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Segunda Temporada: Una diosa.

–Así que, ¿qué hará Elisa-sama? ¿Dejara libre a Eris-sama o tendré que acabar con este humano para siempre?

–Je, se nota que no prestas atención pequeña Lucía, ese chico era el noviecito de mi hermanita, no me importa en lo absoluto lo que le suceda, pero creeme, a Eris le importará.

Bien, recapitulando lo que ha sucedido hasta ahora. A causa de una manzana mágica, que yo recolecte, Elisa, la hermana de Eris, cambio el mundo entero tomando el lugar de Eris y haciendo que la olvidaramos.

Pero de alguna forma recupere mis recuerdos y vine al cielo a salvar a mi novia de su malvada hermana…… ¿Porque esto termino de una manera tan cliché?

¿Una hermana buena y una mala? En serio que el escritor de mi vida parece haberse quedado sin ideas. Ahora solo falta que la hermana malvada sea al final la buena y viceversa… aunque, eso significaría que Eris es la mala y dudo que eso llegué a ser cierto.

–Puede que Eris-sama me odie por esto y jamás me perdone…, pero tampoco lo hará con usted, cuando sepa lo que hizo ella estará…

–¿Ella estará que, exactamente? ¿Molesta? ¿Furiosa? ¡¿Me odiaría?! Déjame decirte que ella ya lo sabe, lo sabe todo… incluso esto.

–¿D-de qué habla?

La espada en las manos de Lucia comenzaba a tambalearse hasta el punto en el que se soltó de su agarre, el hueco sonido metálico golpeando el suelo retumbó en toda la sala.

Mire lentamente a Lucía, las lágrimas en sus ojos comenzaban a salir con angustia. Al principio no entendía la razón del porque lo hacía…, pero no tarde en comprenderla.

–Tu… ¿que fue lo que hiciste? ¡¿Que fue lo que hiciste con Eris?!

–Nada, yo jamás haría algo para lastimarme.

Dijo Elisa refiriéndose a si misma como Eris. Yo conocía el plan de Elisa por lo que Lucía había dicho, pero jamás creí que fuera capaz de hacerlo en realidad.

–T-tu, ¿te uniste a Eris?

–Si te refieres a mi otra mitad, entonces sí, después de todo, ambas moriamos por volver a estar juntas.

Yo, no podía creerlo, ¿en verdad habíamos fallado en rescatar a Eris?, creo que aquel final cliché que esperaba, termino siendo simplemente un deseo para evitar pensar en esta posibilidad.

–No, no, nonono, esto es solo una mentira. ¡Maldita sea, maldita sea!

No podía evitar gritar desesperado mientras lloraba molesto, al fin y al cabo, todo esto había sido mi culpa, si no hubiera ayudado a Elisa a recolectar la manzana entonces nada de esto hubiera sucedido… no, antes de eso, si yo no me hubiera enamorado de Eris en un principio nada de esto hubiera sucedido.

No, no debo de pensar de esta forma, está claro de que Elisa trata de engañarme de nuevo, pero no lo logrará, conozco todos sus trucos.

Desde que llegamos a esta cuarto he sentido algo que parece llamarme, una clase de energía muy parecida a la de Aqua, seguro se trataba de Eris.

Además, ¿porque Elisa necesitaba encerrarnos dentro de aquel laberinto sí ya había absorbido a Eris? Ella misma lo dijo, "salieron antes de lo que creí".

Me mantuve en el suelo mientras pensaba en cuál debía ser mi siguiente movimiento, mis habilidades mágicas en este lugar no servían y el hecho de que una diosa puede lastimarme ahora es un hecho.

–¿Tan rápido se darán por vencido? Realmente esperaba una dura batalla, pero al parecer me equivoqué…, pero tenía razón en algo, ninguno de ustedes era apto para cuidar a mi otra mitad.

La forma en la que hablaba Elisa solo hacia que me hirviera la sangre, después de todo lo que le hace pasar a Eris, en serio que es una hipócrita.

