaparecieron de un momento para otro dejando solo la lluvia cayendo en el lugar vacío.




***




BZAAAP*

En borrones veloces, Renegado y Ninja aterrizaron en un claro rodeado de vegetación.

Cuando el entorno finalmente se vio reconocible, Renegado relativamente desorientado observó el lugar.

—...Jeju, ¿eh? Vaya lugar para tu último acto, Ninja. ¿Esto es donde planeas tú funeral?

—No es así.

Ante la respuesta de Ninja, Renegado trazó una sonrisa filosa.

—Ya veo, ya veo... jaja. Buena jugada, buena jugada. Debo admitir... Que quitarme el suministro de maná fue buena estrategia.

—Ahora estamos en igualdad de condiciones.

—Jajaj.

Plap

Plap

Aplausos irónicos provenientes de Renegado llenaron el ambiente.

Ambos conservaron cierta distancia uno del otro, sin embargo, comenzaron a caminar en círculos mientras su mirada estaba puesta una sobre el otro.

—No hay necesidad de involucrar a gente inocente en nuestros asuntos.

—... ¿Huh? ¿Qué narices estas diciendo ahora? ¿Acaso un cura te violó para decir tales sandeces?

Pero Ninja no hizo caso a las provocaciones de Renegado y lo vio con una expresión seria.

—Yo... Finalmente lo comprendí.

—¿...?

Renegado, más confundido que nunca, por unos segundos centró su atención en Ninja.

—Ya no siento odio hacia ti, Renegado.

—... ¿Huh?

Las palabras de Ninja resonaron en el claro como un eco distante. Renegado parpadeó sorprendido y sintió un escalofrío recorriendo su espalda.




***




La incorregible naturaleza humana se manifiesta de muchas formas.

A menudo, cuando enfrentamos problemas o situaciones desafiantes, incluso si somos conscientes de una posible solución, nuestro miedo al dolor o al sufrimiento nos hace retroceder.

Tras el devastador golpe de la pérdida de Horóscopo, un manto de frustración cubrió a muchos miembros de la Compañía Vanguardista.

Sus rostros mostraban el peso de la aflicción, y el dolor los había sumido en un lamento silencioso.

En el ala médica, Ninja se encontraba preparándose para salir.

Cientos de regaños por parte de los asistentes médicos no se hicieron esperar, pero el aura asesina que desprendía en su ser fue tan fuerte que inmediatamente desistieron a tratar de convencerlo.

Sliiiiiiiiiiiiiiishh*

La puerta metálica se abrió de par en par y suavemente se deslizó, dando paso a la figura que se adentró al lugar.

Sin voltearlo a ver, Ninja se ató su vendaje en su mano derecha.

—No estoy de humor para sermones, Mimo.

Sin embargo, ante la falta de respuesta por parte de dicha variante, este se volteó solo para encontrarse con...

—... ¿Psíquico?

—Siento mucho no ser alguien qué esperabas ver... Hmm... Kazumi te mandas estas flores, déjame, ¡Uh!

Intentó colocar las flores en aquel florero solitario reposado en los laterales, pero torpemente casi lo rompe.

—Si, eso no... ¡¿Por qué inclinas la cabeza?!

Psíquico mantuvo su cabeza inclinada durante unos segundos más antes de alzarla, sus manos jugueteaban nerviosamente con su uniforme.

—...

Ninja no pudo evitar expresar su escepticismo ante la situación, pero sabía que Psíquico no era un Kazuma común.

A pesar de su falta de confianza en sí mismo, poseía un poder capaz de cambiar el curso de una batalla. Recordaba con claridad cómo había hecho retroceder a las tropas de la AVT en un instante.

*Suspiro*

Pero verlo en ese estado tan vulnerable lo hizo suspirar. No podía permitir que un aliado se desmoronara de esa manera. Por eso, decidió tomar la iniciativa.

No pudo más al ver cómo el pobre castaño le temblaban los labios como una gelatina, a lo que este tomó la delantera.

—De acuerdo, ¿Qué sucede?

La pregunta tomó por sorpresa a Psíquico, quien alzó la cabeza bruscamente.

—... Necesito que me acompañes.

Ninja frunció el ceño, consciente de que algo importante estaba ocurriendo.

—¿De qué se trata?

Psíquico reflexionó un momento antes de contestar, y su voz temblorosa revelaba la gravedad de la situación.

—No puedo explicártelo aquí mismo... Yo... Finalmente entendí algo, quiero que... Vengas conmigo.

Por unos segundos, la mirada de Ninja se perdió entre sus pensamientos.

