aguas termales y locos
Alcarentia, todo el mundo lo conoce como el pueblo donde habitan todos los creyentes de la diosa Aqua, el infame culto de Axis que todos temen por su inestabilidad mental y constantes acosos en contra de aquellos que siguen a la diosa Eris. Por lo usual las personas normales tratan de evitar este lugar lo mas posible, pero sus hermosas aguas termales son irresistibles por lo que aquellos, pobres de corazón, caen en la trampa y visitan Alcarentia, tan solo para lamentarlo casi al instante.
Claro que existen algunas personas que no conocen sobre los terrores de Alcarentia y por eso lo visitan, tan solo para querer salir corriendo de aquel lugar casi al instante, viéndose rodeados por innumerables hordas de fieles creyentes que buscan reclutarlos.
Hojas y hojas de reclutamiento son impresas todos los días en Alcarentia, y la cantidad de estos que son rotos, destrozados y quemados al día es tan enorme que ya a nadie le sorprende cuando esto sucede. Lo que sí sería una sorpresa es que aquel documento sea firmado por alguien que realmente quiere unirse al culto de Axis, pero es muy probable que eso nunca suceda.
—¡Bien, aquí esta su documento firmado! —grito un joven mientras azotaba la hoja de reclutamiento contra el mostrador de un hotel.
Todos alrededor miraron estupefactos lo que estaba sucediendo en estos momentos, alguien había aceptado firmar aquella hoja de reclutamiento por cuenta propia, algo que todo el mundo, incluso aquellos que la ofrecían, creían imposible. En varias ocasiones, ni siquiera las amenazas bastaban para que alguien se uniera al culto de Axis, y justo ahora, el discurso de todos los días, finalmente parecía haber dado su frutos.
—S-sí, claro, seguramente esta llena con datos falsos para que pueda darle la información que quiere —dijo la mujer cuya hoja había sido llenada con cierta duda.
Tomo la hoja de reclutamiento y comenzó a compararla con el registro del hotel que tenía de aquel chico, al ver que los datos eran iguales no le cabía duda alguna, este chico había aceptado unirse al culto de Axis.
—Pu-pues, creo que no me queda otra cosa que hacer mas que decir... ¡Bienvenido al culto de Axis Gray-Sama! —gritó en forma de celebración aquella recepcionista de un simple hotel de Alcarentia.
—Sí, lo que usted diga —dijo el joven Gray sin ninguna clase de emoción.
¿Pero que había llevado a Gray a firmar aquel infame documento que todo el mundo destruye? Esto es lo que sucedió en la mañana de aquel mismo día.
Después del desastre del día anterior, tanto Gray como Wendy decidieron pasar un día intentado buscar información sobre en que lugar podrían pelear contra criaturas mas fuertes, por lo que pensaron que el lugar mas adecuado sería buscar el gremio de aventureros dentro de Alcarentia para que les brindaran esa información.
Buscaron por diversos lugares del pueblo en busca de aquella bandera que llamaba a los aventureros, pero sin importar cuanto la buscaran no parecían encontrarlo, por lo que no tardaron mucho tiempo en comenzar a preguntar a través del pueblo, pero a donde fuera que iban y a quien sea que preguntaran, la respuesta era siempre la misma.
"—Esa información es clasificada y solo los de la orden de Axis pueden saberlo. ¡Sí quieres puedes inscribirte al culto hoy mismo y saber este y muchos otros secretos de la orden!"
Una única respuesta, con las mismas palabras y con el mismo tempo, era algo sumamente molesto y Gray sentía como poco a poco comenzaba a perder los estribos, tan solo Wendy calmándolo evitaba que este golpeara al centésimo anciano que respondió de la misma forma que el resto.
Cansados se detuvieron en medio de una plaza para poder descansar unos momentos, agotados mentalmente se sentaron sobre una fuente sin hablar por varios minutos, hasta que Gray finalmente decidió romper el hielo.
—Haa, esto es inútil, todos en este pueblo son unos malditos dementes y no parece que podamos sacar nada de información sin inscribirnos en su estupido culto —dijo sin recato alguno.
—Bu-bueno, seguramente lo han de hacer por una buena razón... aunque no puedo encontrar ninguna buena razón para el acoso que hemos recibido estos días —dijo Wendy con una pequeña lagrima salada cayendo por su rostro.
—Tal vez lo mejor sería que fuéramos a otro pueblo, tal vez en alguno de ellos podamos encontrar un gremio que no este oculto —dijo Gray fastidiado.
—Eso suena bien, incluso compré un mapa para saber a donde podemos ir —Wendy recuperaba el animo mientras sacaba el mapa que había comprado varias horas atrás, tan solo para llevarse una horrible y desagradable sorpresa.