–Bien, si no hay nada más que quieran entonces vayanse, después de todo, debo acostumbrarme a mis nuevos poderes.

Realmente no había mucho en lo que podía confiar en estos momentos, Lucía estaba completamente incapacitada tras aquellas palabras que dijo Elisa, tan solo quedaba mi suerte… la cual espero sea mayor a la de Elisa.

Sin esperar mucho, me levanté del suelo y comencé a correr al lugar de dónde provenia aquella esencia que me llamaba.

–Creeme que de nada te servirá correr, pero te seguiré el juego, puede que termine siendo algo divertido.

Maldición, está maldita tomando esto como si fuera una simple broma, juro que cuando salve a Eris haré sufrir a Elisa por todo lo que nos hizo pasar a ambos.

Elisa venía detrás mío, parecía estar caminando, pero a la velocidad con la que se acercaba a mi era algo terrorífico.

Jamás había estado más allá de aquel pequeño cuarto negro, por lo que nunca conocí como era el resto del lugar. Sin importar cuánto corría la oscuridad era lo único que me rodeaba, parecía que no iba a ningún lado por lo que me desesperaba cada vez más.

–¡Maldición, ¿dónde estás?!

Estaba perdido, no sabía exactamente lo que veía en estos momentos, una oscuridad más densa en la cual ya no podía ni siquiera verme a mi mismo. Pero por alguna razón la imagen de Elisa seguía siendo tan clara como el día.

–Kazuma Kazuma, es inútil, solo lograrás perderte más y yo no me haré responsable si eso sucede.

Está maldita, no puedo esperar para cerrarle la boca.

Seguí corriendo hasta que termine chocando contra un muro invisible… ¿será esto? Busque algún tipo de picaporte o algo por el estilo, hasta que encontré lo que sería una manija.

–¡Oye, espera, no puedes entrar ahí!

Mientras abría aquella puerta invisible, miraba que la actitud de Elisa había cambiado por completó. Su paso tranquilo se convirtió en un trote intentando alcanzarme, pero antes de que pudiera llegar a dónde estaba, cerré la puerta invisible con fuerza y la asegure, quedándome encerrado en un cuarto, no vacío, si no con una inconsciente Eris.

–Aqui estás.

Dije con un tono de alivio en mi voz.

Eris se encontraba acostada sobre una cama completamente blanca cubierta por un velo transparente, al lado de la cama se encontraba una pequeña mesa de madera con una manzana dorada sobre ella.

Aquella manzana, la reconocía, fue el objeto que Elisa me hizo recuperar a base de engaños… fue lo que utilizo para que todo mi mundo cambiará y lo que utilizo para que olvidará a Eris.

Extrañamente, esta escena parecía sacada de una historia de cuento de hadas, la princesa capturada dormida esperando el beso de su príncipe, osea yo.

Deslice las cortinas y una vez más pude sentir aquella energía, pero con mayor intensidad. Podía sentir como una pequeña lágrima caía por mi rostro, feliz por haber encontrado nuevamente a aquella chica de la cual me enamore.

–Eris, pensé que realmente te había perdido.

Me acerque a ella y tome su mano, estaba completamente helada y gran parte del color de su piel había desaparecido… incluso ahora Elisa la seguía absorbiendo.

Intenté tomar la manzana, pero antes de que lo hiciera la mano de alguien me detuvo, se trataba de Elisa.

–Yo no haría eso si fuera tu, si un mortal intenta tomarla este podría perder su cordura.

Rápidamente me solté de su agarre y caí sentado en el borde de la cama junto a Eris.

–Tu, ¿cómo es que entraste?

–Soy la diosa que manda sobre todo este lugar, es obvio que tendría la llave.

Mostró una extraña llave que después guardo en su pecho, camino por el borde de la cama hasta quedar del lado contrario a donde yo estaba.

–Verla así de tranquila, es algo nostálgico, ¿sabes?

Removió la cortina y coloco su mano sobre el rostro de Eris, acariciándolo con delicadeza.