Mientras pensaba en las palabras de Psíquico y en todo lo que había ocurrido hasta ahora. El brillo de sus ojos denotaba un conflicto interno.

Renegado, una de las variantes que ha tenido un gran número de bajas. Todavía andaba por ahí, suelto. Causando estragos en distintos mundos.

Sí seguía quedándose de brazos cruzados, más variantes compartirían el mismo destino al igual que Horóscopo y Suertudo.

Por otro lado, las palabras de Psíquico resonaban en su mente. Había un matiz de sinceridad en su voz, a pesar de su inseguridad al hablar.

Ninja sabía que Psíquico no era un hombre de muchas palabras, y eso le daba cierto peso a su solicitud.

Finalmente, bajo la mirada evasiva de Psíquico, Ninja suspiró y asintió.

—Bien, andando.

Psíquico asintió, agradecido por la respuesta de Ninja.




***




Una acogedora alfombra se extendía por el suelo. Se sentaron uno frente al otro, con las piernas cruzadas en la suave superficie, rodeados de colores cálidos y luces tenues.

—¿¡PERDONARLO!?

Ninja miró a Psíquico con una expresión escéptica cuando este mencionó la idea de perdonar a Renegado.

La idea de perdonar al hombre que había causado tanto sufrimiento y muerte le parecía absurda.

—¿¡Te parece que estamos en condiciones de perdonar!? ¿¡Quieres que perdonemos sus actos!?

—Sé que lo que hizo Renegado es imperdonable. Pero... ¿no crees que perpetuar el ciclo de odio y venganza solo nos hunde más en la oscuridad?

Ninja frunció el ceño.

—Sabía que esto era un tipo de sermón... ¡Todos ustedes idiotas siempre me regañan por lo mismo!

Ahora tomó una postura más agresiva levantándose y señalando a Psíquico de forma culposa, por el contrario, este último se mantuvo sentado en todo momento.

—Perdonar no significa olvidar ni absolverlo de sus crímenes, Ninja. Significa liberarnos a nosotros mismos del peso del odio y la venganza.

—¿Qué...?

—No es un regalo que le damos a Renegado, es un regalo que nos damos a nosotros mismos.

—Clamar por la paz en una guerra, ¿Qué es esto?

Psíquico sostuvo la mirada de Ninja y respondió con calma:

—En medio de la guerra y el conflicto, buscar la paz no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Es fácil odiar y buscar venganza, pero encontrar la paz en nuestro interior, incluso en tiempos tan oscuros, requiere una determinación mucho mayor.

Aunque estuviera sumido entre ese abismo de emociones confusas, ¿por qué sigue escuchando sus palabras?

—El odio en una contienda trae más odio y sufrimiento, Ninja. Y el camino de la venganza solo conduce a más destrucción.

Simplemente era impresionante cómo de un momento para otro, la inseguridad en Psiquico parecía no existir.

¿Qué diablos era este tipo de sensación? La atmósfera era serena, casi como un oasis de tranquilidad en medio de la tormenta.

Ninja lo miró, y aunque no respondió de inmediato, su expresión permitió que Psíquico continuara.

—He estado reflexionando sobre muchas cosas, y finalmente comprendí algo importante. Tenemos una elección que hacer.

—No te comprendo...

Sin embargo, las palabras de Psíquico fluyeron como un rio suave y pausado.

—Todos nosotros, incluyéndome. Es como si tuviéramos dos lobos dentro de nosotros: uno es la oscuridad, y el otro la luz. Uno es el bien, y el otro el mal. La lucha entre ellos es constante, y el que gane la pelea es al que alimentamos.

Ninja entrecerró los ojos, intrigado por las palabras de Psíquico.

—Pero aquí está la verdadera lección: no necesitan pelear. Si les damos a ambos lo que necesitan, ni mucho ni poco, pueden descansar en paz sin pelear. Pueden coexistir en armonía.

Ninja reflexionó sobre esas palabras mientras miraba fijamente a Psíquico. La idea de perdonar a su enemigo más odiado era difícil de aceptar, pero comenzó a darse cuenta de que la venganza y el odio solo lo habían consumido durante demasiado tiempo.

El odio puede ser motivo para ganar unas cuantas peleas, pero también. Puede ser la perdición de muchas.

—Esto es tan confuso...

Psíquico asintió, su rostro lleno de alivio al ver que Ninja estaba comenzando a ceder.

—No es cuestión de oponerse o perdonar, sino de encontrar ese equilibrio en nosotros mismos. Ambos somos dos caras de la misma moneda, y esa moneda solo encontrará paz cuando ambas caras estén en armonía.