El mapa mostraba lo que se encontraba alrededor de Alcarentia, eso quedaba mas que claro..., pero el problema era que este solo mostraba lo que estaba a menos de 1 kilometro del pueblo, lo que lo hacía completamente inútil.
—Me siento estafada —dijo mientras hacia una bola con aquel inútil mapa.
Esta se preparó para lanzarlo contra uno de los varios botes de basura que se encontraban dentro del pueblo, pero este, al igual que muchos otros, estaba repleto con papel hecho trizas, por lo que al lanzar la bola de papel este termino rebotando fuera del bote y cayendo al suelo, cosa que llamo la atención de un guardia que caminaba cerca de ellos.
—Vaya vaya, así que tirando basura como un delincuente, me temo que tendré que arrestarlos —dijo el guardia mientras se acercaba a ellos.
—¡¿Eh?! ¡N-no, espere, fue solo un accidente, lo levantaré enseguida! —dijo Wendy preocupada.
—Lo lamento, pero ya es demasiado tarde... pero si quieren evitar el arresto, tal vez podamos manejar el asunto de otra forma —susurro de forma discreta mientras metía su mano dentro de su chaqueta.
—¿Otra forma? —preguntó Wendy confundida.
—Así es, ¡si se unen al culto de Axis les perdonare esta y todas sus futuras infracciones! ¡¿Qué les parece?! ¡Un trato justo, ¿no es así?! —grito el hombre con cierta emoción justo antes de recibir un puñetazo de parte de Gray.
—¡¿Eh, Gray?! ¡Acabas de golpear a un guardia! —gritó sorprendida, al mismo tiempo que asustada, Wendy.
Gray no dijo nada y solo volvió a sentarse en el borde de aquella fuente, y con su mano invitó a Wendy para que se sentará a su lado, la cual, aún confundida, obedeció y se sentó al lado del chico con una ligera sonrisa en su rostro.
Ambos se quedaron en aquel lugar en completo silencio, todo mientras el guardia se retorcía en el suelo sin señal alguna de que fuera a despertar pronto.
Tras varios minutos los dos decidieron que era momento de irse. Tras lo sucedido con el guardia los dos de alguna forma se sentían un poco mas tranquilos, por lo que podían lidiar con algunos cuantos desquiciados en lo que llegaban a su hotel para tomar sus cosas e irse de aquel lugar.
Durante el camino fueron interceptados por varios seguidores que querían reclutarlos, en diversas ocasiones Gray tomaba las hojas de reclutamiento y las congelaba hasta que estas se rompían en miles de pedazos, esto parecía fastidiar a varios de los habitantes, pues ya no podían reutilizar ese papel para hacer mas afiches de reclutamiento, pero no querían enfrentar a aquel aterrador chico que no paraba de mostrar una sonrisa que parecía decir "acérquense y los mato", razón del porque el resto del camino al hotel fue bastante tranquilo para ambos.
Una vez llegaron al hotel se dirigieron directamente a su habitación para tomar sus cosas, acto siguiente fueron a la recepción para entregar las llaves del cuarto para finalmente poder irse de aquel horrible lugar.
—¿Han decidido irse ya? Espero que hayan disfrutado de la estadía y esperamos verlos pronto —dijo la recepcionista con cierto miedo mientras ocultaba diversos moretones que Wendy inconscientemente le había provocado.
—Haa, bien, no pierdo nada en preguntar esto. ¿En donde podemos encontrar el gremio de aventureros en este pueblo?
—¡Ohhh, ¿le interesa saber?! Lamentablemente esa información es exclusiva para los miembros del culto de Axis, si quiere que le proporcione esa información deberá llenar esta hoja de registro con sus datos —dijo la recepcionista, aunque un poco fuera del libreto.
Gray fastidiado arrebato la hoja de las manos de la recepcionista. La mujer tan solo esperaba para que dicha hoja fuera destrozada frente a sus ojos, pero en su lugar vio como aquel chico llenaba con rapidez el afiche.
—¡Bien, aquí esta su documento firmado! —grito para llevarnos al principio.
Tras revisar la solicitud y darle la bienvenida a Gray al culto de Axis, la recepcionista sintió que había logrado una de sus mayores proezas en toda su vida, ya que por primera vez alguien había llenado su solicitud sin que ella tuviera que amenazar de muerte a los familiares y mascotas de sus victimas.
—¡Bien, ahora que soy parte de su culto, ¿podrían decirme en donde demonios esta el gremio de este maldito pueblo?! —preguntó fastidiado el mas reciente miembro del culto de Axis.