–Cuando la conocí ella siempre mostraba está misma expresión sería en su rostro, y por años creí que esa frialdad jamás cambiaría… eso hasta que conoció a aquella chica Paladina.

No entendía la actitud de Elisa en estos momentos, parecía triste mientras veía lo que ella misma había provocado.

–Pero incluso con ella esa actitud parecía falsa… eso hasta que te conoció a ti, el primer chico del que se enamoró… ¿Sabías que para un dios, enamorarse de un humano es un taboo? En parte ese es uno de los muchos crímenes que he cometido según mi padre.

Sin darme cuenta, lágrimas comenzaron a caer por el rostro de Elisa.

–Jeje, si ella hubiera nacido de otra forma, si ella no fuera la mitad que me fue arrancada… tal vez podríamos haber sido hermanas de verdad…, pero sin ella jamás estaré completa, jamás encontraré mi felicidad.

Fue justo después de escuchar eso que ya no pude soportar más, mirar a Elisa sufriendo por algo que ella misma estaba provocando, era claro que no me quedaría callado.

–¡No tienes derecho de sentirte mal por algo que tú misma estás haciendo! Entiendo que te quitaron tu libertad, ¡pero no puedes hacer lo mismo con ella, no puedes arrancarle su felicidad para conseguir la tuya!

–Je, humanos, jamás entenderán a las normas a las que estamos atados los dioses. Le estoy haciendo un favor en realidad, después de todo, estoy segura de que habría sufrido bastante después de que tú ya no estés en su vida.

–…¿Qué? ¿A qué te refieres?

–Eres un simple humano, jamás podrías estar con ella sin importar lo que hicieras… ¿Recuerdas cuando te dije que ella no te había entregado su verdadera virginidad?

Era raro que Elisa trajera un tema de algo que apenas recuerdo, muchas de las cosas que pasamos mientras buscábamos la manzana comenzaron a aparecer hace poco tiempo por lo que aún estaban borrosas.

–Si ella llegara a perder su virginidad entonces sus poderes de diosa desaparecerían. Ella vivió con la culpa de haberte engañado todo este tiempo, se ha estado engañando ya que al final ustedes jamás podrían estar juntos.

En ese momento, por alguna razón no podía negar nada de lo que ella estuviera diciendo, en el fondo creí saber que estaba hablando con la verdad…, pero no me siento molesto, no siento ninguna clase de enojo con Eris por haberme ocultado esto, siento preocupación por todo el sufrimiento que le he hecho pasar hasta ahora.

–Asi que, te agradecería que dejaras de molestarla en sus pocos minutos de existencia… aunque, en realidad seguirá existiendo dentro de mi.

Elisa se levantó de la cama mientras decía esas palabras, yo tan solo me quedé ahí viendo a Eris fijamente. ¿Acaso esto era lo mejor para ella? Si ella vivía junto a Elisa entonces ya no tendría ninguna preocupación además de que dejaría de sufrir por haberse enamorado de alguien como yo…… no, ¿en qué diablos estoy pensando? Las relaciones son algo que se disfrutan y que se sufren mientras duran, y estoy seguro de que eso es algo que Eris quiere vivir en persona, no detrás de los ojos de alguien más.

Sin decir nada, me acerque a Eris, hasta el punto en el que nuestros rostros estaban casi pegados. Si esto realmente se parecía a una clase de cuento de hadas, entonces un beso debía despertarla.

En ese instante en el que la bese espere a que ella despertará… no lo hizo.

–Vaya que eres ridículo. Esto no es un cuento de hadas, es la vida real, ahora será mejor que te marches de una vez, si tardas mas fuera de tu cuerpo es posible que ya no puedas regresar.

Yo, ¿en verdad no había nada que pudiera hacer? Eris, realmente lo lamento, en verdad soy alguien inservible.

//Bien, creo que sería mejor dejarlo por aquí el capítulo, en el siguiente tendremos la conclusión de este apartado de la historia, así que esperenlo con ansias//

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