Ninja se levantó de la alfombra en silencio, sin pronunciar una palabra.

—¿...?

Psíquico observó su expresión y notó que su compañero había sido profundamente afectado por su conversación.

Aunque no hubo un agradecimiento verbal, la mirada en los ojos de Ninja era suficiente para indicar que Psíquico había tenido un impacto profundo en él.

Sabía que el cambio no sería inmediato, pero la semilla de la reflexión y la comprensión había sido plantada.

En silencio, observó como la espalda de Ninja se retiraba.

Los focos empezaron a apagar, para posteriormente Psíquico arqueó sus labios;

—Las batallas que librarnos en el exterior son reflejo de las que se desatan en nuestro interior. La lucha contra el odio y la venganza no se gana con puños y espadas, sino con el entendimiento y la paz que encontramos en nuestro propio ser.

Experiencia personal no es así como lo llamaría, pero son cosas parecidas le pasaban ocasionalmente.

A menudo le ocurría que, cuando él se alteraba, no podía ver lo desconsiderado, temerario e insensato que era.

También ocurría que otros se lo señalaban, y sólo entonces podía reconocer eso de sí mismo.




***




—No necesitamos matarnos, hemos estado atrapados en esta espiral de odio durante mucho tiempo, pero eso no nos lleva a ninguna parte.

—Pftf... Jajajaj.... ¡¡JAJAJAAJAJAJAJAJAJAJ!!

Sin embargo, Renegado, incrédulo por las palabras de Ninja, soltó una risa burlona. Su risa se convirtió en una carcajada mientras su Sharingan giraba entre sus iris.

—¡¿Tú, perdonándome?! ¡¡Veo que finalmente el cura hizo un excelente trabajo contigo!!

—Esta guerra lo único que ha traído es desgracia, solo digo, todavía estamos a tiempo. No hay necesidad de...

—¡¡SUFICIENTE!!

Su mente estaba dominada por una vasta sucesión de emociones negativas, su Sharingan giraba tan rápido que en cualquier momento Renegado sería capaz de cometer una locura.

—¿Crees que unas palabras vacías cambiarán lo que soy? ¿Piensas que me detendré ahora? ¿¡AHORA QUE ESTOY TAN CERCA DE CONSEGUIR LO QUE QUIERO!?

Renegado, consumido por su propio odio, ocasionó que su Sharingan girara descontroladamente.

—No entiendas, ¡nada, nada, nada, nada, nada! ¡¡NADA!!

Cada palabra de Renegado era un grito desesperado.

—¿¡Que mierdas sabes tú de mí!? Venir aquí, decir idioteces como sí fueras alguien que he conocido en toda la vida.

Definitivamente no dejaría que lo manipularan con palabras vacias.

—Ustedes son... Piedras en mi camino.

Un aura tenue se materializó a su lado, como una visión que surgía de las profundidades de su propia sed de venganza.

'¡El susano...!'

Ninja, comprendió lo que Psíquico había intentado transmitirle. Renegado y él eran dos caras de la misma moneda, dos almas atrapadas en un ciclo interminable de odio y venganza.

—¡¡LAS PIEDRAS COMO USTEDES DEBEN SALIR DE MI OBJETIVO!!

Con un rugido, Renegado convocó el Susano, una manifestación de su odio y poder desenfrenado.

Las llamas esmeraldas danzaron a su alrededor mientras el coloso de huesos se alzaba y amoldaba, una abominación nacida de su odio y desesperación.

Ninja sabía que no tenía otra opción. Había llegado el momento de enfrentar el odio de Renegado con su propio poder.

—Mokuton: ¡Jutsu hombre de madera!

Ninja canalizó su mana, las raíces y ramas de madera se extendieron a gran velocidad como tentáculos, para que acto siguiente: Una gran sombra se cernió a su espalda.

Un imponente ogro corpulento con enormes dientes se alzó sobre él. En su espalda parecía tener un dragón colgando de su hombro.

Era su respuesta al Susano de Renegado, su forma de enfrentar el odio con la esperanza de poner fin al ciclo destructivo.

Ambos colosos se alzaron, casi tocando las nubes, preparados para el enfrentamiento que decidiría su destino y el de todos los que los rodeaban.

Era un choque entre el odio y la comprensión, la venganza y la paz, dos caras de una moneda que habían estado en conflicto durante demasiado tiempo.

—Tú me enseñaste a cambiar, ahora déjame a mi enseñarte como.

En un susurro casi inaudible pero significativo, ambos titanes cargaron uno en contra del otro.

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