—¡Por supuesto, aquí en el culto de Axis somos muy liberales y le damos todo lo que necesitan a nuestros hermanos y hermanas en tiempos de apuro, a excepción de dinero, así que si lo único que quiere es información entonces se la proporcionaré de inmediato!
Gray miro estupefacto a la mujer que podía convertir una simple respuesta en un maldito discurso sin la mas mínima pizca de sentido común.
—Sí, solo responde, ¿Dónde esta el gremio? —volvió a preguntar molesto.
—¡Eso es sencillo de responder! Ya que aquí en Alcarentia adoramos a la diosa Aqua, ella nos brinda toda su protección, por lo que no hay necesidad de un gremio de aventureros... además de que se nos prohibió tener uno ya que el ultimo maestro del gremio colocaba misiones falsas para mujeres en las que terminarían desnudas o algo por el estilo... —aquello ultimo lo había dicho con una falta de entusiasmo, haciendo creer a cualquiera que le este prestando atención de que ella había sido una victima de aquella trampa.
Gray miró a aquella mujer sin prestarle atención alguna a su boba historia, simplemente la veía molesto por haber perdido tanto tiempo preguntando por algo que no existía. Sentía la necesidad de golpear a todos en este pueblucho, pero en su lugar comenzó a reír de manera desquiciada como solo un cultista de Axis podía reír, preocupando ligeramente a Wendy.
—Haa, sabía que algo terminaría pasando, este pueblo no es mas que una mala broma —dijo Gray tras terminar de reír.
—¿Gray, esta todo bien? —preguntó Wendy preocupada de que su compañero haya sido transformado en un monstruo de Axis.
—Sí, pero será mejor que nos vayamos de una vez, ya no hay nada que podamos hacer en este lugar —dijó Gray con indiferencia.
Gray comenzó a caminar hasta la entrada del hotel, pero este fue detenido por la recepcionista, la cual parecía haber salido de su transe tras recordar aquellas pesadillas del pasado.
—¡Casi lo olvidaba, aquí tiene su colgante que lo proclama como seguidor del culto de Axis! También un mapa muy detallado de todas las zonas de alrededor y lo mas importante, varios afiches de reclutamiento para que pueda repartirlos dentro y fuera de Alcarentia —dijo tras dejar todo sobre las manos de Gray.
Gray no sabía si lanzar estas cosas contra el rostro de aquella mujer, o si congelarlos y después lanzarlos contra el rostro de aquella mujer, pero antes de que pudiera decidir Wendy tomo el mapa que le habían entregado a Gray y con una sonrisa dijo:
—¡Gray, mira, este mapa es realmente explicito, incluso muestran el nivel de las criaturas de las zonas de alrededor! —grito con cierta emoción.
Tras ver esa emoción en Wendy, la ira de Gray fue disminuyendo hasta el punto en el que tomo las cosas que le había entregado aquella mujer sin mucho problema.
—¡Que les vaya bien, y recuerden, su relación es bien vista ahora que son del culto de Axis! —fue lo ultimo que grito la recepcionista antes de que Gray y Wendy se fueran.
Por suerte ninguno de los dos escucho las palabras de aquella mujer ya que estaban algo contentos de que este pequeño desvió no haya sido una total perdida de tiempo, pero ahora tenían un nuevo objetivo, la zona en el que se encuentran las criaturas de mas alto nivel, la cual se encontraba a solo dos días de donde se encontraban.
Se trataba de la aldea de los magos Carmesí.
Mientras tanto, en la mansión del Nini Hikikomori Kazuma. A pesar de que ya había pasado mas de una semana desde que Gray y Wendy se habían ido de Axel, el efecto que este había tenido en Darkness seguía siendo igual de devastador para la pervertida chica que disfrutaba todo tipo de daño físico, pero al parecer no disfrutaba tanto del daño emocional que le provocaba ser rechazada.
Todos los días Darkness ha ido al gremio en busca de Gray o alguna pista de a donde había ido, pero al igual que ella, nadie dentro del gremio sabía nada en lo absoluto.
—Hmm, siento que deberíamos tomar una misión mas sencilla, sin Megumin para dar el golpe de gracia sería difícil enfrentar una criatura de alto nivel —decía Kazuma mientras veía el tablero de misiones.
—Oye, no necesitamos a Megumin para acabar con una criatura peligrosa, si mal no recuerdas yo soy una diosa, así que tengo poderes fuera de tu comprensión y puedo usarlos para acabar con cualquier criatura que se atraviese en mi camino —presumía Aqua con cierto recato, ya que usualmente presumiría con fuerza, pero al notar la depresión de Darkness decidió no hacerla sentir peor presumiéndole su grandeza.
