-En cierto castillo....-

—A su servicio amo x3

Tres voces celestiales se arrodillaron y recitaron al unísono a la figura sentada en el trono en la sala.

—Mis mujeres, he leído el informe, pero prefiero escuchar sus primeras impresiones de los subordinados de este tal "Sir"

La figura central, cuya característica principal eran unos particulares lentes dio un paso adelante.

—Lo resumiré en pocas palabras mi amor: Son especialistas en su campo, lo que los hace peligrosos es su cooperación en equipo. Más allá de ello son fácilmente descartables como amenazada.

—Ya veo... tengo entendido que ese Sir con aprobación de mi padre, tiene a esa "famosa" asesina bajo como su subordinada. ¿Están completamente seguras que no estuvo presente bajo ninguna circunstancia?

—Negativo mi señor, incluso con sus habilidades habría sido capaz de percibirla

—Es una pena, habría sido una excelente adición

—En efecto mi señor.

Aquella persona sentada en el trono pensó durante unos segundos acerca de su curso de acción.

—Su siguiente misión será de reconocimiento mi amada triada. Vayan a ese nido de plebeyos y asegúrense de copiar toda habilidad que valga la pena.

—A sus órdenes mi señor

La líder aceptó sus órdenes y se alejó con todo el debido respeto a su amo y señor.

—Es innecesario cualquier uso de la infiltración, tarde o temprano detectarían nuestras actividades. Ese ataque simplemente fue una pequeña demostración de lo que sucede cuando se oponen a mi agenda....

—¿Contraatacamos en cuanto detectemos intenciones hostiles mi señor?

Preguntó aquella mujer con un precioso collar en su cuello.

—No lo harán, no mientras ustedes tengan la autoridad real para "supervisar" su trabajo

—Entiendo mi señor

La mujer aceptó el razonamiento de su señor con desilusión.

—Yo tengo una duda no relacionada con la misión mi señor

Alzó la mano la chica de la túnica, con una voz mucho más femenina y dulce que sus otras dos compañeras.

—Hmph, lo permitiré por esta vez. ¿Cuál es tu inquietud Dulcinea?

Con una sonrisa inocente procedió a hablar.

—Por cada mujer útil que le traigamos ante ti mi señor, ¿Podría considerar dedicarnos un día completo de sus atenciones a quién la haya capturado?

Esa pregunta hizo poner una ligera sonrisa al rubio en el trono.

—Esa es una propuesta interesante.... ¿Qué dicen tus hermanas?

—¡¡¡S-Sería muy generoso de su parte m-mi señor!!!

Gritó con emoción la chica del collar.

—¿Y qué hay de ti Karen?

Y si bien la líder de entre las tres era conocida por ser inexpresiva, eso no quitaba que no tuviera emociones.

Un pequeño rubo en sus mejillas delató sus pensamientos sobre aquella indecorosa propuesta.

—Sea cuál sea su voluntad mi señor, la seguiré sin dudarlo.

-Entonces que así sea mi querida triada, pueden retirarse.

Con una sonrisa expectantes, vio cómo sus mujeres se retiraban a sus aposentos, para partir al día siguiente a su misión.

—Hmph... no puedo esperar el día en que todos mis enemigos estén muertos para disfrutar de plenamente de mis privilegios.

Poniéndose de pie con una dignidad incomparable, miró hacia el humilde techo de su castillo.

—Ahhh~.... Padre... si tan solo me dieras el permiso... podríamos acabarlos en un instante.

Negó con la cabeza.

—No importa... por mi mano o por vejez... eventualmente morirá.... hasta entonces...

Camino hacia una de las ventas para admirar el nuevo cargamento de esclavas listas para unirse a su causa.

—Me divertiré con ese plebeyo y su patético intento de obtener poder.

Con eso dicho, regresó a su semblante inexpresivo.

Había mucho trabajo por hacer.

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¡Feliz navidad retrasada!