—¿Hmm, dijiste algo? Estaba pensando en como podría usarte de carnada esta vez para atraer un grupo de sapos gigantes —dijo Kazuma con gran crueldad.
—¡Haa, estas loco si crees que haré de carnada para sapos gigantes! Yo soy una diosa y no tengo que seguir las ordenes de un simple Nini como tu —dijo Aqua molesta.
—Es eso o reducir el dinero de tu mesada para ahorrar en estos días que no haremos una misión —replicó Kazuma.
—¡Uahhh, no puedes hacer eso Kazuma, apenas y me alcanza con mi mesada actual, si la reduces ya no podré comprar mi licor favorito! —lloraba la grandiosa diosa de rodillas frente a un simple Nini.
—Bien, sapos gigantes serán —dijo Kazuma con una voz monótona. —¡Oye Darkness, ya escogimos una misión! No quiero que te emociones, pero iremos a cazar sapos gigantes —dijo Kazuma con la clara intensión de emocionar a la masoquista de su grupo.
—¿Hmm? Oh claro, misión... vamos de una vez —dijo sin mostrar ninguna emoción que no fuera tristeza.
Tanto Kazuma como Aqua vieron como Darkness salía del gremio sin mucho entusiasmo, dejando en claro que algo realmente andaba mal con Darkness en estos días, pero pareciese que sin importar lo que intentaran no lograban levantarle el animo.
Durante la misión lo usual sucedió, Aqua fue comida por sapos gigante y Kazuma los remataba mientras estos se tragaban a Aqua, todo mientras Darkness solo miraba hacia la llanura con cierta solitud que no podía comprender. Estando tan tranquila llamo bastante la atención de algunos sapos gigantes, los cuales lucharon con la fuerza de su lengua para ver quien se comería a la paladina.
—Hic, hic, uaahhh, estoy toda llena de baba de sapo. Cruel, eres cruel Kazuma, obligando a una diosa a hacer estas cosas —lloraba Aqua en el suelo y cubierta de pies a cabeza de baba.
—Fiuu, con ese van cinco, un par mas y terminaremos por el día. Oye Darkness, ¿podrías cargar a Aqua cuando terminemos la misión? Hoy no quiero llenarme de baba —dijo Kazuma mientras volteaba a ver a Darkness, solo para ver como dos sapos trataban de tragársela al mismo tiempo.
—¡Oye idiota, no te dejes comer tan fácil, y menos por dos sapos al mismo tiempo! —gritó Kazuma antes de salir corriendo al rescaté de su inútil, aún mas inútil, compañera de equipo.
El regreso a casa contaba con todos cubiertos de baba y moco de sapo, puesto que Kazuma al matar al primer sapo provoco que el segundo lo tuviera como objetivo e intento comerlo a él antes que a la distraída paladina. Para suerte de Kazuma este aún tenía su espada, por lo que pudo enterrarla en la garganta del sapo gigante para matarlo, pero dejándolo todo cubierto de baba como el resto de sus compañeras.
Tras un baño en los baños públicos de Axel, los tres fueron al gremio para cobrar su recompensa y poder comer algo antes de regresar a casa y dormir para olvidar este día.
Claro que a veces la noche es el momento mas intimo para la mayoría de las personas, y en ocasiones es cuando los pensamientos mas oscuros salen a la luz. Claro que no estamos hablando de como Aqua se duerme completamente borracha para olvidar el día por completo, ni como Kazuma tiene sueños húmedos que pidió en el café de las súcubos, y por extraño que parezca no hablamos de los ámbitos nocturnos de Darkness de pensar en juegos pervertidos mientras se auto complace, puesto que Darkness estaba tan deprimida que lo único que podía hacer estos días era llorar mientras unas sutiles palabras salían de su boca.
—Gray, ¿en donde estas? —eran las únicas palabras que repetía una y otra vez.
Aquella misma noche Gray y Wendy estaban acampando en un bosque algo cercano a la aldea de magia carmesí. Ambos se encontraban rodeando una fogata que Gray había iniciado usando los afiches que le habían entregado en Alcarentia, los cuales, por alguna razón, eran bastante buenos para encender fogatas.
—Haa, esto se siente muy bien —decía Wendy mientras colocaba sus manos frente a la fogata.
—Me alegra que todos esos afiches hayan servido para algo bueno —decía Gray con un cierto tono de burla mientras lanzaba mas afiches a la fogata.
—Jeje, tienes razón. Por cierto Gray, ¿no crees que tengas problemas por haber llenado ese afiche? Digo, la religión puede ser un tema muy sensible en este lugar —dijo Wendy algo preocupada.
—Tranquila, era solo un documento tonto, no es como si realmente adorara a su diosa ni nada por el estilo y dudo que firmar una simple hoja vaya a cambiar eso —continuó con su tono burlón.
Gray parecía bastante relajado con el asunto, pero Wendy se sentía un poco preocupada, temiendo que la diosa del culto de Axis decida mandarle retribución divina a Gray por negar la validez de aquel documento... aunque claro que lo que Wendy no sabía era que esa misma diosa estaba tan ebria que nada parecería despertarla en estos momentos.
"Pasar una noche nuevamente en la intemperie fue bastante fastidioso para Wendy, en especial porque extrañaba el dormir en una sola cama junto a Gray. El sentir su calor durante la noche, pensar que en algún momento este podría abrazarla por la espalda y susurrarle al odio las palabras que siempre quiso escuchar, que él realmente estaba enamorado de ella.
En estos momentos, Wendy aprovechaba el hecho de que estaba lejos de Gray para poder jugar con ella misma... de una forma mas agresiva de lo usual, comenzaba jugando con sus pequeños pechos pensando en que Gray era quien lo estaba haciendo, además..."
"—¡Por favor deja de narrar cosas tan vergonzosas y falsas!" —gritó Wendy a la mujer que habitaba dentro de su cabeza.
"—Oh vamos, no hay mucho que hacer en esta cabeza tuya, al menos déjame divertirme un poco con tus pensamientos" —decía la mujer con cierta risa burlona.
"—¡Pero eso no quiere decir que digas esas cosas tan extrañas y vergonzosas!" —continuó regañando Wendy a la mujer.
"—¿Hmm? Pero si estos pensamientos son tuyos, solamente hago que los escuches con mas claridad" —respondió la mujer entre risas.
Wendy podía sentir como su rostro se ruborizaba con fuerza, creyendo por un segundo que aquellos pensamientos eran suyos realmente, cosa que termino en el instante en el que la mujer no pudo soportarlo mas y comenzó a reír de una forma sumamente estruendosa.
"—¡Oh vaya, y pensar que realmente creíste mis palabras, eres mas inocente de lo que creí!" —burló, provocando una mueca de molestia en el rostro de Wendy.
"—¡Eres imposible de tratar, por un segundo me hiciste creer que soy una completa pervertida!" —gritó Wendy al borde de las lagrimas.
"—Ohhh, pero eres una pervertida, ¿acaso no recuerdas cuando espiabas a Gray mientras se bañaba?" —burló una vez mas la mujer.
Nuevamente el rubor subió por el rostro de Wendy, la cual avergonzada no pudo evitar ocultar su rostro detrás de sus manos mientras la imagen de Gray desnudo aparecía proyectada en su cabeza, siendo posible para Irene el poder ver con exactitud lo que Wendy vio en aquella ocasión.
"—Hmm, nada mal, ya veo porque te gusta ese chico, esta muy bien dotado" —murmuró Irene mientras veía con detenimiento la imagen.
Wendy no sabía que sucedía exactamente en ese momento, pero al mirar aquella proyección que se mostraba en su cabeza entendió el porque la mirada tan lujuriosa de la mujer enfrente de ella. Intentó cubrir aquella imagen con sus manos sin éxito alguno, por lo que estaba entrando en pánico lo que la obligo a despertar de aquel mundo de sueños.
—Haa haa... ¡Esa Irene, haciéndome ver como una completa pervertida! —grito avergonzada sobre su almohada para que Gray no la escuchara.
Tras varios minutos oculta detrás de su almohada, finalmente salió y miro a aquel chico que parcialmente era culpable de este sufrimiento que vivía Wendy. Lentamente gateó hasta donde estaba Gray y miró su rostro dormido con detenimiento. Ver lo tranquilo que estaba, incluso después de que había visto a Wendy desnuda, era algo que molestaba bastante a la chica en cuestión, aunque claro que Gray no tenía a una pervertida en su cabeza que le recordaba todas esas cosas que prefería olvidar... o al menos ocultar.
—Gray... será acaso que no me ves de la misma forma en la que yo te veo —susurró suavemente mientras sentía como una lagrima caía de su rostro a su mano.
Wendy sentía la necesidad de llorar en aquel momento, pero no podía hacerlo, no por ahora, ya que tenía muchas cosas que resolver antes de finalmente saber la respuesta a aquella pregunta "¿Acaso le gusto a Gray?", primero debía ayudar a Gray en aquella misión que sonaba tan importante, ya que sea posiblemente la forma de poder regresar a su mundo de una vez por todas.
Ella recordó aquella ocasión en la que Gray le contó sobre el Rey demonio y sus seguidores, la mueca de ira que mostraba en aquella ocasión y el como trataba de disimular que no era nada importante, claro que era sospechoso para Wendy.
—Se que me estas ocultando algo por mi bien, así que, también te ocultaré que sé tu secreto por tu bien, así que trabaja duro, ¿esta bien? —dijo con una suave sonrisa antes de besar la mejilla de Gray y volver a dormir.
Por primera ocasión en esta historia, Gray no estaba despierto cuando esta linda escena sucedió, por lo que sería solo un secreto entre Wendy y la pervertida en su cabeza.
"—Oh vaya, creó que no puedo hacerle burla de esto si tuvo el valor para hacerlo, que aburrido" —decía la mujer dentro de la cabeza de Wendy, disfrutando el espectáculo.
No tardó mucho en llegar el sol de la mañana, cayendo sobre los rostros de los dos chicos casi al mismo tiempo. El primero en despertar claramente fue Gray, ya que el no se había despertado en la madrugada para nada en lo absoluto, mostrándose mucho mas energético a comparación de la chica que fue despertada a mitad de la noche por culpa de su compañera pervertida.
—Haa, dormir en medio del campo me trae bastantes recuerdos —dijo con una sutil sonrisa mientras se estiraba frente a la naturaleza.
Tras sus estiramientos volteó a ver a Wendy que continuaba dormida y con un rostro que no mostraba indicios de despertar pronto.
—Bueno, es cierto que han sido dos días agotadores, creó que estaría bien dejarla dormir unos minutos mas. Por ahora iré a conseguir algo para desayunar —dijo mientras intentaba olvidar los días en Alcarentia.
Comenzó a caminar por el bosque hasta que llego a una zona pantanosa la cual había visto anteriormente en el mapa que tenían, en este decía que usualmente aparecían extrañas criaturas suculentas de un nivel intermedio, perfectos para cuando se quiera saciar una de las necesidad mas importante de los humanos.
Pensando que esto se refería a comida, Gray fue directo a la zona en donde suelen aparecer estas criaturas esperando encontrar alguna.
—Sería mucho mas sencillo si ese torpe mapa dijera de que tipo de criatura se trata —dijo mientras miraba a su alrededor.
La planicie estaba completamente vacía a excepción de una extraña nube de polvo que parecía acercarse rápidamente hacia él. Gray miró detenidamente aquella nube de polvo, notando a un grupo de criaturas que estaba dentro de la misma, se trataban de una especie de puerco humanoide con distintos tipos de orejas de diferentes animales.
—¿Pero que diablos son esas cosas? —dijo mientras un fuerte escalofrío recorría su espalda.
Estando cada vez mas cerca de él, Gray pudo escuchar lo que esas horribles criaturas decían.
—¡Oh vaya, ese si que es un lindo chico, musculoso, justo como me gustan!
—¡Y mira, ya esta desnudo, pareciese que nos esta invitando a atacarlo!
Fue en ese momento que Gray noto que estaba completamente desnudo, pero no tenía tiempo para preocuparte de eso, puesto que las criaturas se acercaban con un horrible rostro lleno de lujuria mientras lo veían excitadas, Gray supo que tenía que correr por su castidad en estos momentos... o pelear, lo que le fuera mas conveniente.
—¡Maldita sea, estas cosas son pervertidas puras! —gritó al darse cuenta del peligro en el que se encontraba.
Sin dudar comenzó a preparar su ataque para defenderse, pero debía ser bastante ágil ya que una enorme multitud de aquellas criaturas se acercaban rápidamente a él y no podría acabar con todas sin ser capturado por ellas.
—Bien, aquí va todo o nada, espero que esto soporte. ¡Ice Make: Prison! —grito mientras formaba una especie de jaula gigante de hielo que rodeo por completo a las criaturas.
La repentina aparición de la prisión hizo que las criaturas se detuvieran por un segundo para observar la enorme construcción que apareció repentinamente.
—¿Hmm, qué diablos es esta cosa que trata de alejarme de mi delicioso bocadillo? —decía una de las criaturas con cierta molestia en su voz.
Dio un fuerte golpe a la estructura de hielo enfrente de ella y esta se desquebrajo, dejando una clara línea que decía que era posible romper dicha estructura. Pronto todas las criaturas comenzaron a golpear la prisión de hielo hasta que esta se destruyó por completo en un hermoso espectáculo de copos de nieve.
—¡Ughh, esta cosa esta fría! Necesito de un chico guapo que me ayude a calentarme —dijo la criatura tratando de sonar "linda", pero solo aterrorizando a Gray.
—¡Oh mierda! —gritó Gray antes de salir corriendo.
—¡No huyas cosita linda, te aseguro que te haré pasar los mejores cinco minutos de tu vida, y si sobrevives puede que se conviertan en 10 minutos! —gritaban las criaturas mientras perseguían a Gray.
Por primera vez Gray sintió lo que era el verdadero terror, ya que sabía que no podía defenderse de este ataque sin ser capturado en el momento en el que baje la guardia, por ahora solo podía correr, esperando no ser capturado, y esperando que pueda regresar con su virginidad intacta.
Para su suerte, Gray era un poco mas veloz que aquellas gordas criaturas con forma de cerdo, enfrente de él se encontraba un bosque el cual podría entorpecer los movimientos de aquellas criaturas incluso mas, pero era una jugada arriesgada ya que podría terminar perdiéndose y le sería imposible o casi imposible regresar con Wendy.
Su única opción era entrar al bosque y esconderse en la copa de los arboles, esperando a que estas criaturas lo pasen de largo.
Cuando estaba por llegar... Gray fue sostenido del brazo y miró lentamente para ver que o quien lo sostenía.
—Te atrape cosita bonita.
Y en ese momento Gray vio su vida pasar frente a sus ojos, a sus padres y el momento en el que los perdió en aquel ataque a su aldea, cuando entreno la magia de hielo con su antigua maestra, cuando se unió a Fairy Tail y todas las aventuras que vivió con sus compañeros antes justo antes de ser asesinado por Natsu, haber llegado a este mundo y vivir un nuevo tipo de aventuras junto a sus nuevos amigos, el haberse reencontrado con Wendy y lo que han vivido juntos hasta ahora, para al final ver aquella horrible cara de un puerco frente a él.
Por primera vez sentía la necesidad de llorar por el miedo que sentía, siendo rodeado por una horda de bestias lujuriosas que lo único que querían era usar el cuerpo de Gray para su diversión propia, Gray no era una persona que rezara y menos a una diosa inútil como lo era Aqua, pero mientras preparaba uno de sus hechizos de hielo para tratar de defenderse, Gray pidió a la diosa del agua que pudiera salir ileso de esta situación.
–¡Ice Make: Spear! –gritó mientras una gran lanza se formaba en su mano, atravesando la cabeza de varias criaturas, matándolas al instante.
–¡Carmen, Salinita, y Porkina! ¡¡Pagaras por eso niño bonito, te obligaremos a embarazarnos a todas!! –gritó molesta una de las cientos de criaturas que quedaban.
Gray había escapado del agarre de las criaturas, ya que estas se sorprendieron al ver morir a sus compañeras de horda. Se estaba preparando para seguir luchando, pues no dejaría que su virginidad sea robada por criaturas tan feas como estas.
–¡Ice Make: Hammer! –creó un martillo de hielo con el cual comenzó a atacar a las criaturas.
Varias de estas fueron fuertemente golpeadas por el repentino ataque de Gray, siendo alejadas del cuerpo con el que tanto ansiaba jugar. Esto les era verdaderamente molesto, por lo que pensaban en noquear al chico si era necesario.
Preparadas para pelear, comenzaron a acercarse de forma brusca hacia Gray, tan solo para recibir un golpe del martillo o siendo atravesadas por una espada de hielo, una carnicería había iniciado y no parecía detenerse pronto, ya que las criaturas no parecían querer retirarse ni rendirse, sin importar cuantas de ellas deban morir, son solo una horda de muchas después de todo.
Pronto las más débiles murieron a manos de Gray y tan solo quedaban aquellas que podían considerarse hábiles. Eran lo suficientemente ágiles como para esquivar los golpes de Gray y lo suficientemente fuertes para soportar un golpe del martillo.
–Oye niño bonito, ¡mataste a todas mis amigas, puede que sean una zorras que siempre me roban a mis presas, pero una de ellas incluso es la madrina de mis hijas! –gritó histérica la que parecía ser la más fuerte de todas.
–Ice Make: Multiple arrows –dijo en voz baja produciendo una enorme cantidad de flechas de hielo que salieron volando contras las criaturas, matando a casi todas, a excepción de una que había usado su brazo para cubrirse de las flechas.
–¡Mari, Georgiana, ustedes siempre me veían con mis presas y esperaban pasienrenmente su turno, no merecían morir así! –gritó molesta.
Gray burlo al ver que tan solo quedaba una de esas cosas aterradoras a las cuales vencer, aunque se viera confiado, en realidad estaba aliviado y podía sentir que en cualquier minuto sus piernas podrían rendirse. De cierta forma noto que sus hechizos parecían ser más fuertes y rápidos de lo usual, razón del porqué logro vencerlas a todas sin mucha dificultad, no sabía si era por que había subido de nivel en estos últimos días o si habia otra razón oculta que no entendía aun.
–¡Muy bien, es suficiente, te capturare y te mataré a sentones para vengar a mis amigas! –gritó la criatura antes de lanzarse para atacar.
–¡Ice Make: Hammer! –Gray construyó su martillo de hielo para defenderse.
–¡Jajaja, ese pequeño martillo que está hecho de lo mismo que aquella estructura, mira como con tan solo mis puños lo rompo! –dijo segura mientras se disponía a golpear la cabeza del martillo.
El impacto entre ambos objetos era inminente, y obviamente uno de ellos terminó rompiéndose, siendo la mano de la ogra destrozada por el martillo antes de matarla de un fuerte golpe.
–Haa haa, bi-bien, parece que logre librarme de esto –dijo Gray agotado mientras dejaba caer su martillo, el cual no tenía ni un rasguño.
El martillo se deshizo después de un par de segundos mientras Gray caminaba lejos del montículo de cadáveres, estaba agotado por la gran cantidad de magia que tuvo que utilizar, además de que el golpe de adrenalina en su cuerpo había terminado, por lo que estaba más que fatigado en esos momentos.
Mientras caminaba de regreso a donde se encontraba Wendy, este fue rodeado por un muro mágico que había salido de la nada.
–¿Qué diablos sucede? –preguntó Gray sorprendido.
–¡No te muevas de ahí General del Rey Demonio, se acabó tu día de suerte, pues te has topado con la resistencia conformada por los mejores magos de la aldea Carmesí, guiados por mi, su fantástico líder, poosedor de la magia avanzada y el Nini más grande de toda la aldea Carmesí, Buzucoile!
En la nada se escucho aquella voz antes de hacerse presente un chico con unos ojos de un Carmesí intenso, dando a entender que en realidad pertenecía a los magos Carmesí, los magos más poderosos e infames del mundo entero.
–... ¿Buzucoile? Tienes que estar bromeando conmigo –burló Gray el nombre del supuesto líder.
–¡No te burles de mi nombre, mis padres pensaron mucho antes de ponérmelo! –gritó el Nini fastidiado.
–Pues que mal gusto tienen tus padres, aunque por lo que he escuchado, todos los magos Carmesí tienen un nombre ridículo –continuó burlando Gray.
Las burlas de Gray habían dejado de ser solo sobre Buzucoile, ahora era sobre todos los magos Carmesí, incluso el escuadrón que lo estaba rodeando en este momento, pero que se han mantenido invisibles para esperar el momento adecuado para realizar su presentación, pero aquel momento jamás llegó ya que todos salieron de su escondite y miraron con ira a aquel que se había burlado de sus nombres, incluso antes de conocerlos.
–¡Oye maldito, los demonios Carmesí no tenemos nombres ridículos, son el resto del mundo los que tiene nombres extraños!
–¡Estoy seguro de que tu tienes un nombre poco original como Muray o Keith!
–¡No hay nadie en el mundo que comparta nombre conmigo, eso me hace más único que los demás!
Gray miro como aquellos sujetos habían bajado su muro mágico para poder pelear verbalmente contra él. Estaba seguro de que podría escapar fácilmente si los golpeaba y noqueaba, pero si realmente eran magos Carmesí y, siendo el destino actual de Gray la aldea Carmesí, preferiría no meterse en problemas... más de los que ya tenía.
–¡Pero ya basta de distracciones, eres un general del Rey Demonio y es nuestro deber acabar contigo! –terminó por decir Buzucoile. –¡Todos preparen sus ataques de Magia Avanzada! –ordenó el Nini.
–¡Idiota, no soy un general del Rey Demonio! ¡¿Acaso parezco uno?! –gritó Gray molesto.
–¡Hmph, eso no nos engañara, hemos visto a muchos generales y varios parecen humanos comunes y corrientes! ¡¡Además te vimos acabar con esa horda de orcas, solo un general del Rey Demonio sería capaz de hacer algo así, y completamente desnudo!! –dijo uno de los magos Carmesí, el cual finalmente había apuntado al hecho de que Gray estaba desnudo.
–¡Oh mierda, con todo lo sucedido olvidé que estaba desnudo! –gritó Gray mientras robaba una capa de los magos que lo rodeaban para cubrirse.
–¡Oye, esa es mi mejor capa, y ahora no puedo usarla porque tu cuerpo desnudo la toco! –gritó molesto.
–¡Muy bien, ahora todos preparen su ataque! –ordenó una vez más Buzucoile.
Gray estaba preparado para alzar su muro de hielo en cualquier momento para defenderse, tan solo esperaba el momento adecuado para hacerlo. Los cuatro magos prepararon un hechizo de magia Avanzada para lanzar contra Gray, pero antes de que pudieran hacerlo fueron interrumpidos por el repentino grito de una chica.
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